1 Entonces Mardoqueo, recordando todas las obras del Señor, le dirigió esta oración: Después de Ester 4:17 |
1 Aquel día, Tobit se acordó del dinero que había dejado en depósito a Gabael, en Ragués de Media, |
2 "Señor, Señor, Rey todopoderoso, todo está sometido a tu poder y no hay nadie que pueda oponerse a ti, si tú quieres salvar a Israel. |
2 y pensó: "Ya que he pedido la muerte, haría bien en llamar a mi hijo Tobías para hablarle de ese dinero antes de morir". |
3 Entonces llamó a su hijo Tobías y, cuando este se presentó, le dijo: "Entiérrame dignamente. Honra a tu madre, y no la abandones ningún día de su vida. Trata de complacerla y no la entristezcas. |
3 Porque tú has hecho el cielo y la tierra y todas las maravillas que hay bajo el cielo; |
4 tú eres el Señor de todas las cosas, y no hay nadie que te resista, Señor. |
4 Acuérdate, hijo mío, de todos los peligros a que estuvo expuesta por tu causa, mientras te llevaba en su seno. Y cuando muera, entiérrala junto a mí en la misma tumba. |
5 Tú lo conoces todo, y sabes muy bien, Señor, que no ha sido por arrogancia, ni por soberbia o amor propio, que yo me negué a postrarme ante el orgulloso Amán: |
5 Acuérdate del Señor todos los días de tu vida, hijo mío, y no peques deliberadamente ni quebrantes sus mandamientos. Realiza obras de justicia todos los días de tu vida y no sigas los caminos de la injusticia. |
6 Porque si vives conforme a la verdad, te irá bien en todas tus obras |
6 de buena gana le besaría la planta de los pies por la salvación de Israel. |
7 Si yo hice esto, fue para no poner la gloria de un hombre por encima de la gloria de Dios: no, no me postraré ante nadie sino sólo ante ti, Señor, y esto no lo hago por soberbia. |
7 como a todos los que practican la justicia. Da la limosna de tus bienes y no lo hagas de mala gana. No apartes tu rostro del pobre y el Señor no apartará su rostro de ti. |
8 Y ahora, Señor, Dios y Rey, Dios de Abraham, perdónale la vida a tu pueblo, porque están mirando cómo destruirnos y ansían exterminar la herencia que ha sido tuya desde siempre. |
8 Da limosna según la medida de tus posibilidades: si tienes poco, no temas dar de lo poco que tienes. |
9 No menosprecies tu porción escogida, la que has rescatado para ti del país de Egipto. |
9 Así acumularás un buen tesoro para el día de la necesidad. |
10 Presta atención a mi plegaria, muéstrate propicio con tu heredad, cambia nuestro duelo en alegría, para que vivamos y cantemos himnos a tu Nombre, Señor. ¡No hagas enmudecer la boca de los que te alaban!". |
10 Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas: |
11 Mientras tanto, Israel clamaba con todas sus fuerzas, porque veían que su muerte era inminente. |
11 la limosna es, para todos los que la hacen, una ofrenda valiosa a los ojos del Altísimo. |
12 Cuídate, hijo mío, de toda unión ilegítima y, sobre todo, elige una mujer del linaje de tus padres. No tomes por esposa a una extranjera, que no pertenezca a la tribu de tu padre, porque nosotros somos hijos de profetas. Acuérdate, hijo mío, de Noé, de Abraham, de Isaac y de Jacob, nuestros antiguos padres: ellos eligieron sus esposas entre las mujeres de sus parientes. Por eso fueron bendecidos en sus hijos y su descendencia poseerá la tierra en herencia. |
12 La reina Ester, presa de una angustia mortal, también buscó refugio en el Señor. |
13 Por lo tanto, hijo mío, prefiere a tus hermanos; no te muestres orgulloso con los hijos y las hijas de tu pueblo, rehusando tomar una esposa entre ellos. Porque el orgullo acarrea la ruina y un gran desorden, y la ociosidad lleva a la decadencia y a la miseria; ella es, en efecto, madre de la penuria. |
13 Se despojó de sus vestidos lujosos y se puso ropa de aflicción y de duelo. En lugar de los perfumes refinados, se cubrió la cabeza de ceniza y basura. Mortificó su cuerpo duramente y dejó caer sus cabellos enmarañados sobre aquel cuerpo que antes se complacía en adornar. |
14 No retengas hasta el día siguiente el salario de un trabajador; retribúyele inmediatamente y, si sirves a Dios, él te lo retribuirá. Hijo mío, vigila todas tus acciones y muéstrate siempre educado. |
14 Luego oró al Señor, Dios de Israel, diciendo: "¡Señor mío, nuestro Rey, tú eres el Único! Ven a socorrerme, porque estoy sola, no tengo otra ayuda fuera de ti |
15 No hagas a nadie lo que no te agrada a ti. No bebas hasta embriagarte y que la embriaguez no te acompañe en el camino. |
15 y estoy expuesta al peligro. |
16 Comparte tu pan con los que tienen hambre y tus vestidos con los que están desnudos. Da limosna de todo lo que te sobra y no lo hagas de mala gana. |
16 Yo aprendí desde mi infancia, en mi familia paterna, que tú, Señor, elegiste a Israel entre todos los pueblos, y a nuestros padres entre todos sus antepasados, para que fueran tu herencia eternamente. ¡Y tú has hecho por ellos lo que habías prometido! |
17 Ofrece tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los pecadores. |
17 Ahora nosotros hemos pecado contra ti, y tú nos entregaste en manos de nuestros enemigos, |
18 Pide consejo a las personas sensatas y no desprecies un buen consejo. |
18 porque hemos honrado a sus dioses. ¡Sí, tú eres justo, Señor! |
19 En cualquier circunstancia bendice al Señor, tu Dios; pídele que dirija tus pasos y que todos tus caminos y todos tus proyectos lleguen a feliz término. Porque ningún pueblo posee la sabiduría, sino que es el Señor el que da todos los bienes: él humilla a quien quiere, hasta lo más profundo del Abismo. Hijo mío, acuérdate de estos preceptos, y que nunca se borren de tu corazón. |
19 Pero ellos no se contentaron con someternos a una dura esclavitud, sino que hicieron un pacto con sus ídolos |
20 para anular lo que tu boca había decretado, para hacer que desaparezca tu herencia y cerrar la boca de los que te alaban, extinguiendo la gloria de tu Casa y de tu Altar, |
20 Y ahora, quiero hacerte saber que yo dejé en depósito a Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués de Media, diez talentos de plata. |
21 No te preocupes de que nos hayamos empobrecido. Tú tienes una riqueza muy grande si temes a Dios, si evitas cualquier pecado y si haces lo que agrada al Señor, tu Dios". |
21 y para abrir, en cambio, la boca de las naciones, a fin de que celebren a los ídolos vanos y admiren eternamente a un rey mortal. |
22 No entregues tu cetro, Señor, a los que no son nada: ¡que no se burlen de nuestra ruina! Haz que sus planes se vuelvan contra ellos e inflige un castigo ejemplar a aquel que comenzó a atacarnos. |
23 ¡Acuérdate, Señor, y manifiéstate en el momento de nuestra aflicción! Y a mí, dame valor, Rey de los dioses y Señor de todos los que tienen autoridad. |
24 Coloca en mis labios palabras armoniosas cuando me encuentre delante del león, y cámbiale el corazón para que deteste al que nos combate y acabe con él y con sus partidarios. |
25 ¡Líbranos de ellos con tu mano y ven a socorrerme, porque estoy sola, y no tengo a nadie fuera de ti, Señor! Tú, que lo conoces todo, |
26 sabes que yo detesto la gloria de los impíos y me horroriza el lecho de los incircuncisos y el de cualquier extranjero. |
27 Tú sabes que estoy aquí por necesidad; yo aborrezco la insignia fastuosa que ciñe mi frente cuando aparezco en público: la aborrezco como un paño ensangrentado, y nunca la uso cuando estoy a solas. |
28 Tu servidora no ha comido en la mesa de Amán, no he sentido estima por los banquetes del rey ni he bebido el vino de las libaciones. |
29 Tu servidora no encontró la felicidad desde que cambió de condición hasta el presente, a no ser junto a ti, Señor, Dios de Abraham. |
30 ¡Dios, que tienes poder sobre todos, oye la voz de los desesperados: líbranos de las manos de los perversos y líbrame a mí de todo temor!" |