Lucas 15 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 32 versitos |
1 Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.
2 Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos".
3 Jesús les dijo entonces esta parábola:
4 "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?
5 Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
6 y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".
7 Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".
8 Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?
9 Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".
10 Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".
11 Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos.
12 El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes.
13 Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
14 Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
15 Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
16 El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
17 Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!".
18 Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti;
19 ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros".
20 Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
21 El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo".
22 Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
23 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,
24 porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta.
25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
26 Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso.
27 El le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero y engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo".
28 El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara,
29 pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
30 ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!".
31 Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
32 Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"."

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Introducción a Lucas


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

El EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS fue redactado por este compañero de viaje del Apóstol san Pablo, unos cincuenta años después de la muerte de Jesús, y originariamente formaba un todo con el libro de los Hechos de los Apóstoles. Lucas no era de origen judío, y su obra está dirigida ante todo a los cristianos que, como él, provenían del mundo pagano. En el Prólogo de su Evangelio hace referencia al proceso de predicación, de transmisión oral y de redacción que precedió a la composición definitiva de los Evangelios.
Uno de los aspectos de la Buena Noticia que más quiso destacar san Lucas es el carácter universal de la Salvación. Jesucristo, en efecto, es el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que todos los hombres se salven por medio de él. Para él no hay privilegios de raza, de nacionalidad, de cultura o de clase social. Mejor dicho, hay privilegios. Pero Dios los reserva para los pobres, para los que aparentemente no valen nada. Ellos son los destinatarios predilectos de la Buena Noticia, los herederos por excelencia del Reino de Dios.
Asimismo, este Evangelio se llama con razón el "Evangelio de la misericordia". Lucas nos presenta constantemente a Jesús como aquel que "vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (19. 10). Dios es para él, sobre todo, el Padre misericordioso que sale al encuentro de sus hijos extraviados y se llena de alegría al volver a encontrarlos.
Pero el "Evangelio de la misericordia" es también un Evangelio exigente. Su autor insiste en el llamado a la conversión, es decir, al cambio de vida, como condición indispensable para alcanzar la Salvación. El fruto de esa conversión es el gozo que experimentan los que creen en la Buena Noticia y se dejan salvar por ella. Por eso, san Lucas pone tan de relieve la acción del Espíritu Santo, que es la fuente de la verdadera alegría.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Lucas 15,1-32

8. "Dracma": moneda de plata que equivalía aproximadamente a un "denario". Ver nota Mat_18:28.

25. El "hijo mayor" simboliza la actitud de los escribas y fariseos, que por estar satisfechos de su justicia, nunca comprendieron la condescendencia de Jesús hacia los pecadores.