Sabiduría 10 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 21 versitos |
1 Ella protegió al primero que fue formado, al padre del mundo, que estaba solo cuando fue creado. Lo liberó de su propia caída
2 y le dio la fuerza para dominar todas las cosas.
3 Pero un injusto que por su ira se apartó de ella pereció a causa de su furia fratricida.
4 Y cuando, por culpa de él, las aguas anegaron la tierra, de nuevo la salvó la Sabiduría, guiando al justo sobre una simple madera.
5 Cuando las naciones, por su perversión unánime, fueron confundidas, ella reconoció al justo, lo conservó irreprochable delante de Dios y lo hizo más fuerte que la ternura hacia su hijo.
6 Cuando eran exterminados los impíos, ella libró a un justo, escapado del fuego que caía sobre las Cinco Ciudades.
7 En testimonio de semejante perversidad, humea allí todavía una tierra desolada, los arbustos dan frutos que no llegan a madurar y, como recuerdo de un alma incrédula, se alza una columna de sal.
8 Por haberse apartado del camino de la Sabiduría, no sólo tuvieron la desgracia de no conocer el bien, sino que, además, dejaron a los vivientes un momento de su locura, para que sus faltas no quedaran ocultas.
9 La Sabiduría, en cambio, libró de las fatigas a sus servidores.
10 Al justo que huía de la ira de su hermano, ella lo guió por senderos rectos; le mostró la realeza de Dios, y le dio el conocimiento de las cosas santas; lo hizo prosperar en sus duros trabajos y multiplicó el fruto de sus esfuerzos;
11 lo asistió contra la codicia de sus exploradores, y lo colmó de riquezas;
12 lo protegió contra sus enemigos y lo defendió de los que acechaban contra él; y le otorgó la palma en un rudo combate, para que supiera que la piedad es más poderosa que todo.
13 Ella no abandonó al justo que fue vendido, sino que lo libró del pecado;
14 descendió con él a la cisterna, y no lo abandonó en la prisión hasta entregarle el cetro de la realeza y la autoridad sobre los que lo sojuzgaban; así puso en evidencia la mentira de sus calumniadores y le dio una gloria eterna.
15 Ella liberó de una nación opresora a un pueblo santo, a una raza irreprochable.
16 Entró en el alma de un servidor del Señor y enfrentó a reyes temibles con prodigios y señales.
17 Otorgó a los santos la recompensa de sus trabajos y los condujo por un camino admirable; fue para ellos una sombra protectora durante el día y un fulgor de estrellas durante la noche.
18 Los hizo pasar a pie por el Mar Rojo y los condujo a través de las aguas caudalosas.
19 A sus enemigos, en cambio, los sumergió y después los despidió a borbotones desde el fondo del Abismo.
20 Así, los justos despojaron a los impíos y celebraron, Señor, tu santo Nombre, alabando unánimemente tu mano protectora.
21 Porque la Sabiduría abrió la boca de los mudos y soltó la lengua de los más pequeños.

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Introducción a Sabiduría


Libro de los Macabeos

Los libros de los MACABEOS son dos escritos independientes, que relatan las luchas del Pueblo judío contra la dinastía de los Seléucidas, en defensa de su autonomía política y su libertad religiosa. El título de los mismos proviene del sobrenombre "Macabeo", aplicado primero a Judas -el principal protagonista de aquella lucha- y extendido luego a sus hermanos e incluso a sus partidarios. Según algunos, este sobrenombre deriva de una palabra hebrea que significa "martillo", y aludiría a los tremendos golpes que Judas asestaba a sus enemigos; otros piensan, en cambio, que signifca "designado por Dios".
Para comprender los hechos relatados en estos Libros, es necesario tener en cuenta el contexto histórico que dio origen a la rebelión de los Macabeos. En el siglo IV a. C., el Próximo Oriente experimenta una enorme transformación política y cultural. Alejandro Magno, el joven rey de Macedonia, se asegura el dominio sobre toda Grecia y luego se lanza a la conquista del Imperio persa. Cuando una muerte prematura lo sorprende en Babilonia, en el 323 a. C., él deja tras de sí el más vasto Imperio conocido hasta entonces. Con sus conquistas comienza la época llamada "helenística", cuya principal característica es la difusión de la cultura y la lengua griegas en toda la cuenca del Mediterráneo.
Pero el Imperio de Alejandro no tarda en desmembrarse. Dos de sus generales se reparten el Próximo Oriente: Tolomeo, hijo de Lagos, se adueña de Egipto y funda la dinastía de los "Lágidas"; Seleuco se convierte en el soberano de Siria e inicia la dinastía de los "Seléucidas". A raíz de esta división, Palestina se encuentra una vez más entre dos fuegos. Durante un siglo predominan los Lágidas en Egipto, que se muestran respetuosos de las costumbres nacionales. Pero en el 199 a. C., Antíoco III de Siria derrota al ejército egipcio y Palestina cae en poder de los Seléucidas. A partir de este momento, la dominación comenzará a desbordar el ámbito político, para extenderse al terreno cultural y religioso.
La opresión del Pueblo judío entra en su etapa más crítica con el advenimiento de Antíoco IV, que se hace llamar Epífanes, es decir, "manifestación divina" (175-164 a. C.). Este rey no se contenta con profanar y saquear el Templo de Jerusalén, sino que también hace edificar en la Ciudad santa una fortaleza, donde instala un destacamento de guardia permanente. Luego promueve un vasto proceso de helenización de las costumbres y prácticas religiosas locales. Así queda proscrita la Ley de Moisés y se la suplanta por la legislación del Estado. Esta política de Antíoco encuentra colaboradores entre los judíos de las clases pudientes, incluso entre los sacerdotes. Muchos, en cambio, prefieren afrontar la persecución y la muerte antes que renegar de su fe, con la esperanza puesta en el Dios de Israel. Otro grupo, finalmente, se inspira en el recuerdo de los antiguos héroes nacionales y elige el camino de la resistencia armada. A este grupo pertenecen el sacerdote Matatías y sus hijos, y ellos emprenden la guerra de liberación narrada en estos Libros.


PRIMER LIBRO DE LOS MACABEOS

Este Libro, compuesto hacia el año 100 a. C., refiere los acontecimientos que van desde la ascensión al trono de Antíoco IV Epífanes, en el año 175 a. C., hasta la muerte de Simón, el último sobreviviente de los hermanos Macabeos, en el 134 a. C. El autor es desconocido, pero sin duda se trata de un judío de Jerusalén, muy buen conocedor de Palestina, que escribió su obra con el fin de exaltar a los héroes de la lucha por la independencia. Los Macabeos son presentados como los nuevos "Jueces" de Israel, suscitados por Dios para liberar a su Pueblo y restaurar la teocracia.
La precisión y vivacidad de ciertos relatos parecen indicar que el autor recogió el testimonio directo de algunos combatientes. Pero él también tuvo acceso a los archivos del Templo de Jerusalén, donde se conservaban los anales de los sumos sacerdotes y otros textos oficiales citados en el libro. Además de estas fuentes, utilizó un documento de la corte seléucida, que le permitió reconstruir la cronología de los hechos. Sobre esta base compuso un relato de gran valor histórico, empleando los recursos literarios propios de la época helenística. Por eso, a menudo exagera las cifras de los enemigos, para exaltar las hazañas de los judíos. También pone en boca de los héroes elocuentes discursos, que destacan la enseñanza fundamental extraída de las victorias de los Macabeos: la fe en el Señor y la fidelidad a la Ley son una fuerza más poderosa que un gran ejército.
Con el decurso del tiempo, la lucha religiosa de los Macabeos fue cediendo a las intrigas políticas y a las ambiciones de poder. Llevado por el entusiasmo del triunfo y de la independencia reconquistada, el autor pasa por alto este aspecto y aun corre el riesgo de identificar el designio de Dios con las guerras de una nación. Eso no impide que nos presente una historia profundamente humana, donde campean la intransigencia de la fe y la pasión por la libertad.


LA PROSCRIPCIÓN DEL JUDAÍSMO Y EL COMIENZO DE LA GUERRA SANTA (167-166 a. C.)

Un rápido bosquejo histórico describe la situación político-religiosa que desencadenó la rebelión de los Macabeos. En una época en que todas las religiones paganas tendían a fundirse en un vago sincretismo, Antíoco IV Epífanes decide eliminar los particularismos dentro de su reino. Con este fin, promueve una especie de "revolución cultural", destinada a imponer las costumbres y prácticas religiosas del Helenismo.
En abierta oposición contra esta política totalitaria, los sectores más intransigentes del Pueblo judío reafirman la originalidad de su fe monoteísta y rechazan toda forma de compromiso con el paganismo. Muchos pagan con la vida su fidelidad a la Ley, pero el sacerdote Matatías convoca a la guerra santa y se refugia en las montañas, con sus cinco hijos y un grupo de judíos fieles. Así encabeza un levantamiento popular, que luego será continuado por sus hijos. El "testamento" de Matatías (2. 49-64) define claramente el sentido de esta resistencia armada.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Sabiduría 10,1-21

1. Ver Gen_2:7.

2. Ver Gen_1:26-28.

3. La muerte de Caín es presentada como el castigo de su fratricidio ( Gen_4:8).

4. También el diluvio es atribuido al crimen de Caín.

5. Con extremada concisión, este versículo alude a la confusión de las lenguas en Babel ( Gen_11:1-9), a la justicia de Abraham ( Gen_12:1-3) y al sacrificio de Isaac ( Gen_22:1-19).

6. El "justo" es Lot, salvado de la catástrofe que se abatió sobre las "Cinco Ciudades" situadas al sur del Mar Muerto ( Gen_19:1-25).

7. Esta "columna de sal" es mencionada en Gen_19:26.

10-12. Todo este pasaje se refiere al patriarca Jacob.

13-14. Aquí el "justo" es José, vendido, calumniado y rehabilitado en Egipto.

16. El "servidor del Señor" aquí mencionado es Moisés ( Exo_3:12; Exo_4:12; Exo_7:1).