Numeros  30 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 17 versitos |
1 Moisés transmitió a los israelitas todas las prescripciones que le había dado el Señor.
2 Luego dijo a los jefes de las tribus de Israel: Esto es lo que el Señor ha mandado:
3 Cuando un hombre hace un voto al Señor o se impone una obligación bajo juramento, no deberá faltar a su palabra: es preciso que haga exactamente lo que ha prometido.
4 Pero cuando la persona que hace el voto al Señor, o se impone esa obligación, es una mujer soltera, que vive todavía en cada de su padre,
5 si este último, al tener conocimiento del voto o de la obligación que ella se ha impuesto, no le dice nada en contra, el voto y la obligación son válidos.
6 Si su padre, en cambio, al enterarse, le manifiesta su desaprobación, el voto y la obligación que ella se ha impuesto no serán válidos: el Señor no se los tomará en cuenta, porque su padre los desaprueba.
7 Si la mujer se cada mientras está ligada por un voto por un compromiso contraído inconsideradamente,
8 y su marido, al enterarse, no le dice nada en contra, los votos y los compromisos que ella ha contraído serán válidos.
9 Pero si el marido, al enterarse, le manifiesta su desaprobación, anula el voto que la obligaba o el compromiso que ella contrajo inconsideradamente, y el Señor no se lo tomará en cuenta.
10 El voto de una mujer viuda o divorciada, y las obligaciones que se impongan, serán válidos.
11 Si la mujer hace un voto o se impone una obligación bajo juramente, estando en cada de su marido,
12 y este último, al enterarse, no le dice nada en contra, el voto y la obligación que ella se ha impuesto serán válidos.
13 Pero si su marido los anula en el momento de enterarse, no será válido nada de los que haya salido de su boca, sean votos u obligaciones: su marido los ha anulado y el Señor no los tendrá en cuenta.
14 Su marido podrá anular o ratificar cualquier voto o cualquier obligación que ella se imponga bajo juramento para mortificarse.
15 Si no le dice nada en contra antes del día siguientes, quiere decir que ratifica todos los votos y todas las obligaciones, porque no le dijo nada en el momento de enterarse.
16 Y si los anula mucho tiempo después de haberse enterado, él será responsable de la falta de su mujer.
17 Estos son los preceptos que el Señor dictó a Moisés acerca de la relación entre un hombre y su mujer, y entre un padre y su hija soltera que todavía vive en casa de su padre.

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Introducción a Numeros 


Números


El título NÚMEROS refleja bastante imperfectamente el contenido del cuarto libro del Pentateuco, pero destaca, al menos, una de sus características: la preocupación por las precisiones numéricas. Esta preocupación se manifiesta, entre otras cosas, en los dos censos registrados en el Libro (caps. 1-4; 26), en la reglamentación sobre los sacrificios (caps. 28-29), y en las instrucciones para el reparto del botín (cap. 31) y para la división del territorio alrededor de las ciudades levíticas (35. 1-8).
Los judíos de lengua hebrea llamaban a este libro "EN EL DESIERTO", porque estas son las palabras más importantes del versículo inicial. Dicho titulo evoca otro de sus temas característicos: la marcha de los israelitas a través del desierto, desde el Sinaí hasta las fronteras de la Tierra prometida.
El libro de los Números da la impresión de ser un conjunto de elementos heterogéneos, sin ninguna conexión lógica. A pesar de todo, es posible establecer un cierto orden, si se tiene en cuenta el marco geográfico de los acontecimientos relatados.
1.º La partida desde el Sinaí se prepara con un censo del pueblo y con las ofrendas presentadas con motivo de la dedicación del Santuario (1. 1 - 10. 10).
2.º Después de celebrar la segunda Pascua, los israelitas salen del Sinaí y llegan a Cades, donde realizan un intento desafortunado de entrar en Canaán por el sur (10. 11 - 21. 35).
3.º Tras una larga permanencia en Cades, vuelven a ponerse en camino y llegan a las estepas de Moab, frente a Jericó (caps. 22-36).
En torno a estos relatos, se mezclan numerosas disposiciones legales y litúrgicas, que completan la legislación del Sinaí o preparan el establecimiento de Israel en Canaán.
En el libro de los Números vuelven a aparecer las tradiciones "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal". Esta última es la que dio una forma acabada a toda la obra y le imprimió su espíritu peculiar.
Es inútil buscar en esta compilación de antiguas tradiciones, un relato exacto y ordenado de los hechos. La tradición sobre el itinerario del desierto es fragmentaria y se limita a unos pocos episodios. Además, la historia es vista desde una perspectiva religiosa. Su intención es mostrar la solícita providencia de Dios en favor de su Pueblo, a pesar de las murmuraciones y rebeldías del mismo.
Durante su marcha por el desierto, Israel vivió sus primeras experiencias como Pueblo de Dios. Allí la masa heterogénea de fugitivos que habían salido de Egipto bajo la guía de Moisés ( Exo_12:38 ) comenzó a tomar conciencia de su destino común. Al llegar la plenitud de los tiempos, también el nacimiento del nuevo Pueblo de Dios estuvo vinculado con el desierto. Allí predicó y bautizó Juan el Bautista, para preparar "el camino del Señor" ( Mat_3:3 ). Y allí Jesús "fue llevado por el Espíritu" ( Mat_4:1 ) para prepararse a cumplir su misión de "iniciador y consumador de nuestra fe" ( Heb_12:2 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas