Joel  2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 27 versitos |
1 ¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca!
2 ¡Día de tinieblas y oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no los hubo jamás, ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas.
3 Delante de él, el fuego devora, detrás de él, la llama consume. El país es como un jardín de Edén delante de él, detrás de él, un desierto desolado. ¡Nada se le escapa!
4 Su aspecto es como el de los caballos, se abalanzan como corceles:
5 como un estrépito de carros de guerra que saltan sobre la cima de los montes; como el crepitar de la llama ardiente que devora la hojarasca; como un pueblo fuerte en orden de batalla.
6 Ante él, los pueblos se estremecen, se crispan todos los rostros.
7 Se abalanzan como valientes, como guerreros escalan las murallas. Cada uno avanza hacia adelante y no se entrecruzan sus caminos.
8 No se atropellan entre sí, cada uno va por su línea; arremeten en medio de las flechas, sin romper la formación.
9 Se precipitan sobre la ciudad, se abalanzan sobre las murallas, suben a las casas, entran por las ventanas como el ladrón.
10 ¡Ante él, la tierra tiembla, los cielos se conmueven, el sol y la luna se ensombrecen, las estrellas pierden su brillo!
11 El Señor hace oír su voz al frente de sus tropas: ¡qué numerosos son sus batallones, que poderoso el que ejecuta su palabra! Porque el Día del Señor es grande y terrible: ¿quién podrá soportarlo?
12 Pero aún ahora -oráculo del Señor- vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos.
13 Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de tus amenazas.
14 ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios!
15 ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne,
16 reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial!
17 Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: "¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?".
18 El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.
19 El Señor respondió y dijo a su pueblo: "Ahora, yo les envío el trigo, el vino nuevo y el aceite, y ustedes se saciarán con esto. Nunca más los entregaré al oprobio entre las naciones.
20 Al que viene del Norte lo alejaré de ustedes, lo arrojaré a una tierra árida y desolada: su vanguardia, hacia el mar oriental, su retaguardia, hacia el mar occidental; y subirá su hedor, subirá su pestilencia". -¡Porque él ha hecho grandes cosas!-.
21 ¡No temas, tierra, alégrate y regocíjate, porque el Señor ha hecho grandes cosas!
22 ¡No teman, animales del campo! Los pastizales de la estepa han reverdecido, los árboles producen sus frutos, la higuera y la viña dan sus riquezas.
23 ¡Alégrense, habitantes de Sión, regocíjense en el Señor, su Dios! Porque él les ha dado la lluvia de otoño en su justa medida, e hizo caer sobre ustedes, como en otros tiempos, el aguacero de otoño y de primavera.
24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares desbordarán de vino nuevo y aceite fresco.
25 Yo los resarciré por los años en que lo devoraron todo la langosta y el pulgón, el roedor y la oruga, mi gran ejército que envié contra ustedes.
26 Comerán abundantemente hasta saciarse, y alabarán el nombre del Señor, su Dios, que ha hecho maravillas con ustedes. ¡Mi pueblo jamás quedará confundido!
27 Así ustedes sabrán que yo estoy en medio de Israel, que yo soy el Señor, su Dios, y no hay otro. ¡Mi pueblo jamás quedará confundido!

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Introducción a Joel 


Joel

El texto bíblico no proporciona ninguna información sobre la persona y la vida de JOEL, cuyo nombre significa "El Señor es Dios". Tampoco ofrece datos precisos para determinar la fecha en que el profeta consignó por escrito su mensaje, si bien todo parece indicar que fue después del exilio, hacia el 400 a. C., cuando el Templo ya había sido restaurado. El libro de Joel ocupa un puesto relevante en la literatura hebrea por el vuelo poético de su lenguaje y el vigor de sus imágenes.
La predicación de Joel tiene un trasfondo marcadamente litúrgico. Él manifiesta un especial conocimiento del culto y le atribuye una gran importancia, lo mismo que Ageo y Zacarías. A raíz de esto, se suele afirmar con razón que Joel era un profeta dedicado al servicio del Templo y que sus oráculos -al menos en parte- son una profecía "cultual", es decir, un mensaje profético proclamado en el marco de una asamblea litúrgica. Sin embargo, no hay nada en el Libro que pueda ser tachado de ritualismo. En él no se encuentran prescripciones minuciosas relativas al culto, tan frecuentes en Ezequiel, y ni siquiera reproches por los abusos cometidos en la celebración de los ritos, como los que deplora Malaquías. Lo que más preocupa a Joel es la conversión interior: "Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios" (2. 13). Por eso su predicación ha encontrado un eco profundo en la liturgia penitencial de la Iglesia.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Joel  2,1-32

2. Ver Sof_1:14-18.

3. Ver Gen_2:8-9; Isa_51:3; Eze_36:35.

4-5. Ver Apo_9:7-9.

6. Ver Nah_2:11.

10. Las tinieblas y los cataclismos cósmicos pertenecen al repertorio tradicional de imágenes con que los escritos proféticos y apocalípticos describen el Día del Señor (3. 3-4; 4. 15-16; Isa_13:9-13; Eze_32:7-8; Amo_8:9; Sof_1:14-18; Mat_24:29; Apo_6:12-14).

15. Ver Num_10:1-10.

17. El "vestíbulo" era la primera de las tres partes en que estaba dividido el Templo de Jerusalén ( 1Re_6:3). El "altar" aquí mencionado era el de los holocaustos, situado en el atrio del Templo. Ver Eze_8:16; Mat_23:35; Luc_11:51.

18. Los "celos" del Señor derivan del amor apasionado que él siente por su Pueblo y que exige como respuesta un amor exclusivo. A causa de estos celos, él no tolera la rivalidad de otros dioses y castiga con severidad las "prostituciones" de Israel ( Eze_5:13; Eze_16:38), pero también acude en su auxilio cuando este se ve amenazado por las naciones extranjeras ( Isa_37:32; Eze_36:5; Zac_1:14; Zac_8:2). Ver nota Exo_20:5.

20. Del "Norte" llegaban ordinariamente los ejércitos que invadían Palestina, en particular los asirios y los babilonios. Por eso, la expresión "el que viene del Norte" pasó a ser sinónimo de cualquier clase de invasión ( Jer_1:14; Eze_38:6). El "mar oriental" es el Mar Muerto; el "occidental", el Mediterráneo ( Zac_14:8).

23. La "lluvia de otoño" es la de octubre-novíembre, poco antes de comenzar la siembra. La "de primavera" es la de marzo-abril, cuando las cosechas están madurando. Ver Stg_5:7.

25. Ver nota 1. 4.