Jonás 1 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 16 versitos |
1 La palabra del Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitai, en estos términos:
2 "Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y clama contra ella, porque su maldad ha llegado hasta mí".
3 Pero Jonás partió para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. Bajó a Jope y encontró allí un barco que zarpaba hacia Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor.
4 Pero el Señor envió un fuerte viento sobre el mar, y se desencadenó una tempestad tan grande que el barco estaba a punto de partirse.
5 Los marineros, aterrados, invocaron cada uno a su dios, y arrojaron el cargamento al mar para aligerar la nave. Mientras tanto, Jonás había descendido al fondo del barco, se había acostado y dormía profundamente.
6 El jefe de la tripulación se acercó a él y le preguntó: "¿Qué haces aquí dormido? Levántate e invoca a tu dios. Tal vez ese dios se acuerde de nosotros, para que no perezcamos".
7 Luego se dijeron unos a otros: "Echemos suertes para saber por culpa de quién nos viene este desgracia". Así lo hicieron, y la suerte recayó sobre Jonás.
8 Entonces le dijeron: "Explícanos por qué nos sobrevino esta desgracia. ¿Cuál es tu oficio? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces?".
9 El les respondió: "Yo soy hebreo y venero al Señor, el Dios del cielo, el que hizo el mar y la tierra".
10 Aquellos hombres sintieron un gran temor, y le dijeron: "¡Qué has hecho!", ya que comprendieron, por lo que él les había contado, que huía de la presencia del Señor.
11 Y como el mar se agitaba cada vez más, le preguntaron: "¿Qué haremos contigo para que el mar se nos calme?".
12 Jonás les respondió: "Levántenme y arrójenme al mar, y el mar se les calmará. Yo sé muy bien que por mi culpa les ha sobrevenido esta gran tempestad".
13 Los hombres se pusieron a remar con fuerza, para alcanzar tierra firme; pero no lo consiguieron, porque el mar se agitaba cada vez más contra ellos.
14 Entonces invocaron al Señor, diciendo: "¡Señor, que no perezcamos a causa de la vida de este hombre! No nos hagas responsables de una sangre inocente, ya que tú, Señor, has obrado conforme a tu voluntad".
15 Luego, levantaron a Jonás, lo arrojaron al mar, y en seguida se aplacó la furia del mar.
16 Los hombres, llenos de un gran temor al Señor, le ofrecieron un sacrificio e hicieron votos.

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Introducción a Jonás


Jonás
En 2Ki_14:25 se menciona a un profeta llamado Jonás, pero no es él quien escribió el Libro que lleva su nombre. El libro de JONÁS fue compuesto después del exilio, sin duda en el siglo V a. C., no para relatar un hecho histórico, sino para comunicar una enseñanza bajo la forma de una parábola.
El protagonista de esta "ficción didáctica" se niega a proclamar la Palabra de Dios a un pueblo pagano y tradicionalmente enemigo de Israel. Toda la narración es un alegato contra el estrecho nacionalismo del Pueblo elegido, que pretende "monopolizar" la misericordia divina en nombre de los privilegios recibidos del Señor. La principal lección que se desprende de este Libro, tan pintoresco como lleno de humor e ironía, aparece claramente en la pregunta que le sirve de conclusión: si Jonás se preocupa por un árbol quemado por el sol, ¿cómo Dios no se va a preocupar por todo un pueblo que se convierte de sus pecados y no le va a conceder su perdón? El amor del Señor no conoce fronteras. Si él manifestó su predilección por Israel, fue para constituirlo "luz de las naciones" ( Isa_49:6 ).
Este Libro ocupa un lugar destacado en los Evangelios, no sólo por las repetidas alusiones al "signo de Jonás" ( Mat_12:39-40 ; Mat_16:4 ; Luk_11:29-30 ), sino también por la oposición que establece Jesús entre la fe de los ninivitas y la incredulidad de sus contemporáneos ( Mat_12:41 ; Luk_11:32 ). Además, por su insistencia en la universalidad de la misericordia divina, el relato de Jonás es como un anticipo de las parábolas relatadas en el célebre capítulo 15 del Evangelio según san Lucas.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Jonás 1,1-17

2. "Nínive" era la capital de Asiria, el imperio que había arrasado al antiguo reino de Israel ( 2Re_17:5-6). Cuando fue escrito el libro de Jonás, ese imperio ya había desaparecido varios siglos antes. Pero el nombre de Nínive seguía evocando para los israelitas el colmo de la crueldad, de la violencia y de la hostilidad al Pueblo de Dios. VerNah.3.

3. Es difícil determinar con exactitud dónde estaba situada la colonia fenicia de "Tarsis". Pero este lugar tiene aquí un valor simbólico: Jonás quiere huir hasta el otro extremo del mundo, haciendo así exactamente lo contrario de lo que debe hacer un profeta. "Jope" era el puerto del Mediterráneo más cercano a Jerusalén. Ver nota Sal_48:8.