Esdras  8 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 36 versitos |
1 He aquí los jefes de familias y las genealogías de los que subieron conmigo de Babilonia en el remado de Artajerjes:
2 de los hijos de Finés, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Jatús,"
3 hijo de Secanías; de los hijos de ?aros, Zacarías, y con él ciento cincuenta varones registrad"
4 de los hijos de Pajat Moab, Elyoenai, hijo de Zazajías, y con él doscientos varones;"
5 de los hijos de Zatú, Secanías, hijo de Jacaziel, y con él trescientos varones;"
6 de los hijos de Adín Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones;"
7 de los hijos de Elam, Isaías, hijo de Atalía, y con él setenta varones;"
8 de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochent6 varones;"
9 de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jejiel, y con él doscientos dieciocho varones;"
10 de los hijos de Baní, Selomit hijo de Josifía, y con él ciento sesenta varones;"
11 de los hijos de Bebaí, Zacarías, hijo de Bebaí, y con él veintiocho varones.
12 de los hijos de Azgad, Jojanán, hijo de Acatan, y con él ciento diez varones;"
13 de los hijos de Adonicam, los últimos; he aquí los nombres: Elifelet, Jeuel, Semeyas, y con ellos sesenta varones;"
14 de los hijos de Bigvaí, Utaí y Zabub, y con ellos sesenta varones.
15 Los reuní cerca del río que corre hacia Aha va, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y los sacerdotes, no hallé ninguno de la casa de Le vi."
16 Entonces llamé a los jefes Eliezer, Ariel, Semeyas, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam,
17 y los mandé al jefe Ido, que habitaba en Casifía, poniendo en su boca lo que habían de decir a Ido y a sus hermanos los netineos que había en Casifía, para que nos mandasen servidores para la casa de nuestro Dios.
18 Como estaba con nosotros la buena mano de nuestro Dios, nos trajeron a Serebía, hombre de sentido, de entre los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y con él sus hijos y sus hermanos, en número de dieciocho;"
19 Jasabía, y con él Isaías, de entre los hijos de Merarí, sus hermanos y sus hijos, en número de veinte;"
20 y de entre los netineos, que David y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos designados por sus nombres.
21 Allí, cerca del río Ahavá, publiqué un ayuno de penitencia ante nuestro Dios, para implorar de él un feliz viaje para nosotros, para nuestros hijos y para toda nuestra hacienda.
22 Me hubiera avergonzado de pedir al rey una escolta y caballería para protegernos del enemigo durante el camino, pues habíamos dicho al rey: “La mano de nuestro Dios está, para bien de ellos, sobre cuantos le buscan; pero su poder y su ira se desencadenan contra los que le abandonan.”
23 Por eso ayunamos e invocamos a nuestro Dios, y El nos escuchó.
24 Elegí doce jefes de los sacerdotes: Serebía, Jasabía y diez de sus hermanos.
25 Pesé delante de ellos la plata, el oro y los utensilios donados en ofrenda para la casa de nuestro Dios por el rey, sus consejeros y sus jefes, y por todos los de Israel que habían sido hallados,
26 y pesé en sus manos seiscientos cincuenta talentos de plata, utensilios de plata por cien talentos, cien talentos de oro,
27 veinte copas de oro por valor de mil dáricos y dos vasos de un hermoso bronce bruñido, tan precioso como el oro.
28 Luego les dije: “Vosotros estáis consagrados a Yahvé; estos utensilios son cosas santas, y esta plata y este oro son ofrenda voluntaria hecha a Yahvé, el Dios de vuestros padres."
29 Velad y guardadlos hasta que los peséis ante los jefes de los sacerdotes y levitas y ante los jefes de las familias de Israel en Jerusalén, en las cámaras de la casa de Yahvé.”
30 Los sacerdotes y levitas recibieron a peso la plata, el oro y los utensilios para llevarlos a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios.
31 Partimos del río de Ahavá, para dirigirnos a Jerusalén, el día doce del mes primero. La mano de Dios fue con nosotros y nos preservó de ataques de enemigos y de toda emboscada durante el camino.
32 Llegamos a Jerusalén y descansamos tres días;"
33 el cuarto día pesamos en la casa de nuestro Dios la plata, el oro y los utensilios, y lo entregamos todo a Merimot, hijo de Urías, sacerdote, que tenía consigo a Eleasar, hijo de Finés y con ellos los levitas Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Biní.
34 Después de recontarlo y repesarlo todo, se puso por escrito el peso total.
35 Los hijos de la cautividad vueltos del destierro ofrecieron en holocausto al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce machos cabríos, como víctimas expiatorias, todo en holocausto a Yahvé.
36 Transmitieron las órdenes del rey a los sátrapas del rey y a los gobernadores del lado acá del río, y éstos honraron al pueblo y a la casa de Dios.”

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Introducción a Esdras 

Times New Roman ;;; Riched20 5.40.11.2210;
Esdras-Nehemias.

Introducción.

Título.
Llámanse así por razón de que los protagonistas de los mencionados libros son Esdras y Nehemías. En el antiguo canon judío formaban un solo libro, que llevaba el título de Esdras; la misma unidad existía en los antiguos códices griegos (BSA) de los LXX, en los que ocupa el primer puesto el libro de Esdras A, que corresponde al III de Esdras, apócrifo, seguido de Esdras Â, ï sea de los libros canónicos de Esdras-Nehemías. Los Santos Padres dividieron el libro en dos, atendiendo a su argumento. Al primero llamaron Esdras, y Nehemías al segundo, por razón de las palabras de Neh 1:1. Esta división entró en el texto hebraico a partir de la edición de D. Bomberg (Venecia 1917). En la Vulgata se les llama 1 y 2 de Esdras.

Texto.
El libro fue escrito originariamente en hebreo en su mayor parte bien conservado en general, pero deficiente en cuanto a la transcripción de los nombres propios y números. En general, la lengua hebraica es decadente en cuanto a la gramática y sintaxis, principalmente en las partes que son propias del autor; menudean los aramaísmos. Dos pasajes están escritos en lengua aramaica, Esd 4:8-6:18; 7:12-26, sobre cuya índole disputan los autores. La versión griega se ha conservado en los códices BSA; fue hecha directamente del hebreo; de gran utilidad para la crítica textual es la revisión de Luciano. En general, el texto griego es inferior al hebreo (Kxos-Termann).

Argumento y división.
Tres son los temas principales que se desarrollan en el libro: i) Reconstrucción del templo (Esd c.1-6, menos 4:6-23). 2) Reparación de los muros de Jerusalén y repoblación de la misma (Esd 4:6-23; Neh c.1-13). 3) Bases jurídicas del judaismo (Esd c.7-19). A la restauración material, moral y religiosa de la comunidad hebraica se dedicaron los sionistas a partir del decreto de Ciro (538 a.C.)· Podríamos dividir el libro de Esdras en dos partes: i) Vuelta de los primeros cautivos bajo el caudillaje de Zorobabel (c.1-6), y 2) Caravana de repatriados conducidos por Esdras y reforma de costumbres (c.7-10). También el libro de Nehemías presenta una dob división: i) Nehemías llega a Jerusalén (c.1-7). 2) Reforma llevada a cabo por Esdras.

Autor.
Cada día toma más auge la sentencia de los que defienden que al principio los libros de Esdras y Nehemías formaban parte integrante de las Crónicas, siendo uno mismo el autor de unos y otros. Los que admiten esta unidad de autor insisten en las analogías; pero, si bien es verdad que entre estos libros es idéntico el espíritu de redacción, existen diferencia en cuanto al método empleado. La época de la redacción final es la de Alejandro Magno.

Documentos.
En la primera parte del libro de Esdras (1:1-6:22) hallamos una sección en hebreo y otra en aramaico (4:6-6:18). En la hebraica cabe distinguir dos documentos: i) edicto de Ciro (1:1-4), Que se reproduce en 6:3-5, y 2) elenco de repatriados (2:1-70), que, con ligeras variantes, se halla en la segunda (4:6-6:22), donde se incluyen los siguientes documentos: a) carta de los samaritanos a Artajerjes (4:7-16); b) respuesta del rey (4:17-22); c) carta de Tatnaí y Setar-Boznaí a Darío I (5:6-17), y a) contestación del monarca (6:3-12). El autor sagrado ha añadido a las mencionadas fuentes algunas indicaciones (4:7), las ha encuadrado en su contexto histórico (4:24-5:5), ha puesto una conclusión de índole histórica (6:13-18), terminando con una noticia sobre la celebración de la pascua (6:19-22). A las fuentes mencionadas cabe añadir, según algunos autores, otra, de origen hebraico en los dos primeros capítulos, visible, según dicen, en Esd 1:2-4; 8-11.
En la última parte del libro (c.7-10) aparecen las Memorias de Esdras. Según Lusseau, este documento representa la relación global de su memorial destinado a las autoridades persas (7:1-10:44). Es importante este documento por los datos cronológicos que encierra. En estas memorias se incluye una carta, en arameo, del rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y escriba (7:11; 26).
Las Memorias de Nehemías abarcan desde Neh 1:1 hasta 12, 27-13-3; con la inserción de otros documentos contemporáneos (Neh 3:1-32; 11:4-19) y otro de origen más antiguo (7:6-72). El autor no siempre reproduce íntegramente las fuentes de que se sirve; algunas veces ha suprimido aquello que no interesaba y ha añadido algo que conducía a su fin (Neh 11:25-12:26; Neh 8:7-9; 9:4-5; 12:33-36); otras las ha resumido (Esd 4:6-7; 7:1-11) o retocado ligeramente o las ha desplazado de su contexto (Esd 4:6-6:18). Los capítulos Neh 8-10 interrumpen el discurso directo, desplazan la reforma material al terreno religioso y moral, reapareciendo la figura de Esdras. Su colocación plantea un problema no resuelto todavía.

¿Esdras-Nehemías, o a la inversa?
La lectura del libro supone que los acontecimientos se sucedie-°n según el orden cronológico actual de Esdras-Nehemías.
Este orden tradicional es puesto en tela de juicio por muchos autores recientes, católicos e independientes, siguiendo a Van Hoonacker, quienes proponen el siguiente curso de los acontecimientos·1) reconstrucción del templo por los repatriados con ocasión del edicto de Ciro (año 538; Esd 1:1-6:22); 2) en el año veinte de Artajerjes I Longimano (445-44) se dirige Nehemías a Jerusalén, emprendiendo el trabajo de reconstrucción de las murallas (comienzo de las 70 semanas del profeta Daniel, Dan 9:24-27); 3) al año séptimo del reinado de Artajerjes II Mnemone (404-358), es decir, el 398, llegó Esdras a Jerusalén para acometer la reforma religiosa (Esd 7:1-10:44). Sus argumentos tienen importancia, lo que explica el gran favor que ha encontrado esta inversión entre los autores católicos (Touzard, Renie, Ricciotti, Vandervost, Pelaia, Le-Maire-Baldi, etc.) e independientes. Pero no son decisivos. Es difícil, escribe Dhorme, pronunciarse sobre esta cuestión, que obligaría a reconsiderar toda la historia de la restauración hecha por Esdras y Nehemías. Según el espíritu del autor sagrado, el templo es antes que la ciudad, el sacerdote antes que el gobernador.
Podríamos amontonar razones en pro y en contra de esta debatida cuestión; nuestra posición coincide con la de Schneider al decir que se inclina más por la prioridad de Nehemías; pero, haciendo suyas unas palabras del P. De Vaux 1, añade: Sin embargo, no estoy todavía convencido de ello. Lemaire-Baldi y Pelaia confiesan que las razones aportadas para la prioridad de Nehemías no son apodícticas; tomadas aisladamente, pueden impugnarse; consideradas en su conjunto, tienen gran valor.

Historia profana del período Esdras-Nehemías.
Las noticias sobre la repatriación y reorganización de la comunidad judaica en Jerusalén por obra de Esdras y Nehemías corresponden a un marco histórico que tiene como término a quo el año 538 y como fin el reinado de Artajerjes II (404-358). El año 539, Ciro entró triunfante en Babilonia. Murió en 530, sucediéndole su hijo Cambises (530-522), que sometió a Egipto, achacándole Heródoto haberse dejado dominar allí por su locura sacrilega, noticia que confirma un texto de Elefantina en que se dice que destruyó todos los templos egipcios, excepto el de Yaho (Yahvé; Pritchard, 492).
A Cambises siguió Darío I (521-486), que unificó el imperio, construyó una red de caminos por todo el país, dividió el imperio en veinte satrapías, ensanchando sus límites. La quinta satrapía, llamada Abarnahara, comprendía Palestina, Fenicia, Chipre y Siria. Sucedióle Jerjes (485-464). Fue un rey muelle, afeminado, despótico y cruel. En el libro de Ester se da de él un retrato muy parecido a este que hemos mencionado de Heródoto. Fue asesinado en una revuelta de palacio, junto con su hijo Darío. Subió al trono Artajerjes I (464-424), con el sobrenombre de Longimano. A su muerte reinó su hijo Jerjes II, sólo por cuarenta y cinco días. Darío II (424-405), hijo de Artajerjes, siguió las inspiraciones de s mujer Parisatis. Del séptimo año de Darío (417) se conserva un texto del sátrapa de Egipto, Arsames, que señala a los judíos de la colonia de Asuán la manera de celebrar la pascua.
A él siguió Artajerjes II (404-358), llamado Mnemone. Tuvo que sofocar la revuelta de su hermano Ciro el Joven, a quien venció en la batalla de Kunaxa (401 a.C.). El año 404, Egipto consiguió la independencia, dando inicio la 28 dinastía. Los partidarios del orden Ne-hemías-Esdras colocan la misión de este último el año 398 a.C., en tiempos en que a la dinastía 28, de Amisteo, sucedió la 29, de Neferites I (398-392), contra la que combatía encarnizadamente Artajerjes. ¿Era buena esta fecha para autorizar la repatriación de numerosos judíos capitaneados por Esdras?
Esta rápida ojeada histórica confirma que la historia bíblica y profana corren paralelas, sin desacuerdos ni antinomias.

Los judíos en el imperio persa.
Los judíos marcharon al destierro por última vez el año 587 por orden de Nabucodonosor. En un principio fueron recluidos en campos de concentración, de donde fueron sacados para dedicarse a trabajos de construcción, de canalización y riegos agrícolas. Estableciéronse en lugares cercanos a Babilonia, junto al río Kebar, en Tell Abib (Ez 3:15) y otros lugares de la región de Nippur. Acudían a Babilonia en busca de trabajo o se afincaban en el campo dedicados a la explotación agrícola (Ez 3:15-23). Pronto gozaron de relativa libertad de movimientos, autorizándoseles enviar cartas a Palestina (Jer c.29; 51:59; Neh 1:1ss), agruparse y gobernarse por sus ancianos (Jer 29:1; Ez 8:1; 14:1). Con el tiempo, la fortuna sonrió a no pocos, que atesoraron grandes riquezas, ocuparon elevados cargos, mientras otros vivían en la indigencia. Se han conservado los archivos de la familia Murashu, que en tiempos de Artajerjes I y Darío II dedicábase a operaciones bancarias, al comercio, administración de bienes, etc.2. Con abundantes medios de vida en Babilonia, se comprende que muchos se negaron a repatriarse llegado el momento de la libertad en tiempos de los persas.
La administración persa mostróse liberal con los pueblos subyugados por Babilonia, a los que se autorizaba gobernarse según sus propias leyes. Los primeros gobernadores de los repatriados pertenecían a la dinastía davídica.

Renovación religiosa.
Fue el exilio una dura prueba para Israel (Jer 31:15). Corría peligro de que al contacto con los pueblos paganos perdiera su peculiaridad religiosa, su sentimiento de pertenencia a Yahvé y de que Denegara de un Dios que, en concepto de algunos, no fue capaz de liberarlo de manos de Nabucodonosor. Pero la actividad de los profetas, sobre todo Jeremías y Ezequiel, salvó al pueblo en esta Coyuntura trágica. Israel supo reaccionar favorablemente. Ezequiel fue el promotor de las grandes corrientes religiosas existentes despues del exilio: separación total del mundo pagano, estudio de 1 Ley. Las almas encontraban asimismo una literatura tonificante en el oráculo de Is c.40-55, que, a causa de sus predicciones mesiánicas, excitaban también el patriotismo. Con el exilio nace el judaísmo y se constituye el Estado-Iglesia 3.
Los repatriados iniciaron su vida según las Escrituras, que, por obra de Esdras, se comienzan a codificar, formando el canon de las Escrituras sagradas. En toda la literatura sagrada, mosaica y profética, coleccionada en esta época se encontraba la respuesta de Israel a la revelación divina. Restauróse el altar de los sacrificios, el templo y la ciudad santa; Israel surgía con espíritu y corazón nuevos (Ez 6:9; 11:19) Y reanudaba su alianza con Dios (Ez 11:20; 14:11).

Doctrina religiosa.
Los judíos que habitaban en Babilonia no se desentendieron de sus hermanos que en Judea ponían las bases del nuevo Estado de Israel. Zorobabel, Esdras y Nehemías fueron hombres providenciales, instrumentos de que se sirvió Dios para despertar la conciencia de su pueblo escogido. Sometido Israel al dominio persa, no trató de sacudir su yugo, proclamar su independencia nacional, sino que centró todas sus actividades en torno al templo y a la sombra de los muros de la ciudad santa. La Ley será su norma de fe y costumbres; de su meditación y estudio surgirán diversas leyes encaminadas a separar, segregar al pueblo escogido de las gentes del país y obligarle a un comportamiento escrupuloso de las leyes de la teocracia. Quienes se negaban a acatarlas eran separados de la comunidad. Israel se agrupa en torno a un solo Dios, a un único templo servido por sacerdotes y levitas. En las sinagogas empezó a leerse la Ley y los Profetas, con lo que se recuerda constantemente al pueblo sus deberes religiosos. Un cuerpo de escribas se entrega al estudio de la Escritura. Es una época de renovación espiritual silenciosa, pero eficaz.

1 RB 63 (1956) 423-427.
2 G. Cardascia, Les Archives de Murashu (París 1951).


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Esdras  8,1-36

Familias repatriadas (8:1-14).
1 He aquí los jefes de familias y las genealogías de los que subieron conmigo de Babilonia en el remado de Artajerjes: 2 de los hijos de Finés, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Jatús, 3 hijo de Secanías; de los hijos de ? aros, Zacarías, y con él ciento cincuenta varones registrad 4 de los hijos de Pajat Moab, Elyoenai, hijo de Zazajías, y con él doscientos varones; 5de los hijos de Zatú, Secanías, hijo de Jacaziel, y con él trescientos varones; 6 de los hijos de Adín Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones; 7de los hijos de Elam, Isaías, hijo de Atalía, y con él setenta varones; 8de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochent6 varones; 9 de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jejiel, y con él doscientos dieciocho varones; 10 de los hijos de Baní, Selomit hijo de Josifía, y con él ciento sesenta varones; 11 de los hijos de Bebaí, Zacarías, hijo de Bebaí, y con él veintiocho varones. 12 de los hijos de Azgad, Jojanán, hijo de Acatan, y con él ciento diez varones; 13 de los hijos de Adonicam, los últimos; he aquí los nombres: Elifelet, Jeuel, Semeyas, y con ellos sesenta varones; 14 de los hijos de Bigvaí, Utaí y Zabub, y con ellos sesenta varones.

En el texto se emplea la primera persona, lo cual sugiere que utiliza el cronista los apuntes o recuerdos personales de Esdras, que inserta total o parcialmente en su libro. Entre las familias de repatriados se mencionan en primer lugar dos de ellas unidas con la familia sacerdotal de Aarón. Gersón desciende de él a través de Finés (Exo_6:25); Daniel, por Itamar, cuarto hijo de Aarón (Exo_6:23; Num_26:60; 1Cr_5:29). Es muy interesante que suba con Esdras una familia descendiente de Itamar. Los de Itamar habían sido englobados en la desgracia de su antepasado Abiatar (1Re_2:27), prestando sus servicios en santuarios provinciales. En tiempos del cronista representan en Jerusalén a ocho clases sacerdotales, mientras que los descendientes de Eleazar (sadocitas) representan a dieciséis (1Cr_24:4). También los sumos sacerdotes posteriores al exilio descendían de la familia de Finés (1Cr_3:2; 1Cr_5:29-41; 1Ma_2:54).
La tercera familia representa la casa de David (1Cr_3:22), en donde se señala a Jatús como hijo de Secanías. La casi totalidad de nombres que se mencionan en esta lista figuran en la de los tiempos de Zorobabel (1Cr_2:2-20), de lo cual se deduce que parte de los miembros de las familias repatriadas se quedaron en Babilonia, de donde regresaron con Esdras. De la familia de Adonicam, 666 se enrolaron en la caravana conducida por Zorobabel (1Cr_2:13)· En el texto hebreo del v.10 falta el nombre de Baní, que figura en 3 Esdr 8:36 y en la versión griega.
La suma de los repatriados es de 1.504. Pero, si a este numere añadimos el de los sacerdotes, levitas y netineos (8:18-20), se llega a la cifra de 1.800, sin contar las mujeres y los niños. Una intensa muchedumbre enfervorizada regresaba a Palestina con el fin ? inyectar nueva vida al judaísmo, que, influenciado por las gentes del país, llevaba una vida religiosa languida.

Concentración de repatriados (8:15-20).
15 Los reuní cerca del río que corre hacia Aha va, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y los sacerdotes, no hallé ninguno de la casa de Le vi. 16 Entonces llamé a los jefes Eliezer, Ariel, Semeyas, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, 17 y los mandé al jefe Ido, que habitaba en Casifía, poniendo en su boca lo que habían de decir a Ido y a sus hermanos los netineos que había en Casifía, para que nos mandasen servidores para la casa de nuestro Dios.18 Como estaba con nosotros la buena mano de nuestro Dios, nos trajeron a Serebía, hombre de sentido, de entre los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y con él sus hijos y sus hermanos, en número de dieciocho; 19 Jasabía, y con él Isaías, de entre los hijos de Merarí, sus hermanos y sus hijos, en número de veinte; 20 y de entre los netineos, que David y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos designados por sus nombres.

De diversas regiones del imperio persa, principalmente de Babilonia y su provincia, respondieron al llamamiento de acompañar a Esdras. El lugar de concentración fue un sitio cercano al río que corre junto a Ahavá. Para algunos, Ahavá es el nombre del río en cuyas orillas se concentraron los repatriados, basando su opinión en los v.21 y 31; otros consideran Ahavá como nombre de región; otros, en fin, ven en él una ciudad o uno de tantos canales que riegan las tierras de los alrededores de Babilonia. No distaría mucho de esta ciudad la región, pueblo, canal o río de nombre Ahavá, sobre cuya identificación es inútil perderse en conjeturas, ninguna de las cuales puede apoyarse sobre base suficientemente sólida (Fernández). La concentración tuvo lugar del día primero al tercero del primer mes. Habiendo pasado revista a todas las familias y después de haberlas individualizado, comprobó Esdras con profunda pena la falta de levitas. Mandó entonces una comisión de once personas con el encargo de presentarse a Ido, jefe de una colonia levítica de la localidad de Casifía, y retransmitirle su mensaje sobre el asunto de los levitas. Nueve de estos mensajeros eran cabezas de familia; los restantes son llamados mebinim, los inteligentes, los que hacen comprender (Neh_8:7-9; 1Cr_25:8), los instructores, hombres encargados de explicar la Ley, Algunos autores se basan en este término para admitir una clase especial de maestros, distintos de los sacerdotes y levitas, encargados de explicar la Ley a los judíos de Babilonia.
No se ha identificado Casifía. Existía allí una colonia judía Importante formada preferentemente por levitas y netineos. Acaso había allí un lugar alto, un templo, en el cual prestaban los levitas s servicios. Los judíos de Egipto tenían sus templos; puede también darse que los exilados de Babilonia hubiesen edificado Guarios a Yahvé. Aquel lugar debía de ser muy conocido a causa en su carácter religioso, por lo cual Esdras, ante la carencia de levitas, pensó inmediatamente que podría encontrarlos en Casifia. Probablemente era Ido jefe de los levitas, con los cuales convivían los netineos. Los enviados presentáronse a Ido, le expusieron lo que les había dictado Esdras. Pedían ellos servidores para la casa de Dios. El resultado fue que pocos levitas, treinta y ocho en total y doscientos veinte netineos, se unieron a la expedición. El texto atribuye a una intervención divina el feliz éxito de la embajada ya que anteriormente rehusaron ellos ir a Palestina, prefiriendo la vida cómoda de Babilonia a los riesgos de un futuro incierto en Palestina. El v.18, tal como se presenta en el texto hebraico, puede sugerir que se habla de dos individuos, a saber, de un personaje anónimo, del cual se dice que era hombre inteligente (ishsekel) de los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y de Serebía! Unos autores opinan que el nombre del primer personaje cayó en el anonimato por obra de los copistas; otros piensan que no existe más personaje que Serebía, del cual se dice que era hombre inteligente, en cuyo caso suprimen la partícula waw que antecede inmediatamente al nombre: Y Serebía. Finalmente, una tercera hipótesis une las dos palabras hebraicas ish shekel = hombre inteligente, formando el nombre propio Ishsekel.
Sabemos que los netineos se remontan a los tiempos de Josué (Jos_9:21-23; 2Sa_21:1-9). Supone Michaéli que la frase del v.20: Que Daviól y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, es, probablemente, una adición posterior para explicar el término netinírn = donados, que David puso al servicio de los levitas. El carácter tardío de esta frase aparece sobre todo por el empleo de un pronombre relativo, el único que figura en los libros de Esdras y Nehemías, y que es de uso tardío (she).

Preparación espiritual (8:21-23).
21 Allí, cerca del río Ahavá, publiqué un ayuno de penitencia ante nuestro Dios, para implorar de él un feliz viaje para nosotros, para nuestros hijos y para toda nuestra hacienda. 22 Me hubiera avergonzado de pedir al rey una escolta y caballería para protegernos del enemigo durante el camino, pues habíamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios está, para bien de ellos, sobre cuantos le buscan; pero su poder y su ira se desencadenan contra los que le abandonan. 23 Por eso ayunamos e invocamos a nuestro Dios, y El nos escuchó.

La fe en la Providencia divina se refleja en toda la conducta de Esdras. Los hebreos acudían al ayuno cuando querían implorar la ayuda divina en un trance difícil (Dan_3:38; Tob_12:8; Est_4:15) La protección divina era en esta ocasión tanto más necesaria cuanto que había rechazado Esdras la escolta que le había ofrecido el rey. Esdras habíale dicho que confiaba más en Dios que en los hombres. Ahora bien, en caso de un asalto de parte de los bandoleros de desierto, podía Artajerjes dudar del poderío de Yahvé al abandonar a los que le buscan en manos del enemigo. En cambio, ante la noticia de un viaje sin incidentes desagradables, reafirmaría su fe en el Dios de los judíos. En el v.21 se habla del río Ahavá, lo cual no empecé que existiera un pueblo o una región con este mismo nombre.

Los encargados del tesoro (Est_8:24-30).
24 Elegí doce jefes de los sacerdotes: Serebía, Jasabía y diez de sus hermanos. 25 Pesé delante de ellos la plata, el oro y los utensilios donados en ofrenda para la casa de nuestro Dios por el rey, sus consejeros y sus jefes, y por todos los de Israel que habían sido hallados, 26 y pesé en sus manos seiscientos cincuenta talentos de plata, utensilios de plata por cien talentos, cien talentos de oro, 27 veinte copas de oro por valor de mil dáricos y dos vasos de un hermoso bronce bruñido, tan precioso como el oro. 28 Luego les dije: Vosotros estáis consagrados a Yahvé; estos utensilios son cosas santas, y esta plata y este oro son ofrenda voluntaria hecha a Yahvé, el Dios de vuestros padres. 29 Velad y guardadlos hasta que los peséis ante los jefes de los sacerdotes y levitas y ante los jefes de las familias de Israel en Jerusalén, en las cámaras de la casa de Yahvé. 30Los sacerdotes y levitas recibieron a peso la plata, el oro y los utensilios para llevarlos a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios.

Doce sacerdotes y doce levitas compartieron con Esdras la responsabilidad de trasladar a Jerusalén los tesoros que el rey, sus consejeros y jefes y todos los israelitas habían entregado para el templo de Jerusalén. Los tesoros se pesaron escrupulosamente. El talento de plata equivale a 8.600 francos oro; el de oro, a 132.000; el dárico, a 37. Batten pone en duda esta fabulosa cantidad, atribuyéndola a la fantasía popular; quizá las cantidades fueron aumentadas posteriormente (Schneider). Esdras hace hincapié en el carácter sagrado de los tesoros. De los sacerdotes dice Esdras: Vosotros sois santidad de Yahvé (qodesh layahweh), es decir, consagrados a Yahvé. Son santos porque sus funciones tienen por objeto el culto del Dios tres veces santo. Esta condición suya exige que su conducta moral se ajuste a su dignidad, cuidando de que todo cuanto ha sido entregado con vistas al templo sea custodiado escrupulosamente y llegue al lugar sagrado. Su responsabilidad durará hasta que entreguen los tesoros a las autoridades religiosas de Jerusalén. El peso en este segundo control debía corresponder al que tenían en el momento de recibirlos de manos de Esdras.

Viaje a Jerusalén (Est_8:31-34).
31 Partimos del río de Ahavá, para dirigirnos a Jerusalén, el día doce del mes primero. La mano de Dios fue con nosotros y nos preservó de ataques de enemigos y de toda emboscada durante el camino. 32 Llegamos a Jerusalén y descansamos tres días; 33 el cuarto día pesamos en la casa de nuestro Dios la plata, el oro y los utensilios, y lo entregamos todo a Merimot, hijo de Urías, sacerdote, que tenía consigo a Eleasar, hijo de Finés y con ellos los levitas Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Biní. 34 Después de recontarlo y repesarlo todo, se puso por escrito el peso total.

En las riberas del Ahavá permanecieron doce días, dedicándolos a hacer el censo de las familias, a la busca de levitas y al peso y entrega de los tesoros a los veinticuatro escogidos entre los sacerdotes y levitas. El día 12 de Nisán, la muchedumbre de los repatriados se puso en marcha, llevando consigo ganado mayor y menor, bestias de carga, camellos, asnos. Penetraron en Palestina, llegando a Jerusalén el día primero del mes Ab, mes quinto, hacia el 15 de julio. Según el calendario sacerdotal, el día 13 del primer mes era el primer día de la semana, muy apropiado para emprender la marcha, llegando a Jerusalén en un viernes. Parece que los datos del libro de Esdras concuerdan con este calendario sacerdotal, que se ha puesto en evidencia en los descubrimientos de Qumrán1.
El rey tenía interés por el feliz éxito de la misión de Esdras. Las autoridades de Abarnahara habían tomado medidas para que no ocurriera nada desagradable a la caravana. Desde el lugar de origen, en un punto cercano a Babilonia, hasta Jerusalén, emplearon unos ciento ochenta días. Teniendo en cuenta la distancia de unos 1.400 a 1.500 kilómetros entre ambas ciudades, se calcula una marcha de unos quince kilómetros diarios. Pero Esdras, considerando más tarde el camino recorrido, la multitud que se movía y el viaje sin ningún incidente serio, comprende que todo salió a pedir de boca porque Dios les acompañó y protegió durante el trayecto. Después de un breve descanso, los encargados del tesoro lo consignaron a las autoridades religiosas de Jerusalén. De Merimot se habla en Neh_4:3-41. En el momento de regresar a Jerusalén tuvo dificultades la familia a causa de no poder probar su origen sacerdotal (Neh_7:63), aunque, según 1Cr_24:10, remontaba a la época de David.

Sacrificios en acción de gracias (1Cr_8:35-36).
35 Los hijos de la cautividad vueltos del destierro ofrecieron en holocausto al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce machos cabríos, como víctimas expiatorias, todo en holocausto a Yahvé. 36 Transmitieron las órdenes del rey a los sátrapas del rey y a los gobernadores del lado acá del río, y éstos honraron al pueblo y a la casa de Dios.

Fueron los hijos de la cautividad quienes ofrecieron sacrificios en acción de gracias y por expiación de sus pecados. Aunque la mayoría de los repatriados descendía del reino de Judá, sin embargo, se consideran ellos los auténticos representantes de las doce tribus de Israel (1Cr_6:17). De ahí que ofrezcan doce novillos en holocausto (Lev_1:1-9; 2Cr_29:24); otras víctimas (8 X 12 = 96) en sacrificios latréuticos, y doce machos cabríos (Lev 4:1-5:3) en expiación de los pecados. La frase sátrapas del rey es considerada corno adición posterior de un amanuense inexperto. La palabra correspondiente a gobernador (peha) es de origen babilónico. La yuxtaposición de estas dos palabras sugiere que se trata de una explicación del uno por el otro; pero en Ester (3:12; 8:9) y Daniel (3:2-27) aparecen también juntas. Parece que la palabra peha se usó en la época persa para designar a los gobernadores subalternos, dependientes de los sátrapas (Michaelí).

1 A. Jaubert, Le Calendaire des Jubiles et de la secte de Qumrán. Ses origines VT 3 (1953) 250-264; E. Vogt, Antiquum Kalendarium sacerdotale: ? 35 (1955) 403-410 Y. Kaufman, Der Kalender und das Alter des Priesterkodex: VT 4 (1954) 307-313; Jof Gestern, The Calendar of the Book of Jubilees, its Origin and its Charakter: VT 5 (I955) 34-76; J. B. Segal, Intercalation and the Hebrew Calendar: VT 7 (1957) 250-307.