EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
El Evangelio que lleva el nombre de MATEO -un recaudador de impuestos que abandonó su trabajo para seguir a Jesús (9. 9)- fue escrito hacia el 80d.C. y está dirigido principalmente a los cristianos de origen judío.
Dado el carácter de los destinatarios, Mateo cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento y se apoya en ellos para mostrar que el designio de Dios anunciado por los Profetas alcanza su pleno cumplimiento en la persona y la obra de Jesús. Él es el "Hijo de David", el "Enviado" para salvar a su Pueblo, el "Hijo del hombre" que habrá de manifestarse como Juez universal, el "Rey de Israel" y el "Hijo de Dios" por excelencia. Mateo también aplica a Jesús en forma explícita los oráculos de Isaías sobre el "Servidor sufriente", que carga sobre sí nuestras debilidades y dolencias. Y al darle el título de "Señor", reservado sólo a Dios en el Antiguo Testamento, afirma implícitamente su condición divina.
Este evangelista atribuye una especial importancia a las enseñanzas de Jesús y las agrupa en cinco discursos, que forman como la trama de su Evangelio y están encuadrados por otras tantas secciones narrativas. El tema central de estos discursos es el Reino de Dios. En ellos, Cristo aparece como "el nuevo Moisés", que lleva a su plenitud la Ley de la Antigua Alianza. También es el "Maestro", que enseña "como quien tiene autoridad" (7. 29) la "justicia" de ese Reino inaugurado y proclamado por él.
El Evangelio de Mateo ha sido llamado con razón "el Evangelio de la Iglesia", por el papel preponderante que ocupa en él la vida y la organización de la comunidad congregada en nombre de Jesús. Esta comunidad es el nuevo Pueblo de Dios, el lugar donde el Señor resucitado manifiesta su presencia y la irradia a todos los hombres. Por eso ella está llamada a vivir en el amor fraterno y el servicio mutuo, como condiciones indispensables para hacer visible el verdadero rostro de Jesucristo.
Mateo 15,1-39
2. Se trata de una de las tantas tradiciones religiosas que los escribas y fariseos observaban escrupulosamente, atribuyéndoles la misma importancia que a la Ley de Dios. Las manos sin lavar debían considerarse impuras, y su impureza se comunicaba luego a los alimentos y a las personas que los comían.
4. Exo_20:12; Deu_5:16; Exo_21:17; Lev_20:9.
5-6. Cuando alguien consagraba una cosa al Templo, nadie tenía derecho a reclamarla. Los fariseos se valían de esto para librarse del deber de ayudar a sus padres, haciendo voto de consagrar al Templo los bienes con que debían sostenerlos, y luego dilataban indefinidamente la entrega de los mismos.
8-9. Isa_29:13.
21-22. Los habitantes de Fenicia, donde se encontraban "Tiro" y "Sidón", eran llamados "cananeos".
26. Los "hijos" son los israelitas y los "cachorros", los paganos. El anuncio de la salvación estaba dirigido, en primer lugar, a los judíos, que eran depositarios de las promesas de Dios. Pero después de la venida del Espíritu Santo, la Buena Noticia del Reino tenía que ser predicada a todas las naciones, de acuerdo con la orden recibida del Señor. Ver 28. 19; Hec_13:46-47.
39. "Magadán" era una localidad próxima al mar de Galilea. En Mar_8:10 se la llama Dalmanuta.