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Oseas.
Introducción.
Nombre y Vida del Profeta.
La Biblia no da ninguna indicación sobre el lugar de nacimiento de Oseas (en hebreo Hosea: Yahvé salva). Únicamente conocemos el nombre de su padre, Beeri! El nombre coincide con el del último rey de Israel 2, y no debía de ser raro en la época. Como la predicación de Oseas se desarrolla en el reino del norte, se supone que es oriundo de esta zona septentrional israelita; pues, por otra parte, en el libro se refleja la situación política del reino de Samaría. No sabemos a qué clase social pertenecía, probablemente a la de agricultor, a juzgar por las numerosas alusiones a la vida agrícola 3. No obstante, algunos autores creen que era de la clase sacerdotal o que formaba parte de las asociaciones proféticas profesionales. Pero nada de esto se insinúa en el libro.
En sus oráculos, el profeta nos habla de su vida familiar. Por orden de Dios contrajo matrimonio con una mujer de mala vida, o con una mujer que le fue infiel en el matrimonio, de la que tuvo tres hijos, con nombres simbólicos relacionados con la conducta pecadora de Israel como pueblo. Los autores disputan sobre el sentido de estas narraciones, y así, mientras unos entienden estos relatos en sentido historicista, es decir, como reflejo de la vida familiar real del profeta, otros más bien creen que estas narraciones son en el fondo parábolas en acción. Desde luego, el carácter esquemático y apresurado de la narración - siempre en función de simbolizar las relaciones de Yahvé con Israel - parece favorecer la tesis parabolista. Es decir, que nos hallaríamos ante un caso similar a. las parábolas expuestas como una realización real por Natán a David y por un profeta anónimo a Acab 4.
Ambiente histórico.
La época en que se desarrolló la vida del profeta fue tumultuosa en extremo. Después de un reinado de esplendor, encarnado en Jeroboam II (783-743), el cual, después de haber vencido a los sirios, logró una era de prosperidad comercial para su país, éste entró en un período completo de descomposición política como consecuencia de la invasión de Teglatfalasar III (745-727). Después de la -muerte de Jeroboam II se sucedieron vertiginosamente los reyes. Su hijo Zacarías apenas reinó un año (743), pues fue asesinado por Sellum (743), el cual a su vez lo fue por Menajem (743-738). El hijo de éste, Pecaya, fue asesinado por Pecaj (737-732) 5. Este se alió con Rasín de Damasco contra Asiría 6, pero Teglatfalasar les venció, ocupando Damasco (732) y parte del reino israelita del norte, que fue anexionado como provincia tributaria a Asiría, deportando a sus habitantes7. El reino del norte quedó reducido al territorio de Efraím, y oficialmente en estado de vasallo.
En la capital, Samaría, había una fuerte facción egiptófila, y parece que Pecaj la favorecía. Por ello fue asesinado por el asirófilo Oseas (732-724), que fue el último rey de Samaría, ocupada por los asirios en 722-21 a.C. Al principio Oseas entregaba sumisamente el tributo al rey de Asiría, Teglatfalasar; pero, al morir éste, con su sucesor, Salmanasar V (727-722), las relaciones se endurecieron; a causa de la afición del rey Oseas hacia Egipto, rehusó pagar el tributo acostumbrado. Oseas fue depuesto (725-24), y después de tres años de asedio, Samaría, capital del reino, cayó en manos de los asirios (722-21). En este ambiente de zozobra y de conspiraciones en la corte se desarrolló la vida profética de Oseas.
Con el bienestar conseguido en tiempo de Jeroboam II, las costumbres se relajaron y el culto cismático de Yahvé sufrió profundas infiltraciones idolátricas, con lo que surgió una religión sincretista, contra la que luchó denodadamente el profeta. El culto oficial del Estado se centraba en la adoración del becerro de oro, representación sensible de Yahvé 8; lo que era un primer paso para la idolatría, a la que era tan propenso el pueblo hebreo. Desde los tiempos de Acab (s.IX), los cultos fenicios habían penetrado hondamente en la vida religiosa del reino septentrional 9. El profeta Oseas luchó contra estas infiltraciones paganas, pues prácticamente Yahvé había sido reducido a la categoría de un Dios principal en un panteón. Por otra parte, las manifestaciones culturales externas, como ofrendas de sacrificios, observancia del sábado y de las fiestas anuales 10, no tenían el contenido religioso interno de entrega a Dios y a sus preceptos. De ahí la religión hipócrita y formularia, que era en realidad una caricatura de la tradición religiosa de Israel.
Contenido y estructura del libro..
La predicación de Oseas es esencialmente afectiva, y por eso no es fácil hacer un esquema ideológico de sus oráculos. La idea central de su mensaje es la contraposición del amor de Yahvé y la ingratitud de Israel, que no ha sabido corresponder a su calidad de pueblo elegido. En realidad, Yahvé se ha unido con su pueblo en una alianza matrimonial, pero Israel la ha quebrantado. Por eso Yahvé le castigará, pero amorosamente, para atraerle a buen camino, a la reconciliación. Conforme al orden actual del libro que se atribuye a Oseas, podemos hacer el siguiente esquema de sus oráculos:
A) Relaciones amorosas de Yahvé e Israel (1:1-3:5):
El matrimonio con una mujer de mala vida simboliza la infidelidad de Israel a Yahvé.
Reconciliación con la mujer infiel.
Los nombres de los hijos de Oseas, símbolo de las relaciones entre Yahvé e Israel.
B) Oráculos conminatorios (4:1 -14:10):
Se declara la culpabilidad y el castigo de Israel. Impenitencia de Israel y Judá. Anuncio de la cautividad.
Invitación al arrepentimiento.
La primera parte está en prosa, mientras la segunda en poesía. Pero la identidad ideológica es total, y la ilación lógica es muy normal, en tal forma que la segunda parte parece un desarrollo de la del esquema teológico de la primera. Ambas partes terminan con el anuncio trágico de la destrucción del reino del norte. Los nombres de sus hijos Jezrael, Lo-Rujamá (sin compasión) y Loami (no mi pueblo) son un símbolo del castigo material de Israel y del abandono por parte de Dios hasta que entre por las vías del arrepentimiento. El recuerdo de la llanura de Jezrael, donde en otro tiempo Jehú extirpó la dinastía de Acab, será el símbolo de la nueva carnicería que se cierne sobre la casa real de Samaría. Pero, una vez que se cumpla la justicia de Yahvé e Israel vuelva a su Esposo, ese nombre, de recuerdo siniestro, se convertirá en símbolo de bendición, manifestada en la feracidad edénica de la tierra (Jezrael: Yahvé siembra), y, por otra parte, Israel volverá a ser el pueblo elegido de su Dios, de forma que Yahvé podrá llamarle Pueblo mío y Misericordia, porque sobre él se derramará su piedad salvadora.
Autenticidad y transmisión textual.
En general no hay razones serias que objetar a la unidad de autor del libro de Oseas. No obstante, en sus oráculos hay intercalaciones de un compilador posterior, que en Judá dio la última redacción a los escritos atribuidos a Oseas 11.
En cambio, el problema textual es atormentador, ya que el estado actual del TM es sumamente deficiente. Hay pasajes ininteligibles y es preciso recurrir a las versiones para reconstruir una posible lectura original satisfactoria 12. La versión de los LXX está hecha sobre un texto muy corrompido, y por eso es preciso acudir a las exigencias del contexto y de la métrica para rastrear el posible sentido original. En la segunda parte, poética, muchas veces los incisos y esticos están desplazados. Es célebre la frase de San Jerónimo: Oseas commaticus est, et quasi per sententias lo-quens 13. Este estilo entrecortado y sentencioso hay que atribuirlo a su temperamento afectivo y emocional. A través de sus frases misteriosas y entrecortadas se percibe la hondura de su alma, enamorada de su pueblo. De ahí que a veces falta el encadenamiento lógico, porque las explosiones afectivas dominan la frase. No obstante, tiene una gran riqueza de imaginación, con propensión a tomar los símiles de la naturaleza; conoce bien las leyes del paralelismo y los recursos de la paranomasia; alude frecuentemente a las tradiciones antiguas de Israel; sobre todo siente nostalgia de la vida del desierto, cuando las relaciones entre Yahvé e Israel eran más sinceras; conoce muchos incidentes y hechos de la historia sagrada, del Pentateuco y del libro de los Jueces 14.
Mensaje doctrinal.
a) Oseas centra su predicación en torno a las relaciones de Yahvé con Israel como pueblo elegido: por eso no hay en sus oráculos anuncios relativos a las naciones paganas ni a Judá, a pesar de que debía de conocer los oráculos de Amos. Abiertamente declara el monoteísmo estricto. Yahvé es el Dios exclusivo de Israel15, pero es también el único Dios, ya que los baales cananeos no son nada, sino obra del hombre 16. El gran pecado de Israel es la idolatría, que en el fondo procede de la ignorancia 17. Pero, ante todo, Yahvé es el Dios de Israel, porque le ha elegido entre todos los pueblos.
Sus relaciones son tan amorosas, que son comparables al amor íntimo de dos esposos. Este símil del matrimonio para expresar las relaciones entre Yahvé e Israel es expresado por primera vez por Oseas, pero queda después acuñado para reaparecer en los oráculos de Isaías 18, Jeremías 19, Ezequiel 20 y en la literatura sapiencial, sobre todo en el Cantar de los Cantares. Y aún el símil penetra en los escritos del Í. Ô. 21 Oseas describe dramáticamente las tentativas amorosas de Yahvé por atraerse a su pueblo, al que ama, pero que le es infiel. A pesar de sus infidelidades, le busca una y otra vez hasta hacerle comprender - por las privaciones y castigos - que su bien está sólo en acercarse a su Esposo, el de su juventud.
Desde el punto de vista del culto religioso, el profeta rechaza todas las manifestaciones culturales, que están inficionadas de cultos idolátricos extraños 22. En general, ante todo urge el cumplimiento de los valores morales. El culto externo sólo es aceptable por Yahvé en la medida en que va acompañado del reconocimiento íntimo de sus derechos y de la entrega del corazón a sus preceptos. El profeta urge sistemáticamente el cumplimiento de los preceptos del decálogo al acusar a sus contemporáneos: perjuran, mienten, matan, roban, adulteran, oprimen, y las sangres se suceden a las sangres23. Se opone a todo culto a las imágenes24 y supone la existencia del descanso sabático 25.
b) La idea mesiánica queda perfectamente expresada al anunciar una nueva alianza matrimonial indefectible: Seré tu esposo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y en piedades, y yo seré tu esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yahvé.26 El profeta anuncia aquí una nueva era en la que desaparecerá el pecado y las relaciones de Israel con Dios se basarán en la justicia, el juicio y la misericordia, de forma que podrá ser Yahvé de nuevo y definitivamente el Esposo en fidelidad, basándose las nuevas relaciones en el reconocimiento de los derechos divinos 27.
Como consecuencia, Dios bendecirá a su pueblo, que será como las arenas del mar, que son sin medida y sin número, y en el lugar-mismo en que se les dijo: Vosotros no sois mi pueblo, se dirá de ellos: Los hijos del Dios vivo. Los hijos de Judá y los hijos de Israel se juntarán en uno y se darán un jefe único y se desbordarán de la tierra, pues será grande el día de Jezrael.28 El profeta piensa en los tiempos en que, pasada la hora de prueba, el castigo de la cautividad, volverán Judá e Israel a constituir un solo pueblo con un solo jefe: Volverán los hijos de Israel y buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yahvé. 29 Es el anuncio de la nueva teocracia, que será como una superación de los tiempos gloriosos de David.
Y el profeta, ante esta perspectiva, suelta su imaginación, presentándonos un cuadro idílico en el que aparecen las fieras amansadas y los campos dotados de feracidad edénica: En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros. En aquel día yo seré propicio - dice Yahvé - a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra; la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael. 30 Esta perspectiva de paz total y de feracidad edénica se convertirá en tópico en la literatura profética posterior 31. Es el ansia de paz y de felicidad inherente a su corazón humano, que será colmada en los tiempos mesiánicos.
1 Os 1:1. - 2 Cf. 2 Re 17:1. Oseas es el nombre original de Josué (Núm 13:17). - 3 Cf. Os4:16; 6:3; 8,7; 9:2.10; 10:1; 13:3; 14:6-8. - 4 Cf. 2 Sam 12:1-7; 1 Re 20:35-43. - 5 Cf. 2 Re 15:10; 2 Re 15:17.23-25. - 6 Cf. 2 Re 16:5; Is 7. - 7 Cf. 2 Re 15:29. - 8 Lo que estaba prohibido en Ex 20:4. - 9 Cf. 1 Re 16:30. - 10 Cf. Os 2:11; 4:15; 8:4; 13:2. - 11 Se consideran obra de un glosista los fragmentos 2,isb-25; 14:2-10. - 12 Por ejemplo, Os 4:19; 6:11; 7:1. - 13 san jerónimo, Praef. ín XII Proph.: PL 28:1015. - 14 Cf. Os 9:4 y Ex 3:14; Os 11:8 y Gen 19:243; Dt 29:22; Os 9:10 y Núm 25; Os 13:1 y Núm 16; Dt u,6; Os 2:17 y Jos 7:24-26; Os 9:9 y 10,95 y Jue 195; Os 13:10 y 1 Sam 8. - 15 Os 3:5; 4:6-12. - 16 Os 8:4-6; 13:2. - 17 Os 4:6. - 18 Isa_50:1; 54:5·Àï; 62:4-5. - 19 Jer 2:1-7; 3:15; 31:22. - 20 Ez c.ió y 23. - 21 Cf. Os n,i y Mt 2:15; Os 6:6 y Mt 9:13; Ose_10:8 y Le 23:30; Os 2:25 y Rom 9:25; Os 13:14 y i Cor 15:55; Is 1:6.9; 2:3 y i Pe 2:10. - 22 Cf. Os 7:14; 8:4-6.11; 10,is. - 23 Os 4:2. - 24 Os 8:4; 10:2-5; 13:2. - 25 OS 2:11. - 26 Os 2:19(21)3. - 27 Jer 31:33-34· - 28 Os 1:11. - 29 3:5. - 30 2:22. - 31 Cf. Is 51:3; 31:1s; 41:18; 43:10; Ez 47.
Oseas 12,1-14
12. Acusaciones contra Israel.
Los c.12-14 contienen una serie de acusaciones de Dios contra Israel, que desde sus primeros albores históricos fue fraudulento e idólatra. Por ello le vendrán grandes castigos de parte de Yahvé airado. Como siempre, el anuncio del castigo se cierra con una exhortación al arrepentimiento como condición de un futuro perdón.
Veleidades políticas de Israel (1-7).
1 Efraím me envuelve en la mentira, y la casa de Israel en el fraude. Y Judá es un testigo traidor a Dios, pero fiel a las hieródulas. 2/1 Efraím se apacienta de viento y persigue al viento solano, cada día multiplica la falsedad y la frivolidad 2; hace alianza con Asiría y lleva el aceite a Egipto. 3/2 Yahvé se querella contra Efraím, y tratará a Jacob según lo que merece y le retribuirá según sus obras. 4/3 En el seno suplantó a su hermano 3 y en su vigor luchó con Dios. 5/4 Luchó con el ángel y le venció, lloró y suplicó gracia. En Bet-El le halló, y allí habló con nosotros. 6/5 Y Yahvé es el Dios de los ejércitos, Yahvé es su nombre. 7/6 Tú a tu Dios retornarás. Guarda la piedad y la justicia y pon siempre en Dios tu esperanza.
Yahvé se presenta morando en medio de Israel, su pueblo, pero rodeado por doquier de malas obras: Efraím me envuelve en la mentira. (v.1). Judá, por su parte, no es mejor que el reino del norte, ya que es traidor a Yahvé, mientras que es fiel a sus prácticas idolátricas, donde no faltaban las prostitutas sagradas o hieródulas, que atraían a los santuarios a los devotos 4.
El profeta echa en cara a Efraím el que ande en busca de alianzas, creyendo encontrar seguridades donde no las hay. Sus esperanzas son ilusorias (se apacienta de viento., v.a). Se deja engañar continuamente con falsos cálculos y promesas (cada día multiplica la falsedad y la frivolidad, v.2). Es ingenua al ofrecer sus productos a Asiría y a Egipto en espera de su auxilio. Las facciones políticas de Samaría andan en busca de ayuda, unas en Asiría y otras en Egipto, y nadie piensa en Yahvé, que es el único que puede ayudarlos. En los v.4-7, el profeta contrapone la conducta del gran antepasado Jacob a la infidelidad de sus contemporáneos. El fragmento es interesante por las alusiones a hechos conocidos del Génesis, lo que prueba que entonces por lo menos parte del Pentateuco era conocido del profeta y de su auditorio. Se ha supuesto en este fragmento como un diálogo implícito entre Oseas y su auditorio, el cual relataría frases de un repertorio poético popular sobre las gestas del gran antepasado Jacobs. Al anunciar el profeta que Yahvé castigaría a Jacob según sus obras (v.3), surgió en la mente del auditorio el recuerdo de las gloriosas gestas del gran patriarca, orgullo de sus descendientes; se sienten solidarios de las victorias de aquél: primero sobre su hermano Esaú al suplantarle al nacer (v.4)6, y después en la lucha con Dios7 y con su ángel 8. Por fin, recuerdan la gracia obtenida por Jacob en Bet-El 9, actual lugar cismático de culto, del que los contemporáneos estaban orgullosos: allí habló con nosotros (v.5). Para recalcar la veneración que tenían por este santuario, que se remontaba a los tiempos de Jacob, proclaman enfáticamente la doxología Yahvé es el Dios de los ejércitos., como dando a entender que el Dios de Bet-El no era una divinidad cualquiera.
El v.7 parece ser la respuesta de Dios a la angustiada súplica del patriarca, en la que se le promete el retorno a Canaán: Tú a tu Dios retornarás. Después se le exhorta a la piedad y justicia como medio de atraerse la protección de Dios.
Depravada conducta de Israel (8-15).
8/7 Mercader en cuya mano hay balanza engañosa, amigo de hacer violencia. 9/s Efraím dice: Me he enriquecido, he encontrado riquezas; en todas mis ganancias no se hallará culpa que haya cometido 10. 10/9 Pues yo soy Yahvé, tu Dios, desde la tierra de Egipto; aún te haré habitar en las tiendas 1 como en los días de asamblea. 11/10 Y yo hablé por los profetas, yo multipliqué la visión y por los profetas propuse parábolas 11. 12/11 Si Galaad es vanidad, ciertamente son nada 12; sacrifican sus bueyes en Guilgal; majanos de piedra serán sus altares sobre los surcos del campo. 13/12 Jacob huyó a la tierra de Aram, y sirvió Israel por una mujer, y por una mujer apacentó ganados. 14/13 Yahvé sacó a Israel de Egipto por mano de un profeta, y por un profeta fue guardado. 15/14 Efraim ha provocado la ira amargamente. Su Señor le imputará las sangres vertidas por él y le devolverá los ultrajes que le ha hecho.
De nuevo el profeta fustiga la depravada conducta de Israel, corno puede verse por su proceder injusto en la práctica, tanto en sus transacciones comerciales (v.8) como en sus atropellos personales (amigo de hacer violencia) 13. Oseas les echa en cara estos abusos en contestación a sus jactancias por el proceder de Jacob, amigo de Dios. El profeta quizá insinúa en su respuesta que no todo fue digno en la vida de Jacob, ya que se condujo con falsía con Esaú y Labán. Sus descendientes sólo han imitado lo malo del patriarca y han dejado de lado sus buenas cualidades de sumisión a Dios.
Con su conducta mala, Efraím ha logrado prosperidad material (v.8); pero sus palabras resultan jactanciosas al querer justificar estos lucros, no siempre bien conseguidos (en todas mis ganancias no se hallará culpa.). Yahvé no puede aprobar su conducta, que resulta ingrata, ya que Israel debe su existencia como nación a la lección divina: Yo soy Yahvé, tu Dios, desde la tierra de Egipto (v.10). Quizá el nombre de Yahvé alude aquí a la alianza del Sinaí, cuando Dios se mostró a su pueblo bajo un nombre misterioso. En todo caso, el profeta anuncia al pueblo que Yahvé va a castigar de nuevo a su pueblo por su depravada conducta; Israel, que ahora vive jactancioso en la opulencia de sus ricas ciudades, volverá a la vida nómada, como en otro tiempo durante la dura peregrinación en el desierto (Te haré habitar en las tiendas). Al presente las tiendas eran símbolo de regocijo, pues en la fiesta de los Tabernáculos (los días de asamblea) los israelitas iban al campo y a las viñas a celebrar con jolgorio la fiesta de la vendimia, habitando en tiendas. Israel volverá a habitar en tiendas, pero para repetir la vida errante y dura de la estepa, cuando suene la hora del exilio.
Y todo ello vendrá por la ceguera de Israel, pues la solicitud de Yahvé para con su pueblo no se limitó a sacarle de Egipto y formarle como nación, sino que reiteradamente le envió profetas y oráculos para que le advirtieran el peligro que se cernía sobre él como consecuencia del olvido de los derechos de su Dios: Hablé por los profetas, multipliqué la visión., propuse parábolas (v.11). Sin embargo, de nada han servido tales predicaciones saludables, porque en Galaad se fueron tras de la vanidad, o los ídolos, y en Guilgal sacrifican bueyes a las divinidades locales (v.12). Pero todos sus altares se convertirán, cuando llegue el castigo divino, en majanos de piedra, abandonados de sus adoradores, y los mismos surcos del campo quedarán en estado inculto, haciendo triste cortejo a los montones de ruinas en que se convertirán los actuales santuarios.
El v.13 parece que está fuera de lugar y debe considerarse formando parte de la perícopa de los v.4-7, donde se habla de la vida de Jacob, que, como se indicaba antes, podía ser parte de fragmentos literarios populares sobre la vida del gran patriarca. Quizás haya una contraposición entre los v.13 y 14. Los contemporáneos de Oseas se gloriaban de los grandes éxitos de sus antepasados, y creían que, como descendientes suyos, podían hacer frente a las recriminaciones de los profetas como Oseas. Pero éste hace ver que la misión del gran profeta Moisés (prototipo de profetas) fue muy superior a lo que realizó Jacob, ya que éste, cuando huyó a la tierra de Arara por temor de su hermano Esaú, sirvió por una mujer., es decir, se sacrificó sólo por un interés personal, mientras que el profeta Moisés fue el instrumento de Dios para salvar a su pueblo: Yahvé sacó a Israel por mano de un profeta (v.13), y aun toda la vida nacional de Israel fue organizada por él: y por un profeta fue guardado.
Por fin, Oseas vuelve a amenazar a Efraím, que con su conducta insolente ha provocado la ira divina. Todos los homicidios y ultrajes hechos a Yahvé y a sus siervos los profetas serán debidamente retribuidos. Es la continuación de la idea del v.12, donde se habla de la destrucción de los lugares de culto.
1 Este último dístico está muy oscuro en el original. Nuestra traducción parece recomendada por el contexto. Los LXX traducen: Ahora los conoce Dios, y el pueblo se llamará santo de Dios. Es más o menos la versión de la Bibíe de Jérusalem. 2 El TM: destrucción. Btb. de Jér.: violencia. 3 Lit. en hebreo: agarró por el calcaño. 4 cf. 4:14. 5 Es la interpretación de Hoonacker (o.c., 112). 6 Cf. Gen_25:218. 7 Cf. Gen_25:29. 8 El P. Lagrange cree que la palabra ángel es adición posterior para salvar la trascendencia divina. Véase su artículo L'Ange de Yahvé en RB 12 (1903) p.218 9 Cf. Gen 35, is. 10 La Bible de Jérusalem: Mas de todas sus ganancias nada le quedará, porque se ha hecho culpable de iniquidad. 11 Así, según el TM. Hoonacker vocaliza el verbo de otro modo y traduce: por los profetas los he hecho perecer. Así más o menos la Bib. de Jér. 12 Así lit. según el TM, que resulta algo incongruente. Cantera: Si los galaditas son impíos, secan reducidos a la nada en Guilgal, en donde inmolaron toros. La traducción de la Bib. de Jér. es extremadamente libre: Galaad no es más que iniquidad, no son más que mentira; en Guilgal sacrifican toros. La Vulgata: Si Galaad idolum, ergo frustra erunt in Galgal bobus immolantes. 13 Muchos autores prefieren traducir la palabra hebrea Canahan por el nombre etnográfico de Canaán. Los fenicios o cananeos eran considerados por los antiguos como los representantes del comercio; de ahí el significado de mercader dado también a la palabra (Sof_1:14).