Tobías 10 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 25 versitos |
1 Mardoqueo decía: "¡Todo esto proviene de Dios! Después de Ester 10:3
1 Mientras tanto, Tobit contaba uno por uno los días que debía durar el viaje de ida y vuelta. Cuando se cumplió el plazo, sin que su hijo hubiera vuelto,
2 Yo recuerdo el sueño que tuve acerca de esto y no se ha omitido un solo detalle:
2 pensó: "¿Lo habrán retenido allí? A lo mejor, ha muerto Gabael y no hay nadie que le entregue el dinero".
3 Y comenzó a preocuparse.
3 había una pequeña fuente convertida en río, luego una luz además del sol y agua abundante. El río es Ester, a la que el rey tomó por esposa y convirtió en reina;
4 los dos dragones somos yo y Amán;
4 Ana, su mujer, decía: "¡Mi hijo ha muerto, ya no está entre los vivos!". Y se puso a llorar y a lamentarse por su hijo, diciendo:
5 las naciones son las que se reunieron para hacer desaparecer el nombre de los judíos.
5 "¡Qué desgracia, hijo mío! Yo te dejé ir, a ti, la luz de mis ojos!".
6 Tobit le decía: "¡Tranquilízate, hermana, no pienses eso! El está bien. Habrán tenido algún contratiempo. Su compañero es persona de confianza, es uno de nuestros hermanos. No te preocupes por él. Llegará de un momento a otro".
6 y mi nación es Israel, los que clamaron a Dios y fueron salvados. El Señor ha liberado a su pueblo, el Señor nos ha librado de todos esos males, y Dios hizo esos grandes signos y prodigios, como nunca sucedió entre las naciones.
7 Pero ella replicaba: "Déjame, no trates de engañarme. Mi hijo ha muerto". Y todos los días salía a mirar el camino por donde se había ido su hijo, porque no se fiaba de nadie. Al caer la tarde, entraba en su casa y pasaba las noches llorando y lamentándose sin poder dormir. Cuando pasaron los catorce días de la fiesta que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías fue a decirle: "Déjame partir, porque seguramente mi padre y mi madre piensan que ya no volverán a verme. Te ruego, padre, que me dejes volver a la casa de mi padre. Ya te dije en qué estado lo dejé".
7 Por eso el Señor ha establecido dos suertes, una para el pueblo de Dios y otra para todas las naciones paganas.
8 Ragüel respondió a Tobías: "Quédate conmigo, hijo mío. Yo enviaré mensajeros a tu padre Tobit, para que le lleven noticias tuyas".
8 Y estas dos suertes se han verificado en la hora, el momento y el día del juicio delante de Dios y para todos los pueblos.
9 Tobías insistió: "No, por favor. Déjame volver al lado de mi padre".
9 Sí, Dios se acordó de su pueblo e hizo justicia a su herencia.
10 Ragüel le entregó en seguida a Sara, con la mitad de todos sus bienes en servidores y servidoras, en bueyes, camellos, asnos y camellos, en vestidos, plata y utensilios.
10 Por eso estos días del mes de Adar, el catorce y el quince de dicho mes, serán celebrados como días de asamblea, de gozo y alegría delante de Dios, a lo largo de todas las generaciones, en Israel, su pueblo".
11 Así los hizo partir contentos. Al despedirse de Tobías, le dijo: "¡Salud, hijo mío, y buen viaje! ¡Que el Señor del Cielo los guíe, a ti y a tu esposa Sara, y que yo pueda ver a sus hijos antes de morir!".
11 El cuarto año del reinado de Tolomeo y de Cleopatra, Dositeo, que decía ser sacerdote y levita, y su hijo Tolomeo trajeron la presente carta acerca de los "Purím", declarando que era auténtica y que había sido traducida por Lisímaco, hijo de Tolomeo, uno de los habitantes de Jerusalén.
12 A su hija Sara le dijo: "Ve a la casa de tu suegro. Desde ahora ellos son tus padres, como los que te hemos dado la vida. Vete en paz, hija mía. ¡Ojalá toda mi vida pueda oír buenas noticias tuyas!". Y después de abrazarlos, los dejó partir.
13 Edna, por su parte, dijo a Tobías: "Hijo y hermano muy querido, quiera el Señor que vuelvas, y que yo tenga vida para ver a tus hijos y a los de mi hija Sara, antes de morir!". En presencia del Señor, te confío a mi hija para que la cuides. No la entristezcas ni un solo día de tu vida. Vete en paz, hijo mío. De ahora en adelante, yo soy tu madre y Sara es tu hermana. ¡Ojalá pudiéramos ser igualmente felices todos los días de nuestra vida!". Luego besó a los dos y los dejó partir llenos de alegría.
14 Tobías salió feliz y contento de la casa de Ragüel, bendiciendo al Señor del cielo y de la tierra, el Rey del universo, por el buen resultado de su viaje. Ragüel le dijo: "Ojalá puedas honrar a tus padres todos los días de su vida!".

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Introducción a Tobías


Tobías

El libro de TOBÍAS fue escrito hacia el año 200 a. C. y sólo se ha conservado en varias versiones griegas y latinas, bastante diversas unas de otras. Como los libros de Ester y de Judit, pertenece al género de los relatos "edificantes" o narraciones elaboradas con el fin de transmitir una enseñanza de carácter moral y religioso.
Los protagonistas del relato son los miembros de una familia de la tribu de Neftalí, deportada a Nínive cuando los asirios invadieron y conquistaron el territorio de Galilea ( 2Ki_15:29 ). Esta ambientación fuera de Palestina es un elemento esencial de la narración, ya que la enseñanza contenida en el Libro está destinada principalmente a sostener la fe de los judíos dispersos en un ambiente pagano y casi siempre hostil. Para animarlos a mantenerse fieles al Señor, aun en medio de las pruebas, el autor les propone un modelo ejemplar en la figura de Tobit, el padre del joven Tobías. Lo que más se destaca a través del relato es la acción providencial de Dios. Los hechos que a primera vista parecen casuales responden en realidad a un designio divino -un "secreto"- que sólo al final se pone de manifiesto ( 2Ki_12:11 ). Y por eso, la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor, incluso en las situaciones más desesperadas.
En el libro de Tobías, el ejecutor de este designio divino es un "ángel" llamado Rafael, que significa "Dios sana". Mientras que en los textos bíblicos más antiguos el Señor se acerca personalmente a los hombres y habla con ellos, en esta etapa de la Revelación se acentúa el sentido de la trascendencia divina. Una distancia infinita separa a los hombres de Dios, pero esa distancia es salvada por la intervención de los ángeles, cuya función consiste en ser los "mensajeros" de las bendiciones y de los castigos divinos, y en presentar al Señor las súplicas y necesidades de los hombres ( 2Ki_12:12-15 ).
Junto con la invitación a confiar en la Providencia divina, la historia de Tobías destaca otros valores de profundo contenido evangélico: la santidad del matrimonio, el respeto filial, la misericordia hacia los pobres, la práctica de la limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la eficacia de la oración.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas