Mateo 4 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 25 versitos |
1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
2 Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
3 Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
4 Jesús le respondió: "Está escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"".
5 Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
6 diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"".
7 Jesús le respondió: "También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"".
8 El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,
9 y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme".
10 Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"".
11 Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
12 Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
13 Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí,
14 para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
15 "¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
16 El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz."
17 A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca".
18 Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
19 Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
20 Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
21 Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
22 Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
23 Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
24 Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba.
25 Lo seguían grandes multitudes que llegaban a Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.

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Introducción a Mateo


EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

El Evangelio que lleva el nombre de MATEO -un recaudador de impuestos que abandonó su trabajo para seguir a Jesús (9. 9)- fue escrito hacia el 80d.C. y está dirigido principalmente a los cristianos de origen judío.
Dado el carácter de los destinatarios, Mateo cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento y se apoya en ellos para mostrar que el designio de Dios anunciado por los Profetas alcanza su pleno cumplimiento en la persona y la obra de Jesús. Él es el "Hijo de David", el "Enviado" para salvar a su Pueblo, el "Hijo del hombre" que habrá de manifestarse como Juez universal, el "Rey de Israel" y el "Hijo de Dios" por excelencia. Mateo también aplica a Jesús en forma explícita los oráculos de Isaías sobre el "Servidor sufriente", que carga sobre sí nuestras debilidades y dolencias. Y al darle el título de "Señor", reservado sólo a Dios en el Antiguo Testamento, afirma implícitamente su condición divina.
Este evangelista atribuye una especial importancia a las enseñanzas de Jesús y las agrupa en cinco discursos, que forman como la trama de su Evangelio y están encuadrados por otras tantas secciones narrativas. El tema central de estos discursos es el Reino de Dios. En ellos, Cristo aparece como "el nuevo Moisés", que lleva a su plenitud la Ley de la Antigua Alianza. También es el "Maestro", que enseña "como quien tiene autoridad" (7. 29) la "justicia" de ese Reino inaugurado y proclamado por él.
El Evangelio de Mateo ha sido llamado con razón "el Evangelio de la Iglesia", por el papel preponderante que ocupa en él la vida y la organización de la comunidad congregada en nombre de Jesús. Esta comunidad es el nuevo Pueblo de Dios, el lugar donde el Señor resucitado manifiesta su presencia y la irradia a todos los hombres. Por eso ella está llamada a vivir en el amor fraterno y el servicio mutuo, como condiciones indispensables para hacer visible el verdadero rostro de Jesucristo.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Mateo 4,1-25

1. En la Biblia, el "desierto" es con frecuencia el lugar de prueba, y se lo imaginaba poblado de animales salvajes. Ver Mar_1:12-13.

4. Deu_8:3.

5. "La parte más alta del Templo": probablemente se trata de la cornisa de uno de los grandes pórticos por los que se accedía a la explanada del Templo.

6. Sal_91:11-12.

7. Deu_6:16.

10. Deu_6:13.

15-16. Is. 8. 23 - 9. 1. Los cinco nombres geográficos que cita el profeta Isaías, señalan las regiones del norte de Galilea y de la Transjordania que fueron conquistadas por los asirios en el año 734 a. C.

23. Las "sinagogas" son los edificios donde los judíos se reúnen para leer y explicar la Palabra de Dios. Ver Luc_4:16-21.

25. La "Decápolis" -palabra de origen griego que significa "diez ciudades"- era una confederación de ciudades independientes, la mayoría de las cuales estaban situadas al este del Jordán.