Nahúm  1 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 14 versitos |
1 Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcós.
2 [Álef] El señor es un Dios celoso y vengador, el Señor es vengador e irascible. El Señor se venga de sus adversarios y guarda rencor a sus enemigos.
3 El señor es lento para enojarse, pero es grande en poder y no deja a nadie impune. [Bet] El camina en la tempestad y el huracán, la nube es el polvo de sus pies.
4 [Guímel] El increpa al mar y lo seca, y agota todos los ríos; [Dálet]. el Basán y el Carmelo languidecen, se marchita el verdor del Líbano.
5 [He] Las montañas tiemblan ante él, se deshacen las colinas; [Vau] en su presencia se hunde la tierra, el mundo y todos sus habitantes.
6 [Zain] ¿Quién se mantendrá de pie ante su furor? ¿Quién resistirá el ardor de su ira? [Jet] Su furia se derrama como fuego, y las rocas se parten ante él.
7 [Tet] El Señor es bueno con los que esperan en él, es un refugio en el día de la angustia; [Iod] reconoce a los que confían en él
8 cuando pasa la inundación; aniquila a los que se rebelan contra él [Caf] y persigue a sus enemigos en las tinieblas.
9 ¿Que traman ustedes contra el Señor? El aniquila por completo, y la calamidad no se repetirá dos veces.
10 Como un manojo de espinas enmarañadas, como la paja seca, ellos serán completamente devorados.
11 De ti ha salido el que trama el mal contra el Señor, el que concibe planes siniestros.
12 Así habla el Señor: Por compactos y numerosos que sean, ellos serán talados y desaparecerán. Aunque yo te humillé, ya no volveré a humillarte.
13 Ahora quebraré el yugo que pesa sobre ti y romperé tus ataduras.
14 El Señor decreta contra ti: Ninguna descendencia perpetuará tu nombre; extirparé del templo de tus dioses las imágenes esculpidas y fundidas, y haré de tu sepulcro una ignominia.

Patrocinio

 
 

Introducción a Nahúm 


Nahúm

La vida de NAHÚM nos es completamente desconocida, como también la ubicación de Elcós, su ciudad de origen. Con una fuerza lírica que no tiene parangón en la Biblia, este profeta describe y celebra la caída de Nínive, capital del Imperio asirio, ocurrida en el 612 a. C. Durante mucho tiempo, Asiria había sido sinónimo de crueldad y de terror entre los países del cercano Oriente. Es natural, entonces, que todos los pueblos se alegraran por su caída, y es como el portavoz de esa alegría desbordante.
Pero su canto de júbilo encierra, a la vez, un himno de alabanza a Dios, el Señor de la historia, que desbarata todas las pretensiones humanas y libera a su Pueblo. Los ejércitos que derrotaron a Nínive, el prototipo del imperialismo opresor y el enemigo tradicional de Israel, eran el instrumento del juicio de Dios, que tarde o temprano castiga a los culpables.
El triunfo definitivo del Señor sobre todas las fuerzas del mal, prefigurado en la ruina de Nínive, y el gozo de los elegidos en la Jerusalén celestial, encontraron su expresión cristiana más elocuente en el libro del Apocalipsis.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

Patrocinio

Notas

Nahúm  1,1-15

2. Ver nota Sal_94:1.

3. Ver Exo_34:6-7 y nota Exo_13:22.

11. "El que concibe planes siniestros": con estas palabras, más allá del actual rey de Nínive, el profeta tiene en vista a Senaquerib, por la arrogancia con que este soberano asirio desafió al Dios de Israel ( 2Re_19:4, 2Re_19:16).