Numeros  13 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 33 versitos |
1 El Señor dijo a Moisés:
2 "Envía unos hombres a explorar el país de Canaán, que yo doy a los israelitas; enviarás a un hombre por cada una de sus tribus paternas, todos ellos jefes de tribu".
3 Entonces Moisés los envió desde el desierto de Parán, según la orden del Señor. Todos estos hombres eran jefes de los israelitas,
4 y sus nombres eran los siguientes: Por la tribu de Rubén, Samuá, hijo de Zacur;
5 por la tribu de Simeón, Safat, hijo de Jorí,
6 por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Iefuné;
7 por la tribu de Isacar, Igal, hijo de José;
8 por la tribu de Efraím, Oseas, hijo de Nun;
9 por la tribu de Benjamín, Paltí, hijo de Rafú;
10 por la tribu de Zabulón, Gadiel, hijo de Sodí;
11 por la tribu de José, o sea, por la tribu de Manasés, Gadí, hijo de Susí;
12 por la tribu de Dan, Amiel, hijo de Guemalí;
13 por la tribu de Aser, Setur, hijo de Miguel;
14 por la tribu de Neftalí, Najbí, hijo de Vofsí;
15 por la tribu de Gad, Gueuel, hijo de Maquí.
16 Estos son los nombres de las personas que envió Moisés a explorar el país. Y a Oseas, hijo de Nun, Moisés lo llamó Josué.
17 Cuando Moisés los envió a explorar el territorio de Canaán, les dijo: "Suban ahí, por el Négueb, y luego avancen hasta la región montañosa.
18 Observen cómo es el país, y la gente que lo ocupa es fuerte o débil, escasa o numerosa.
19 Fíjense también si la tierra donde viven es buena o mala, y si las ciudades en que habitan son abiertas o fortificadas;
20 si el suelo es fértil o árido, y si está arbolado o no. Tengan valor, y traigan algunos frutos de la región". Esto sucedió en el tiempo de las primeras uvas.
21 Los hombres fueron a explorar el país, desde el desierto de Sin hasta Rejob, a la Entrada de Jamat.
22 Subieron por el Negueb y llegaron a Hebrón, donde vivían Ajimán, Sesai y Talmai, descendientes de Anac -Hebrón había sido fundada siete años antes que Tanis de Egipto-.
23 Cuando llegaron al valle de Escol, cortaron una rama de vi con un racimo de uvas, y tuvieron que llevarla entre dos, sostenida con una vara. También recogieron granadas e higos.
24 Ese lugar fue llamado valle de Escol -que significa Racimo- a causa del racimo que los israelitas habían cortado allí.
25 Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país.
26 Entonces fueron a ver a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de los israelitas en Cadés, en el desierto de Parán, y les presentaron su informe, al mismo tiempo que les mostraban los frutos del país.
27 Les contaron lo siguiente: "Fuimos al país donde ustedes nos enviaron; es realmente un país que mana leche y miel, y estos son sus frutos.
28 Pero, ¡qué poderosa es la gente que ocupa el país! Sus ciudades están fortificadas y son muy grandes. Además, vimos allí a los anaquitas.
29 Los amalecitas habitan en la región del Négueb; los hititas, los jebuseos y los amorreos ocupan la región montañosa; y los cananeos viven junto al mar y a lo largo del Jordán".
30 Caleb trató de animar al pueblo que estaba junto a Moisés, diciéndole: "Subamos en seguida y conquistemos el país, porque ciertamente podremos contra él".
31 Pero los hombres que habían subido con él replicaron: "No podemos atacar a esa gente, porque es más fuerte que nosotros".
32 Y divulgaron entre los israelitas falsos rumores acerca del país que habían explorado, diciendo: "La tierra que recorrimos y exploramos devora a sus propios habitantes. Toda la gente que vimos allí es muy alta.
33 Vimos a los gigantes -los anaquitas son raza de gigantes-. Nosotros nos sentíamos como langostas delante de ellos, y esa es la impresión que debimos darles".

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Introducción a Numeros 


Números


El título NÚMEROS refleja bastante imperfectamente el contenido del cuarto libro del Pentateuco, pero destaca, al menos, una de sus características: la preocupación por las precisiones numéricas. Esta preocupación se manifiesta, entre otras cosas, en los dos censos registrados en el Libro (caps. 1-4; 26), en la reglamentación sobre los sacrificios (caps. 28-29), y en las instrucciones para el reparto del botín (cap. 31) y para la división del territorio alrededor de las ciudades levíticas (35. 1-8).
Los judíos de lengua hebrea llamaban a este libro "EN EL DESIERTO", porque estas son las palabras más importantes del versículo inicial. Dicho titulo evoca otro de sus temas característicos: la marcha de los israelitas a través del desierto, desde el Sinaí hasta las fronteras de la Tierra prometida.
El libro de los Números da la impresión de ser un conjunto de elementos heterogéneos, sin ninguna conexión lógica. A pesar de todo, es posible establecer un cierto orden, si se tiene en cuenta el marco geográfico de los acontecimientos relatados.
1.º La partida desde el Sinaí se prepara con un censo del pueblo y con las ofrendas presentadas con motivo de la dedicación del Santuario (1. 1 - 10. 10).
2.º Después de celebrar la segunda Pascua, los israelitas salen del Sinaí y llegan a Cades, donde realizan un intento desafortunado de entrar en Canaán por el sur (10. 11 - 21. 35).
3.º Tras una larga permanencia en Cades, vuelven a ponerse en camino y llegan a las estepas de Moab, frente a Jericó (caps. 22-36).
En torno a estos relatos, se mezclan numerosas disposiciones legales y litúrgicas, que completan la legislación del Sinaí o preparan el establecimiento de Israel en Canaán.
En el libro de los Números vuelven a aparecer las tradiciones "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal". Esta última es la que dio una forma acabada a toda la obra y le imprimió su espíritu peculiar.
Es inútil buscar en esta compilación de antiguas tradiciones, un relato exacto y ordenado de los hechos. La tradición sobre el itinerario del desierto es fragmentaria y se limita a unos pocos episodios. Además, la historia es vista desde una perspectiva religiosa. Su intención es mostrar la solícita providencia de Dios en favor de su Pueblo, a pesar de las murmuraciones y rebeldías del mismo.
Durante su marcha por el desierto, Israel vivió sus primeras experiencias como Pueblo de Dios. Allí la masa heterogénea de fugitivos que habían salido de Egipto bajo la guía de Moisés ( Exo_12:38 ) comenzó a tomar conciencia de su destino común. Al llegar la plenitud de los tiempos, también el nacimiento del nuevo Pueblo de Dios estuvo vinculado con el desierto. Allí predicó y bautizó Juan el Bautista, para preparar "el camino del Señor" ( Mat_3:3 ). Y allí Jesús "fue llevado por el Espíritu" ( Mat_4:1 ) para prepararse a cumplir su misión de "iniciador y consumador de nuestra fe" ( Heb_12:2 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Numeros  13,1-33

22. "Ajimán, Sesai y Talmai" son los nombres de tres tribus que vivían en aquella región. "Tanis" es una ciudad egipcia, situada en el Delta del Nilo.

23-24. "Escol" es un valle situado cerca de Hebrón, en una zona célebre por sus viñedos.

33. El rumor sobre los "gigantes" expresa gráficamente la impresión que recibieron los israelitas que llegaban del desierto, en su primer contacto con la civilización cananea. Al ver los muros de las ciudades fortificadas, creyeron que habían sido construidos por hombres de estatura ciclópea. Deu_2:10, Deu_2:20-21 menciona entre los "gigantes" -además de los anaquitas- a los emíes y zamzumíes, que ocupaban la Transjordania antes de ser expulsados por los moabitas y los amonitas.