I Corintios 8 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 13 versitos |
1 Con respecto a la carne sacrificada a los ídolos, todos tenemos el conocimiento debido, ya lo sabemos, pero el conocimiento llena de orgullo, mientras que el amor edifica.
2 Si alguien se imagina que conoce algo, no ha llegado todavía a conocer como es debido;
3 en cambio, el que ama a Dios es reconocido por Dios.
4 En cuanto a comer la carne sacrificada a los ídolos, sabemos bien que los ídolos no son nada y que no hay más que un solo Dios.
5 Es verdad que algunos son considerados dioses, sea en el cielo o en la tierra: de hecho, hay una cantidad de dioses y una cantidad de señores.
6 Pero para nosotros, no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y a quien nosotros estamos destinados, y un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por quien nosotros existimos.
7 Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Algunos, habituados hasta hace poco a la idolatría, comen la carne sacrificada a los ídolos como si fuera sagrada, y su conciencia, que es débil, queda manchada.
8 Ciertamente, no es un alimento lo que no acerca a Dios: ni por dejar de comer somos menos, ni por comer somos más.
9 Pero tengan cuidado que el uso de esta libertad no sea ocasión de caída para el débil.
10 Si alguien te ve a ti, que sabes cómo se debe obrar, sentado a la mesa en un templo pagano, ¿no se sentirá autorizado, a causa de la debilidad de su conciencia, a comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos?
11 Y así, tú, que tienes el debido conocimiento, haces perecer al débil, ¡ese hermano por el que murió Cristo!
12 Pecando de esa manera contra sus hermanos e hiriendo su conciencia, que es débil, ustedes pecan contra Cristo.
13 Por lo tanto, si un alimento es ocasión de caída para mi hermano, nunca probaré carne, a fin de evitar su caída.

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Introducción a I Corintios


PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS

Corinto, capital de la provincia romana de Acaya, era la ciudad más grande de Grecia. Su condición de puerto cosmopolita y su prosperidad económica la habían convertido en un lugar proverbial por la inmoralidad de sus costumbres. Durante su segundo viaje misionero, Pablo permaneció allí más de un año y medio, y logró establecer una comunidad entusiasta y fervorosa ( Act_18:1-18 ). Pero fue precisamente en Corinto donde alcanzó su punto más crítico la confrontación del Cristianismo naciente con el pensamiento y las costumbres paganas, y apenas Pablo se alejó comenzaron a surgir graves conflictos.
La llegada de Apolo ( Act_18:24 ) y de otros predicadores cristianos que se presentaban como emisarios de Pedro, dividió profundamente a la comunidad, provocando la formación de bandos rivales ( Act_1:11-13 ). Muchos cristianos no se habían despojado suficientemente de las costumbres paganas, y caían en el libertinaje moral ( Act_5:1 ). Las asambleas litúrgicas estaban perturbadas por una escandalosa división entre ricos y pobres ( Act_11:18-22 ), o por formas de exaltación teñidas de paganismo ( Act_14:1-5 ). Algunos confundían el Evangelio con una sabiduría puramente humana ( Act_1:22 ) y otros negaban la resurrección de los muertos ( Act_15:12 ).
Advertido de estos abusos, Pablo envió la PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS para restablecer el orden y responder a las consultas que se le habían hecho. Con su mirada penetrante, él va exponiendo grandes temas doctrinales a propósito de varios asuntos de orden práctico, algunos de ellos aparentemente insignificantes. Ningún otro escrito del Nuevo Testamento nos muestra de una manera tan concreta la vida de una comunidad y su situación ante el paganismo.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas