Oseas  2 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 23 versitos |
1 (TEXTO OMITIDO)
2 (4) Protestad de vuestra madre, porque ni ella es mi mujer ni yo soy su marido. Que deje de su rostro sus fornicaciones y de entre sus pechos sus prostituciones,
3 (5) no sea que yo la despoje, y, desnuda, la ponga como el día en que nació, y la convierta en desierto, en tierra árida, y la haga morir de sed.
4 (6) Y no tendré piedad de sus hijos, porque son hijos de prostitución.
5 (7) Su madre se prostituyó; la que los concibió se deshonró y dijo: Me iré tras de mis amantes, que ellos me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. 6 (8) Por eso voy yo a cercar sus caminos con zarzas y a alzar un muro para que no pueda ya hallar sus sendas."
7 (9) Irá en seguimiento de sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, mas no los hallará, y se dirá: Voy a volverme con mi primer marido, pues mejor me iba entonces que me va ahora."
8 (10) No ha querido reconocer que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite, y la plata que yo pródigamente le di, igual que el oro, se lo consagró a Baal.
9 (11) Por eso voy a recobrar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su sazón, y me tomaré mi lana y mi lino, que habían de cubrir su desnudez,
10 (12) y voy a descubrir sus vergüenzas a los ojos de sus amantes. Nadie la librará de mi mano.
11 (13) Haré cesar todas sus alegrías, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados y todas sus solemnidades.
12 (l4) Talaré sus viñas y sus higuerales, de los que decía: Es el salario que mis amantes me dan. La reduciré a un matorral y la devorarán las bestias del campo.
13 (15) La castigaré por los días en que incensaba a los baales y, adornándose con sus anillos y sus collares, se iba con sus amantes y me olvidaba a mí, dice Yahvé.
14 (16) Así, la atraeré y le llevaré al desierto y le hablaré al corazón,
15 (17) y fuera ya de allí, yo le daré sus viñas y el valle de Acor como puerta de esperanza, y allí cantará como cantaba los días de su juventud, como en los días en que subió de la tierra de Egipto”
16 (18) Entonces, dice Yahvé, me llamará”!shí,” no me llamará “Baalí.”
17 (19) Quitará de su boca los nombres de los baales, para que rio vuelva nunca a mencionarlos por su nombre.
18 (20) En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros.
19 (21) Seré tu Esposo para siempre y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y piedades,
20 (22) y yo seré tu Esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yahvé.
21 (23) En aquel día yo seré propicio, dice Yahvé, a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra,
22 (24) la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael.
23 (25) Yo sembraré en la tierra para mí, y me compadeceré de “Lo-Rujamá
24 y diré a “Lo-Ammí”: “Tú eres mi pueblo”; y él me responderá: “Tú, mi Dios.”

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Introducción a Oseas 

Times New Roman ;;;;
Oseas.
Introducción.

Nombre y Vida del Profeta.
La Biblia no da ninguna indicación sobre el lugar de nacimiento de Oseas (en hebreo Hosea: Yahvé salva). Únicamente conocemos el nombre de su padre, Beeri! El nombre coincide con el del último rey de Israel 2, y no debía de ser raro en la época. Como la predicación de Oseas se desarrolla en el reino del norte, se supone que es oriundo de esta zona septentrional israelita; pues, por otra parte, en el libro se refleja la situación política del reino de Samaría. No sabemos a qué clase social pertenecía, probablemente a la de agricultor, a juzgar por las numerosas alusiones a la vida agrícola 3. No obstante, algunos autores creen que era de la clase sacerdotal o que formaba parte de las asociaciones proféticas profesionales. Pero nada de esto se insinúa en el libro.
En sus oráculos, el profeta nos habla de su vida familiar. Por orden de Dios contrajo matrimonio con una mujer de mala vida, o con una mujer que le fue infiel en el matrimonio, de la que tuvo tres hijos, con nombres simbólicos relacionados con la conducta pecadora de Israel como pueblo. Los autores disputan sobre el sentido de estas narraciones, y así, mientras unos entienden estos relatos en sentido historicista, es decir, como reflejo de la vida familiar real del profeta, otros más bien creen que estas narraciones son en el fondo parábolas en acción. Desde luego, el carácter esquemático y apresurado de la narración - siempre en función de simbolizar las relaciones de Yahvé con Israel - parece favorecer la tesis parabolista. Es decir, que nos hallaríamos ante un caso similar a. las parábolas expuestas como una realización real por Natán a David y por un profeta anónimo a Acab 4.

Ambiente histórico.
La época en que se desarrolló la vida del profeta fue tumultuosa en extremo. Después de un reinado de esplendor, encarnado en Jeroboam II (783-743), el cual, después de haber vencido a los sirios, logró una era de prosperidad comercial para su país, éste entró en un período completo de descomposición política como consecuencia de la invasión de Teglatfalasar III (745-727). Después de la -muerte de Jeroboam II se sucedieron vertiginosamente los reyes. Su hijo Zacarías apenas reinó un año (743), pues fue asesinado por Sellum (743), el cual a su vez lo fue por Menajem (743-738). El hijo de éste, Pecaya, fue asesinado por Pecaj (737-732) 5. Este se alió con Rasín de Damasco contra Asiría 6, pero Teglatfalasar les venció, ocupando Damasco (732) y parte del reino israelita del norte, que fue anexionado como provincia tributaria a Asiría, deportando a sus habitantes7. El reino del norte quedó reducido al territorio de Efraím, y oficialmente en estado de vasallo.
En la capital, Samaría, había una fuerte facción egiptófila, y parece que Pecaj la favorecía. Por ello fue asesinado por el asirófilo Oseas (732-724), que fue el último rey de Samaría, ocupada por los asirios en 722-21 a.C. Al principio Oseas entregaba sumisamente el tributo al rey de Asiría, Teglatfalasar; pero, al morir éste, con su sucesor, Salmanasar V (727-722), las relaciones se endurecieron; a causa de la afición del rey Oseas hacia Egipto, rehusó pagar el tributo acostumbrado. Oseas fue depuesto (725-24), y después de tres años de asedio, Samaría, capital del reino, cayó en manos de los asirios (722-21). En este ambiente de zozobra y de conspiraciones en la corte se desarrolló la vida profética de Oseas.
Con el bienestar conseguido en tiempo de Jeroboam II, las costumbres se relajaron y el culto cismático de Yahvé sufrió profundas infiltraciones idolátricas, con lo que surgió una religión sincretista, contra la que luchó denodadamente el profeta. El culto oficial del Estado se centraba en la adoración del becerro de oro, representación sensible de Yahvé 8; lo que era un primer paso para la idolatría, a la que era tan propenso el pueblo hebreo. Desde los tiempos de Acab (s.IX), los cultos fenicios habían penetrado hondamente en la vida religiosa del reino septentrional 9. El profeta Oseas luchó contra estas infiltraciones paganas, pues prácticamente Yahvé había sido reducido a la categoría de un Dios principal en un panteón. Por otra parte, las manifestaciones culturales externas, como ofrendas de sacrificios, observancia del sábado y de las fiestas anuales 10, no tenían el contenido religioso interno de entrega a Dios y a sus preceptos. De ahí la religión hipócrita y formularia, que era en realidad una caricatura de la tradición religiosa de Israel.

Contenido y estructura del libro..
La predicación de Oseas es esencialmente afectiva, y por eso no es fácil hacer un esquema ideológico de sus oráculos. La idea central de su mensaje es la contraposición del amor de Yahvé y la ingratitud de Israel, que no ha sabido corresponder a su calidad de pueblo elegido. En realidad, Yahvé se ha unido con su pueblo en una alianza matrimonial, pero Israel la ha quebrantado. Por eso Yahvé le castigará, pero amorosamente, para atraerle a buen camino, a la reconciliación. Conforme al orden actual del libro que se atribuye a Oseas, podemos hacer el siguiente esquema de sus oráculos:

A) Relaciones amorosas de Yahvé e Israel (1:1-3:5):
El matrimonio con una mujer de mala vida simboliza la infidelidad de Israel a Yahvé.
Reconciliación con la mujer infiel.
Los nombres de los hijos de Oseas, símbolo de las relaciones entre Yahvé e Israel.
B) Oráculos conminatorios (4:1 -14:10):
Se declara la culpabilidad y el castigo de Israel. Impenitencia de Israel y Judá. Anuncio de la cautividad.
Invitación al arrepentimiento.

La primera parte está en prosa, mientras la segunda en poesía. Pero la identidad ideológica es total, y la ilación lógica es muy normal, en tal forma que la segunda parte parece un desarrollo de la del esquema teológico de la primera. Ambas partes terminan con el anuncio trágico de la destrucción del reino del norte. Los nombres de sus hijos Jezrael, Lo-Rujamá (sin compasión) y Loami (no mi pueblo) son un símbolo del castigo material de Israel y del abandono por parte de Dios hasta que entre por las vías del arrepentimiento. El recuerdo de la llanura de Jezrael, donde en otro tiempo Jehú extirpó la dinastía de Acab, será el símbolo de la nueva carnicería que se cierne sobre la casa real de Samaría. Pero, una vez que se cumpla la justicia de Yahvé e Israel vuelva a su Esposo, ese nombre, de recuerdo siniestro, se convertirá en símbolo de bendición, manifestada en la feracidad edénica de la tierra (Jezrael: Yahvé siembra), y, por otra parte, Israel volverá a ser el pueblo elegido de su Dios, de forma que Yahvé podrá llamarle Pueblo mío y Misericordia, porque sobre él se derramará su piedad salvadora.

Autenticidad y transmisión textual.
En general no hay razones serias que objetar a la unidad de autor del libro de Oseas. No obstante, en sus oráculos hay intercalaciones de un compilador posterior, que en Judá dio la última redacción a los escritos atribuidos a Oseas 11.
En cambio, el problema textual es atormentador, ya que el estado actual del TM es sumamente deficiente. Hay pasajes ininteligibles y es preciso recurrir a las versiones para reconstruir una posible lectura original satisfactoria 12. La versión de los LXX está hecha sobre un texto muy corrompido, y por eso es preciso acudir a las exigencias del contexto y de la métrica para rastrear el posible sentido original. En la segunda parte, poética, muchas veces los incisos y esticos están desplazados. Es célebre la frase de San Jerónimo: Oseas commaticus est, et quasi per sententias lo-quens 13. Este estilo entrecortado y sentencioso hay que atribuirlo a su temperamento afectivo y emocional. A través de sus frases misteriosas y entrecortadas se percibe la hondura de su alma, enamorada de su pueblo. De ahí que a veces falta el encadenamiento lógico, porque las explosiones afectivas dominan la frase. No obstante, tiene una gran riqueza de imaginación, con propensión a tomar los símiles de la naturaleza; conoce bien las leyes del paralelismo y los recursos de la paranomasia; alude frecuentemente a las tradiciones antiguas de Israel; sobre todo siente nostalgia de la vida del desierto, cuando las relaciones entre Yahvé e Israel eran más sinceras; conoce muchos incidentes y hechos de la historia sagrada, del Pentateuco y del libro de los Jueces 14.

Mensaje doctrinal.
a) Oseas centra su predicación en torno a las relaciones de Yahvé con Israel como pueblo elegido: por eso no hay en sus oráculos anuncios relativos a las naciones paganas ni a Judá, a pesar de que debía de conocer los oráculos de Amos. Abiertamente declara el monoteísmo estricto. Yahvé es el Dios exclusivo de Israel15, pero es también el único Dios, ya que los baales cananeos no son nada, sino obra del hombre 16. El gran pecado de Israel es la idolatría, que en el fondo procede de la ignorancia 17. Pero, ante todo, Yahvé es el Dios de Israel, porque le ha elegido entre todos los pueblos.
Sus relaciones son tan amorosas, que son comparables al amor íntimo de dos esposos. Este símil del matrimonio para expresar las relaciones entre Yahvé e Israel es expresado por primera vez por Oseas, pero queda después acuñado para reaparecer en los oráculos de Isaías 18, Jeremías 19, Ezequiel 20 y en la literatura sapiencial, sobre todo en el Cantar de los Cantares. Y aún el símil penetra en los escritos del Í. Ô. 21 Oseas describe dramáticamente las tentativas amorosas de Yahvé por atraerse a su pueblo, al que ama, pero que le es infiel. A pesar de sus infidelidades, le busca una y otra vez hasta hacerle comprender - por las privaciones y castigos - que su bien está sólo en acercarse a su Esposo, el de su juventud.
Desde el punto de vista del culto religioso, el profeta rechaza todas las manifestaciones culturales, que están inficionadas de cultos idolátricos extraños 22. En general, ante todo urge el cumplimiento de los valores morales. El culto externo sólo es aceptable por Yahvé en la medida en que va acompañado del reconocimiento íntimo de sus derechos y de la entrega del corazón a sus preceptos. El profeta urge sistemáticamente el cumplimiento de los preceptos del decálogo al acusar a sus contemporáneos: perjuran, mienten, matan, roban, adulteran, oprimen, y las sangres se suceden a las sangres23. Se opone a todo culto a las imágenes24 y supone la existencia del descanso sabático 25.
b) La idea mesiánica queda perfectamente expresada al anunciar una nueva alianza matrimonial indefectible: Seré tu esposo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y en piedades, y yo seré tu esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yahvé.26 El profeta anuncia aquí una nueva era en la que desaparecerá el pecado y las relaciones de Israel con Dios se basarán en la justicia, el juicio y la misericordia, de forma que podrá ser Yahvé de nuevo y definitivamente el Esposo en fidelidad, basándose las nuevas relaciones en el reconocimiento de los derechos divinos 27.
Como consecuencia, Dios bendecirá a su pueblo, que será como las arenas del mar, que son sin medida y sin número, y en el lugar-mismo en que se les dijo: Vosotros no sois mi pueblo, se dirá de ellos: Los hijos del Dios vivo. Los hijos de Judá y los hijos de Israel se juntarán en uno y se darán un jefe único y se desbordarán de la tierra, pues será grande el día de Jezrael.28 El profeta piensa en los tiempos en que, pasada la hora de prueba, el castigo de la cautividad, volverán Judá e Israel a constituir un solo pueblo con un solo jefe: Volverán los hijos de Israel y buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yahvé. 29 Es el anuncio de la nueva teocracia, que será como una superación de los tiempos gloriosos de David.
Y el profeta, ante esta perspectiva, suelta su imaginación, presentándonos un cuadro idílico en el que aparecen las fieras amansadas y los campos dotados de feracidad edénica: En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros. En aquel día yo seré propicio - dice Yahvé - a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra; la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael. 30 Esta perspectiva de paz total y de feracidad edénica se convertirá en tópico en la literatura profética posterior 31. Es el ansia de paz y de felicidad inherente a su corazón humano, que será colmada en los tiempos mesiánicos.

1 Os 1:1. - 2 Cf. 2 Re 17:1. Oseas es el nombre original de Josué (Núm 13:17). - 3 Cf. Os4:16; 6:3; 8,7; 9:2.10; 10:1; 13:3; 14:6-8. - 4 Cf. 2 Sam 12:1-7; 1 Re 20:35-43. - 5 Cf. 2 Re 15:10; 2 Re 15:17.23-25. - 6 Cf. 2 Re 16:5; Is 7. - 7 Cf. 2 Re 15:29. - 8 Lo que estaba prohibido en Ex 20:4. - 9 Cf. 1 Re 16:30. - 10 Cf. Os 2:11; 4:15; 8:4; 13:2. - 11 Se consideran obra de un glosista los fragmentos 2,isb-25; 14:2-10. - 12 Por ejemplo, Os 4:19; 6:11; 7:1. - 13 san jerónimo, Praef. ín XII Proph.: PL 28:1015. - 14 Cf. Os 9:4 y Ex 3:14; Os 11:8 y Gen 19:243; Dt 29:22; Os 9:10 y Núm 25; Os 13:1 y Núm 16; Dt u,6; Os 2:17 y Jos 7:24-26; Os 9:9 y 10,95 y Jue 195; Os 13:10 y 1 Sam 8. - 15 Os 3:5; 4:6-12. - 16 Os 8:4-6; 13:2. - 17 Os 4:6. - 18 Isa_50:1; 54:5·Àï; 62:4-5. - 19 Jer 2:1-7; 3:15; 31:22. - 20 Ez c.ió y 23. - 21 Cf. Os n,i y Mt 2:15; Os 6:6 y Mt 9:13; Ose_10:8 y Le 23:30; Os 2:25 y Rom 9:25; Os 13:14 y i Cor 15:55; Is 1:6.9; 2:3 y i Pe 2:10. - 22 Cf. Os 7:14; 8:4-6.11; 10,is. - 23 Os 4:2. - 24 Os 8:4; 10:2-5; 13:2. - 25 OS 2:11. - 26 Os 2:19(21)3. - 27 Jer 31:33-34· - 28 Os 1:11. - 29 3:5. - 30 2:22. - 31 Cf. Is 51:3; 31:1s; 41:18; 43:10; Ez 47.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Oseas  2,1-23

2. Providencia de Yahvé sobre Su Pueblo.

Infidelidad de Israel a Yahvé (2-5).
2 (4) Protestad de vuestra madre, porque ni ella es mi mujer ni yo soy su marido. Que deje de su rostro sus fornicaciones y de entre sus pechos sus prostituciones, 3 (5) no sea que yo la despoje, y, desnuda, la ponga como el día en que nació, y la convierta en desierto, en tierra árida, y la haga morir de sed. 4 (6.) Y no tendré piedad de sus hijos, porque son hijos de prostitución. 5 (7) Su madre se prostituyó; la que los concibió se deshonró y dijo: Me iré tras de mis amantes, que ellos me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.

El profeta, después de dramatizar su situación familiar, quiere sacar la lección que de ella se desprende. El matrimonio suyo con Gomer simbolizaba el matrimonio de Yahvé con Israel. Este (la esposa infiel) se había ido tras de los ídolos, engendrando hijos bastardos, simbolizados en los nombres de los tres supuestos hijos de Oseas. Yahvé, por el profeta, invita a sus hijos bastardos (los israelitas) a echar en cara a su madre (Israel) su vergonzosa conducta: Protestad de vuestra madre. (v.2), pues por sus fornicaciones, o flirteos con los cultos idolátricos, se ha divorciado de su verdadero Esposo, Yahvé: Ni ella es mi mujer ni yo soy su marido.
Si no deja su conducta deshonrosa, Yahvé la abandonará y la dejará sola, abandonada como un desierto., como el día en que nació (v.5). Estas palabras aluden a la estancia de Israel en el desierto, cuando estaba abandonada de todos y sólo la especial providencia de Yahvé la salvó de la muerte, llegando su prodigalidad a darle una tierra feraz, la de los cananeos. Una vez que Israel logró organizarse como nación en Canaán, se creyó ya suficientemente fuerte y se olvidó de su Dios, yéndose tras de los ídolos cananeos. Pero Yahvé le puede castigar y volverla en tierra árida, quedando totalmente desamparada, con peligro de morir de sed 1.
Israel se fue tras de sus amantes (v.6), los ídolos, porque creía que así se multiplicarían sus bienes, su dote: me dan mi pan., mi lana., mi aceite. La feracidad exuberante de Canaán, en comparación de las estepas del Sinaí, había fascinado la imaginación rudimentaria de los israelitas al instalarse en Canaán, los cuales habían creído que los dioses locales eran más pródigos con sus adoradores que el adusto Dios del Sinaí. Esto exaspera al verdadero Esposo de Israel, que no va a tener piedad de los israelitas porque son hijos de prostitución (v.4).

Yahvé castiga a Israel para atraerle (6-13).
6 (8) Por eso voy yo a cercar sus caminos con zarzas y a alzar un muro para que no pueda ya hallar sus sendas. 7 (9) Irá en seguimiento de sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, mas no los hallará, y se dirá: Voy a volverme con mi primer marido, pues mejor me iba entonces que me va ahora. 8 (10) No ha querido reconocer que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite, y la plata que yo pródigamente le di, igual que el oro, se lo consagró a Baal. 9 (n) Por eso voy a recobrar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su sazón, y me tomaré mi lana y mi lino, que habían de cubrir su desnudez, 10 (12) y voy a descubrir sus vergüenzas a los ojos de sus amantes. Nadie la librará de mi mano. J1 (13) Haré cesar todas sus alegrías, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados y todas sus solemnidades. 12 (l4) Talaré sus viñas y sus higuerales, de los que decía: Es el salario que mis amantes me dan. La reduciré a un matorral y la devorarán las bestias del campo. 13 (15) La castigaré por los días en que incensaba a los baales y, adornándose con sus anillos y sus collares, se iba con sus amantes y me olvidaba a mí, dice Yahvé.

Puesto que Israel está ciega, siguiendo a sus amantes, los ídolos, Yahvé, su verdadero Esposo, movido de extrema solicitud y amor por su esposa, va a tomar medidas extremas, privándola de muchas cosas, hasta que vea la inutilidad de seguir su conducta idolátrica. Yahvé se comporta aquí como un Esposo celoso y enamorado de su esposa, extraviada en amores adulterinos. Podía abandonarla, pero la ama tanto, que la va a hacer volver empleando medios extraordinarios. Yahvé va a sembrar de zarzas y de obstáculos, levantando un muro para que Israel se extravíe en su camino emprendido tras de sus amantes, los ídolos. El profeta presenta a Israel saliendo de su hogar, caminando en busca de sus ídolos; pero le sale al paso Yahvé, bloqueando sus sendas, para que se extravíe y no acierte con el camino acostumbrado hacia los santuarios de los ídolos. Después de probar diversas nuevas sendas extraviadas, se convencerá de la inutilidad de sus esfuerzos en seguimiento de sus amantes (v.7-9), y al no alcanzar su objetivo, se acordará de su legítimo hogar, y, volviendo en sí, retornará a su legítimo Esposo: voy a volverme con mi primer marido.
La decepción ha sido completa, y en la amargura de su alma comprende que su bien estaba en ser fiel a su verdadero Esposo.
Su conducta ha sido tan alocada, que ni siquiera se ha dado cuenta que sus bienes venían de Yahvé, su Esposo (v.8-10), y en su extravío llegó a utilizar su plata para consagrarla a Baal (utilizándola para hacer ídolos). Así, no sólo no ha reconocido los beneficios recibidos, sino que ha abusado de ellos, poniéndolos al servicio de los baales de Canaán. En castigo a su pérfida conducta, Yahvé la va a privar de todos los bienes que le había prodigado: por eso voy a recobrar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su sazón. (v.9-11), es decir, en la época de recolección. Al verse en la total indigencia, comprenderá que de nada le sirvieron sus coqueteos con los ídolos. Yahvé le privará de todo, para que aparezca en toda su desnudez e indigencia.
Israel será privada de cosechas y de todo medio de subsistencia, y entonces será despreciada de todos los pueblos paganos. Nadie podrá ayudarla, porque Yahvé ha decidido castigarla: nadie la librará de mi mano. Israel será reducida a un estado de indigencia tal, que desaparecerán sus acostumbradas alegrías en las solemnidades tradicionales, en los novilunios y sábados (v. 11-13). Las solemnidades anuales, es decir, las fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos, tenían por objeto festejar la presentación y recolección de los cereales y frutos. Eran fiestas originariamente agrícolas. Yahvé ahora, al privar a su pueblo de la recolección de los bienes agrícolas, convertiría en días de luto los tradicionales días de algazara. Particularmente en la fiesta de los Tabernáculos, en el otoño, la alegría popular se desbordaba, porque coincidía con la vendimia y la recolección de frutos en general 2.
Israel, al entregarse a sus amantes los ídolos cananeos, consideraba los frutos de las viñas e higuerales como el salario que como a cortesana le pagaban aquéllos: Es el salario que mis amantes me dan (v.12-14). La idolatría es considerada aquí como una prostitución espiritual. En los profetas posteriores, esta comparación aparece reiteradamente. Es una consecuencia de considerar las relaciones entre Yahvé e Israel como las íntimas de dos esposos unidos solemnemente por la alianza matrimonial del Sinaí. Así anuncia Oseas que-Yahvé va a privar a su esposa, Israel, de sus bienes, convirtiéndola en un matorral, expuesto a todas las bestias del campo (v.12-14). Y todo ello ha sido por los días en que incensaba a los baales (v. 13-15), o dioses cananeos, que se multiplicaban según las localidades. La idolatría ha sido la causa de la ruina de Israel como nación. Yahvé no podía transigir con un pecado que implicaba un abandono total de sus intereses, reconocidos en la alianza del Sinaí.

Promesas de rehabilitación (14-24).
14 (16) Así, la atraeré y le llevaré al desierto y le hablaré al corazón, 15 (17) y fuera ya de allí, yo le daré sus viñas y el valle de Acor como puerta de esperanza, y allí cantará como cantaba los días de su juventud, como en los días en que subió de la tierra de Egipto 16(18) Entonces, dice Yahvé, me llamará!shí, no me llamará Baalí. 17 (19) Quitará de su boca los nombres de los baales, para que rio vuelva nunca a mencionarlos por su nombre. 18 (20) En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros. 19 (21) Seré tu Esposo para siempre y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y piedades, 20 (22) y yo seré tu Esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yahvé. 21 (23) En aquel día yo seré propicio, dice Yahvé, a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra, 22 (24) la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael. 23 (25) Yo sembraré en la tierra para mí, y me compadeceré de Lo-Rujamá 24 y diré a Lo-Ammí: Tú eres mi pueblo; y él me responderá: Tú, mi Dios.

Como es ley en los vaticinios profetices, después de anunciar el más duro castigo, se presenta el horizonte más luminoso. Las relaciones entre Yahvé e Israel descansaban sobre las promesas mesiánicas. Israel se había comprometido en el Sinaí a ser fiel a su Dios; de lo contrario, habría de sufrir los rigores de la justicia divina ultrajada. Pero el castigo de Yahvé sobre su pueblo nunca es de exterminio total, sino de purificación y expiación. Por eso, después que Israel haya reconocido sus yerros, Yahvé volverá a tener intimidades con él como en la época del desierto.
Yahvé se presenta aquí como un Esposo que, después de haber atraído de nuevo a su esposa, en un tiempo extraviada, la invita a la intimidad amorosa, y para ello la lleva al desierto, aislándola de las influencias paganas de la vida sedentaria en Canaán, La vida.sencilla de Israel en las peregrinaciones por las estepas del Sinaí era nostálgicamente recordada por los profetas como la época ideal de la historia de Israel, pues en el desierto, Israel, totalmente impotente, vivía de la providencia especialísima de su Dios. Cuando se constituyó en nación en Canaán, se creyó fuerte para prescindir de su Dios, y de ahí su tragedia histórica 3.
El profeta aquí presenta a Yahvé llevando a Israel al desierto para hacerla reflexionar sobre sus caminos, mientras le habla al corazón, siguiendo el símil del matrimonio. Quizá en la palabra desierto haya una alusión al futuro exilio babilónico con sus privaciones, similares a las de Israel en la vida campamental por las estepas del Sinaí. De todos modos, anuncia claramente que después de la dura prueba vendrá de nuevo la esperanza, recuperará sus viñas; y como en otro tiempo hizo su entrada en Canaán por el valle de Acor 4, así también en el futuro Israel retornará a su patria con la alegría con que en otro tiempo pasó el Jordán y se adentró por el valle de Acor, que se convertirá en puerta de esperanza (v. 15 -17)· Israel volverá a sentirse optimista y vigorosa como en los días de su juventud. al salir de Egipto.
Y aleccionado por la prueba sufrida, no volverá a tener veleidades idolátricas (quitaré de su boca los nombres de los baales.). Y sentirá tal repugnancia Israel por los baales, que no llamará a Yahvé más baalí (mi dueño), sino ishí (mi esposo). El nombre genérico de baal entrañaba como una alusión a los baales cananeos y no debía aplicarse en adelante a Yahvé. De hecho, después del exilio, Israel no volvió a caer en la tentación de la idolatría. Es el cumplimiento literal de la. profecía.
El profeta, después de haber anunciado que Israel volverá a reinstalarse en Canaán con sus finas, se traslada mentalmente a la venturosa era mesiánica y la idealiza imaginariamente conforme al estilo oriental. El temor desaparecerá totalmente, y la paz reinará de modo absoluto, en tal forma que hasta las bestias del campo perderán sus instintos feroces en virtud de un pacto que Yahvé hará con ellas (v. 18-20). Isaías desarrollará la idea con más imaginación: habitará el lobo con el cordero, y el leopardo se acostará con el cabrito, y comerán juntos el becerro y el león, y un niño pequeño los pastoreará. La vaca pacerá con la osa, y el león, como el buey, comerá paja; el niño de teta jugará junto a la hura del áspid, y el recién destetado meterá la mano en la caverna del basilisco. No habrá ya más daño ni destrucción, porque estará la tierra llena del conocimiento de Yahvé, como llenan las aguas el mar5. El cuadro idílico se completa con la destrucción de todo artefacto de guerra: quebraré en la tierra arco, espada y guerra. (v.9-11). Este ideal de paz edénica será repetido reiteradamente en los profetas posteriores6.
Oseas presenta este cuadro deslumbrador mesiánico como consecuencia de unas bodas eternas que va a sellar Yahvé con su esposa Israel: Seré tu esposo para siempre y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y en piedades (v. 19-21). Es la nueva alianza indestructible, que nos describirán otros profetas, caracterizada por el reinado de la justicia 7. Y todo ello será consecuencia de las misericordias y piedades de Yahvé. Oseas es el profeta afectivo por antonomasia, quizá sólo superado en esto por Jeremías, y concibe siempre las relaciones de Yahvé con su pueblo como un matrimonio íntimo, surgido del puro amor. En la nueva era mesiánica, el conocimiento de Yahvé será la base de esas relaciones mutuas de amor.
Como consecuencia de esa entrega total a Yahvé por parte de Israel, Yahvé le colmará de toda clase de bienes: en aquel día yo seré propicio a los cielos; los cielos serán propicios a la tierra; la tierra, propicia al trigo, al mosto, al aceite. (21-23); es decir, Yahvé será propicio a la llamada de los cielos, enviándoles nubes; éstos a la tierra, enviando agua, y la tierra, propicia al trigo, mosto, aceite, ofreciéndolos con prodigalidad; y estos productos serán propicios á Jezrael, es decir, al pueblo de Israel, castigado en otro tiempo cruelmente, cuyo castigo estaba simbolizado en el nombre de Jezrael, que recordaba la matanza de Jehú. Las relaciones armoniosas entre Yahvé y su pueblo tendrán como efecto que los nombres siniestros de Lo-Rujamá (sin misericordia) y Lo-Ammi (no mi pueblo) desaparecerán, porque Yahvé volverá a tener misericordia de Israel, y éste podrá ser llamado por Dios: Tú eres mi pueblo; a lo que responderá éste: Tú, mi Dios.

1 Como adúltera, debía ser despojada de sus vestiduras (Eze_16:39; Lev_20:10; Deu_22:12). El día del nacimiento de Israel es el día que salió de Egipto, completamente inerme. En n,is, Oseas recordará que Israel era un niño que no podía valerse ni defenderse (cf. 2:17). Israel como nación surgió en las estepas del Sinaí (Ose_9:10; Ose_12:10). En Eze_16:5 encontramos un cuadro muy similar al presentado por Oseas, pero mucho más detallado y realista: Israel fue hallado en el desierto como una recién nacida en su sangre, y fue la solicitud de Yahvé la que le limpió y crió hasta organizaría como nación fuerte. 2 Cf. Jue_21:195; 1Sa_1:3ss; 1Sa_7:20; Exo_34:22. 3 Cf. Ose_2:5; Eze_16:45; Ose_7:12; Eze_12:13; Eze_17:20; Eze_20:345. 4 Cf. Jos_7:24-26. 5 Cf. Isa_11:6ss. 6 Cf. Isa_9:55; Miq_5:95; Zac_9:10. 7 Cf. Isa_55:3; Jer_31:3 :-34; Jer_32:40; Eze_16:60; Eze_34:25; Eze_37:26. Esta alianza traerá la paz y la segundad (Isa_11:19; Eze_34:25; Miq_5:9).