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Cantar de los Cantares.
Introducción.
Nombre, contenido y división.
En hebreo se le designa con el nombre de shir hashinm, que literalmente significa Cantar de los Cantares, como comúnmente traducen las versiones antiguas. En realidad, habría que traducirlo por el Cantar por excelencia, ya que la forma hebraica es una perífrasis equivalente al superlativo 1. El título, pues, responde a su contenido poético e idílico, que no tiene par dentro de la literatura bíblica.
Por su contenido material apenas podríamos deducir que se trata de un libro religioso, ya que no se menciona a Dios, y, por otra parte, los diversos poemas no versan sino sobre las relaciones amorosas de dos corazones que se buscan para unirse en matrimonio. Sus formulaciones tienen aparentemente un carácter puramente erótico, en el mejor sentido de la palabra. Sólo la tradición judaico-cristiana nos dará la pauta para descubrir en estas expresiones amorosas un sentido religioso más alto, en consonancia con el contenido del canon de los libros sagrados. En realidad, los esposos expresan sus sentimientos afectivos de un modo vivo y aun crudo, en conformidad con el género literario nupcial de las fiestas de los desposorios en el antiguo Oriente.
Los autores no concuerdan al establecer una división neta de los diversos fragmentos del libro, atendiendo a la evolución conceptual del tema. Por nuestra parte, creemos como más aceptable suponer la existencia de siete poemas que desarrollan paralelamente el mismo tema, aunque bajo diversos símbolos, conforme a la distribución convencional de los siete días que duraban las fiestas nupciales:
Preludio (1:1-4).
Primer poema: Diálogo de la esposa y del esposo (1:5-2:7).
Segundo poema: Monólogo de la esposa (2:8-3:5).
Tercer poema: Monólogo del esposo (4:1-5:1).
Cuarto poema: Monólogo de la esposa (5:2-6:3).
Quinto poema: Monólogo del esposo (6:4-12).
Sexto poema: Diálogo del coro, del esposo y de la esposa (7:1-14).
Séptimo poema: Diálogo de los dos esposos (8:1-7).
Apéndices (8:8-14)2.
Estructura literaria del libro
La contextura especial de esta obra no encaja dentro de los moldes literarios bíblicos conocidos, y por ello los comentaristas no están de acuerdo al determinar su módulo literario. He aquí algunas de las opiniones más destacadas:
1. No pocos autores acatólicos suponen que d Cantar es una colección heterogénea de cantos eróticos (Liebesliedcr) que han sido compilados por un redactor anónimo, sin más unidad que la del tema del amor 3.
2. El Cantar consta de cantos nupciales (Hochzeitslieder), que, aparte del tema erótico común, guardan cierta relación, distribuidos conforme al rito de las nupcias de los antiguos orientales 4.
3. El Cantar es esencialmente una composición dramática con diversas escenas o actos en los que se cantan los amores de Salomón con la Sulamitis (Konigshypothese) 5 o los de un pastor y una pastora (Hirtenhypothese) que desean unirse en matrimonio, oponiéndose a ello el rey Salomón, que está enamorado de la pastorcilla 6.
4. El Cantar se compone esencialmente de diálogos líricos sobre el tema del amor, con cierta distribución dramática elemental7.
5. El Cantar consta esencialmente de siete poemas con unidad propia, en los que se repite siempre el mismo tema amoroso de dos esposos, con las mismas alternativas: anhelos de unión, encuentro de los amantes con mutuas alabanzas, y, finalmente, mutua posesión 8. Esta opinión nos parece la más verosímil. De hecho, en todo el desarrollo del libro encontramos sustancialmente el mismo estilo y el desarrollo paralelo de los mismos temas, como veremos en el comentario. La división en siete poemas, que tienen su unidad por el tema y por el autor, parece obedecer al número simbólico septenario - sinónimo de perfección - y quizá a la duración de siete días de las fiestas nupciales. Con todo, el carácter convencional del libro es evidente, y su estructura semidramática responde a las exigencias literarias de los diálogos para avivar la atención del lector, introduciendo nuevos temas y símiles en boca de los esposos del cortejo nupcial.
Sistemas de interpretación.
El Cantar de los Cantares es el libro más desconcertante de la Biblia, ya que en sus páginas no aparece ni una sola vez el nombre de Dios; ni siquiera aparentemente se ve el sentido religioso. Con todo, ha sido recibido en el canon judaico y cristiano, y esto basta para ver, a través de sus apariencias eróticas, un sentido religioso profundo, pues de otra forma sería incomprensible la veneración que la tradición judaico-cristiana ha tenido por esta obra idílica. No es de extrañar, pues, que los autores acatólicos no vean en el Cantar más que una serie de poemas amatorios sin conexión necesaria con lo religioso.
1. La exégesis naturalista ve en la trama del Cantar nada más que el desahogo amoroso de dos personas que quieren unirse en matrimonio. Esta interpretación, propuesta ya por Teodoro de Mopsuestia, es comúnmente admitida entre los autores racionalistas 9. Dentro de esta interpretación no faltan quienes supongan que se cantan los amores lascivos de dos enamorados 10, aunque la mayor parte de los autores sostengan que más bien se cantan los amores castos del matrimonio. Esta opinión es compartida actualmente por no pocos autores católicos: El Cantar, al menos en su sentido obvio, celebra el amor conyugal. Es normal que aluda al compuesto sexual de este amor... Un creyente debe suponer que las descripciones del Cantar no son inmorales por su estilo... Nada impide ulteriormente que el cuadro del amor humano, fiel y dichoso, sirva para sugerir aspectos correspondientes del amor divino. Sería éste el sentido espiritual o típico, sobrepasando las intenciones del autor humano n. J.-P. Audet, abundando en esta interpretación, cree que el Cantar nació del alma popular, en tiempo de Salomón o poco después, del que existían dos recensiones, una del reino del norte y otra del sur 12. J. Winandy se coloca en la línea del anterior y explícita: El Cantar es un canto de amor humano, o más bien, un poema lírico en muchos cánticos. Pero este poema no tiene nada de sensual en el sentido peyorativo del término; no canta una unión culpable, sino un amor y una admiración recíprocos, de los que nada permite creer que no sean legítimos... Todo lo que se puede decir es que ha sido verosímilmente compuesto para ser cantado en el curso de la celebración de las fiestas nupciales.13
2. Interpretación típica. - Según esta hipótesis, el Cantar celebraría en sentido literal los amores históricos de Salomón con la hija del faraón, pero en sentido típico el amor de Yahvé a Israel o a la humanidad 14. Otra modalidad de interpretación típica: el Cantar celebra el ideal del matrimonio humano como vínculo de unión querido por Dios, tal como aparece instituido en Gen 2:24. G. Pouchet G. Guitton distinguen tres estadios de interpretación en el Cantar: En una fase primerísima era una obra de imaginación, un drama histórico y lírico destinado a dar una lección moral conyugal; llegó pronto a ser una parábola, cuyo aspecto principal consistía en ilustrar el amor de Yahvé para con su pueblo. Se convirtió, finalmente, en una alegoría, cuando, descuidado el sentido literal y olvidado el sentido parabólico, se sacó de los versículos sagrados un tratado de espiritualidad mística... El Cantar es un drama encantador que celebra las grandezas del amor conyugal... Tal es su sentido literal y temporal. En cuanto a su sentido espiritual y eterno, es el de revelarnos el esplendor del amor divino, del que el amor humano no es más que la imagen 15. Desde el punto de vista doctrinal, no parece haya nada que oponer a esta interpretación, ya que aun en el estadio primitivo de interpretación nos encontraríamos con una gran lección moral: la fidelidad al amor conyugal.
3. Interpretación alegórica. - Las relaciones amorosas de los dos esposos serían el reflejo de las relaciones históricas entre Yahvé e Israel como pueblo. Así, en los diversos poemas e incidencias de los mismos encontraríamos alusiones a la historia de Israel: al éxodo, a la vida del desierto, al exilio babilónico: El Cantar describe a grandes rasgos las principales peripecias del amor de Yahvé y de Israel tal cual las conocemos por los libros históricos de la Biblia. El Cantar es, pues, una especie de poema de historia alegorizada16. Los dos héroes del poema son Yahvé y la nación de Israel personificada, y los presenta bajo la figura de dos esposos 17. La interpretación alegórica historicista se presta, a nuestro entender, a afirmaciones demasiado cabalísticas e infantiles, pues las concreciones históricas y geográficas están totalmente en el aire, ya que las alusiones del libro son muy problemáticas y generales.
4. Interpretación parabólica. - En el Cantar se expresan las relaciones amorosas de Yahvé e Israel bajo el símil del matrimonio, como es corriente en la literatura profética. Los profetas, al aludir al matrimonio entre Yahvé e Israel, frecuentemente recriminan la infidelidad de la esposa, que se ha apartado de su Esposo, yéndose tras de los ídolos paganos 18. El autor del Cantar, en cambio, considera los amores primeros de Yahvé e Israel, los amores de la juventud, prescindiendo de las infidelidades históricas del pueblo elegido; y también en su perspectiva hay una alusión a los tiempos ideales de la era mesiánica, en que Yahvé e Israel llegarán a la más íntima y espiritual unión en un pacto indestructible 19. He aquí cómo Ezequiel escribe los primitivos desposorios de Yahvé con Israel: Pasé yo junto a ti y te miré. Era tu tiempo el tiempo del amor, y tendí sobre ti mi manto, cubrí tu desnudez, me ligué a ti con juramento e hice alianza contigo, y fuiste mía... Te ungí con óleo, te vestí de recamado, te calcé de piel de tejón, te ceñí de lino fino y te cubrí de seda. Te atavié con joyas, puse pulseras en tus brazos, y collares en tu cuello..., y espléndida diadema en tu cabeza. Estabas adornada de oro y de plata, vestida de lino y seda en recamado; comías flor de harina de trigo, miel y aceite; te hiciste cada vez más hermosa y llegaste hasta reinar... 20
El poeta del Cantar parece, pues, trabajar con este trasfondo profético al celebrar los primeros amores de Yahvé con Israel. Los poemas tienen así un aire de parábola idílica, en la que se cantan en general los amores de Yahvé con el Israel ideal, que tiene su plena realización en los tiempos mesiánicos. Pero esto no quiere decir que sus alusiones circunstanciales escénicas tengan un sentido alegórico histórico, sino la idea general del matrimonio entre Yahvé e Israel domina todo el poema. Esta perspectiva se continúa en los tiempos mesiánicos en el símil del amor de Dios a su Iglesia, que es el Israel espiritual, el de las promesas21. Partiendo de las realidades presentes..., el hagiógrafo condensó en una parábola genial, de contextura lírico-dramática, su visión del enlace definitivo de Yahvé con su pueblo, dejando traslucir, a través de las descripciones del Esposo y de la Esposa, una concepción enteramente nueva de sus relaciones mutuas. El hecho de que cada uno de los poemas o de los actos del drama, lo mismo que el conjunto de la acción, desemboque, tras repetidas demoras, en la anhelada posesión, revela que toda su intención estaba orientada hacia este punto misterioso y sagrado de la unión, y que, consiguientemente, tanto las posibles evocaciones históricas como los diversos elementos literarios - alegóricos o parabólicos, líricos y dramáticos - han sido movilizados en orden a expresar en lenguaje inteligible a los contemporáneos la visión del hagiógrafo sobre la nueva alianza a través del simbolismo nupcial. Sólo la revelación posterior ha podido manifestar en todo su alcance el sentido vinculado por Dios y por el propio hagiógrafo a esta última fase de la aventura del amor divino, que los vates, sabios y profetas de Israel se han esforzado en traducir al idioma del amor humano 22. Para ello pudo utilizar fragmentos de poemas eróticos anteriores, dándoles un nuevo sentido místico parabólico religioso. El solo hecho de que un autor bíblico haya querido hablar del amor divino en lenguaje de poesía amorosa, muestra toda la nobleza del amor humano, que desemboca en el matrimonio y en la procreación de los hijos... No hay en la Biblia humanismo desligado de Dios: la grandeza del matrimonio humano le viene de que es un reflejo de la alianza. 23
Como conclusión debemos sostener que el sentido literal (del Cantar) es metafórico en su conjunto; es decir, que el esposo es la metáfora permanente de Yahvé, y la esposa la metáfora permanente de Israel... El Cantar no es una alegoría perfecta; es una alegoría ampliamente parabolizante, cuyos desarrollos proceden a la manera parabólica. Es decir, que los cuadros no tienen más que un alcance o significación de conjunto, sin la menor significación metafórica para los elementos secundarios que la componen 24. El hagiógrafo opera con luz sapiencial o profética, o simplemente bajo el influjo de la inspiración bíblica, sobre la imagen tradicional de la alianza nupcial de Yahvé e Israel, proyectándola sobre la edad mesiánica, iniciada en cierto modo con la vuelta del destierro en los tiempos de la restauración; y c\ cuadro literario creado por su imaginación para expresar de modo concreto y dramático su pensamiento a base cíe moldes tradicionales y pro ícticos... es una especie de parábola, en la que sólo la acción de conjunto y los actores principales que entran en escena tienen significación metafórica o alegórica, mientras la mayoría de los elementos secundarios... carecen, a fuer de simples adornos literarios, de significado alegórico especial. 25
Supuesto este sentido literal del Cantar, no hemos de excluir otros sentidos plenos, típicos y acomodaticios que los escritores han visto en este maravilloso libro poético-religioso a pesar de su pura apariencia erótica. Conforme a la penetración teológica y aun. la imaginación acomodaticia de los autores, han surgido sabrosos comentarios que cantan los amores de Dios a la humanidad y a la Iglesia, de Cristo a la Iglesia, a los fieles más selectos - las almas místicas - y, por supuesto, a la criatura más santa que haya existido: la Santísima Virgen.
Autor y canonicidad del libro.
Según el título, Salomón es el autor de esta maravillosa obra poética 26; pero, por razones de lengua y estilo, los comentaristas modernos suponen que el Cantar es de composición postexílica 27. La atribución a Salomón se ha de explicar por el procedimiento de la seudoepigrafía o seudonimia: al gran rey poeta se atribuye esta obra maestra poética, como se le atribuye el libro de la Sabiduría a pesar de ser de la época helenística.
En los siglos 1-11 de la era cristiana surgieron dudas sobre la canonicidad del Cantar de los Cantares - que ya había sido recibido en la lista de las escrituras sagradas -, pero pronto desaparecieron las dudas, según las declaraciones de los más renombrados rabinos 28. En la Iglesia cristiana no surgieron dificultades sobre su admisión en el canon bíblico. En el concilio Constantinopolitano II se condenó la interpretación profana del libro 29.
1 Cf. Gen 9:25: siervo de los siervos: siervo ínfimo; Ex 26:34: santo de los santos: santísimo; Ap 19:16: rey de reyes: rey supremo. Ya explicaba así el nombre de Cant Orígenes, In Cant hom. 1:1: PG 13.37· - 2 Es la división propuesta por D. buzy, Cantique des Cantiques (La Samte Bible, de Pirot-Glamer, VI) (1951) 289. - 3 Así opinan: J. G. Von Herder, Lieder der Liebe (Leipzig 1778); P. haupt, Dassogenannte Hohelied Salomons (Leipzig 1907); V. Zapletal, Das Hohelied (Friburgo [Suiza] 1907). - 4 Esta opinión aparece ya en C. Sánchez, In Ct com. cum exposit Ps 67 (Lyón 1916) 4-11; A. Galmet, Com. littéral sur le Cantique V 1726.71-76; el cónsul alemán en Damasco J. G. Wetzstein creyó encontrar la explicación de la escenificación de los poemas del Cantar en las fiestas nupciales de la región del Hauran: las fiestas se celebran en primavera durante siete días. En esta semana llamada real, los esposos son llamados rey y reina respectivamente. Se-hace el rito de la entronización. La esposa, con una espada, dirige el coro, sigue el festín, y, finalmente, el esposo, acompañado de sus amigos, conduce a la esposa a su casa. Cf. J. Halévy, Les chants nuptiaux des Cantiques: Recherches Bibliques, III (París 1905) 366-419. - 5 Opinión de fr. Delitzsch, Hohelied 341. - 6 Hipótesis de H. Ewald, Das Hohelied, (Gotinga 1826). - 7 Opinión bastante común entre los autores. Cf. A. Miller a. Metzinger, Introductio spedalis in V.T. (Roma 1946) 343-344. - 8 Hipótesis de D. buzy: RB 49 (1940) 161-94; La Sainte Bible (Pírot-Clamer) VI (1951) 210. - 9 Cf. PG 66:6995; J. G. Lessing, Eclogae regís Salomonis (Leipzig 1777); J- Jacob, Das Hohelied (Berlín 1902). - 10 Opinión de P. Haupt, Liebeslieder 340. - 11 A.-M. Dubarle, L'amour humain dans le Cantique des Cantiques: RB 61 (i954) %5S· - 12 J. P. Audet, Le sens du Cantique des Cantiques: RB 62 (i955) 217. - 13 G. Winandy, Le Cantique des Cantiques (Tournai) 26.323. - 14 Propuesto ya por Honorio De Autun: PL 172:347-496. - 15 G. Poucmrr-G. Guitton, Le Cantiquc Je; Cantiques (París 1934) iogs. - 16 P. Joüon, Le Cantique des Cantiques (París 1909) 95. - 17 A. Robert, Le Cantique des Cantiques (La Bible de Jérusalem, 1953) 14. - 18 Cf. Os 2:4; Jer 3:1. - 19 Cf. Jer 31:315. - 20 Ez 16:9-14. - 21 Cf. Roni4,i6s. - 22 J. Prado, Síntesis Bíblica VIII (Madrid 1962) 1092. - 23 F. Feuillet: RB (1961) 35- - 24 D. Buzy, o.c., 294. - 25 J. Prado, o.c., 1094. - 26 Sostienen esta opinión, entre los modernos, Wutz, Delitzsch. - 27 Sobre la lista de arameísmos, palabras persas y aun griegas del Cantar véase P. Joüon, o.c., 90. - 28 Cf. Jadajim 3:5; Tosefta, Sanh. XII, 10; Strack-Billerbeck, Comentar IV, 1 (1928) 432S. - 29 Cf. PG 66:6995.
Preludio: el anhelo de la esposa y del coro de doncellas (1:2-4).
Esposa. 11 Cantar de los Cantares, de Salomón 1,
2 ¡Béseme con besos de su boca!
3 Son tus amores más deliciosos que el vino;
son tus ungüentos agradables al olfato.
Es tu nombre un perfume que se difunde;
por eso te aman las doncellas.
Coro. 4 ¡Arrástranos tras de ti, corramos!
Introdúcenos, rey, en tus cámaras 2,
y nos gozaremos y regocijaremos contigo,
y celebraremos tus amores más que el vino.
¡Con razón eres amado!
En este maravilloso poema dramático del Cantar de los Cantares, todo es anónimo y misterioso, y hemos de ceder a las exigencias de la poesía pura. En él se cantan los amores de dos esposos que se buscan y, después de una ausencia momentánea, vuelven a unirse para no volver a separarse. Siguiendo a la tradición judía - basada en el simbolismo profetice -, veremos en el esposo a Yahvé y en la esposa a Israel, justamente en los momentos de sus primeros amores juveniles, cuando se encontraron en el desierto y se hicieron promesas de mutua fidelidad y asistencia. El poeta, pues, canta estos primeros amores ideales, que no debieron ser empañados con las múltiples infidelidades de parte de Israel, y que tendrán su culminación en la nueva alianza de los tiempos mesiánicos.
Antes de iniciar los diálogos y monólogos, y haciendo intervenir un coro de relleno, como en los dramas helenísticos, el autor hace un avance de las ideas centrales de los siete poemas que se sucederán en un conjunto insuperable de armonía y de belleza. El preludio, pues, es un primer esbozo de los diálogos posteriores entre los dos protagonistas. Vemos aquí el primer enunciado de los temas que constituirán el objeto de los poemas: deseo o demanda (v.2a), contemplación (v.2b-4), posesión (v.4b). 3
La esposa, en un arranque de amor, declara ex abrupto sus ansias incontenibles de acercarse al esposo y de gozar de su intimidad recibiendo el ósculo de amor. Sólo a ella le está reservado este privilegio. Por encima de la suavidad del vino - símbolo literario de todas las alegrías sensuales, porque alegra los banquetes y la vida del hombre4 - está la atracción amorosa del esposo sobre la fascinada esposa. Esta presiente ya la presencia de su amado envuelto en perfumes el día de sus nupcias - son tus ungüentos agradables al olfato -, y su mismo nombre es un reclamo que la arrastra irresistiblemente como un perfume que se difunde. Este atractivo sobre la esposa tiene también su parte en las doncellas que constituyen el acompañamiento de honor de la esposa en los días de los regocijos nupciales. Ellas participan de la admiración de la esposa y, en la medida que les es alcanzable - sin herir los derechos legítimos de la que ha de ser única esposa -, se sienten unidas a su desbordante persona: por eso te aman las doncellas 5.
Al oír esta declaración de la esposa, las doncellas, unidas a ésta en un coro común, declaran sus deseos de seguir al esposo a su casa para celebrar los amores de los dos esposos, que para ellas resultan también más dignos de alabanza que el vino, que con sus versos tantas veces han celebrado en los banquetes nupciales. La esposa - salvados sus derechos inalienables conyugales - se siente honrada con la atracción que su amado ejerce sobre su corte de honor, lo que justifica su buena elección de esposo: ¡Con razón eres amado!
1 Cantar de los Cantares es un semitismo para indicar el Cántico por excelencia de la Biblia. Se atribuye por seudonimia a Salomón, porque era el sabio por excelencia y porque había gozado como nadie del amor de las mujeres. - 2 Bib. de Jér.: El rey me ha introducido en sus apartamentos. Así también Buzy. VI 298. - 3 D. Buzy, Le Cantique des Cantiques (La Sainte Bible, de Pirot-Ülamer) (París 1951) - 4 Sal 104:15; Eclo 31:35
Cantares 8,1-14
Poema Séptimo (8:1-7).
D e nuevo empieza la formulación de los anhelos insatisfechos de la esposa por unirse a su esposo. Ya que no puede abrazarlo como esposo, al menos quisiera sentirlo a su lado como hermano. Después sigue la posesión amorosa mutua como en los poemas anteriores 1.
Anhelos de unión (8:1-2).
Esposa.
1 ¡Quién me diese que fueses hermano mío, amamantado a los pechos de mi madre, para que al encontrarte en la calle pudiera besarte sin que me despreciaran. 2 Yo te llevaría y te introduciría en la casa de mi madre, (en la alcoba de la que) me engendró 2, y te daría a beber del vino adobado y del mosto de granados.
En las costumbres orientales no está permitido hacer manifestaciones públicas afectuosas entre los esposos; por eso, la esposa del Cantar desea que su amado fuera su hermano reconocido, para, sin temor a habladurías públicas, poder manifestar su amor aun en la calle. La esposa, pues, aun permaneciendo tal, desea también participar de los privilegios de la fraternidad para dar nuevas pruebas de amor a su esposo. Antes había sido calificada como esposa-hermana; ahora quiere que su amado sea esposo-hermano, es decir, que polarice todo su amor en sus manifestaciones más profundas y elevadas. Como en 4:4, ansia introducirlo en su casa materna para poseerlo plenamente. El vino adobado y el mosto de granados simbolizan la entrega del amor en su plena manifestación marital.
La mutua posesión (3-7).
Esposa. 3 Su izquierda descansa bajo mi cabeza
y su diestra me abraza.
Esposo. 4 Os conjuro, hijas de Jerusalén,
(por las gacelas y ciervas) 3,
que no despertéis ni inquietéis a mi amada
hasta que a ella le plazca.
Coro. 5 ¿Quién es esta que sube del desierto
apoyada sobre su amado?
Esposo. Yo te desperté debajo del manzano,
allí donde te concibió tu madre,
donde te concibió la que te engendró.
Esposa. 6 Ponme como un sello sobre tu corazón,
ponme en tu brazo como sello.
Que es fuerte el amor como la muerte
y son como el seol duros los celos.
Son sus dardos saetas encendidas,
son llamas de Yahvé.
7 No pueden aguas copiosas extinguirlo
ni arrastrarlo los ríos.
Si uno diera por el amor toda la hacienda de su casa,
sería sobremanera despreciado.
El esposo ha accedido a los anhelos de su amada, y ésta se siente feliz en sus brazos4. Aquél vuelve a pedir silencio a los circunstantes para que no interrumpan el éxtasis de amor de su esposa 5.
El cortejo nupcial interviene, evocando la llegada de los dos amantes del desierto, de la campiña, donde se han manifestado por primera vez sus amores 6. Ahora se han cumplido plenamente los festejos nupciales, y les toca desaparecer de la escena para dejar a los dos esposos en un diálogo amoroso que sella la mutua entrega de los corazones, para no volver a separarse. Sólo el esposo tiene derecho a despertarla del sueño amoroso. Es justamente lo que declara ahora a su amada: Te desperté debajo del manzano (v.5b). El esposo había sido comparado por la esposa a un manzano símbolo de los árboles frutales y beneficiosos en medio de los árboles silvestres7. Ella misma había declarado: a la sombra (del manzano) me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar. 8 Ahora justamente se halla a su sombra en sus manos , gustando de las delicias de su amor. Estar sentado a la sombra del manzano y descansar en los brazos del amado son dos metáforas que en el Cantar tienen la misma significación... El manzano no es otro que el esposo en persona. Guardián del sueño de la esposa, conjuraba a las hijas de Jerusalén para no despertarla hasta que ella quisiera. 9 Pero, si las amigas de la amada no tienen el derecho de despertarla, el esposo tiene este derecho y puede hacer uso de él. Lo hace aquí, sin duda, para que la esposa tome conciencia y goce de su dicha. El lo ha declarado sirviéndose de la propia figura que ella había imaginado: Bajo el manzano yo te desperté 10. Es justamente en la casa materna donde, según deseo expreso de la esposa, se cumple esta plena posesión del amado11: donde te concibió tu madre... Esta expresión es una de las que en el Cantar indica la dicha de la posesión mutua, como la sombra del manzano, la sala del festín, el jardín de las delicias. No es sorprendente, pues, que en este pasaje del poema, que describe la felicidad de los dos esposos, la sombra del manzano esté en paralelo con la casa de la esposa, pues las dos imágenes son sinónimas. El esposo quiere decir que es él mismo, y no otro, el que ha despertado a su amada, y que la ha despertado en la casa materna, donde ella se había dormido.12 No parece que haya más misterio en esta expresión, que a primera vista parece desconcertante.
La esposa responde a estas insinuaciones del amado afirmando su deseo de permanecer unido a él: ponme como un sello sobre tu corazón. Los antiguos llevaban su sello personal que autenticaba su personalidad jurídica sobre el pecho o el antebrazo, para guardarlo con más cuidado. Aún hoy día los árabes notables llevan solemnemente sobre su pecho el sello personal. A esta costumbre parece aludir la esposa cuando pide a su esposo que la lleve como un sello sobre su corazón o sobre su brazo. Es un modo de decir que la tenga presente en sus pensamientos y afectos más íntimos. La razón de su súplica está en el amor profundo, que es insaciable y exigente como las fauces del seol, la región subterránea de los muertos, que está siempre tragando hombres, sin satisfacer sus ansias de vidas humanas; es el poder insaciable de la muerte 13, que con el seol se muestran celosos de sus víctimas, que aprietan con sus garras. Con un segundo símil describe el efecto mortífero del amor: sus dardos encendidos queman y abrasan al que está enamorado, como los rayos llamas de Yühvc siembran la desolación y la ruina. Es inútil querer extinguir sus llamas devoradoras con las copiosas aguas del mar o de las inundaciones. Por otra parte, es de tal valor la llamarada de amor, que no tiene precio computable: es superior al precio de toda la hacienda familiar; por eso, si alguno intentara con todos sus bienes comprarlo, sería objeto de desprecio por parte de los circunstantes. Con estas palabras encomiásticas del amor puro se cierra el séptimo poema del Cantar y el tema del libro. La apoteosis final se cierra con la plácida posesión de los dos esposos.
Apéndices (8-14).
E stos versos tienen el aire de una adición redaccional, sin relación con el tema de los poemas anteriores. Incluso el vocabulario parece de otra pluma, y la métrica también es diferente. Por el contenido parece que se trata de enigmas o acertijos, recogidos por el compilador e incrustados en el libro del amor.
Primer enigma: la hermanita (8-10).
8 Nuestra hermana es pequeñita, no tiene pechos todavía.
¿Qué haremos a nuestra hermana cuando un día se trate de ella?
9 Si ella es un muro,
edificaremos sobre ella almenas de plata; si puerta, le haremos batientes de cedro.
10 Sí, muro soy, y torres son mis pechos. He venido a ser a sus ojos
como quien halla la paz.
Los hermanos están preocupados con el porvenir social de su hermana menor, indefensa ante la vida. Quieren encontrar una solución en consonancia con sus habilidades: si es muro, rematarlo con almenas de plata; si puerta, poner batientes dignos, de cedro. En todo caso, quieren los hermanos que prospere en la vida social y que luzca sus galas de mujer. El dilema planteado por los hermanos es resuelto por la hermanita diciendo que es muro, y, siguiendo el símil, compara sus pechos a las torres. En todo caso, ella da por resuelto el problema de su porvenir, ya que ha encontrado la paz 14.
Segundo enigma: la viña de Salomón (11-12).
11 Una viña tenía Salomón en Baal-Hamón; la entregó a sus guardas,
que habían de traerle por su fruto mil siclos de plata.
12 Mi viña la tengo ante mis ojos. Para ti, Salomón, los mil (siclos), y doscientos para los que guardan su fruto.
Este segundo epigrama resulta también misterioso. Tiene el aire de una parábola en la que se alaba la honestidad profesional de un buen administrador de una viña que se le ha confiado. Esta es localizada en Baal-Hamón y se considera como propiedad del opulento Salomón de los mejores tiempos de Israel. La localidad nos es desconocida, pero se la ha relacionado con Baal-Hasor, donde se reunían los hijos de David 15. La posesión era de excepcional valor, porque el importe del arriendo llegaba a mil siclos de plata 16. El intendente la ha cuidado la tengo ante mis ojos , pero no ha conseguido sacar mucha utilidad sobre el precio del arriendo. Con todo, ha pagado escrupulosamente lo estipulado al rey, y aun ha pagado doscientos siclos a los obreros encargados de guardarla y cultivarla. Su honradez profesional ha quedado a salvo.
La despedida de los esposos (13-14).
13 ¡Oh tú, que habitas en jardines, los compañeros atienden a tu voz: hazme oírla!
14 Huye, amado mío, semejante a la gacela o al cervatillo por los montes de las balsameras.
Este fragmento está dentro de la línea general del Cantar y resulta desplazado. El esposo supone que su amada mora en los jardines, símbolo de los amores conyugales, y se presenta con su cortejo de fieles amigos para reunirse con ella y oír su voz. La reacción de la esposa supone un cambio de escena, conforme a las veleidades del amor, y así invita a su esposo a emprender la huida, triscando por los montes perfumados de las balsameras, que simbolizan también las fiestas nupciales 17. Los poemas del Cantar de los Cantares son un jugar al escondite entre dos enamorados que se buscan, se encuentran y se ausentan, para con la ausencia excitar más el mutuo amor. Estos versos están dentro de esta línea, y bien pueden estar desplazados al final por razones que a nosotros se nos escapan.
1 Cf. Can_2:4; Can_3:4; Can_4:16; Can_5:1. 2 Así según los LXX. El TM: en la casa de mi madre tú me enseñarás. 3 Falta en el TM, pero está en los LXX, y es exigido por el paralelismo con el estribillo ya tantas veces recitado. 4 Cf. Can_2:6; Can_3:4 5 Cf. Can_2:7; Can_3:5 6 Los alegoristas ven en esta evocación del desierto la repatriación de los exilados de Babilonia a través de la estepa. 7 Cf. Can_2:3a. 8 Cant 2,sb. 9 Cf. Can_2:7; 3:4- 10 No hay ninguna alusión al pecado de Eva tomando del árbol prohibido, como gratuitamente han supuesto no pocos comentaristas. Esto está fuera de contexto. 11 Cf. Can_3:4; Can_8:2. 12 D. Buzy, o.c., 357. 13 Cf. Pro_30:15-16; Eco_24:29. 14 Los alegoristas suponen que habla la ciudad de Jerusalén, reconstruida después del exilio. 15 Cf. 2Sa_13:23. 16 El siclo equivalía a 13 gr., más o menos. El valor de mil siclos equivaldría al de mi dólares aproximadamente. 17 Cf. Can_4:6.