Jeremías  49 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 39 versitos |
1 Sobre los hijos de Amón. Así habla Yahvé: ¿Por ventura no tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué, pues, Milcom ha heredado a Gad, y su pueblo ocupa sus ciudades?
2 Por eso he aquí que vienen días — oráculo de Yahvé — en que yo haré oír contra Rabat, de los hijos de Anión, el grito de guerra: quedará convertido en montón de ruinas, y sus hijas serán quemadas. Y heredará Israel a sus herederos — oráculo de Yahvé.
3 ¡Grita Jesebón Ha sido devastada Hai. Gritad, hijas de Rabat; ceñios cilicios y llorad, porque Milcom será llevado cautivo juntamente con sus sacerdotes y magnates."
4 ¿Por qué te glorías de los valles, de tu valle fértil, oh hija rebelde? Confiada en tus tesoros (decías): ¿Quién vendrá contra mí?
5 He aquí que yo traeré sobre ti el terror, oráculo del Señor, Yahvé de los ejércitos, y os dispersaréis cada uno de su lado, y no habrá quien reúna a los huidos.
6 Y después de esto yo haré volver la cautividad de los hijos de Amón, oráculo de Yahvé.
7 Así dice Yahvé de los ejércitos: ¿No hay sabiduría en Teman? ¿Ha desaparecido el consejo de los inteligentes? ¿Se ha desvanecido su sabiduría?
8 Huid, volved las espaldas, buscad refugios profundos, habitantes de Dedán, porque voy a traer la ruina de Esaú, el tiempo de su castigo.
9 Cuando vengan sobre ti los viñadores, no dejarán rebusco. Cuando de noche te asalten los ladrones, saquearán a su gusto.
10 Soy yo quien despoja a Esaú, yo descubriré sus escondites, no podrá ocultarse. Su descendencia será destruida; sus hermanos y sus vecinos dejarán de ser. ¡Deja a tus huérfanos, que yo los criaré; que cuenten conmigo tus viudas!"
11 (TEXTO OMITIDO)
12 Porque así dice Yahvé: He aquí que los que no hubieran debido beber el cáliz, han tenido que beberlo, y ¿vas a quedar tú impune? No quedarás, no, lo beberás.
13 Porque he jurado por mí mismo, oráculo de Yahvé, que desolación, objeto de oprobio y de maldición será Bosra, y sus ciudades ruinas por siempre.
14 he recibido de Yahvé una noticia, ha sido enviado un heraldo por los pueblos: Reunios y marchad contra él, alzaos para la guerra.
15 Porque he aquí que te he hecho pequeño entre los pueblos, desprecio de los hombres.
16 Te ha engañado la altanería de tu corazón, tú que habitas en los huecos de las rocas y escalas las crestas de los montes. Aunque pongas tan alto como el águila tu nido, de allí te haré bajar — oráculo de Yahvé — .
17 Edom vendrá a ser objeto de horror; el viandante se quedará estupefacto, y contemplará sus ruinas silbando burlonameiite."
18 Destruido como Sodoma y Gomorra, con sus ciudades vecinas, dice Yahvé. No habrá quien la habite, ni hijo de hombre que en ella more.
19 He aquí que como un león subirá desde los boscajes del Jordán a los pastos siempre verdes. En un momento los arrojaré de ellos y estableceré sobre ella a quien me plazca; pues ¿quién como yo? ¿Quién me pedirá cuentas? ¿Quién es pastor que me hará frente?"
20 Oíd, pues, los designios de Yahvé contra Edom, los planes que traza contra Teman: En verdad que serán conducidos por lo más ruin del rebaño, y a su vista se espantarán los pastizales.
21 Temblará la tierra al fragor de su ruina, y se oirán sus alaridos en el mar Rojo.
22 He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas sobre Bosra, y el corazón de los guerreros de Edom será entonces como el corazón de mujer en parto.
23 Sobre Damasco. Jamat y Arpad están cubiertas de vergüenza, les ha llegado una mala nueva, se conturbaron y se agitan como el mar, y no hallan descanso.
24 Damasco, acobardado, se dispone a la fuga, es presa del terror, siente angustias y terrores como de parturienta.
25 ¡Ha sido abandonada la ciudad gloriosa, la ciudad de la alegría!
26 Por eso caerá en sus plazas su juventud, y todos sus hombres de guerra perecerán en aquel día, oráculo de Yahvé de los ejércitos.
27 Yo pegaré fuego a los muros de Damasco y consumirá los palacios de Ben-Hadad.
28 Contra Cedar y los reinos de Jasor, que batió Nabucodo-sor, rey de Babilonia. Así dice Yahve Levantaos, subid contra Cedar y devastad a los hijos de Oriente.
29 Apodérense de sus tiendas y de sus ganados, de sus pabellones y de todos sus utensilios, apropíense de sus camellos, gritando: “¡Terror por doquier!”
30 Huid, escapad a toda prisa, buscad profundos refugios, habitantes de Jasor, oráculo de Yahve. Porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha trazado contra vosotros sus designios y está maquinando contra vosotros un plan.
31 Alzaos, marchad contra una gente tranquila, que mora confiada — oráculo de Yahve — , que no tiene puertas ni cerrojosy habita aislada.
32 Serán vuestro botín sus camellos, y vuestra presa la multitud de sus ganados. Yo dispersaré a todos los vientos a esas sienes rapadas, y de todos los confines haré venir la ruina — oráculo de Yahve — .
33 y se convertirá Jasor en guarida de chacales, por siempre desierta. No morará en ella nadie ni la habitará hijo de hombre.
34 Palabra de Yahve a Jeremías, profeta, acerca de Elam, que le fue dirigida al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá.
35 Así dice Yahve de los ejércitos: He aquí que yo romperé el arco de Elam, el fundamento de su fuerza.
36 Yo desencadenaré contra Elam los cuatro vientos, de los cuatro confines del cielo. A todos estos vientos los dispersaré, y no habrá nación adonde no lleguen los fugitivos de Elam.
37 Yo haré temblar a Elam ante sus enemigos, ante los que buscan su vida. Yo haré venir sobre ellos el mal, el furor de mi cólera — oráculo de Yahve — . Yo mandaré en su persecución la espada, hasta destruirlos.
38 Yo pondré mi trono sobre Elam y haré perecer al rey y a sus grandes, oráculo de Yahve.
39 Pero al fin de los días haré volver a los cautivos de Elam, oráculo de Yahve.

Patrocinio

 
 

Introducción a Jeremías 

Times New Roman ;;;;
Jeremías.

Introducción.

Vida del Profeta.
Jeremías (en heb. Yirmeyahu: Yahvé exalta?) aparece en la introducción histórica a sus oráculos como hijo de Releías, del linaje de los sacerdotes que habitaban en Anatot, 1 la actual Anata, a unos cuatro kilómetros al nordeste de Jerusalén, camino del desierto, que era también la patria del sumo sacerdote Abiatar, 2 a cuya familia sacerdotal podía pertenecer el profeta. Cuando era aún muy joven, en el año 13 del reinado de Josías (627 a.C.), fue llamado al ministerio profético, 3 que ejerció durante los reinados de este rey y de sus sucesores Joacaz (609), Joaquim (609-598), Joaquín o Jeconías (598) y Sedecías (598-586); y aún sobrevivió a la catástrofe nacional del 586 a.C. Su vida fue muy agitada, ya que tuvo que sufrir en los vaivenes de la política después de la muerte del piadoso rey Josías (609). Durante el reinado de éste, colaboró extraordinariamente en la reforma religiosa emprendida en 622-621, cuando fue hallado el libro de la Ley en los cimientos del templo. Su vida, en este sentido, es paralela a la de Isaías, que un siglo antes había prestado auxilio moral en la reforma religiosa emprendida por el también piadoso rey Ezequías (727-698).
Bajo el rey Joaquim (609-598), el profeta de Anatot tuvo que sufrir mucho, en primer lugar de sus propios conciudadanos de Anatot 4; y en Jerusalén, por recriminar la impía conducta del pueblo, fue encarcelado 5; y por anunciar la ruina de la ciudad, los sacerdotes quisieron atentar contra su vida, siendo librado de la muerte por algunos príncipes que recordaron la profecía de Miqueas sobre la destrucción de Jerusalén.6 En el año 604 (año cuarto del reinado de Joaquim) dictó sus oráculos a su amanuense Baruc, y los leyó al año siguiente públicamente en el templo. Por orden del rey Joaquim - indignado porque Jeremías le echaba en cara su impiedad y tiranía - fueron quemados7; pero Jeremías los volvió a dictar a Baruc. 8 Más tarde fue encarcelado, como traidor, por orden del rey Sedecías (597-587). 9 Fue libertado después de la toma de Jerusalén por los babilonios (586), quedando por algún tiempo dedicado a la consolación de los vencidos y a la reconstrucción religiosa y nacional del país en colaboración con el gobernador Godolías, nombrado por Nabucodonosor. Pero la facción ultranacionalista asesinó al gobernador, huyendo a Egipto, llevándose por la fuerza al profeta, el cual continuó allí su obra de exhortación a la penitencia. 10 Según la tradición judaica, Jeremías fue lapidado en Egipto por sus compatriotas, a los que recriminaba su pésima conducta . Según una tradición menos fundada, Jeremías fue llevado por Nabucodonosor a Babilonia después de haber conquistado Egipto en el 566 a.C. 12

Índole temperamental del profeta.
En el profeta Isaías hemos indicado como características de su temperamento la virilidad, serenidad y aplomo ante las situaciones críticas, como consecuencia de ser un hombre reflexivo y aun cerebral, con pocas concesiones a lo afectivo. Jeremías es, al contrario, un hombre de temperamento afectivo y aun tímido, el cual, sin embargo, tuvo que afrontar situaciones mucho más críticas que su antecesor Isaías. A pesar de su natural retraído y solitario, el profeta de Anatot, con la gracia divina, supo mantenerse firme y enérgico cuando llegaba la hora de la intransigencia. A pesar de tener un profundo amor hacia su pueblo, Jeremías tuvo que predicar el sometimiento a Babilonia, apareciendo como traidor a la causa nacional. Esta fue su gran tragedia; fue tan amarga su misión, que muchas veces, llevado de su natural, protesta ante Dios por haberle obligado a soportar una carga superior a sus fuerzas y que está en contra de sus sentimientos. 13 Quiso orar por la salud de su pueblo, y Yahvé se lo prohibió 14; quiso callar sus oráculos de exterminio sobre Jerusalén, pero no podía, porque le ardían como fuego en su interior. 15 Varias veces, en medio de esta lucha psicológica, se atrevió a quejarse de Yahvé. 16
Su misión era la de destruir, arrancar, arruinar y asolar, levantar, edificar y plantar17; debía ser el contrastador de la conducta de su pueblo, 18 el portavoz de la ira de Yahvé, anunciando la destrucción, 19 mientras que él, dulce y tranquilo por temperamento, hubiera deseado anunciar cosas agradables al pueblo oprimido 20. Fue durante su vida un signo de contradicción, 21 objeto de las burlas de sus contemporáneos. Hubiera querido huir al desierto para vivir tranquilo. 22 Dios es su seductor, por haberle obligado a aceptar una misión para la que no se siente con fuerzas. 23 Pero no puede menos de seguir los impulsos de su Dios: Tú me sedujiste, ¡oh Yahvé! y yo me dejé seducir. Tú eras el más fuerte, y fui vencido. Ahora soy todo el día la irrisión, la burla de todo el mundo. Siempre que les hablo tengo que gritar, tengo que clamar: ¡Ruina, devastación! Y todo el día la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí. Y aunque me dije: 'No pensaré más en ello, no volveré a hablar en su nombre', es dentro de mí como fuego abrasador, que siento dentro de mis huesos, que no puedo contener y no puedo devorar. 24
Su misión es la de ser un signo constante de contradicción: Soy objeto de querella y de contienda para todos. A nadie presté, nadie me prestó, y, sin embargo, todos me maldicen. ¿Soy yo culpable? ¿En el tiempo del infortunio no te rogaba por el bien de los que me odian?25 No caben palabras más elocuentes para describir la tragedia íntima de Jeremías, la paradoja de una vida entregada a una misión que contrariaba a sus afectos más íntimos. Toda su vida fue un sufrimiento continuo por la incomprensión, el escepticismo, la ironía sangrienta. A pesar de todo, sentía que Yahvé, aunque su seductor, era también su refugio y su fortaleza, 26 Por eso, en medio de las contrariedades prosigue su tarea de profeta, de centinela de los intereses espirituales de su pueblo, anunciando el peligro, pero, al mismo tiempo, la era mesiánica, que será el gran contraste con las angustias e incomprensiones de sus compatriotas. 27
En ningún profeta aparece tan clara la vocación divina al ministerio profético como en Jeremías, ya que la labor que se impone en nombre de Dios está en total contradicción con su temperamento, retraído, afectivo y pacífico. Los Santos Padres presentan al profeta de Anatot como el tipo doliente de Cristo, que es incomprendido de sus compatriotas y sufre por la ceguera de su pueblo. Hasta su misma vida de celibato le asemeja al Maestro de Nazaret. Pero, naturalmente, el tipo difiere mucho del antitipo, porque en Cristo no se dan los desahogos airados de Jeremías, que llega en algunos momentos a desear el castigo de sus enemigos. 28 Es la diferencia del hombre puramente hombre y el Hombre-Dios.

Ambiente histórico.
A Jeremías le tocó asistir a la mayor tragedia de su pueblo, la catástrofe del 586, en que tuvo lugar el colapso nacional de Judá como consecuencia de una equivocada política nacionalista contra el invasor babilonio. Por ello, los últimos años de la vida del profeta no pudieron ser más agitados, ya que tuvo que hacer frente a la facción egiptófila, que postulaba una resistencia a ultranza contra el coloso caldeo. En 625 había muerto Asurbanipal (668-625), el monarca más grande de Asiría, que había logrado llegar con sus tropas hasta Tebas, en el Alto Egipto. Después de él, el general caldeo Nabopolasar logró liberar a Babilonia del yugo asirio, inaugurando así su reinado (625-605). Los viejos sueños de Merodacbaladán contra Senaquerib se van a cumplir ahora, cuando el imperio asirio, gastado, entra en su ocaso. Los medos, por su parte, caen sobre el nordeste del imperio asirio a las órdenes de Ciáxares, y, al no poder tomar la ciudad de Asur, se alian con el rebelde Nabopolasar de Babilonia en el sur. El pacto fue sellado por el matrimonio del hijo de Nabopolasar, llamado Nabucodonosor, con la hija del medo. Después de infructuosos ataques aislados contra Asur y Nínive, lograron por fin tomar esta ciudad en 612 a.C. El rey asirio Asuruballit se trasladó a Jarran con ánimo de organizar la resistencia, pero también esta ciudad cayó en poder de la coalición medo-babilonia. El faraón egipcio Necao II acudió en auxilio del rey asirio en 609, pero fue derrotado a las puertas de Jarran por Nabopolasar.
En el reino de Judá sucedían también cambios importantes durante este tiempo. En 640 moría el impío rey Manases, que se había dedicado sistemáticamente a deshacer la reforma religiosa que había emprendido su padre, el piadoso Ezequías, con la aprobación y auxilio moral de Isaías. Persiguió a los fieles yahvistas, introduciendo, como su abuelo Acaz, los cultos asirios en el templo. 29 Su hijo Amón seguía la misma conducta, pero fue asesinado en 640 a.C., subiendo al trono su hijo de ocho años, Josías (640-609), el cual, educado religiosamente bajo la égida de los sacerdotes, empezó de nuevo la reforma religiosa. En 621 tuvo lugar un acontecimiento notable: el hallazgo del libro de la Ley en los cimientos del templo, al parecer el Deuteronomio 30. Inmediatamente mandó poner por obra sus preceptos relativos a la centralización del culto y la supresión de todos los santuarios sincretistas que pululaban en el país. Incluso extendió su reforma religiosa al antiguo reino de Samaría, que desde el 721 era una provincia asiría. 31
El piadoso rey se consideraba dueño de aquellos territorios, y por eso en el 609 salió al paso del faraón Necao II, con el que trabó batalla desigual en Megiddo, cerca del monte Carmelo, y allí murió trágicamente (609 a.C.). 32 Con esta pérdida se comprometió toda su obra de reforma religiosa y se terminó el ciclo de paz relativa que desde hacía veinte años disfrutaba el reino de Judá. Su hijo Joacaz fue su sucesor, aclamado por el pueblo de la tierra, o clase humilde del país; pero Necao II le depuso, y entronizó en su lugar a su hermano Eliaquim, al que puso el nombre de Joaquim (609-598) en señal de dominio. 33 El nuevo rey era de carácter despótico y no favoreció el desarrollo de la vida religiosa en el país, cometiendo torpezas políticas que le llevaron a la ruina. 34 Es bajo su reinado cuando comenzó el calvario de Jeremías, el cual había sido muy bien considerado por el piadoso Josías. En 605, Nabucodonosor hizo una incursión por la tierra siro-fenicia-palestina después de haber derrotado al faraón Necao II en Carquemis, 35 persiguiéndolo hasta la frontera egipcia. El rey Joaquim le ofreció tributo, y así se liberó de la invasión caldea. Nabucodonosor se volvió a Babilonia para recoger las riendas del imperio al morir su padre en 605 a.C.
Poco tiempo después, el rey Joaquim de Judá se atrevió a rebelarse contra el babilonio,36 y al principio Nabucodonosor no tomó en serio esta actitud, enviando sólo unas partidas de soldados caldeos, árameos, moabitas y amonitas para que hostigaran el país de Judá. 37 Pero, una vez que se vio desembarazado de sus preocupaciones en Babilonia, Nabucodonosor emprendió una expedición punitiva contra Jerusalén en 598 a.C. 38 Joaquim murió durante el asedio (no está claro si de muerte natural o violentamente), 39 y le sucedió su hijo Joaquín o Jeconías, el cual capituló a los tres meses de subir al trono, siendo llevado en cautividad, con su familia y lo más selecto de la nación, a Babilonia. 40 Nabucodonosor puso en su lugar en el trono a su tío Matanías (hermano de Joaquim y de Joacaz), cambiándole el nombre en Sedecías (597-587). Al principio éste se mantuvo dócil al rey caldeo, mas en 594 entró en relaciones con los pueblos vecinos para insurreccionarse contra Babilonia; pero, por la intervención de Jeremías,41 la coalición antibabilónica no tuvo realización formal.
Egipto, por su parte, fomentaba la insurrección de los reyezuelos de Palestina contra el coloso babilonio. En el 589 subió al trono egipcio Hofra, el cual al punto orientó su política contra Nabucodonosor. Este decidió jugar la carta definitiva, y así se vino al occidente, estableciendo su cuartel general en Ribla, junto al Orontes (Alta Siria), seguramente para dirigir las operaciones contra Tiro, que continuaba resistiendo42. Contra Judá envió a uno de sus generales, Nabuzardán, el cual se apoderó de las pequeñas ciudades hasta lograr aislar a Jerusalén (589 a.C.). Ante el ataque del faraón Hofra, el ejército caldeo se vio obligado a levantar el sitio de Jerusalén para atacar al ejército egipcio, al que venció, llegando hasta las fronteras de Egipto. 43 Después el general babilonio se entretuvo en asediar a Laquis y Azeca antes de volver al asedio de Jerusalén. Esta tardanza hizo nacer el optimismo entre los jerosolimitanos, los cuales llegaron a apropiarse de nuevo los esclavos que habían manumitido. 44 Pero no tardó en comenzar de nuevo el asedio, y las condiciones de resistencia se hicieron imposibles. Jeremías predicaba la capitulación para evitar el desastre completo. Sedecías no supo imponerse a la facción nacionalista fanática, y en un momento de confusión huyó por una brecha, siendo alcanzado por los soldados caldeos en la llanura de Jericó, donde fue apresado y llevado a presencia de Nabucodonosor en Ribla. Más tarde fue llevado al exilio, sin que se sepan más noticias de él. Mientras tanto, Jerusalén caía en poder de los babilonios en julio del 586 a.C.; la parte cualificada de la población fue llevada en cautiverio hacia Babilonia, y Judá fue convertida en provincia babilónica. El vencedor nombró gobernador de dicha provincia arruinada al nativo Godolías, amigo de Jeremías. El nuevo gobernador procuró rehacer la vida política, económica y social de la nación; pero la facción ultranacionalista le asesinó, y los judíos, temiendo la represión, huyeron a Egipto, llevándose con ellos al profeta Jeremías, el cual se oponía a esta huida. Así terminó la vida de Judá como nación.
En este ambiente de inseguridad y de tragedia personal debemos estudiar los oráculos de Jeremías. No es fácil establecer una cronología de la mayor parte de sus oráculos, pero conocemos perfectamente el ambiente histórico en que se desarrolló su trágica vida, y esto nos sirve para comprender la actividad profética y literaria del profeta de Anatot, que merece el nombre de mártir.

El libro de Jeremías.
Los escritos profético-históricos que han llegado a nosotros con el nombre de Jeremías son - como los de Isaías - una colección desordenada de oráculos y de datos históricos, recopilados sin orden cronológico por un redactor posterior al profeta. Como en el libro de Isaías, pudiéramos distribuir los oráculos jeremianos lógicamente, según los tres apartados siguientes: a) profecías contra Judá y Jerusalén; b) profecías contra las naciones paganas; c) profecías relativas a la restauración de Israel como nación. Pero esta distribución lógica no corresponde a la cronológica y, sobre todo, no coincide con la distribución de los oráculos en el actual libro de Jeremías. Para darnos una idea de la distribución anómala de los oráculos, presentamos el cuadro siguiente según las indicaciones cronológicas del libro actual:

a) Reinado de Josías (640-609):
1:2 (año 13 de Josías: 627 a.C.).
3:6 (en tiempo de Josías: 626-609).
b) Reinado de Joaquim (609-598):
26:1 (principio del reinado de Joaquim: 608).
25:1 (año 4 de Joaquim: 605).
36:1 (año 4 de Joaquim: 605).
45:1 (año 4 de Joaquim: 605).
35:1 (durante el reinado de Joaquim: 609-598).
7:1 (principio de Joaquim: 608).
c) Reinado de Sedecías (598-586):
24:1 (después de la deportación de 598).
29:1 (después de la deportación de 598).
27:1 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
28:1 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
49:34 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
32:1 (año 10 del reinado de Sedecías: 588).
33:1 (al tiempo de la detención de Jeremías: 588).
34:1 (durante el asedio de Jerusalén: 588-587).
37:1-6 (durante el asedio de Jerusalén: 588-587).
39:1-15 (poco después de la toma de Jerusalén: 586).
40:1 (poco después de la toma de Jerusalén: 586).
44:1 (mientras el profeta estaba en Egipto: 5865).

De esta distribución cronológica se deduce que la compilación actual se ha hecho en diversas épocas y sin criterio uniforme. Sin embargo, en la distribución actual del libro de Jeremías podemos dividir los oráculos en tres partes:

Parte I: Vaticinios contra Judá (c.2-29).
1. Corrupción general (c.2-6).
2. Contra el fetichismo del templo y el formalismo religioso (c.7-10),
3. Dios no perdonará al pueblo que infringe el pacto (c.11-17).
4. Simbolismo de la vasija rota. Sufrimientos de Jeremías (c. 18-20).
5. Invectivas contra la corte y los jefes políticos y falsos profetas (c. 21 - 23). Simbolismo de los dos cestos de higos (c.24).
6. Predicción del exilio de setenta años y oráculos contra las naciones (c.25).
Discurso en el templo y peligro para Jeremías (c.26). Muerte del profeta Urías (c.26:20). Jeremías y los falsos profetas (c.27-28).
7. Carta a los deportados (c.29).

Parte
II: La Era Mesiánica (c.30-33)
1. Retorno de Israel renovado (c.30-31).
2. El nuevo pacto (31:315).
3. Compra simbólica del campo de Anatot (c.32). Israel en la paz mesiánica (c.33).

Parte III: Vaticinios Durante el Asedio de Jerusalén (c.34-40)
1 Contra la injusticia de tomar de nuevo a los esclavos (c.34).
2. Los recabitas (c.35).
3. El rollo quemado por Joaquim (c.36).
4. Encarcelamiento de Jeremías (c.37-38).
5. Toma de Jerusalén (c.39-40).

Parte
IV: Vaticinios después de la caída de Jerusalén (c.40-45).
1. Godolías, gobernador (c.40-41).
2. Huida a Egipto (c.42-43).
3. Jeremías predice la suerte de los refugiados y de Egipto (c.43-44).
4. Apéndice: Vaticinio sobre Baruc (c.45).

Parte V: Vaticinio contra las naciones (c.46-51)
Apéndice: Fin de Jerusalén. Liberación de Joaquín (c.52).

Distribución Lógico-Cronológica General de los Oráculos.
I. Introducción: Vocación de Jeremías (1:1-19).
II. Oráculos contra Judá: (c.2:1-45:5).
1. Oráculos en tiempo de Josías (2:1-6:30).
Iniquidad del pueblo e ingratitud (2:1-3:5).
Las dos hermanas Israel y Judá, perversas (3:6-6:30).
2. Oráculos en tiempo de Joaquim (7:1-29:32).
Contra la falsa confianza en el templo (7:1-10,25).
Castigo por el pacto quebrantado (11:1-13:27).
Reprobación de Judá (14:1-20).
La cautividad anunciada (25:1-38).
Jeremías es condenado y salvado (26:1-24).
La muerte de Urías profeta (26:20).
Jeremías y los falsos profetas (27:1-28:17).
Epístola de Jeremías a los exilados (20:1-32).
3 Vaticinios en tiempo de Sedecías (21:1-24:10).
Contra la casa real, la corte y los falsos profetas (21:1-23:4).
Símbolos relativos a la suerte de Judá (24:1-10).
4 Vaticinios de salvación mesiánica (30:1-33:26).
Restablecimiento de Israel (30:1-31:30).
Nueva alianza (31:31-40).
Compra del campo, símbolo de la restauración (32:1-44).
Enmienda del pueblo y restauración (33:1-26).
5. Últimos vaticinios y sufrimientos de Jeremías (34:1-36:32).
Contra Sedecías y el pueblo (34:1-22).
Fidelidad de los recabitas (35:1-19).
Joaquim manda quemar los escritos de Jeremías (36:1-32).
6. Sucesos durante el asedio de Jerusalén (37:1-40:6).
Jeremías encarcelado y salvado (37:1-38:13).
Coloquio de Jeremías con el rey (38:14-28).
Destrucción de Jerusalén (39:1-40:6).
7. Después de la destrucción de Jerusalén (40:7-54:5).
Godolías, gobernador de Judá (40:7-41:18).
Fuga de los judíos a Egipto (42:1-43:7).
Jeremías en Egipto (43:8-44:30).
Consolación de Baruc (45:1-5).

III. Oráculos contra las naciones paganas (46:1-51:64).
1. Contra Egipto (46:1-28).
2. Contra los filisteos (47:1-7).
3. Contra Moab (48:1-47).
4. Contra Amón (49:1-6).
5. Contra Idumea (49:7-22).
6. Contra Damasco (49:23-27).
7. Contra Arabia (49:28-33).
8. Contra Elam (49:34-39).
9. Contra Babilonia (50:1-51:64) 45.

Apéndice histórico:
Cautividad de Sedecías, liberación de Jeconías. Destrucción de Jerusalén (52:1-34).

Autenticidad.
A la vista de esta distribución, podemos decir que el actual libro de Jeremías es una colección de oráculos y de relatos de diferentes épocas de la vida y actividad del profeta, que han sido reunidos al azar en el transcurso del tiempo. En realidad, parece que antes de reunirse en esta colección general existieron antes con unidad independiente en colecciones particulares, como resultado de aportaciones de redactores diferentes. Se suelen reconocer tres estratos en la formación de la actual colección de escritos de Jeremías: 1) oráculos en primera persona (c.1-25); 2) oráculos en tercera persona (c.26-35); 3) biografía del profeta (en tercera persona), dispuesta según un orden cronológico (c.36-45). La primera sección podría en general considerarse como redacción personal del profeta46. En ella está la sección de las llamadas confesiones de Jeremías, porque el profeta refleja sus luchas y problemas personales por cumplir fielmente su ministerio profetice, impuesto por Yahvé. Ningún profeta nos ha revelado como Jeremías ese carácter íntimo del oficio profético. Con toda sinceridad expresa sus dificultades, ansiedades, pensamientos y deseos y los de su Dios. 47
La parte biográfica, en que se habla en tercera persona, y algunos oráculos pueden ser obra de Baruc, su secretario. De todos modos hay que reconocer el carácter fragmentario de cada una de estas secciones. En el texto actual se dice que el profeta dictó algunos de sus oráculos y hechos personales a Baruc.48 Algunos de ellos aparecen en primera persona,49 mientras que otros están redactados en tono narrativo, en tercera persona.50 Los relatos de los c.37-44 parecen ser obra de Baruc, el cual puede considerarse como el principal compilador-redactor de la actual colección. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya abundantes adiciones posteriores al mismo Baruc.51 De hecho, muchos textos tienen gran parecido con otros del libro de Ezequiel,52 lo que indica que las tradiciones oraculares de ambos profetas se interfieren mutuamente, y un redactor posterior, sin mayor preocupación crítica, los asignó a alguno de ellos para que se conservaran en la colección canónica.

Texto y versiones.
Es célebre en la historia de la exégesis la gran discrepancia en el libro de Jeremías de los textos hebreo, masorético y griego de los LXX. La Vg sigue el texto hebraico. 53 En el texto griego falta la octava parte (unas 2.700 palabras) del TM. Esta tendencia a abreviar se concreta en la supresión de epítetos de Dios, fórmulas accesorias que no afectan a la sustancia de los oráculos. Incluso faltan algunos versículos íntegros.54 Además, la disposición de muchos de los oráculos no es igual en el TM y en el texto griego, pues éste coloca los oráculos contra las naciones después de 25:13, mientras que en el TM ocupan los c.46-51. Todas estas diferencias pueden explicarse por la diversidad de criterio del recopilador hebreo y el traductor griego. Así, bien pudo éste tener un criterio abre viador, y por ello suprime cosas que le parecen redundancias. Muchos autores,\sin embargo, suponen que hubo en principio dos textos originales hebreos, uno más ceñido y breve, seguido por el traductor griego y otro más amplificado y redundante, que estaría extendido en Palestina.55
La Vetus Latina está traducida sobre el texto griego, mientras que la versión de San Jerónimo (actual texto de la Vulgata) está sobre el texto hebreo masorético.56 La versión siríaca llamada Peshitta es muy afín al TM, aunque parece que en su redacción actual tiene influencias de la versión de los LXX e incluso del Targum de Jonatán 57.

Estilo literario.
La personalidad del profeta queda perfectamente retratada en su estilo, el cual, lejos de tener el vigor de expresión y la ironía de Isaías, se desliza ingenuamente, reflejando las ansias de paz de un alma atribulada. Se le ha querido comparar con el estilo virgiliano, 58 pero su situación psicológica es muy distinta de la del gran vate romano, y por eso sus expresiones tienen un contenido de tragedia, que, si no alcanzan el radicalismo del libro de Job, sin embargo, matizan sus pensamientos de inquietud y aun de desesperación. Jeremías es un alma nacida para la soledad, la tranquilidad del hogar, y, sin embargo, es lanzado por Dios a la vida agitada política de Judá en los momentos más críticos de su historia. Por otra parte, es un temperamento claramente afectivo, y en esto habría que compararlo con el profeta Oseas, pero no posee la riqueza de imaginación de éste. Pudiéramos caracterizar el estilo literario de Jeremías como carente de adorno. Con la mayor sencillez y sin pretensiones expresa sus profundas ideas, generalmente coloreadas con un aire de tristeza y amargura.
Por otra parte, en sus oráculos es propenso a la repetición de frases, imágenes y pensamientos.59 En su predicación suele depender mucho de la de los profetas anteriores y aun de la doctrina deutero-nomística, lo que es perfectamente explicable teniendo en cuenta que en su tiempo se encontró el libro de la Ley (probablemente el Deuteronomio), el cual le proporcionaba muchas expresiones e ideas estereotipadas para dar a entender sus propias ideas. Sin embargo, no se debe negar a Jeremías la elevada inspiración literaria y poética, ya que, aunque a veces su estilo es difuso y abunda en frases estereotipadas, con frecuencia es muy original en sus simbolismos e imágenes, algunas de belleza extraordinaria. Así, habla de Dios como fuente de agua viva,60 y a Israel lo compara a una camella o asno salvaje que anda alocado tras de los ídolos, 61 y en momentos de especial afección lo compara a una viña amorosamente cuidada por su Dios. 62
Tenía una especial predilección por la vida solitaria campestre, deseando habitar en una cabaña de viandantes en el desierto. 63 También siente nostalgia de la paz doméstica. La vida de celibato le ha sido impuesta por Dios.64 En las confesiones65 es donde mejor se revela el alma profunda del profeta. Su lucha interior entre sus afectos más queridos y su misión parece reflejada en una serie de expresiones sublimes, de una sinceridad desconcertante. En todas sus palabras hay un tono elegiaco y descorazonador, que sólo parece superado por el realismo y vigor de expresión del libro de Job. Algunos autores le han proclamado el poeta más grande entre los profetas de la Biblia.66 Esta afirmación parece basada en el aspecto puramente psicológico de la poesía jeremiana 67; pero, en conjunto, la elevación poética de Jeremías no se acerca a la de Isaías. Desde el punto de vista estilístico del lenguaje, el hebreo de Jeremías es muy inferior al de Isaías, pues aunque es clasicista, sin embargo, no es un estilo tan depurado y aticista como el de su gran antecesor. San Jerónimo dice que el estilo de Jeremías es sencillo y propio de uno que no está habituado a la elegancia ciudadana y literaria, como lo estaba Isaías.68 Los lingüistas encuentran en las expresiones de Jeremías influencias aramaicas en cuanto al vocabulario y a la sintaxis. 69
Aparte de la predicación oracular, Jeremías tiene especial preferencia por las acciones simbólicas para plasmar mejor sus ideas. 70 Este género de predicación era muy adaptado a la mentalidad poco evolucionada de muchos de sus oyentes. Como oriental, el profeta busca impresionar con sus acciones. Ezequiel seguirá esta pauta, y con él otros profetas.

Doctrina teológica.
En Jeremías encontramos las nociones teológicas comunes que ya hemos visto en Isaías, pues habían sido ya propuestas por Amos, Oseas y Miqueas. La gran tradición yahvista se continúa según las grandes ideas monoteístas en el sentido más estricto. Podemos distinguir en la predicación de Jeremías los siguientes apartados teológicos.
1. Dios. - Enfáticamente se dice que los ídolos son vanidades,71 y, por tanto, implícitamente se expresa la idea de la sola existencia del Dios de Judá e Israel, que es la fuente de la vida, 72 y, como Dios, escruta y penetra los más íntimos pensamientos de los hombres. 73 La trascendencia divina aparece en la clara afirmación sobre la creación y conservación de todas las cosas por Yahvé. 74 Como Señor de todo, domina los elementos de la naturaleza y siembra la vida.75 Es omnisciente, y todo lo ha creado y dispuesto con sabiduría.76 Es el Dios omnipotente,77 pero su fuerza no es ciega, sino que la atempera a las exigencias de su justicia.78 Como Juez justo, da a cada uno lo que es suyo. 79 Pero su justicia está contrarrestada con su misericordia. 80
2. Dios y la humanidad, - Supuesto que todo ha sido creado por Dios, se sigue que todas las naciones deben reconocerle como tal.81 Su influencia no se limita sólo a los destinos del reino de Judá e Israel, sino que dirige el curso de la historia de las naciones. Incluso se promete a los gentiles que le reconozcan por Dios el habitar prósperamente en medio del pueblo elegido. 82 Pero por sus pecados tendrán que apurar la copa de su ira, como lo ha tenido que hacer el propio Israel. 83 Dios es el que señala los confines de los pueblos, incluso de los paganos. 84 Y no sólo su justicia descargará sobre ellos, sino que también su misericordia les abraza a todos, y sus ciudadanos podrán disfrutar de los mismos derechos que los del pueblo elegido.
3. Dios e Israel. - Los vínculos que Dios tiene con la humanidad en general quedan reforzados cuando se trata de Israel, pues fue escogido por El con designios providenciales y le ha prodigado toda clase de protección a través de la historia. 85 El profeta compara el cuidado que Dios tiene de Judá al de un agricultor que cuidadosamente cultiva su viña.86 Como Oseas, compara las relaciones de Israel con Dios a las de dos esposos, que han hecho una alianza. 87 Las expresiones en este sentido son sumamente tiernas. 88 Dios e Israel se pertenecen mutuamente. 89 Por eso la apostasía de Israel, yéndose tras de los ídolos, reviste los caracteres de un verdadero adulterio. 90 Israel debía estar unido a Yahvé como el ceñidor a la cintura del que lo lleva, 91 único medio de preservarse intacto. La base de tales relaciones está en el pacto del Sinaí, 92 pero Judá ha roto el pacto, 93 y por eso Yahvé enviará el castigo y la ruina. Después del castigo purificador, Dios hará una alianza nueva, escrita en los corazones, de forma que no haya lugar a su quebrantamiento. 94 Israel volverá después del exilio a ser el hijo primogénito, 95 y Yahvé volverá a ser el pastor único de la grey. 96
Todas estas relaciones se refieren a Dios e Israel como colectividad nacional, pero con la prueba del exilio la responsabilidad individual adquiere más relieve: En esos días ya no se dirá más: Nuestros padres comieron las agraces, y los hijos sufrimos la dentera, sino que cada uno morirá por su propia iniquidad; quien coma el agraz, ése sufrirá la dentera. 97 En efecto, el profeta se plantea problemas puramente personales, sin conexión con la nación israelita como colectividad; así inquiere la razón de sus propias angustias y tragedias íntimas y se plantea el problema sobre la ecuación entre méritos y premios, pecados y castigos, siendo así un antecesor del libro de Job 98. El tono a veces se asemeja al de los Salmos, en los que con toda viveza se plantean las angustias personales de los justos perseguidos y despreciados.
4. El pecado. - En su primera fase de predicación, el profeta fustiga los pecados de Israel como nación, y por ello será castigado por Yahvé. El pecado nacional era la idolatría, el sincretismo religioso y el abandono sistemático de Yahvé como único rector de los destinos de Judá. En esto contrasta con la conducta de los pueblos paganos, que nunca abandonan a sus dioses. El profeta pone en boca de Yahvé esta queja lacerante: ¿Qué tacha hallaron en mí vuestros padres para apartarse de mí e irse en pos de la vanidad de los ídolos? 100 El pueblo ha abandonado totalmente la Ley y se ha entregado a toda clase de excesos: lujuria, violencia, atropellos sociales, falsedad, perjurios, 101 y esto no sólo en la clase humilde, sin formación, sino también en la clase directora 102. El profeta insiste en la malicia del corazón humano como fuente de pecados 103; por eso, en la nueva teocracia mesiánica suspira por un cambio de corazones, ya que no basta la Ley escrita, sino que era necesario grabarla en lo más íntimo de la personalidad humana 104. El profeta suspira por una unión más íntima del hombre con Dios como fuente de vida,105 como fruto de una reconciliación con El por el arrepentimiento y la penitencia. 106
5. Las observancias religiosas. - Como Isaías y los profetas que le precedieron, Jeremías detesta el mero formalismo religioso, al que considera como una hipocresía. Enérgicamente protestaba por la confianza fetichista en el templo de Jerusalén como medio de liberarse de la ira divina. 107 Ante todo predica Infidelidad a Yahvé como consecuencia de un conocimiento profundo de su Ley. Para él, la verdadera religión consiste en la práctica de la justicia con el prójimo 108 y la circuncisión del corazón,109 lo que implica obediencia a la Ley de Yahvé. 110 Los valores éticos deben prevalecer sobre los ritos formalistas de culto: ¿A mí qué el incienso de Sabá y las cañas aromáticas de tierras lejanas? Vuestros holocaustos no me son gratos, vuestros sacrificios no me deleitan. 111 Hasta el arca de la alianza será sustituida en el nuevo orden de cosas, donde prevalecerá la religión del corazón.112 Esa interioridad de la religión en Jeremías se refleja en su espíritu profundo de oración. En todos los momentos críticos de su vida ha acudido a la plegaria como solución a los grandes problemas; así ora por la nación. 113 Dios le prohibe que ore por el pueblo para no verse obligado a emplear su misericordia. 114 Enfáticamente afirma el profeta la eficacia de la oración confiada. 115 En este aspecto, la personalidad de Jeremías es paralela a la de muchos salmistas, que, movidos de una religiosidad profunda, acuden a Dios como único valedor de sus intereses. 116
6. Ideas mesianicas. - A pesar del espiritualismo tan elevado de los oráculos de Jeremías, apenas se encuentran en sus escritos promesas claras mesianicast como hemos visto, al menos en lo referente a la persona del Mesías, en Isaías. Naturalmente, el profeta tiene una profunda esperanza en los destinos mesianicos del pueblo israelita como tal. Así anuncia la restauración de la nación después del castigo del exilio, la cual será gobernada por jefes que, lejos de esquilmarla, como antes, la ayudarán a conseguir toda clase de felicidades. 117 Israel y Judá volverán a unirse para constituir una nación sola, como en el pasado. 118 El templo será nuevamente purificado de toda contaminación, y la ciudad, reedificada. El nombre del futuro rey - reencarnación de David (suscitaré a David, vástago de justicia) - será el símbolo de la nueva teocracia y llevará el nombre prometedor de Dios, nuestra justicia.119 Todos reconocerán al nuevo rey, vástago de David, como lugarteniente de Yahvé, 120 porque implantará un reinado de justicia y de equidad: Yo suscitaré a David, vástago de justicia, que como verdadero rey reinará prudentemente y hará derecho y justicia en la tierra. En sus días será salvado Judá, e Israel habitará en paz.121 Y toda esta situación de paz vendrá como consecuencia de una nueva alianza - grabada en los corazones - signada entre Yahvé y su pueblo. El pecado desaparecerá y no volverá a romperse lo pactado, como en días antiguos. 122

Jeremías y el Deuteronomio.
Durante la vida de Jeremías tuvo lugar un acontecimiento trascendental en la vida religiosa de Judá: el hallazgo del libro de la Ley en los cimientos del templo en 621 a.C. reinando Josías. 123 Generalmente se admite entre los críticos que el libro hallado - cuyo contenido consternó a los fieles yahvistas de la época por las amenazas que en él se consignan contra los transgresores de la Ley - es el Deuteronomio, al menos los capítulos 12-26 del mismo. Ahora bien, en los escritos de Jeremías no encontramos la más mínima alusión a este hecho. Según la Biblia, el profeta había iniciado su ministerio hacia el año 627 (decimotercer año del reinado de Josías). ¿Qué influencia tuvo el profeta en la reforma religiosa que siguió al hallazgo del libro de la Ley? Una de las cosas que más se urgieron en esta reforma fue la centralización del culto en el templo de Jerusalén, como base del retorno a Yahvé. Pero hemos visto que el profeta apenas da importancia a la religión ritualista externa, a los actos de culto formalísticos, sino a la religión del corazón. No obstante, no por esto debemos generalizar su actitud de oposición al culto externo. Como Isaías, ataca a los actos de culto externo cuando van desprovistos de la entrega del corazón a Dios, con lo que esto supone de reconocimiento de sus derechos, plasmados en la legislación positiva dada al pueblo elegido. Es verdad que Jeremías urge ante todo la circuncisión del corazón, 124 la rectitud de intención, 125 la sumisión a la voluntad divina 126 y la práctica de las virtudes sociales. 127 En esto no hace sino colocarse en la línea doctrinal de los antiguos profetas. Precisamente en el Deuteronomio se urgen el monoteísmo estricto, el amor a Dios con todo el corazón y las virtudes sociales como parte fundamental de la vida religiosa. En este sentido, Jeremías se halla dentro de la línea deu-teronomística. Por otra parte, los críticos han sorprendido muchas frases en los escritos de Jeremías que parecen depender del Deuteronomio. 128 El fomentar el culto externo era tarea de los sacerdotes como tales, y de seguro que por su propio interés no dejarían de inculcar la necesidad de que todos los israelitas fueran a Jerusalén a cumplir sus votos y sus sacrificios. Jeremías, como los profetas anteriores - Amos, Oseas e Isaías - , ante todo urgía el cumplimiento de los valores éticos y del espíritu. En esto no hace sino seguir la pauta de Isaías. También éste tenía que conocer los esfuerzos de reforma religiosa desplegados por el rey Ezequías - sobre todo la lucha contra los lugares de culto fuera del templo - , y, sin embargo, Isaías no se preocupa de predicar el cumplimiento de los actos meramente cultuales. Esta labor incumbía a los sacerdotes, los cuales, por otra parte, apenas se preocupaban de predicar el cumplimiento de las virtudes sociales y la entrega del corazón a Dios. Jeremías, pues, en esto no es sino un mero continuador de la antigua tradición profética.

1 Jer 1:1. En 2 Re 22:8 se habla de un sacerdote llamado Helcías, que descubrió el libro de la Ley; pero puede ser otro personaje distinto del padre del profeta. - 2 1 Re 1:26. - 3 Jer 1:2-19; 25:3- - 4 Jer 11:18-12:6. - 5 Jer 19:1-20,6. - 6 Jer 26:1-19; 7:1-28. - 7 Jer 11:1-5.9-14; 22:13-19. - 8 Jer 36:1-32. - 9 Jer 27:12-15. - 10 Jer 43:1-44:30. - 11 Cf. A. Condamin, Jérémie, 0.269 XII; J. Gutmann, Jeremía-Apokriphon: Encyclo-pedia ludaica, VIII (1931) 1092-1094; Tertuliano: PL 2:137; San Jerónimo, Adv. Éïõ. 2:37: PL 23:335; San Isidoro: PL 83:142. - 12 Cf. Seder Olam Rabba 26. - 13 Jer 15:10-18; 20,7-9.14. - 14 Jer 14:11. 19 Jer 20:8. - 15 Jer 20:7-9. - 16 Jer 15:1. - 17 Jer 1:10. - 18 Jer 6:27. - 20 Jer_28:6. - 21 jer 15:10; 20:8. - 22 jer 20:8. - 23 Jer 20:7. - 24 Jer 20:7-9. - 25 Jer 15:10s. - 26 Jer 16:19. - 27 Jer 36:23; 11:18-21; 18:18-23; 26:8s, - 28 Jer 15:15-16; 20:12. - 29 Cf. 2 Re 21:16. 32 Cf. 2 Par 35:21. - 30 2 Re 22:8s. 33 Cf. 2 Re 23:33; Jer 22:10. - 31 Cf. 2 Re 23:15-20.. - 34 Cf. 2 Re 23:37; Jer 22:13-17 - 35 Cf. 2 Re 24:7. Véase también Flavio Josefo; Contra Appionem I 19:135-141; y Antiq, X 11:1:219-221. Véase Bi 8 (1927) p.401. - 36 Cf. 2 Re 24:1 - 37 2 Re 24:2. - 38 2 Re 24:3. - 39 Jer 22:19. - 40 Jer 52:318. - 41 Jer 27:1. - 42 Cf. Ez 29:175. - 43 Cf. Ez 30:20-25. - 44 Jer 34:8s. - 45 Cf. Hopfl-Miller-Metzinger, Introductio specialis in V. T. (Roma 1946) p.441. - 46 Es la tesis de E. Podechard, Le livre de Jérémie. Structure et formation: RB 37 (1928) 181-197. Nótscher la acepta en general; cf. su obra Das Buch Jeremías (Bonn 1934) 21-23 - 47 Cf. Jer 11:18s; 15:10-21; 17:14-17; 18:18-20; Jer_20:75. - 48 Jer 36:4.27.32; 45:1. - 49 Jer 1:1-6; 11:6.9. - 50 Jer 7:1; 11:1; 19:14; 20:3. - 51 Entre ellas se suelen citar por los críticos: Jer 10:1-16; 52:1-34; 17:19-27; Jer_50:1-51 :58. Cf. A. Condamin, Jérémie et la critique radicale en Allemagne: RScR 6(1916) 167-184; F. Nótscher, O.C., 21S. - 52 Compárese Jer 3:6-10 y Ez 16 y 23; Jer 7:16; 11:14, Y Ez 14:12-20. - 53 Cf. San Jerónimo, In ler.: PL 28:848. - 54 Por ejemplo: 8:10-12; Jer_10:6-8; 11:75; 17:35; 23:105; 29:16-20. - 55 Así J. Gotsberger, Giesebrecht, E. Tobac, Steuernagel. - 56 Cf. A. Condamin, Les caracteres de la traduction de la Bible par St. /eróme: RScR 2 (1911) 105-138; A. Penna, S. Gerolamo (Turín 1949) 371-377· - 57 Cf. A. Rahalfs, Beitrdge zu Textkritik der Peshitta: Zatw 9 (1899) 161-210; P. Churgin, Targum Jonathan to the Prophets (N. Haven 1907). - 58 Cf. A. Penna, o.c., p.17. - 59 Cf., por ejemplo, 2:28b y 11:133; 4:6 y 6:1b; 5:9 y 9:9; 7:16 y 11:14, etc. Véase una lista más completa en A. W. Streane, Jeremiah, 34. - 60 Jer2:13 - 61 2:23-24. - 62 2:21. - 63 Jer 9:1. - 64 Jer 16:35. - 65 Jer 11:18-23; 15:10.15-21; 17:14-18; 18:18-23; 20,7-17. - 66 Así P. Volz, Der Pmphet Jeremía (Lipsia 1922) p.xxxvi. - 67 Es la opinión de Ë. Ñåííá, o.c., 18. - 68 San Jerónimo: PL 28:903. - 69 Cf. C. Zimmer, Aramaismi lereminiani (Halle 1880). - 70 Las acciones simbólicas aparecen en 13,is; 18:2s; 18,is; 32:85. - 71 Jer 2:5; 8:19; 18:8. - 72 Jer 2:13. - 73 Jer 23:235. - 74 10:16; 27:5; 31:35-37- - 75 5:24; 10:13; 14:22; 31:35- - 76 32:18; 10:12. - 77 21:1; 32:19; 4:27- - 78 32:19; 3:12; 4:27; 5:18. - 79 31:3-11; 33:11. - 80 16:19. - 81 12,l6. - 82 25:15s. - 83 4:6; 19,3; 22:7; 43:10. - 84 12:l6. - 85 Jer 2:6; 11:4; 23:7; 32:20.21. - 86 Jer 2:21; 12:10; cf. Is 5:1. - 87 Jer 2:2. - 88 Jer 3:4. - 89 Jer 24:7- - 90 Jer 2:11. - 91 Je 13:11. - 92 Je 11:33; 14:21. - 93 Je 22:9. - 94 Je 31:31s. - 95 Je 31:9- - 96 Jer 23:35. - 97 Jer 31:29. - 98 Job 21:7; Sal 37:1s. - 99 Jer 20:13; cf. Sal_40:18; 70:6. - 100 Jer 2:5. - 101 Jer 5:8; 5:1s; 7:9. - 102 Jer 2:8.26; 5:5; 8:10. - 103 Jer 17:9. - 104 Jer31:31s. - 105 Jer 2:13. - 106 Jer 18:23. - 107 Jer 7:4; 3:134; 33:8. - 108 Jer 22:16. - 109 Jer 4:4. - 110 Jer 7:23. - 111 Jer 6:20; 7:21s; 14:12; 7:4; 11:15. - 112 Jer 12:2:11; 29:13. - 113 Jer7:16; 11:14; 24:6; 32:16. - 114 Jer 7:16; 11:14; 11:11. - 115 Jer 27:18; 37:3. - 116 Sobre la personalidad espiritualista profunda de Jeremías véanse los siguientes artículos del P. M. L. Dumeste, Le message du prophéte Jérémie: Vie Spirituelle, 55 (1938) 38-59; id., Jérémie et la religión de l'Esprit: ibid., 156-182; id., La religión personnelle de Jérémie: ibid., 56 (1938) 40-59. - 117 Jer 23:8; 31:2-6. - 118 Jer 23:6. - 119 Jer 23:6. - 120 Jer 30:9 - 121 Jer 23:3-7· - 122 Jer 31:Sal_31:33· - 123 Cf. 2 Re 23:1-3- - 124 Jer 4:4; 17:1. - 125 Jer_2:20; 17:16. - 126 Jer 3:17; 9:2-5; 22:16. - 127 jer 5:1:6; 9:1-5; 22:135. - 128 Jer 2:5; 8:19; 14:22; 16:19, y Dt 32:21; Jer 2:6 y Dt 32:10; Jer 7:24; 9:14, y Dt 29:19; Jer 4:4 Y Dt 10:16; Jer 5:15 Y Dt 28:49; Jer 7:18; 8:19; 25:7, Y Dt 4:25; 31:29; 32:16; Jer 7:33; 16:4 Y Dt 28:26; Jer 11:3 y Dt 11:265; Jer 11:4 y Dt 4:20; Jer 11:5 y Dt 7:13; Jer 15:4; 24:9 y Dt 28:25; Jer 23:17 y Dt 29:19.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Patrocinio

Notas

Jeremías  49,1-39

49. Oráculos contra Amon, Edom, Damasco, Arabia y Elam.
En este capítulo, de carácter sumario, se insertan las profecías contra los pueblos vecinos de los israelitas: Amón, Edom, Damasco, Arabia y aun contra el lejano Elam.

Contra Amón (1-6).
1 Sobre los hijos de Amón. Así habla Yahvé: ¿Por ventura no tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué, pues, Milcom ha heredado a Gad, y su pueblo ocupa sus ciudades? 2 Por eso he aquí que vienen días oráculo de Yahvé en que yo haré oír contra Rabat, de los hijos de Anión, el grito de guerra: quedará convertido en montón de ruinas, y sus hijas serán quemadas. Y heredará Israel a sus herederos oráculo de Yahvé. 3 ¡Grita Jesebón Ha sido devastada Hai. Gritad, hijas de Rabat; ceñios cilicios y llorad, porque Milcom será llevado cautivo juntamente con sus sacerdotes y magnates. 4¿Por qué te glorías de los valles, de tu valle fértil, oh hija rebelde? Confiada en tus tesoros (decías): ¿Quién vendrá contra mí? 5He aquí que yo traeré sobre ti el terror, oráculo del Señor, Yahvé de los ejércitos, y os dispersaréis cada uno de su lado, y no habrá quien reúna a los huidos. 6Y después de esto yo haré volver la cautividad de los hijos de Amón, oráculo de Yahvé.

Según la Biblia, los amonitas proceden de Lot; por tanto, eran afines étnicamente con los hebreos. En la Biblia se les suele llamar siempre los hijos de Amón (v.1), frase estereotipada que encontramos a menudo 1. Los amonitas, juntamente con los edomitas y moabitas, pertenecían a la rama aramea de la que surgió también el clan hebreo. Se ha querido relacionar a los amonitas con el dios Amm, adorado en Arabia meridional; pero no hay ninguna divinidad amonita con este nombre. El dios de los amonitas era Milcom 2, que es una derivación de la raíz Melek (rey), divinidad muy corriente entre los cananeos, conocida en la Biblia hebrea con el nombre de Molec, y en los LXX y Vulgata con el de Moloc 3. El reino de Amón se extendía desde el Arnón, al sur, hasta el Yabbok, al norte, y desde el desierto siró-arábigo hasta el Jordán4. El rey amorreo Sehón ocupó la zona fronteriza con el Jordán, y al entrar los israelitas se instalaron las tribus de Gad y de Rubén en el noroeste del reino de Arnón. Existió siempre lucha entre ambos pueblos, ya que Amón siempre consideró como intrusos a los israelitas y trató de expulsarlos5. Fueron sometidos por David6. Después de la deportación del reino del norte de Israel organizada por Teglatfalasar III (734-732) y por Sargón más tarde (721)7, los amonitas se hicieron dueños del territorio ocupado por las tribus de Gad y de Rubén. Y a esto alude ahora Jeremías. En 602 aparecen los amonitas haciendo incursiones en el territorio de Judá 8. El profeta les echa en cara el que se aprovechen de las circunstancias adversas de Judá para atacarla; el territorio ocupado por ellos pertenece de derecho a los israelitas, como herederos de sus padres: ¿No tiene hijos Israel., no tiene heredero? (v.1). La ocupación por los amonitas sólo se justificaría en el caso de que Israel se hubiera extinguido totalmente. Pero la nación, aunque diezmada, subsiste, y por eso sus derechos permanecen. No tiene, pues, Amón derecho a desposeerlos de su herencia: ¿Por qué Milcom 9 ha heredado a Gad? Aquí Milcom (dios de Amón) es sinónimo de la nación, que ha querido suplantar a la tribu de Gad, israelita, que se había establecido en la parte septentrional de Amón desde hacía siete siglos 10. Esto es una flagrante violación del derecho, y por eso Dios va a enviar un castigo sobre la nación usurpadora: Yo haré oír contra Rabat. el grito de guerra (v.2). Rabat = Amón era la capital del país, hoy llamada Ammán, capital de Jordania. En los tiempos helenísticos fue llamada Filadelfia. Dios enviará, pues, la guerra contra la nación amonita, simbolizada en su capital, Rabat, y sus hijas, o ciudades menores, las cuales serán quemadas (v.2).
Y los israelitas volverán a poseer el territorio que en derecho secular les pertenecía: heredera Israel a sus herederos. El profeta invita al duelo a los amonitas por la destrucción de su nación: gritad, hijas de Rabat. (v.3), ï ciudades que estaban bajo la jurisdicción de la capital, Rabat. La mención de Jesebón y de Hai es extraña, ya que la primera estaba en Moab, y la segunda al oeste del Jordán, en territorio israelita. Quizá el profeta pone esas dos ciudades casi fronterizas con el reino amonita para indicar la presencia del invasor babilonio en Amón, amenazando por lo mismo a Moab y a la región occidental del Jordán. O mejor, quizá nos hallamos ante una corrupción del texto n. En todo caso, el profeta quiere destacar la tragedia de la invasión: ceñios cilicios., porque Milcom será llevado cautivo (v.3). Milcom aquí, como divinidad nacional, simboliza a la misma nación. En la frase hay un tanto de ironía: la divinidad de Amón, en la que confiaban sus adoradores, será llevada cautiva12. Con él irán sus sacerdotes y las fuerzas vivas de la nación.
La primera acusación contra Amón era el atropello que habían cometido al usurpar el territorio que secularmente había pertenecido a los israelitas. Ahora el profeta lanza otra acusación similar a la expuesta contra Moab: el orgullo. La parte septentrional de Amón era famosa por sus pastos y valles feraces, en los que se criaban los mejores ganados. Esto creó en los amonitas un complejo de superioridad sobre las pobres regiones de Cisjordania: ¿Por qué te glorias de los valles, de tu fértil valle, oh hija rebelde? (v.4). Fiada en sus riquezas y tesoros naturales, se creía a resguardo de toda contingencia. Su misma posición geográfica favorecía su aislamiento: ¿quién vendrá contra mi? La frase es insolente contra Yahvé, señor de los destinos de los pueblos. Por ello, ahora va a mostrar su poder sobre la altiva Amón: Traeré sobre ti el terror. y os dispersaréis. (v.5). Los enemigos invadirán el territorio de tal forma, que los amonitas, despavoridos, no sabrán adonde huir: os dispersaréis cada uno de su lado. La desbandada será tan general y desordenada, que no habrá caudillos ni guías que se comprometan a congregar a su pueblo (v.6).
Sólo Yahvé, que los ha dispersado y castigado, será capaz de reunirlos de nuevo: Yo haré volver la cautividad de los hijos de Amón (v.6). Los exilados amonitas, humillados por el castigo divino (después de esto) se reintegrarán a su patria dirigidos por Yahvé. Según Flavio Josefo 13, Nabucodonosor ocupó y saqueó Amón cinco años después de la toma de Jerusalén (587). Esa reintegración a la patria de los amonitas está conforme a lo anunciado en la profecía contra los moabitas del capítulo anterior. Ya hemos visto que en la perspectiva profética de Jeremías 14 se admite como posible la incorporación de los pueblos vecinos a Israel en la era mesiánica. Aquí no se dice esto, pero parece que se insinúa en esa providencia especial de Yahvé sobre los paganos amonitas.

Oráculo contra Edom (7-22).
7 Así dice Yahvé de los ejércitos: ¿No hay sabiduría en Teman? ¿Ha desaparecido el consejo de los inteligentes? ¿Se ha desvanecido su sabiduría? 8 Huid, volved las espaldas, buscad refugios profundos, habitantes de Dedán, porque voy a traer la ruina de Esaú, el tiempo de su castigo. 9Cuando vengan sobre ti los viñadores, no dejarán rebusco. Cuando de noche te asalten los ladrones, saquearán a su gusto. 10 Soy yo quien despoja a Esaú, yo descubriré sus escondites, no podrá ocultarse. Su descendencia será destruida; sus hermanos y sus vecinos dejarán de ser. ¡Deja a tus huérfanos, que yo los criaré; que cuenten conmigo tus viudas! 12 Porque así dice Yahvé: He aquí que los que no hubieran debido beber el cáliz, han tenido que beberlo, y ¿vas a quedar tú impune? No quedarás, no, lo beberás.13 Porque he jurado por mí mismo, oráculo de Yahvé, que desolación, objeto de oprobio y de maldición será Bosra, y sus ciudades ruinas por siempre. 14 he recibido de Yahvé una noticia, ha sido enviado un heraldo por los pueblos: Reunios y marchad contra él, alzaos para la guerra. 15Porque he aquí que te he hecho pequeño entre los pueblos, desprecio de los hombres. 16Te ha engañado la altanería de tu corazón, tú que habitas en los huecos de las rocas y escalas las crestas de los montes. Aunque pongas tan alto como el águila tu nido, de allí te haré bajar oráculo de Yahvé . 17Edom vendrá a ser objeto de horror; el viandante se quedará estupefacto, y contemplará sus ruinas silbando burlonameiite. 18 Destruido como Sodoma y Gomorra, con sus ciudades vecinas, dice Yahvé. No habrá quien la habite, ni hijo de hombre que en ella more.19 He aquí que como un león subirá desde los boscajes del Jordán a los pastos siempre verdes. En un momento los arrojaré de ellos y estableceré sobre ella a quien me plazca; pues ¿quién como yo? ¿Quién me pedirá cuentas? ¿Quién es pastor que me hará frente? 20 Oíd, pues, los designios de Yahvé contra Edom, los planes que traza contra Teman: En verdad que serán conducidos por lo más ruin del rebaño, y a su vista se espantarán los pastizales. 21Temblará la tierra al fragor de su ruina, y se oirán sus alaridos en el mar Rojo. 22He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas sobre Bosra, y el corazón de los guerreros de Edom será entonces como el corazón de mujer en parto.

El anuncio de la invasión sobre Edom empieza con una interrogación irónica. Los habitantes de Moab estaban orgullosos de sus viñedos; los de Amón, de sus feraces valles, y los de Edom, de su tradición sapiencial. Era el lugar de la sabiduría 15. Sin embargo, como los viñedos y los valles feraces no habían servido para nada a la hora de la prueba de Moab y de Amón, así la supuesta sabiduría excepcional de nada servirá a los edomitas cuando les llegue la hora del castigo. Teman era la patria de los sabios de Edom, la Atenas de los orientales, y aquí simboliza a toda la nación, como los viñedos de Yaser simbolizaban a Moab 16. A pesar de su sabiduría, los edomitas no han sabido conocer los designios de Yahvé sobre su pueblo, procurando evitar el desastre.
No les queda sino la desbandada vergonzosa cuando llegue el invasor enviado por Yahvé: Huid., habitantes de Dedán (v.8).Dedán era. una ciudad de Arabia 17 en estrechas relaciones con los edomitas. Eran frecuentes las caravanas comerciales de dedanitas. Por eso aquí se invita a los habitantes de Dedán a huir con celeridad, pues se acerca el devastador (v.8), enviado por Yahvé para traer la ruina a Esaú, es decir, de Edom, ya que Esaú, hermano de Jacob, era el epónimo de los edomitas 18. La devastación será completa. Los invasores caerán sobre Edom como viñadores, que no dejan rebusco, o como ladrones, que asaltan de noche y saquean a su gusto (v.9) 19. Por otra parte, como es Yahvé quien los ha traído, les enseñará los escondites, de modo que puedan llevárselo todo. Los pueblos que antes eran considerados como hermanos o vecinos, llegada la hora de la prueba, se desentenderán de sus compromisos de sangre o de alianza (v.10b). Y por eso, su descendencia será destruida. Nada podrá evitar la ruina total. La frase es muy radical, pero no es necesario tomarla al pie de la letra. En el v.11 se alude a los huérfanos que quedan desamparados y son protegidos por el mismo Yahvé. La catástrofe afectará sobre todo a los varones, y sólo Yahvé se preocupará de sus viudas y huérfanos.
El v.12 reproduce en forma abreviada 25:28-29. La idea parece ser que, si otros que tenían más títulos para verse a resguardo de la ira de Yahvé (como Israel, por ser su pueblo escogido) han tenido que beber el cáliz de la cólera divina, ¿cuánto más Edom, que no merece consideración especial alguna? Yahvé jura solemnemente destruirlo 20. Es una expresión antropomórfica y enfática para indicar la certeza del castigo. Su capital, Bosra 21, será convertida en desolación y objeto de oprobio y maldición (v.13), frase estereotipada que expresa la trágica suerte de una nación antes gloriosa.
Los v.14-i6 están casi al pie de la letra en Abd_1:1-4 El profeta se presenta como un centinela puesto en los confines de Edom 22 y asiste en espíritu a la invasión: Yahvé ha enviado un heraldo por los pueblos, convocando a los invasores: Reunios y marchad contra él. (v.14) para declararle la guerra y exterminarle23. Con esta escenificación, el profeta quiere destacar que es Yahvé el que envía al invasor sobre Edom. Yahvé ha decidido humillarle convirtiéndole en un pueblo pequeño entre los pueblos. (v.15), sin que se le tenga consideración alguna. Y todo le ha venido por la altanería de su corazón. Se consideraba seguro en los huecos de las rocas., en las crestas de los montes (v.16), favorecido por las anfractuosidades de su territorio, desde donde se lanzaba impunemente a las razzias sobre los pueblos vecinos. Se creía libre como el águila, que pone alto su nido, pero Yahvé se encargará de hacerla bajar24. Su destrucción será tal, que los que pasen por sus ruinas quedarán estupefactos., silbando burlonamente (v.12) 25. La comparación con Sodoma 'y Gomorra para indicar el castigo aselador divino era clásica en la literatura profética26. Las dos ciudades malditas estaban colindando con los territorios de Edom, y por eso su recuerdo debía ser una lección permanente para los edomitas. Los edomitas fueron suplantados en su territorio por las tribus árabes nabateas.
Los v. 19-21 aparecen ligeramente cambiados en 50:44-46. El devastador es representado como un león que sube de los boscajes del Jordán a los pastos siempre verdes (v.19). La exuberante vegetación era lugar donde se ocultaban las fieras 27 que inesperadamente irrumpían en la llanura de la depresión del Jordán, donde pastaban confiados rebaños. La feracidad de la zona del Jordán era un verdadero oasis para los que habitaban en los parajes semiesteparios de la montaña y meseta palestinense y moabita. En realidad, Yahvé mismo será el que trae al devastador, y nadie puede impedirlo: los arrojaré y estableceré a quien me plazca. ¿Quién me pedirá cuentas? ¿Quién es el pastor que me hará frente? Nadie puede oponerse a sus designios. Sigue el símil anterior. Si él envía al león devastador, ¿quién es el pastor que puede proteger al rebaño? Ningún rey de Edom puede defender su grey en contra de los planes de Yahvé, que ha decidido el exterminio.
Y a continuación se concretan sus planes contra Teman o Edom. La carnicería que hará el león invasor será tan grande, que no se contentará con matar lo mejor del rebaño, sino también lo más ruin (v.20) del mismo. Así según la traducción griega. Si se sigue el hebreo, entonces parece que se refleja el estupor de los pastizales al ver que sus propios rebaños son conducidos por lo mas ruin del rebaño, del ejército invasor. La versión griega parece dar mejor sentido al contexto 28. Los alaridos de los habitantes de Edom serán oídos en el mar Rojo o golfo de Aqaba, al sur. El ejército invasor, como un águila volará y subirá y extenderá sus alas sobre Bosra (v.22). La celeridad del avance cubrirá en seguida todas las metas propuestas, tomando la capital, Bosra. Los edomitas desaparecieron en el siglo V, suplantados por los nabateos. Es probable que destacamentos babilónicos hayan hecho incursiones por aquella zona después de la destrucción de Jerusalén (586) para asegurar la vía comercial con Arabia, que pasaba por Edom.

Oráculo contra Damasco (23-27).
23 Sobre Damasco. Jamat y Arpad están cubiertas de vergüenza, les ha llegado una mala nueva, se conturbaron y se agitan como el mar 29, y no hallan descanso. 2* Damasco, acobardado, se dispone a la fuga, es presa del terror, siente angustias y terrores como de parturienta. 25 ¡Ha sido abandonada la ciudad gloriosa, la ciudad de la alegría! 26 Por eso caerá en sus plazas su juventud, y todos sus hombres de guerra perecerán en aquel día, oráculo de Yahvé de los ejércitos. 27 Yo pegaré fuego a los muros de Damasco y consumirá los palacios de Ben-Hadad.

Este oráculo contra la nación siria puede muy bien concebirse en la época de la invasión de Nabucodonosor de la zona siró-fenicio-palestina después de la batalla de Garquemis (605), en que, derrotado el faraón Necao II, quedó libre el acceso de las tropas babilonias hasta las fronteras egipcias. Ya un siglo antes Siria había sido ocupada por los ejércitos asir los de Teglatfalasar III, el cual tomó Damasco en 732 a.C. El profeta anuncia aquí una nueva invasión sobre la opulenta Siria, representada por sus tres ciudades principales: Jamat o Hamat, la actual Hama, sobre el Orontes, en la Alta Siria, a 180 kilómetros al norte de Damasco. Arpad es la actual tell-Erfad, a 39 kilómetros al noroeste de Alepo, también en la Alta Siria 30. Damasco es la tradicional capital siria, emporio comercial en la encrucijada de las rutas caravaneras con Mesopo-tamia, Arabia y el Asia Menor. El profeta presenta la invasión viniendo del norte, ruta tradicional de los invasores mesopotámicos. Las primeras ciudades sobrecogidas por el espanto son las del norte: Jamat y Arpad (v.23). Al llegar la noticia a Damasco, queda acobardada y se dispone a la fuga (v.24) sin ofrecer resistencia. La ciudad que antes se caracterizaba por el bullicio de mercaderes y de gentes despreocupadas (la ciudad de la alegría), ahora aparece abandonada y solitaria, sin juventud, que ha sido pasada a cuchillo en las plazas por los invasores.
El v.27 reproduce literalmente Amo_1:4.14 y debe de ser una trasposición hecha por un redactor posterior. No obstante, 110 debemos perder de vista que los profetas a veces utilizaban tradiciones orales y escritas de los profetas anteriores para reforzar su autoridad ante el auditorio 31. La idea aquí expresada refleja el estilo de Amos: Yahvé mismo será el que cause la ruina de Damasco, consumiendo por el fuego los palacios de Ben-Hadad (v.27), que era el nombre común en los reyes de la dinastía siria.

Oráculo contra los pueblos árabes (28-33).
28 Contra Cedar y los reinos de Jasor, que batió Nabucodo-sor, rey de Babilonia. Así dice Yahve Levantaos, subid contra Cedar y devastad a los hijos de Oriente. 29Apodérense de sus tiendas y de sus ganados, de sus pabellones y de todos sus utensilios, apropíense de sus camellos, gritando: ¡Terror por doquier! 30Huid, escapad a toda prisa, buscad profundos refugios, habitantes de Jasor, oráculo de Yahve. Porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha trazado contra vosotros sus designios y está maquinando contra vosotros un plan. 31 Alzaos, marchad contra una gente tranquila, que mora confiada oráculo de Yahve , que no tiene puertas ni cerrojosy habita aislada. 32 Serán vuestro botín sus camellos, y vuestra presa la multitud de sus ganados. Yo dispersaré a todos los vientos a esas sienes rapadas, y de todos los confines haré venir la ruina oráculo de Yahve . 33 y se convertirá Jasor en guarida de chacales, por siempre desierta. No morará en ella nadie ni la habitará hijo de hombre.

Esta profecía va dirigida contra los hijos de Oriente, designación que en la Biblia se aplica a las poblaciones beduinas o semibeduinas del desierto arábigo más allá de TransJordania (Amón, Moab, Edorn) 32. En 25:23 se mencionaban las localidades de Dedán, Tema y Buz. Ahora la zona desértica es simbolizada en Cedar, tribu conocida del desierto siró-arábigo al este de Palestina33. En Can_1:5 se mencionan las tiendas de Cedar como conocidas de los lectores de Palestina. Sin duda que, para la población sedentaria de Israel, esa expresión recordaba la vida trashumante de los beduinos del desierto. Jasor, que aparece como localidad, nos es desconocida, pero debía de ser un lugar próximo a Cedar 34. No sabemos por fuentes extrabíblicas que Nabucodonosor venciera y sometiera estas tribus, como se dice en el texto (v.28). Según Flavio Josefo, siguiendo a Beroso (escritor babilónico del s.IV a.C.), Nabucodonosor ocupó Egipto, Siria, Fenicia y Arabia 35. Por otra parte, sabemos que la tribu de Cedar pagaba tributo normal a Asaradón (681-668) y a Asurbanipal (668-625). No tiene, pues, nada de particular que Nabucodonosor, un siglo más tarde, al considerarse heredero del imperio asirió, reclamase los tradicionales derechos de sumisión, y para ello que hubiera enviado uña expedición militar, lo que sería el cumplimiento de la profecía de Jeremías.
El profeta pone en boca de Dios Apalabras dé ánimo á los invasores para que cumplan sus designios' como instrumentos.de su justicia: Levantaos. contra Cedar. (v.28b); Ha llegado la hora de su castigo, y por eso Yahvé los incita al ataque y a la devastación (v.29), para que se apoderen de lo que constituye la riqueza del beduino: tiendas, ganados, camellos. Estas tribus árabes estaban acostumbradas a las razzias, y, en concreto, la de Cedar gozaba fama de tener buenos arqueros 36; pero nada podrán hacer contra el ejército organizado de Nabucodonosor, que sembrará el terror por doquier (v.28b). No les quedará a las poblaciones del desierto sino huir, buscando profundos refugios en las anfractuosidades de la estepa. Pero la espada de Nabucodonosor instrumento de Yahve los perseguirá con saña por doquier.
De nuevo los invasores son animados por Yahve para que sean implacables en la persecución, que, por otra parte, no ofrece riesgos, ya que los árabes son gente tranquila en cuanto que no tienen defensas amuralladas con vistas a la guerra. Están en los oasis al descampado, confiando en su aislamiento: no tiene puertas ni cerrojos y habita aislada (v.31)37. El botín será grande camellos., ganados (v.32) , la riqueza característica del morador de la estepa arábiga. Yahve irá delante abriéndoles paso y forzando la dispersión de esas sienes rapadas; expresión despectiva aplicada a los árabes 38 por su costumbre de rasurarse gran parte de la cabeza. La desolación será total, ya que el lugar donde antes estaba Jasor se convertirá en guarida de chacales (v.33). Entre sus ruinas sólo morarán las fieras salvajes.

Oráculo contra Elam (34-39).
34 Palabra de Yahve a Jeremías, profeta, acerca de Elam, que le fue dirigida al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá. 35 Así dice Yahve de los ejércitos: He aquí que yo romperé el arco de Elam, el fundamento de su fuerza. 36 Yo desencadenaré contra Elam los cuatro vientos, de los cuatro confines del cielo. A todos estos vientos los dispersaré, y no habrá nación adonde no lleguen los fugitivos de Elam. 37Yo haré temblar a Elam ante sus enemigos, ante los que buscan su vida. Yo haré venir sobre ellos el mal, el furor de mi cólera oráculo de Yahve . Yo mandaré en su persecución la espada, hasta destruirlos. 38Yo pondré mi trono sobre Elam y haré perecer al rey y a sus grandes, oráculo de Yahve. 39 Pero al fin de los días haré volver a los cautivos de Elam, oráculo de Yahve.

Elam era el, reino, que se extendía al este de Mesopotamia, con Susa por capital. Su cultura era milenaria, como se desprende de las excavaciones arqueológicas. Aparece mencionado en la Biblia en los tiempos patriarcales como un gran imperio, que está al frente dé una coalición·de estados orientales 39. Fue dominado por los asirios, destruyendo Asurbanipal la capital, Susa, en 640 a.C. Más tarde fue conquistada por los persas (520 a.C.); pero, como en territorio elamita se han encontrado muchas inscripciones de Nabucodonosor, podemos deducir que el coloso babilonio había extendido su imperio en la región elamita. Quizá la profecía de Jeremías se refiera a una invasión babilónica de este género. Isaías cita a los elamitas como soldados mercenarios en el ejército asirio40. Seguramente Jeremías había visto estos mercenarios elamitas en el ejército babilonio que puso asedio a Jerusalén en 598 a.C.41, y de ahí la profecía contra su nación. En realidad, Elam no había tenido ninguna relación con el reino de Judá. Pero el profeta, que quiere destacar el dominio que Yahvé tiene sobre los destinos de todos los pueblos, bien pudo vaticinar el futuro de una nación lejana, de la que ciertamente había oído hablar.
La profecía tuvo lugar al comienzo del reinado de Sedecías (v.34) el cual subió al trono entre fines del 598 y principios del 597 a.C En esta profecía no se menciona el enemigo que destruye a Elam es el mismo Yahvé quien lo hace directamente: romperé el arco de Elam (v.35). Los arqueros elamitas eran famosos por su habilidad 42; por eso eran el fundamento de la fuerza del imperio elamita. Elam nada podrá hacer por defenderse, ya que Yahvé enviará enemigos de los cuatro confines del cielo (v.36). La población elamita será dispersada 43 a todos los vientos. Y Yahvé enviará en su persecución la espada. Con ello quiere el profeta indicar que el desastre de la nación será muy grande. Las expresiones son hiperbólicas, para encarecer las proporciones de la catástrofe. Yahvé mismo se instalará como rey sobre el trono de Elam (v.38), juzgando con plena majestad a los culpables. Pero, como siempre, en toda profecía conminatoria hay un rayo de esperanza y de rehabilitación: Pero al fin de los días haré volver a los cautivos de Elam (v.39). Los profetas, en sus concepciones grandiosas sobre la teocracia mesiánica, dejaban un lugar para los pueblos extranjeros como asociados a la manifestación gloriosa de Dios en su pueblo 44. Aquí no se dice esto, pero esa repatriación parece expresar una manifestación particular de los designios misericordiosos que Yahvé tiene sobre el castigado Elam.

1 Cf. Gen_19:18. 2 Se ha querido explicar el nombre de Milcom descomponiéndolo en Melek-Amm (el dios es rey). 3 A pesar de la similitud nominal, Melcom y Melek y Moloc son divinidades diferentes. Véase lagrange, Eludes sur les Religions sémitiques p.ioo. En Tiro encontramos una ciudad llamada Melkart (rey de la ciudad). 4 Cf. Jos_13:25; Jue_11:12. 5 Cf. Jue_10:8; 1Sa_11:1. 6 Cf. 2Sa_12:26-31. 7 Cf. 2Re_14:29; 2Re_17:6. 8 Cf. 2Re_24:2. 9 En el TM se lee Malcam, que significa rey de ellos. Pero hemos preferido la lectura de Milcom, como está en los LXX, ya que Milcom era la divinidad principal amonita. 10 La otra tribu de Rubén había sido absorbida por la población moabita. 11 Son muchas las correcciones propuestas. Así, en vez de Jesebón , Duhm propone Armón. En vez de Hai, se propone Hair (la ciudad), etc. 12 Es lo mismo que se dice en la profecía contra Moab. Cf. Jer_48:7. 13 Cf. Fl. Josefo, Ant. Jud. X 9,7. 14 Cf. Jer_12:16. 15 En el libro de Job se ensalza esta sabiduría de los edomitas. De Teman era el sabio Elifaz que discutió con Job el problema de la retribución individual (cf. Job_2:11), el cual apela a la sabiduría de sus antepasados (Job_15:18). En Bar_3:22-24 se alude a la sabiduría de los habitantes de Teman, y en Abd_1:8 se habla de la sabiduría de los habitantes de Edom. 16 Teman, que no debe confundirse con Tema, ciudad de Arabia (Jer_25:23), es localizada por el Onomasticom de Eusebio a 12 millas de Petra. Hoy se la suele identificar con Shobak. Véase Abel, o.c., II, 77iaiman. 17 Cf. RB (1910) p.329; Jer_25:23. 18 El mismo nombre Edom, que significa rojizo, y parece expresar el color arcilloso rojizo de la tierra edomita, recuerda el epíteto de pelirrojo aplicado a Esaú. 19 Cf. Abd_1:5. 20 Cf. Jer_22:5; Jer_44:26. 21 Bosra es la actual Buseira, al S. de Tafile, 35 kilómetros al SE. del mar Muerto. jBosra es considerada por Isa_34:6 como la ciudad más importante de Edom. En tiempos de los na-bateos, la capital fue Petra (Sela). 22 Cf. Isa_21:6. 23 Cf. Jer_6:4; Jer_22:7; Isa_5:26; Isa_13:2. 24 Aquí parece aludir a las rocas de Petra o Sela, famosa ciudad excavada toda en roca viva en el wady Musa, entre el mar Muerto y el golfo de Aqaba. 25 Cf. 19,8; Isa_18:16; 25:11; 50,13- 26 Cf. Isa_13:19; Amo_4:11; Ose_11:8; Jer_50:40. 27 Cf. Jer_4:7; Jer_12:5. 28 Cf. Jer_48:40-41. 29 Es una traducción algo libre, pues lit. el TM dice: en el mar está el espanto. Pero creemos que es la mejor solución la adoptada en la versión. 30 Jamat y Arpad suelen aparecer citadas siempre juntas en la Biblia. Cf. Isa_10:9; Jer_36:19; Jer_37:13; 2 Re 18:34- 31 Cf. Jer_11:16; Jer_21:14; Jer_43:1232 Cf. Jue_6:3.33; Jue_7:12; Jue_8:10; 1Re_5:10; Job_1:3; Isa_11:14; Eze_25:4·?? . 33 Cf. Isa_42:11. En los documentos babilónicos son llamados Qidri. Cf. Abel, o.c., I 296. 34 Muchos autores quieren tomar la palabra Jasor en el sentido de aldea o lugarejo de población sedentaria, como el hadar árabe actual. 35 fl. Jos., C. Ap. I; 19. 36 Cf. Isa_21:13.15. 37 Algunos autores ponen estas palabras en boca del generalísimo de las tropas babilónicas. Pero el verso siguiente parece indicar que es Yahve quien habla. 38 Cf. Jer_9:25; Jer_25:23. 39 Cf. Gen I4.ISS. 40 Cf. Isa_22:6. 41 Cf. 2Re_24:10. 42 Cf. Isa_22:6; Tit . Liv.,Isa_37:27. 43 Cf. Esdr 5:12. 44 Cf. Jer_12:16.