Colosenses 2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 23 versitos |
1 Sí, quiero que sepan qué dura es la lucha que sostengo por ustedes, por los de Laodicea y por tantos otros que no me conocen personalmente.
2 Mi deseo es que se sientan animados y que, unidos estrechamente en el amor, adquieran la plenitud de la inteligencia en toda su riqueza. Así conocerán el misterio de Dios, que es Cristo,
3 en quien están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
4 Los pongo sobre aviso para que nadie los engañe con sofismas.
5 Aunque ausente con el cuerpo, estoy presente en espíritu, y me alegro de ver el orden que reina entre ustedes y la firmeza de la fe que tienen en Cristo.
6 Vivan en Cristo Jesús, el Señor, tal como ustedes lo han recibido,
7 arraigados y edificados en él, apoyándose en la fe que les fue enseñada y dando gracias constantemente.
8 No se dejen esclavizar por nadie con la vacuidad de una engañosa filosofía, inspirada en tradiciones puramente humanas y en los elementos del mundo, y no en Cristo.
9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad,
10 y ustedes participan de esa plenitud de Cristo, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad.
11 En él fueron circuncidados, no por mano de hombre, sino por una circuncisión que los despoja del cuerpo carnal, la circuncisión de Cristo.
12 En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
13 Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas.
14 El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.
15 En cuanto a los Principados y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la burla, incorporándolos a su cortejo triunfal.
16 Por eso, que nadie los critique por cuestiones de alimento y de bebida, o de días festivos, de novilunios y de sábados.
17 Todas esas cosas no son más que la sombra de una realidad futura, que es el Cuerpo de Cristo.
18 Que nadie los prive del previo, bajo pretexto de "humildad" y de un "culto de los ángeles". Esa gente tiene en cuenta solamente las cosas que ha visto y se vanagloria en el orgullo de su mentalidad carnal.
19 pero no se mantiene unida a la Cabeza que vivifica a todo el Cuerpo y le da cohesión por medio de las articulaciones y de los ligamentos, a fin de que su crecimiento se realice en Dios.
20 Ya que ustedes han muerto con Cristo, a los elementos del mundo, ¿por qué se someten a las prohibiciones de
21 "no tomar", "no comer" y "no tocar", como si todavía vivieran en el mundo?
22 Todo esto se refiere a cosas destinadas a ser destruidas por su mismo uso y no son más que preceptos y doctrinas de hombres.
23 Estas doctrinas tienen una cierta apariencia de sabiduría por su "religiosidad", su "humildad" y su "desprecio del cuerpo", pero carecen de valor y sólo satisfacen los deseos de la carne.

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Introducción a Colosenses


CARTA A LOS COLOSENSES

Colosas era una ciudad de Asia Menor, situada a unos doscientos kilómetros al este de Éfeso. Pablo no la evangelizó personalmente, sino que confió esa misión a Epafras, uno de sus discípulos, que era natural de allí (1. 7; 4. 12).
Cuando este colaborador fue a visitarlo, mientras el Apóstol se encontraba prisionero en Roma, le hizo saber el grave peligro que amenazaba a aquella comunidad. Bajo pretexto de "filosofía", algunos trataban de difundir una doctrina que asignaba a Cristo un lugar subordinado en la jerarquía de los seres espirituales que rigen el universo, los así llamados "elementos del mundo" (2. 8), cuyo culto recomendaban. Además, querían imponer el rito de la circuncisión, como también algunas prácticas ascéticas y determinadas prescripciones sobre fiestas y alimentos, que supuestamente debían completar la salvación comenzada por Jesús.
Para combatir estos errores, Pablo escribió su CARTA A LOS COLOSENSES, entre los años 61 y 63. En ella destaca claramente la supremacía absoluta de Cristo sobre todas las cosas y, en particular, sobre las jerarquías angélicas. Nadie puede compararse con él, que es "la esperanza de la gloria" (1. 27), y todos los poderes, sin excepción, le están sometidos. Esta Carta tiene muchos puntos de contacto con la que un tiempo después el Apóstol dirigió a los Efesios.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Colosenses 2,1-23

1. "Laodicea" era una importante ciudad de Asia Menor, que se encontraba cerca de Colosas.

8. "Elementos del mundo": ver nota Gal_4:3.

11. "La circuncisión de Cristo": Pablo contrapone a la circuncisión practicada en la carne, la circuncisión espiritual instituida por Cristo, que es el bautismo. Ver Flp_3:3.

12. Ver Rom_6:3-5; 1Pe_3:21.

14. "El acta de condenación" es la Ley del Sinaí, que imponía una obligación al hombre "carnal" y "vendido como esclavo al pecado" ( Rom_7:14).

15. "Su cortejo triunfal": esta imagen se inspira en la costumbre romana de hacer desfilar a los príncipes cautivos en el cortejo del general vencedor. Ver 1Co_15:24; 1Pe_3:22.

18. "Humildad" y "culto de los ángeles": alusión a ciertas prácticas ascéticas y cultuales que se habían difundido entre los cristianos de Colosas.

20-22. Isa_29:13. Estas prohibiciones versaban sobre alimentos y objetos considerados impuros. Ver Mat_15:1-20; Tit_1:15.