Amos  2 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 16 versitos |
1 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Moab y por cuatro no revocaré yo (mi fallo). Por haber quemado los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos,
2 yo pondré fuego en Moab, que devorará los palacios de Queriyot, y Moab hallará la muerte en medio del estruendo, entre los clamores y los sonidos de la trompeta,
3 y extirparé de él a su juez, y con él haré morir a todos los príncipes, dice Yahvé.
4 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Judá y por cuatro no revocaré yo (mi decisión). Por haber menospreciado la Ley de Yahvé y no haber guardado sus mandamientos, descarriándose por las mentiras tras las cuales se fueron sus padres,
5 yo pondré fuego a Judá, que devorará los palacios de Jerusalén.
6 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Israel y por cuatrono revocaré yo (mi fallo), por haber vendido al justo por dinero, y al pobre por un par de sandalias.
7 Aplastan sobre el polvo de la tierra la cabeza de los pobres, y estorban el camino de los humildes, y van padre e hijo a la doncella, profanando mi santo nombre.
8 Sobre ropas tomadas en prenda se echan junto a un altar cualquiera, y beben el vino de los multados en la casa de su dios.
9 Yo exterminé ante ellos a los amorreos,altos como cedros y fuertes como encinas; destruí su fruto arriba, y abajo sus raíces."
10 Yo os saqué de la tierra de Egipto y durante cuarenta años os conduje por el desierto para que ocuparais las tierras de los amorreos.
11 Yo suscité profetas de entre vuestros hijos, y nazarees entre vuestros mancebos, ¿no es así, hijos de Israel? dice Yahvé.
12 Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis.
13 He aquí que haré crujir (el suelo) bajo vuestros pies, como lo hace crujir el carro sobrecargado de gavillas,
14 y el ágil será incapaz de huir, y al fuerte no le servirá de nada su fuerza, y el valiente no escapará con vida;"
15 el arquero no resistirá, el de ágiles pies no escapará, el jinete no se salvará,
16 y el de más esforzado corazón entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice Yahvé.

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Introducción a Amos 

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Amïs.
Éntroducción.

Vida del profeta.
Amos (en hebreo 'Amos: ¿portador?) era oriundo de Tecua, a nueve kilómetros al sudeste de Belén, en los confines del desierto de Judá, y de profesión pastor . Alternaba sus trabajos de pastor con el de preparar y recoger los frutos de sicómoro 2. Los símiles que utiliza en su predicación están tomados de la vida pastoril y campestre 3. Criado en un ambiente de austeridad y pobreza, tenía una especial repugnancia por todo lo que significara derroche y lujo en la vida sedentaria, y así, en su predicación aparece como el gran recriminador de los excesos de las clases pudientes y de sus extorsiones para con los pobres.
El profeta no pertenecía a ninguna de las asociaciones profesionales proféticas, como él mismo declara con énfasis al sacerdote de Betel4, y fue sorprendido por el llamamiento divino cuando se hallaba dedicado a sus faenas habituales de pastor y recolector de frutos de sicómoro 5. El profeta se fue al reino del norte a ejercer su ministerio profético en medio de una sociedad hostil y extranjera. Predicó especialmente en las cercanías del santuario cismático de Betel, donde tuvo que enfrentarse con los intereses creados del sacerdote Amasias, el cual llegó a denunciarle a Jeroboam II, rey de Israel. Pero parece que el rey no le hizo caso, y entonces el sacerdote intimó al profeta a que se fuera a ganar su vida haciendo de profeta, o ganapán visionario, tomando aquí profeta en el sentido despectivo de explotador de la credulidad pública. Amos contestó airado que no había venido a lucrarse ni estaba aleccionado por ninguna escuela profética, sino que obraba a impulsos de la inspiración divina: No so;y profeta ni hijo de profetas. Yahvé me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve a profetizar a mi pueblo Israel 6. Y, en prueba de su calidad de verdadero profeta enviado por Yahvé, le anuncia que su mujer será violada, y sus hijos asesinados por los invasores asirios7. Profetizó también la próxima cautividad de Israel8.

Ambiente histórico.
Según indicación del título de los escritos de Amos, éste ejerció su ministerio profético en tiempo de Jeroboam II de Israel (783-743) y de Ozías o Azarías de Judá (789-738), dos años después del terremoto 9. Bajo el reinado de Jeroboam II, el reino de Israel había llegado a su esplendor económico y a la máxima expansión geográfica. A fines del siglo IX, los sirios hicieron incursiones en el reino de Israel, anexionándose las regiones transjordánicas de Basan y Galaad 10. Pero, al expansionarse Asiría hacia el occidente en tiempos de Adadnirari III (805-782), se debilitó el reino de Siria, y, en consecuencia, el reino de Israel pudo rehacerse y llegar a su apogeo. Podemos, pues, suponer que el profeta empezó su predicación oracular en los últimos años de Jeroboam II, hacia el 760 a.C., poco antes de la iniciación del ministerio profético de Oseas. El ambiente histórico, pues, es semejante en ambos profetas. La indicación cronológica de dos años antes del terremoto resultaba muy precisa para los lectores contemporáneos, pero no para nosotros, pues no sabemos nada de esta conmoción sísmica que habría impresionado tanto a los moradores del reino del norte 11.
Por el contenido de la predicación de Amos vemos que la situación económica era próspera, y las clases altas se movían con excesiva desenvoltura y desenfreno, esperando confiados el día de Yahvé como día de triunfo pleno material12. El profeta saldrá al paso de estas falsas suposiciones anunciando una serie de castigos devastadores, e incluso la ruina total del reino y la cautividad de sus ciudadanos.

División y estructura del libro.
Se puede dividir el libro por su contenido en tres partes:
1.Parte introductoria: Vaticinios contra las naciones paganas, castigadas por sus crímenes contra naturaleza: contra Siria, Filistea, Tiro, Édom, Anión, Moab, y, por fin, contra Judá e Israel (c.i-2).
2.Sermones contra los abusos de las clases sociales por su excesivo lujo y materialismo. Oráculos contra los que participan de los cultos idolátricos (c.3-6).
3.Cinco visiones, en las que se simbolizan plásticamente los castigos que enviará Yahvé contra la sociedad corrompida de Samaría (c.7-9; 10).

Por fin, el libro se cierra con un anuncio de restauración mesiánica, con todo lo que implica de abundancia de bendiciones temporales (9:11-15).
La disposición no es cronológica, ni siquiera perfectamente lógica, y se ve que es obra de un compilador posterior al profeta. Sobre todo, algunas de las visiones del final del libro parecen estar desplazadas y debieran figurar entre los primeros oráculos del profeta, según se desprende de su contenido doctrinal. Esta compilación parece que ha sido llevada a cabo en el reino de Judá, pues se da precedencia al rey de Judá, Ozías, sobre el de Israel, Jeroboam, en el título de la compilación. Esto parece confirmarse por el énfasis de la conclusión, en la que se destaca la resurrección del tugurio de David, o dinastía davídica, reducida a una choza, salvada de la catástrofe de la invasión, sin duda alusión a la permanencia del minúsculo reino de Judá.

Autenticidad.
En general no hay razones serias para negar la autenticidad global de los oráculos del libro de Amos. Sus palabras están en consonancia con el ambiente histórico que hemos descrito antes y se adaptan bien a las necesidades religiosas de la época. Sin embargo, muchos críticos dudan de la autenticidad de algunos pasajes 13, sobre todo la conclusión del libro, netamente mesiánica 14. Extraña su carácter prosaico en un conjunto poético, como son todos los oráculos de Amos, y, por otra parte, se refieren más al reino de Judá que al de Israel. Por eso no faltan comentaristas que atribuyen este fragmento a una mano posterior, incluso postexílica, que ha querido desvirtuar la impresión excesivamente pesimista de los últimos anuncios de castigo de Amos: Daré la orden y zarandearé a la casa de Israel entre las gentes, como se zarandea con la criba. A la espada perecerán todos los pecadores de mi pueblo 15; sin embargo, es usual en los profetas alternar amenazas con promesas de restauración en su predicación, para, de un lado, invitar a la penitencia y cambio de vida, y de otro, evitar que caigan en la desesperación total. Los castigos de Yahvé sobre su pueblo son siempre pruebas purificatorias, en espera de una etapa esplendorosa que seguirá después.

Estilo.
San Jerónimo define a Amos como imperitum sermone16. Sin embargo, esta afirmación es injusta, ya que dentro de la sencillez y aun desaliño hay un fondo poético de gran inspiración. Es verdad que su estilo resulta algo cansino y uniforme, como consecuencia de las múltiples repeticiones e incluso de frases hechas. Pero esta repetición da más vigor a sus oráculos. Es clásico su modo de comenzar los oráculos punitivos contra las naciones paganas: Por tres pecados y por cuatro no revocaré 17, para indicar la multiplicidad. Tiene también tendencia a acumular imágenes para expresar la misma idea, pero son sumamente originales y de bellísimo significado 18. Multiplica los ejemplos para probar una afirmación 19. En general, los estilistas modernos consideran a Amos como un artista literario, pues sus repetidas imágenes y períodos argumentativos logran impresionar favorablemente al lector. Este hecho prueba que tenía su formación literaria, a pesar de que se presentaba como un humilde pastor de Tecua.

Texto y versiones.
En general, el texto hebreo de Amos está bien conservado. Sin embargo, parece que algunos esticos están desplazados de su lugar normal. La versión griega de los LXX difiere a veces del TM, pero en los casos dudosos y oscuros no resulta más clara que el texto masorético. En el TM, el libro de Amos sigue al de Oseas y Joel, a pesar de ser Amos el primero cronológicamente. En los LXX y en las versiones que dependen de esta versión aparece inmediatamente después de Oseas, seguido de Miqueas y de Joel 20.

Mensaje doctrinal.
La teología del libro de Amos es muy rica de contenido, ya que encontramos en él afirmaciones netas sobre la omnipotencia divina y su providencia sobre los pueblos, aun paganos; sobre la elección de Israel y sobre los deberes sociales con el prójimo.
a) Monoteísmo estricto. - Yahvé es el Creador de todo cuanto existe en la naturaleza, es el formador de las montañas y creador de los vientos como fuerzas cósmicas. Hizo las constelaciones 21, y puede oscurecer el firmamento con las nubes 22, regula el curso del día y de la noche 23; las olas del mar obedecen puntuales a su mandato 24.
Por otra parte, es Señor y arbitro de todos los pueblos y naciones. Trajo a los filisteos de Caftor y a los árameos de Quir 25; y, en consecuencia, es el director verdadero de los hilos de la historia humana. Por eso es el Juez de todas las naciones, a las que castiga por sus crímenes contra naturam 26. Estos postulados éticos elementales son algo sagrado, por los que Yahvé mira como cosa intangible. No se puede conculcar impunemente las leyes del corazón humano impresas por Dios. A las naciones paganas no las castigará Yahvé por transgresiones de leyes positivas que no conocen, sino por infracciones contra el derecho natural.
b) Elección de Israel. - A pesar de que Yahvé es el Señor y Juez de todos los pueblos, lo es de modo particular de Israel, porque gratuitamente lo ha elegido para vivir en comunicación íntima con El. Por eso hizo una alianza solemne con Israel después de haberle liberado de Egipto 27. Para que pudieran intimar con El, les dio un código de leyes y les envió profetas 28. Pero esto no debe cegar a los israelitas, como si Yahvé se viera obligado necesariamente a protegerles, pues en realidad la elección ha sido sin méritos por parte de ellos 29.
Si bien gobierna todos los pueblos y los somete a las leyes generales de su justicia, los israelitas, por ser un pueblo de elección, están obligados especialmente al cumplimiento de determinadas leyes positivas, estipuladas en la alianza como base de buenas relaciones entre ambas partes contratantes 30. Por tanto, los crímenes de Judá y de Israel revisten una particular malicia de ingratitud y de rebelión 31; por eso Yahvé llama a las naciones paganas como testigos del castigo que va a infligir a Samaría 32,
c) Cultos idolátricos. - En el reino del norte existía un culto sincretista escandaloso, sobre todo en los santuarios locales de Betel, Guilgal y Dan. Yahvé aparecía prácticamente tan desfigurado en el culto, que Amos consideraba aquellos actos de culto como totalmente idolátricos. Las infiltraciones paganas eran ya más que la herencia yahvista, anterior a la separación de las tribus. Lo que había empezado por un simple culto cismático, había terminado por una idolatría, sin faltar el becerro de oro, símbolo del Yahvé adorado por los del reino del norte 33. La justicia divina procede de Yahvé, que mora en Sión 34.
d) Ritualismo externo religioso. - Amos, como todos los profetas del siglo viii que le siguen, se levanta contra la doblez de corazón, contra los actos de culto externos, vacíos de contenido espiritual interno. Las manifestaciones religiosas en este plan le son odiosas 35, porque faltan las correspondientes disposiciones morales, que son la base de una religiosidad digna y elevada.
e) Justicia social. - Es característica de la predicación de Amos urgir el cumplimiento de los deberes éticos para con el prójimo. Sus diatribas contra las clases ricas destacan sus opresiones y exacciones sobre los pobres y desheredados. El profeta les echa en cara a los ricos el que vivan en casas labradas en piedra, con incrustaciones de marfil, y que se entreguen a la vida de desenfreno, despreciando a los pobres.
La sequía y las devastaciones habían arruinado totalmente a los pequeños propietarios 36, y por eso la miseria, en la mayor parte de la población, era un mal que laceraba el corazón recto del profeta. Consecuencia de esa situación es que los pobres tenían que pedir prestado dinero a los pudientes, los cuales se aprovechaban de la miseria para incautarse de los bienes de aquéllos; e incluso el arruinado tenía que venderse por esclavo, a pesar de las leyes levíticas 37. El profeta se alza, enérgico, contra estos abusos 38. La mala administración de la justicia es una provocación constante a la ira divina. En lugar de sembrar paz, siembran malestar social 39, pues el lujo desorbitado es un insulto a la miseria40; la corrupción moral rebasa todas las medidas41.

1 Am 1:1. - 2 Am 7:14. - 3 Así habla del rugido del león (3:4), de la caza de las aves con trampa (3:5), del pastor que rescata de las fauces del león los restos de la oveja (3:12), de la serpiente escondida en la grieta de la casa (5:19), del torrente siempre fluyendo (5:24). - 4 Am 7:14. - 5 Am 7:15. - 6 Am 7:14. - 7 Am 7.17. - 8 Am 7:17· - 9 Am 1:1. - 10 Cf. 2 Re 10:325; 2 Re 13:7.25. - 11 Zac 14:5 habla de este temblor de tierra en tiempo de Ozías de Judá y del espanto que produjo a los israelitas. Pero parece depender de la alusión de Amos 1:1. - 12 Cf. Am4:1; 6:1s. - 13 Así extraña la narración en tercera persona de 7:10-17, y parecen manipulación posterior ciertos fragmentos del himno al Creador: 4:13; 5:8-9; 9:5-6. - 14 Am 9:11-15. 17 Am 1:6s. - 15 Am 9:10. 18 Am 9:1-4; 4:6-11 - 16 San Jerónimo, Pról a Amos: PL 25:990 (1038). 19 Am 2,V8.' - 20 Amos aparece citado en Tob 2:6 y Zac 14:5, Y en el Í. Ô. en Act 7:42-43 (Am 5:25- 27) y Act 15:16-17 (Am 9:11-12). Citados según la versión griega, que aquí difiere mucho del TM. - 21 Am5:8. - 22 Am4:13. - 23Ams,8. - 24 Am 5:8; 97 - 25 Amó_9:7. - 26 Amc.1-2. - 27 Am 2:11; 3:7· - 28 Am 3:7. - 29 A™ 9:7 - 30 Am3:1-2. - 31 Am 3:2. - 32 Am 3:9.12s. - 33 Am 7:9; 9:1-4; 4:4. - 34 Am 1:5. - 35 Am 4:21. - 36 Am c.1-3. - 37 Cf. Lev 25:255. - 38 Am 2:6-8; 3:9-10; 5:11; 8:4-6. - 39 Am 5:7.10.12; 6:12. - 40 Am 3:15; 5: Amó_11:6 :4-6. - 41 Am4:1; 6:1-6.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Amos  2,1-16

2. Nuevos Vaticinios Conminatorios.

Oráculo contra Moab (1-3).
1 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Moab y por cuatro no revocaré yo (mi fallo). Por haber quemado los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos, 2 yo pondré fuego en Moab, que devorará los palacios de Queriyot, y Moab hallará la muerte en medio del estruendo, entre los clamores y los sonidos de la trompeta, 3 y extirparé de él a su juez, y con él haré morir a todos los príncipes, dice Yahvé.

El crimen especial imputado a los moabitas es haber extremado su crueldad, quemando los huesos del rey de Edom (v.1). Una vez más Yahvé castiga los crímenes cometidos contra naturaleza. No sabemos a qué hecho concreto alude el profeta, pero tampoco esta crueldad era insólita en la antigüedad 1. Yahvé vela por los postulados éticos primordiales de la sociedad humana, y por eso, en calidad de Juez supremo, envía el castigo merecido a los habitantes de Moab, que verán abrasados por el fuego los palacios de Queriyot (v.2). Esta localidad aparece citada en la famosa estela del rey moabita Mesa, aunque no ha logrado ser localizada con certeza. Moab desaparecerá como nación en el fragor de la guerra, siendo su juez o rey 2 extirpado, y sus príncipes entregados a la muerte.

Oráculo contra Jada (4-5).
4 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Judá y por cuatro no revocaré yo (mi decisión). Por haber menospreciado la Ley de Yahvé y no haber guardado sus mandamientos, descarriándose por las mentiras tras las cuales se fueron sus padres, 5 yo pondré fuego a Judá, que devorará los palacios de Jerusalén.

Los crímenes antes imputados a las naciones paganas eran transgresiones de la ley natural. Ahora la perspectiva de las acusaciones cambia al enfrentarse con las responsabilidades de Judá e Israel. Como pueblos elegidos que se han comprometido a cumplir las condiciones de un pacto, plasmado en la Ley, se les reprocha su infidelidad a lo pactado (no han guardado sus mandamientos, v.4). Dios tenía derecho a exigir más de ellos que de los otros pueblos, y por eso no los juzga conforme al código amplio del derecho natural, sino conforme a las estipulaciones positivas del Sinaí. Han abandonado a Yahvé, yéndose tras de las mentiras (v.6) ? ídolos, siguiendo la conducta extraviada de sus antepasados. Por eso Yahvé los castigará también como a las naciones gentiles. Su calidad de pueblo elegido, lejos de garantizar la impunidad, reclamará más severidad en el castigo divino.

Oráculo contra Israel (6-8).
6 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Israel y por cuatrono revocaré yo (mi fallo), por haber vendido al justo por dinero, y al pobre por un par de sandalias. 7 Aplastan sobre el polvo de la tierra la cabeza de los pobres, y estorban el camino de los humildes 3, y van padre e hijo a la doncella 4, profanando mi santo nombre. 8 Sobre ropas tomadas en prenda se echan junto a un altar cualquiera, y beben el vino de los multados en la casa de su dios.

Después de pasar revista a los pueblos de alrededor, Amos centra su predicación conminatoria en torno a Israel, o reino de Samaría. Y le echa en cara los atropellos sociales, cuya fustigación será la característica de este profeta, llamado el profeta socialista del A.T., precisamente por sus reivindicaciones sociales en favor de los humildes y los desvalidos. Las clases dirigentes de Israel son tan inconsideradas con éstos, que venden al justo. por un par de sandalias (v.6), es decir, conculcan los derechos de los humildes por causas fútiles.
Estorban en lo que pueden el camino o proyectos de los humildes, haciéndoles la vida imposible, y tienen relaciones sexuales incestuosas el hijo y el padre con la misma doncella, quizá la esclava de servicio en la casa, conculcando de este modo las leyes elementales de Dios, con lo que estos actos adquieren el carácter de una profanación del nombre santo de Yahvé. Algunos autores ven en estas prácticas una alusión a las aberraciones sexuales que tenían lugar en los lugares de culto cananeo. En ese caso, la doncella sería la hieródula del templo que se ofrecía a los devotos, y entonces se comprende mejor que tal práctica, denunciada por Amos, tuviera el carácter de una profanación del nombre de Yahvé (v.7), ya que se le daba un carácter religioso, y, en consecuencia, el pecado revestía una mayor gravedad. El contexto del v.8 parece avalar esta interpretación, pues se supone que los abusos en los lugares de culto estaban a la orden del día.
Según la ley mosaica5, si un pobre había empeñado su manto por no poder cubrir una deuda, debía devolvérsele antes de la puesta del sol para que pudiera pasar la noche. Los ricos de Samaría, según Amos, en vez de cumplir esta ley, utilizaban las ropas tomadas en prenda como alfombras para sus orgías religiosas junto a un altar cualquiera (v.8), bebiendo el vino de los multados, es decir, el vino conseguido con las multas que imponían, en nombre de la supuesta justicia, a los pobres desvalidos que por necesidad tenían que vivir fuera de la ley. La frase la casa de su dios se refiere a los lugares de culto de los dioses cananeos.

Ingratitud de los israelitas (9-16).
9 Yo exterminé ante ellos a los amorreos,altos como cedros y fuertes como encinas; destruí su fruto arriba, y abajo sus raíces. 10 Yo os saqué de la tierra de Egipto y durante cuarenta años os conduje por el desierto para que ocuparais las tierras de los amorreos. 11 Yo suscité profetas de entre vuestros hijos, y nazarees entre vuestros mancebos, ¿no es así, hijos de Israel? dice Yahvé. 12 Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis. 13 He aquí que haré crujir (el suelo) bajo vuestros pies, como lo hace crujir el carro sobrecargado de gavillas 6, 14 y el ágil será incapaz de huir, y al fuerte no le servirá de nada su fuerza, y el valiente no escapará con vida; 15 el arquero no resistirá, el de ágiles pies no escapará, el jinete no se salvará, 16 y el de más esforzado corazón entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice Yahvé.

La conducta infiel de Israel es incomprensible, puesto que Yahvé le ha protegido siempre de un modo particular cuando se afirmaba como nación, exterminando a los amorreos o cananeos, que se oponían a su penetración en Canaán7; y de nada les sirvió su vigor y desmesurada estatura 8. Son comparados a un árbol al que se le han quitado sus frutos y raíces, de modo que no puede volver a reverdecer 9. Yahvé los ha exterminado para entregar a los israelitas la tierra de Ganaán como culminación de la protección que los dispensó al sacarlos de Egipto y conducirlos paternalmente por el desierto.
Es más, en su voluntad de ayudarles suscitó profetas para que los adoctrinaran y fueran como los intérpretes de la voluntad divina en las vicisitudes difíciles de la vida 10, y escogió israelitas que se le consagraran con particulares votos como los nazareos (v.13), que debían abstenerse de bebidas alcohólicas 11; pero el pueblo israelita obligó a los nazareos a romper sus votos sagrados (v.13).
El voto de nazareato era como una consagración a Dios. El ser infiel a los votos suponía, pues, una ofensa contra El. De ahí la gravedad de los israelitas, que obligaron a los nazareas a no cumplir sus votos.
Por otra parte, lejos de reconocer la gracia que suponía el que Yahvé les enviara profetas, no quieren oír su predicación y los rechazan como importunos: no profeticéis (v.12). En el fondo, pues, hay en estos recalcitrantes una rebeldía contra su Dios, ya que no quieren guiarse por sus preceptos y sus mensajeros los profetas. Por eso el castigo no tardará en llegar: he aquí que haré crujir (el suelo) bajo vuestros pies. (v.13), es decir, Yahvé va a intervenir como un terremoto enviando la espada y la guerra; y todos se verán envueltos en el torbellino, sin que nadie pueda sentirse seguro; y hasta el mismo suelo se tambaleará y crujirá como el carro sobrecargado de gavillas hace crujir (el suelo).
Nadie se librará cuando llegue la hora del castigo, pues hasta los más ágiles y fuertes caerán a la espada. Los mismos guerreros armados de arcos huirán despavoridos, dejando sus mantos (desnudos ) al enemigo.

1 Cf. 2Re_23:16. 2 Cf. Ose_7:7; Ose_13:10, donde se llama jueces a los altos gobernantes de un país. 3 Hoonacker prefiere corregir el texto y traduce: Aplastan sobre el polvo del suelo y en las encrucijadas de los caminos a los pobres. 4 Lit. el TM: un individuo y su padre. 5 Cf. Exo_22:25.26; Deu_24:12s. 6 Hoonacker prefiere traducir (siguiendo una etimología árabe): Yo haré que vuestros pies se estorben, como se embaraza el carro cargado de hierbas. Leahy: Yo haré que se balancee (el suelo) bajo vuestros pies, como se tambalea el carro sobrecargado de haces. 7 Cf. Gen_48:22; Deu_1:7; Jue_1:34; 2Sa_21:2. Los amorreos eran los habitantes de la zona sirio-fenicia (los Amuríu de las inscripciones cuneiformes). 8 Cf. Num_13:33; Deu_1:28. 9 En la inscripción del rey de Sidón Eschmunazar encontrarnos una frase similar: (el que viole la tumba) que no tenga raíces abajo ni fruto en lo alto. 10 Cf. Deu_18:18. 11 Cf. Num_6:1s; Jue 13; 1Sa_1:11.28.