Amos  8 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 14 versitos |
1 El Señor, Yahvé, me dio a ver esto: He aquí que había un cestillo de fruta madura,
2 y me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amos? Yo le respondí: Un cestillo de fruta madura. Yahvé me dijo: Ha llegado el fin a mi pueblo, Israel. No le perdonaré ya más tiempo.
3 En aquel día se trocarán en lamentaciones los cantos del templo — oráculo del Señor, Yahvé — ; serán muchos los cadáveres, que serán arrojados en silencio en cualquier lugar."
4 Escuchad esto los que aplastáis al pobre y aniquiláis a los desgraciados del país,
5 diciendo: ¿Cuándo pasará el novilunio para que vendamos el trigo, y el sábado para que abramos los graneros, achicaremos el “efá,” y agrandaremos el siclo, y falsearemos fraudulentamente las balanzas,
6 compraremos por dinero a los débiles, y a los pobres por un par de sandalias, y venderemos hasta las ahechaduras del trigo?
7 Yahvé ha jurado por el orgullo de Jacob: ¡No olvidaré jamás vuestras obras!
8 ¿No ha de estremecerse por esto la tierra? En duelo quedarán cuantos la habitan. Alzaráse toda ella como el Nilo, temblará y se abajará como el río de Egipto.
9 Aquel día, dice el Señor, Yahvé, haré que se ponga el sol al mediodía, y en pleno día tenderé tinieblas sobre la tierra.
10 Tornaré en duelo vuestras solemnidades y en elegías vuestros cantos; haré que todos cubran de saco sus ríñones y se rapen las cabezas. Será duelo como el duelo por unigénito, y su remate será un día amargo."
11 Vienen días, dice Yahvé, en que mandaré yo sobre la tierra hambre, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahvé,
12 y andarán errantes de mar a mar y de norte al oriente en busca de la palabra de Yahvé, y no la hallarán.
13 Aquel día las hermosas doncellas y los mancebos desfallecerán de sed.
14 Los que juran por el pecado de Samaría y dicen: “Vive tu Dios, ¡oh Dan!” y “Vive tu protector, ¡oh Bersabé!” sucumbirán para no levantarse jamás.

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Introducción a Amos 

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Amïs.
Éntroducción.

Vida del profeta.
Amos (en hebreo 'Amos: ¿portador?) era oriundo de Tecua, a nueve kilómetros al sudeste de Belén, en los confines del desierto de Judá, y de profesión pastor . Alternaba sus trabajos de pastor con el de preparar y recoger los frutos de sicómoro 2. Los símiles que utiliza en su predicación están tomados de la vida pastoril y campestre 3. Criado en un ambiente de austeridad y pobreza, tenía una especial repugnancia por todo lo que significara derroche y lujo en la vida sedentaria, y así, en su predicación aparece como el gran recriminador de los excesos de las clases pudientes y de sus extorsiones para con los pobres.
El profeta no pertenecía a ninguna de las asociaciones profesionales proféticas, como él mismo declara con énfasis al sacerdote de Betel4, y fue sorprendido por el llamamiento divino cuando se hallaba dedicado a sus faenas habituales de pastor y recolector de frutos de sicómoro 5. El profeta se fue al reino del norte a ejercer su ministerio profético en medio de una sociedad hostil y extranjera. Predicó especialmente en las cercanías del santuario cismático de Betel, donde tuvo que enfrentarse con los intereses creados del sacerdote Amasias, el cual llegó a denunciarle a Jeroboam II, rey de Israel. Pero parece que el rey no le hizo caso, y entonces el sacerdote intimó al profeta a que se fuera a ganar su vida haciendo de profeta, o ganapán visionario, tomando aquí profeta en el sentido despectivo de explotador de la credulidad pública. Amos contestó airado que no había venido a lucrarse ni estaba aleccionado por ninguna escuela profética, sino que obraba a impulsos de la inspiración divina: No so;y profeta ni hijo de profetas. Yahvé me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve a profetizar a mi pueblo Israel 6. Y, en prueba de su calidad de verdadero profeta enviado por Yahvé, le anuncia que su mujer será violada, y sus hijos asesinados por los invasores asirios7. Profetizó también la próxima cautividad de Israel8.

Ambiente histórico.
Según indicación del título de los escritos de Amos, éste ejerció su ministerio profético en tiempo de Jeroboam II de Israel (783-743) y de Ozías o Azarías de Judá (789-738), dos años después del terremoto 9. Bajo el reinado de Jeroboam II, el reino de Israel había llegado a su esplendor económico y a la máxima expansión geográfica. A fines del siglo IX, los sirios hicieron incursiones en el reino de Israel, anexionándose las regiones transjordánicas de Basan y Galaad 10. Pero, al expansionarse Asiría hacia el occidente en tiempos de Adadnirari III (805-782), se debilitó el reino de Siria, y, en consecuencia, el reino de Israel pudo rehacerse y llegar a su apogeo. Podemos, pues, suponer que el profeta empezó su predicación oracular en los últimos años de Jeroboam II, hacia el 760 a.C., poco antes de la iniciación del ministerio profético de Oseas. El ambiente histórico, pues, es semejante en ambos profetas. La indicación cronológica de dos años antes del terremoto resultaba muy precisa para los lectores contemporáneos, pero no para nosotros, pues no sabemos nada de esta conmoción sísmica que habría impresionado tanto a los moradores del reino del norte 11.
Por el contenido de la predicación de Amos vemos que la situación económica era próspera, y las clases altas se movían con excesiva desenvoltura y desenfreno, esperando confiados el día de Yahvé como día de triunfo pleno material12. El profeta saldrá al paso de estas falsas suposiciones anunciando una serie de castigos devastadores, e incluso la ruina total del reino y la cautividad de sus ciudadanos.

División y estructura del libro.
Se puede dividir el libro por su contenido en tres partes:
1.Parte introductoria: Vaticinios contra las naciones paganas, castigadas por sus crímenes contra naturaleza: contra Siria, Filistea, Tiro, Édom, Anión, Moab, y, por fin, contra Judá e Israel (c.i-2).
2.Sermones contra los abusos de las clases sociales por su excesivo lujo y materialismo. Oráculos contra los que participan de los cultos idolátricos (c.3-6).
3.Cinco visiones, en las que se simbolizan plásticamente los castigos que enviará Yahvé contra la sociedad corrompida de Samaría (c.7-9; 10).

Por fin, el libro se cierra con un anuncio de restauración mesiánica, con todo lo que implica de abundancia de bendiciones temporales (9:11-15).
La disposición no es cronológica, ni siquiera perfectamente lógica, y se ve que es obra de un compilador posterior al profeta. Sobre todo, algunas de las visiones del final del libro parecen estar desplazadas y debieran figurar entre los primeros oráculos del profeta, según se desprende de su contenido doctrinal. Esta compilación parece que ha sido llevada a cabo en el reino de Judá, pues se da precedencia al rey de Judá, Ozías, sobre el de Israel, Jeroboam, en el título de la compilación. Esto parece confirmarse por el énfasis de la conclusión, en la que se destaca la resurrección del tugurio de David, o dinastía davídica, reducida a una choza, salvada de la catástrofe de la invasión, sin duda alusión a la permanencia del minúsculo reino de Judá.

Autenticidad.
En general no hay razones serias para negar la autenticidad global de los oráculos del libro de Amos. Sus palabras están en consonancia con el ambiente histórico que hemos descrito antes y se adaptan bien a las necesidades religiosas de la época. Sin embargo, muchos críticos dudan de la autenticidad de algunos pasajes 13, sobre todo la conclusión del libro, netamente mesiánica 14. Extraña su carácter prosaico en un conjunto poético, como son todos los oráculos de Amos, y, por otra parte, se refieren más al reino de Judá que al de Israel. Por eso no faltan comentaristas que atribuyen este fragmento a una mano posterior, incluso postexílica, que ha querido desvirtuar la impresión excesivamente pesimista de los últimos anuncios de castigo de Amos: Daré la orden y zarandearé a la casa de Israel entre las gentes, como se zarandea con la criba. A la espada perecerán todos los pecadores de mi pueblo 15; sin embargo, es usual en los profetas alternar amenazas con promesas de restauración en su predicación, para, de un lado, invitar a la penitencia y cambio de vida, y de otro, evitar que caigan en la desesperación total. Los castigos de Yahvé sobre su pueblo son siempre pruebas purificatorias, en espera de una etapa esplendorosa que seguirá después.

Estilo.
San Jerónimo define a Amos como imperitum sermone16. Sin embargo, esta afirmación es injusta, ya que dentro de la sencillez y aun desaliño hay un fondo poético de gran inspiración. Es verdad que su estilo resulta algo cansino y uniforme, como consecuencia de las múltiples repeticiones e incluso de frases hechas. Pero esta repetición da más vigor a sus oráculos. Es clásico su modo de comenzar los oráculos punitivos contra las naciones paganas: Por tres pecados y por cuatro no revocaré 17, para indicar la multiplicidad. Tiene también tendencia a acumular imágenes para expresar la misma idea, pero son sumamente originales y de bellísimo significado 18. Multiplica los ejemplos para probar una afirmación 19. En general, los estilistas modernos consideran a Amos como un artista literario, pues sus repetidas imágenes y períodos argumentativos logran impresionar favorablemente al lector. Este hecho prueba que tenía su formación literaria, a pesar de que se presentaba como un humilde pastor de Tecua.

Texto y versiones.
En general, el texto hebreo de Amos está bien conservado. Sin embargo, parece que algunos esticos están desplazados de su lugar normal. La versión griega de los LXX difiere a veces del TM, pero en los casos dudosos y oscuros no resulta más clara que el texto masorético. En el TM, el libro de Amos sigue al de Oseas y Joel, a pesar de ser Amos el primero cronológicamente. En los LXX y en las versiones que dependen de esta versión aparece inmediatamente después de Oseas, seguido de Miqueas y de Joel 20.

Mensaje doctrinal.
La teología del libro de Amos es muy rica de contenido, ya que encontramos en él afirmaciones netas sobre la omnipotencia divina y su providencia sobre los pueblos, aun paganos; sobre la elección de Israel y sobre los deberes sociales con el prójimo.
a) Monoteísmo estricto. - Yahvé es el Creador de todo cuanto existe en la naturaleza, es el formador de las montañas y creador de los vientos como fuerzas cósmicas. Hizo las constelaciones 21, y puede oscurecer el firmamento con las nubes 22, regula el curso del día y de la noche 23; las olas del mar obedecen puntuales a su mandato 24.
Por otra parte, es Señor y arbitro de todos los pueblos y naciones. Trajo a los filisteos de Caftor y a los árameos de Quir 25; y, en consecuencia, es el director verdadero de los hilos de la historia humana. Por eso es el Juez de todas las naciones, a las que castiga por sus crímenes contra naturam 26. Estos postulados éticos elementales son algo sagrado, por los que Yahvé mira como cosa intangible. No se puede conculcar impunemente las leyes del corazón humano impresas por Dios. A las naciones paganas no las castigará Yahvé por transgresiones de leyes positivas que no conocen, sino por infracciones contra el derecho natural.
b) Elección de Israel. - A pesar de que Yahvé es el Señor y Juez de todos los pueblos, lo es de modo particular de Israel, porque gratuitamente lo ha elegido para vivir en comunicación íntima con El. Por eso hizo una alianza solemne con Israel después de haberle liberado de Egipto 27. Para que pudieran intimar con El, les dio un código de leyes y les envió profetas 28. Pero esto no debe cegar a los israelitas, como si Yahvé se viera obligado necesariamente a protegerles, pues en realidad la elección ha sido sin méritos por parte de ellos 29.
Si bien gobierna todos los pueblos y los somete a las leyes generales de su justicia, los israelitas, por ser un pueblo de elección, están obligados especialmente al cumplimiento de determinadas leyes positivas, estipuladas en la alianza como base de buenas relaciones entre ambas partes contratantes 30. Por tanto, los crímenes de Judá y de Israel revisten una particular malicia de ingratitud y de rebelión 31; por eso Yahvé llama a las naciones paganas como testigos del castigo que va a infligir a Samaría 32,
c) Cultos idolátricos. - En el reino del norte existía un culto sincretista escandaloso, sobre todo en los santuarios locales de Betel, Guilgal y Dan. Yahvé aparecía prácticamente tan desfigurado en el culto, que Amos consideraba aquellos actos de culto como totalmente idolátricos. Las infiltraciones paganas eran ya más que la herencia yahvista, anterior a la separación de las tribus. Lo que había empezado por un simple culto cismático, había terminado por una idolatría, sin faltar el becerro de oro, símbolo del Yahvé adorado por los del reino del norte 33. La justicia divina procede de Yahvé, que mora en Sión 34.
d) Ritualismo externo religioso. - Amos, como todos los profetas del siglo viii que le siguen, se levanta contra la doblez de corazón, contra los actos de culto externos, vacíos de contenido espiritual interno. Las manifestaciones religiosas en este plan le son odiosas 35, porque faltan las correspondientes disposiciones morales, que son la base de una religiosidad digna y elevada.
e) Justicia social. - Es característica de la predicación de Amos urgir el cumplimiento de los deberes éticos para con el prójimo. Sus diatribas contra las clases ricas destacan sus opresiones y exacciones sobre los pobres y desheredados. El profeta les echa en cara a los ricos el que vivan en casas labradas en piedra, con incrustaciones de marfil, y que se entreguen a la vida de desenfreno, despreciando a los pobres.
La sequía y las devastaciones habían arruinado totalmente a los pequeños propietarios 36, y por eso la miseria, en la mayor parte de la población, era un mal que laceraba el corazón recto del profeta. Consecuencia de esa situación es que los pobres tenían que pedir prestado dinero a los pudientes, los cuales se aprovechaban de la miseria para incautarse de los bienes de aquéllos; e incluso el arruinado tenía que venderse por esclavo, a pesar de las leyes levíticas 37. El profeta se alza, enérgico, contra estos abusos 38. La mala administración de la justicia es una provocación constante a la ira divina. En lugar de sembrar paz, siembran malestar social 39, pues el lujo desorbitado es un insulto a la miseria40; la corrupción moral rebasa todas las medidas41.

1 Am 1:1. - 2 Am 7:14. - 3 Así habla del rugido del león (3:4), de la caza de las aves con trampa (3:5), del pastor que rescata de las fauces del león los restos de la oveja (3:12), de la serpiente escondida en la grieta de la casa (5:19), del torrente siempre fluyendo (5:24). - 4 Am 7:14. - 5 Am 7:15. - 6 Am 7:14. - 7 Am 7.17. - 8 Am 7:17· - 9 Am 1:1. - 10 Cf. 2 Re 10:325; 2 Re 13:7.25. - 11 Zac 14:5 habla de este temblor de tierra en tiempo de Ozías de Judá y del espanto que produjo a los israelitas. Pero parece depender de la alusión de Amos 1:1. - 12 Cf. Am4:1; 6:1s. - 13 Así extraña la narración en tercera persona de 7:10-17, y parecen manipulación posterior ciertos fragmentos del himno al Creador: 4:13; 5:8-9; 9:5-6. - 14 Am 9:11-15. 17 Am 1:6s. - 15 Am 9:10. 18 Am 9:1-4; 4:6-11 - 16 San Jerónimo, Pról a Amos: PL 25:990 (1038). 19 Am 2,V8.' - 20 Amos aparece citado en Tob 2:6 y Zac 14:5, Y en el Í. Ô. en Act 7:42-43 (Am 5:25- 27) y Act 15:16-17 (Am 9:11-12). Citados según la versión griega, que aquí difiere mucho del TM. - 21 Am5:8. - 22 Am4:13. - 23Ams,8. - 24 Am 5:8; 97 - 25 Amó_9:7. - 26 Amc.1-2. - 27 Am 2:11; 3:7· - 28 Am 3:7. - 29 A™ 9:7 - 30 Am3:1-2. - 31 Am 3:2. - 32 Am 3:9.12s. - 33 Am 7:9; 9:1-4; 4:4. - 34 Am 1:5. - 35 Am 4:21. - 36 Am c.1-3. - 37 Cf. Lev 25:255. - 38 Am 2:6-8; 3:9-10; 5:11; 8:4-6. - 39 Am 5:7.10.12; 6:12. - 40 Am 3:15; 5: Amó_11:6 :4-6. - 41 Am4:1; 6:1-6.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Amos  8,1-14

8. Nuevos anuncios de castigo.

Israel, maduro para el castigo (1-3).
1 El Señor, Yahvé, me dio a ver esto: He aquí que había un cestillo de fruta madura, 2 y me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amos? Yo le respondí: Un cestillo de fruta madura. Yahvé me dijo: Ha llegado el fin a mi pueblo, Israel. No le perdonaré ya más tiempo. 3 En aquel día se trocarán en lamentaciones los cantos del templo1 oráculo del Señor, Yahvé ; serán muchos los cadáveres, que serán arrojados en silencio en cualquier lugar.

Esta visión sigue la línea de las anteriores del c.7. En éstas se había hecho resaltar la longanimidad de Yahvé, que pacientemente perdona a su pueblo; pero la medida de la prevaricación de Israel se ha colmado, y, por tanto, no puede tardar la intervención de la justicia divina, ya que Israel está maduro para su castigo. La suerte de Israel es expresada en un juego de palabras en hebreo. El profeta ve un cestillo de fruta (qayis), que simbolizará el fin (qés) de Israel: Ha llegado el fin a mi pueblo (v.2). Que pudiéramos parafrasear con un juego aproximado en nuestra lengua: el profeta ve un cestillo de frutas maduras (es la significación exacta de qayis), porque maduro está Israel para el castigo.
Yahvé no puede soportar más sus reiterados pecados: No le perdonaré ya mas tiempo. Es el anuncio de la venganza divina, que se manifestará trayendo la ruina al pueblo de Israel. Días de duelo esperan a Israel por sus continuas transgresiones: se trocaran en lamentaciones los cantos del templo (v.3). Desaparecerán las solemnidades gozosas, porque por doquier se encontrará el macabro espectáculo de los cadáveres. arrojados en silencio en cualquier lugar 2. La consternación será general, y aun faltarán los tradicionales lamentos de las plañideras. Un silencio trágico sustituirá las ruidosas solemnidades de los entierros, pues los cadáveres serán arrojados en cualquier lugar por el invasor asirio.

Voracidad insaciable de los ricos (4-7).
4 Escuchad esto los que aplastáis al pobre y aniquiláis a los desgraciados del país, 5 diciendo: ¿Cuándo pasará el novilunio para que vendamos el trigo, y el sábado para que abramos los graneros, achicaremos el efá, y agrandaremos el siclo, y falsearemos fraudulentamente las balanzas, 6 compraremos por dinero a los débiles, y a los pobres por un par de sandalias, y venderemos hasta las ahechaduras del trigo? 7 Yahvé ha jurado por el orgullo de Jacob: ¡No olvidaré jamás vuestras obras!

El profeta vuelve de nuevo a la carga contra las injusticias sociales, como en los primeros capítulos, y presenta a los ricos insaciables de Israel nerviosos por adquirir nuevas ganancias. En su impaciencia por acumular riquezas, se les hacen largos los días feriados del novilunio (primero de mes) y del sábado, en que estaban prohibidas las transacciones 3. Además, procuraban hacer todos los fraudes posibles: achicaremos el efá (medida de áridos, equivalente a unos 39 litros), para dar menos de lo debido, y agrandaremos el siclo (unos 13 gramos), para exigir más a los compradores (dar menos cantidad a más precio); además se proponen falsear las balanzas (v.5).
No se puede reflejar mejor la avaricia sin conciencia de las clases pudientes. Abusando de su situación privilegiada, trafican con las conciencias de los pobres, comprándoles por un par de sandalias (v.6). Aprovechándose de la situación angustiosa de los desheredados por deudas mínimas, les embargan los pocos bienes que tienen y aun los someten a la esclavitud: compraremos por dinero a los débiles. En contraste con este crimen de pisar la personalidad de los demás comprándola al precio mínimo, se atreven a vender hasta las ahechaduras del trigo. Todo esto está clamando por la intervención de la mano justiciera de Dios. Por eso ha jurado por el orgullo de Jacob 4, es decir, a causa de la insolencia y obstinación pecadora de Israel, que no echará en olvido sus obras pecaminosas. Su paciencia se está agotando, y aunque aparentemente parece que olvida las transgresiones de Jacob-Israel, sin embargo, todo, es tenido en cuenta. para el día de la ira

El día del duelo nacional (8-14).
8 ¿No ha de estremecerse por esto la tierra? En duelo quedarán cuantos la habitan. Alzaráse toda ella como el Nilo, temblará y se abajará como el río de Egipto. 9 Aquel día, dice el Señor, Yahvé, haré que se ponga el sol al mediodía, y en pleno día tenderé tinieblas sobre la tierra. 10 Tornaré en duelo vuestras solemnidades y en elegías vuestros cantos; haré que todos cubran de saco sus ríñones y se rapen las cabezas. Será duelo como el duelo por unigénito, y su remate será un día amargo. 11 Vienen días, dice Yahvé, en que mandaré yo sobre la tierra hambre, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahvé, 12 y andarán errantes de mar a mar y de norte al oriente en busca de la palabra de Yahvé, y no la hallarán. 13 Aquel día las hermosas doncellas y los mancebos desfallecerán de sed. 14 Los que juran por el pecado de Samaría y dicen: Vive tu Dios, ¡oh Dan! y Vive tu protector, ¡oh Bersabé! sucumbirán para no levantarse jamás.

Los crímenes de Samaría están clamando justicia, y por eso no puede estar lejano el día de Yahvé en que se manifieste la ira divina: ¿No ha de estremecerse por esto la tierra? (v.8). Antes había aludido a un terremoto 5, y ahora afirma que esto es lo menos que puede suceder por tanta iniquidad. El profeta compara a la tierra con-mocionada por el terremoto a las ondulaciones del Nilo, que sube y baja en tiempo de las crecidas anuales. Estas convulsiones de la tierra irán acompañadas de otras conmociones cósmicas, como eclipses de sol. Los autores recuerdan a este propósito un eclipse total de sol visible en Palestina en el 784 a.C., poco antes de la predicación de Amos, que pudo sugerir la descripción del profeta. Según Driver, hubo también un eclipse de sol visible en Jerusalén en 763 a.C.
En todo caso, la descripción de Amos puede ser meramente literaria, presentando las cosas al estilo apocalíptico 6, sin que ello suponga necesariamente alusión a hechos reales históricos. El profeta lo que quiere destacar es el duelo general, del que participará hasta la misma naturaleza. Desaparecerán las solemnidades o fiestas bullangueras y todos los signos de alegría, que serán sustituidos por externas manifestaciones de duelo: todos se vestirán de saco y se rasurarán la cabeza, ritos externos tradicionales expresivos de máximo idolor7. Todos los habitantes se sentirán abandonados de Yahvé en medio de una orfandad glacial, y, al verse solos, andarán ansiosos buscando a su Dios: habrá no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahvé (v.11). Ahora rehúsan escuchar a los mensajeros de Dios, los profetas; pero llegarán días que pandarán en busca de un enviado de Yahvé que les comunique algo en su, nombre, y no lo encontrarán;
Como en tiempos de sequía las gentes andan sedientas en busca, de. agua, de un lugar a otro? así entonces andarán errantes dé mar a mar (del Mediterráneo.al mar Muerto: ,de oeste. a este) y. del norte al oriente (v.12). Hasta las nuevas generaciones, que constituyen la esperanza de la nación (las hermosas doncellas y los mancebos, v.13), sentirán la necesidad de la palabra de Yahvé, y, al no encontrarla, desfallecerán de sed. En estos términos, Amos anuncia que llegarán días muy críticos para la nación, y entonces buscarán consejos y aliento en algún profeta, que les transmita la palabra de Yahvé, pero no la hallarán.
Es la hora de la invasión del ejército asirio, escogido por Dios como instrumento de castigo sobre el reino infiel de Israel. Sobre todo, los pecados de idolatría reclaman el castigo divino; por eso, los que juran por el pecado de Samarla (v.14), es decir, el ídolo llamado en Ose_8:6 el becerro de Samaría, y los que en general frecuentan los lugares de culto, como Dan (vive tu Dios, ¡oh Dan!), en el extremo norte, y de Bersabé (vive tu protector, ¡oh Bersabé!), en el sur de Palestina 9, sucumbirán para no levantarse jamás. Es el anuncio de la ruina total a los habitantes de Israel.

1 Hoonacker, siguiendo a los LXX y a la Vg, traduce: los artesonados del templo se lamentarán en ese día, oráculo de Yahvé (leyendo shoderot en vez de shirot). En ese caso, por prosopopeya, se asociarían los artesonados del templo en ruinas a la catástrofe de la ciudad. La  ib. de Jér.: los cantores del templo se lamentarán. 2 La palabra hebrea Has, que hemos traducido por en silencio, como construcción adverbial, es traducida por otros comentaristas por ¡silencio! como imperativo. 3 Cf. 2 Rev_4:23. 4 Algunos autores prefieren traducir por la gloria de Jacob; pero, como en 6:8 se trata abiertamente del orgullo de Jacob, parece que debemos mantener también aquí la misma traducción. 5 Cf 1:1; 4:11. 6 Cf. Sof_1:14; Isa_13:10; Joe_2:2. 7 Cf. Isa_3:24; Miq_1:16; Jer_6:26; Zac_12:10. 8 Cf. 4:8. 9 Lit. el TM dice: Vive el camino de Bersabé, aludiendo a la ruta de peregrinos que afluiría a este lugar. Hoonacker, corrigiendo derej en dodja, lee tu patrón. Cf. lagrange: RB ßï (1901) p-533·