Miqueas 1 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 16 versitos |
1 Palabra de Yahvé, que fue dirigida a Miqueas, de Morasti, en los días de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, lo que vio sobre Samaría y sobre Jerusalén:
2 ¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende tu tierra y cuanto en ella se contiene! Que el Señor, Yahvé, va a litigar con vosotros; el Señor, desde su santo templo."
3 Pues he aquí que Yahvé va a salir de su lugar, va a descender para caminar sobre las cumbres de la tierra,
4 y bajo él se fundirán los montes y se hendirán los valles, como al fuego se derrite la cera, como aguas que se precipitan por un despeñadero.
5 Todo por la prevaricación de Jacob, todo por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la prevaricación de Jacob? ¿Acaso no es Samaría? ¿Y cuáles los excelsos de Judá? ¿Acaso no es Jerusalén?
6 Pues yo convertiré a Samaría en majano campestre, en plantaciones de viñas, y arrojaré sus piedras en el valle, y pondré al desnudo sus cimientos.
7 Y todas sus esculturas serán abatidas, y todos sus salarios serán abrasados por el fuego, todos sus ídolos serán arruinados, porque son mercedes de prostitución, y en salario de prostitución se convertirán.
8 Por eso yo gimo y me lamento, y voy descalzo y desnudo, y aúllo como chacal, y gimo como avestruz.
9 Porque su desastre es irremediable y ha invadido a Judá, llegando hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.
10 No vayáis a pregonarlo en Gat ni a llorarlo en Acco. Revolveos en el polvo en Bet-le-Afrá.
11 Os han traicionado los de Safir, las ciudades de la vergüenza. No salieron a campaña los habitantes de Saanán; la casa vecina os traicionó, os negó su apoyo."
12 Los habitantes de Marot esperan sacar bien, porque ha descendido de Yahvé el mal a las puertas de Jerusalén.
13 Uncid al carro los corceles, habitantes de Lakis. Es el comienzo del castigo para la hija de Sión, pues en ti se han hallado las prevaricaciones de Israel.
14 Por eso habrás de aportar la dote de Moreset-Gat; las casas de Akzib serán un engaño para los reyes de Israel."
15 Aún os traeré un poseedor, moradores de Maresá, y la gloria de Israel emigrará a Elam.
16 Motílate y ráete por los hijos queridos, ensancha tu calvicie como la del buitre, porque fueron deportados lejos de ti.

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Introducción a Miqueas

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Miqueas.
Introducción.

El profeta.
Miqueas (en hebreo Mikah-abreviación de Mikayahu - : ¿Quién como Yahvé?) es contemporáneo de Isaías. Su nombre entra dentro de la onomástica común judaica 1. Es originario de Moreset, a unos 45 kilómetros al sudoeste de Jerusalén. Como Isaías, profetizó en los tiempos de Joatam (739-735), Acaz (735-727) y Ezequías (727-693). Puesto que Miqueas anuncia el castigo de Samaría como futuro 2, sigúese que comenzó su predicación antes del 722-21, fecha de la caída en poder de los asirios de la capital del reino septentrional. Jeremías alude a una de las profecías de Miqueas proferida en tiempo del rey Ezequías, relativa a la destrucción de Jerusalén 3.
No sabemos ninguna otra particularidad de su vida privada o profética, ni siquiera sobre sus posibles y verosímiles relaciones con su contemporáneo Isaías. Algunos autores han querido considerar a Miqueas como del grupo de discípulos de Isaías, pero no hay ningún dato concreto para suponerlo. Como Isaías, tuvo que vivir años de zozobra ante las inminentes y reiteradas invasiones de los ejércitos de Asiría; y, como enviado de Dios, tuvo que luchar contra todas las combinaciones políticas para conjurar las invasiones.

Contenido y división del libro.
Como Amos, el profeta Miqueas anuncia a sus compatriotas que el día del Señor es un día de tinieblas y no de luz; es decir, en vez de ser el día de la manifestación vengadora de Yahvé sobre los enemigos de Israel - como esperaban sus contemporáneos - , será, ante todo, -día de purificación y de prueba para el pueblo elegido. Antes de que llegaran los tiempos gloriosos del triunfo habrían de venir los de castigo merecido por tantos pecados. Podemos dividir en tres partes el libro de Miqueas:
I. Juicio divino sobre Israel y Judá: 1:1-2:13. La venida del Señor para juzgar: 1:2-7. Devastación de la tierra: 1:8-16. Contra las injusticias: 2:1-11. Salvación del resto escogido: 2,c12s.
II. Juicio contra los jefes y falsos profetas: 3:1-5:14. Crímenes de los príncipes y falsos profetas: 3:1-12. Futura gloria de la nueva Sión: 4:1-7. Castigo y rehabilitación de Jerusalén por el Mesías: 4:8-5:9. Purificación de la tierra y del pueblo: 5:9-14.
III. Confesión y restauración del pueblo reprobado: 6:1-7:20. Ingratitud del pueblo; culto externo e injusticias: 6:1-12. Justa pena: 6:13-16. Quejas del profeta contra la inmoralidad reinante: 7:1-7. Restablecimiento y exaltación de Sión: 7:8-20 3.
Por este esquema vemos que en el libro las amenazas y promesas alternan de modo regular, por lo que algunos críticos creen que esta distribución es artificial, fruto de reajustes posteriores redaccionales. El profeta empieza enfáticamente apelando a todos los pueblos y a la tierra misma para que asista al castigo de Yahvé contra Israel4. A este encuadramiento cósmico responde la elevación de Sión sobre todos los pueblos, que corren en masa para adoctrinarse en las leyes del Señor 5. Las naciones serán juzgadas por Yahvé a causa de su soberbia, para que se avergüencen de su fuerza y se acerquen, humildes, a Yahvé 6. En el libro, pues, late la idea de un juicio universal sobre todos los pueblos para encaminarlos a Yahvé.

Autenticidad.
Está bastante generalizada la opinión entre los críticos de que el libro llamado de Miqueas es obra de varios autores. En general se adjudican a Miqueas los tres primeros capítulos, porque parecen reflejar mejor el ambiente del siglo VIII. Esta serie de amenazas está conforme al estilo profetice de la época; pero las secciones de promesas (2:12-13 y 4:1-5:8) son atribuidas por estos críticos modernos a una mano posterior. En realidad, por sólo el hecho de que hable de promesas de victoria, no se sigue que no sean de Miqueas, ya que en el género profético está la costumbre de alternar amenazas con promesas, para, de un lado, invitar a una vida de penitencia, y, del otro, alentar las esperanzas de restauración en los momentos de crisis.
Tambien la sección 6:1-7 es considerada por muchos autores como obra de otro profeta, pues el tono de amenazas es menos tajante, y el estilo literario más lírico. Como no menciona a Jerusalén y se dirige a Israel, parece que el autor es del reino del norte, pues en los reproches coincide con las acusaciones de Amos y Oseas7. Como en 6:16 parece suponerse la existencia de Samaría, este fragmento sería compuesto antes del 722-21. Así, esta sección puede concebirse como un oráculo aparte que fue unido por el compilador a los fragmentos anteriores, y puede ser del mismo Miqueas, ya que es posible que en su fraseología se haya dejado influir por los escritos de Amos y de Oseas.

Texto y versiones.
El estado del TM actual está bastante deficiente, pues hay pasajes ininteligibles, y otros están desplazados de lugar. Para subsanar estas deficiencias y obscuridades es necesario buscar reconstrucciones del texto, tomando como base las versiones de los LXX, la paráfrasis aramea del Targum y las leyes de la métrica hebraica.

Mensaje doctrinal.
Miqueas en su predicación repite los lugares comunes de los mensajes profetices anteriores de Amos y de Oseas. Pero, aunque no haya originalidad en el contenido sustancial de su mensaje, la hay en el vigor de su expresión. Habla después que se han cumplido muchos vaticinios de Amos relativos al castigo de Yahvé sobre su pueblo, y por eso su lenguaje es más lacerante e incisivo. A pesar de la predicación de Amos y de Oseas, Israel continuaba confiada en que Yahvé no permitiría el desastre nacional, porque habitaba en medio de ellos8. El profeta sale al paso de esta falsa confianza, dando a entender que, si Israel ha sufrido mucho, todavía tendrá que sufrir más.
Los contemporáneos de Miqueas creían que podrían mantener buenas relaciones con Yahvé a base de manifestaciones externas de culto, con sacrificios y ofrendas. Como Amos, Oseas e Isaías, el profeta Miqueas exige una religión ante todo del corazón, una entrega sincera a Dios, cumpliendo sus preceptos. Ante todo, justicia y misericordia. Los que más han conculcado estos derechos han sido las clases dirigentes, y, en consecuencia, son los primeros responsables de la catástrofe que se avecina. Por eso, Samaría y Jerusalén, donde éstos residen, serán totalmente destruidas.
Es el primer profeta que anuncia la total destrucción de Jerusalén. Esto parecía increíble para los ciudadanos de Jerusalén, ya que allí estaba el templo, la Casa de Yahvé. En esto, el profeta ha mostrado una independencia de carácter y una valentía que será seguida después por otros, como Jeremías. Nacido en un ambiente rural, Miqueas se alza contra las clases amaneradas y corrompidas de la capital, esperando la resurrección de la nación a base de las clases sanas del campo.
Su estilo literario es vivo y dramático, con cambios bruscos de persona.

1 Cf. 1 Re 22, donde se habla de un Miqueas de Yemla. - 2 Miq 1:6. - 3 Cf. Jer 26:18, citando a Miq 3:12. 3 Es la división propuesta por H. hopfl-miller-metzinger, o.c., 517. Otros autores (entre ellos Hoonacker) prefieren hacer una división cuatripartita: a) 0.1-3: amenazas; b) 4-5' promesas; c) reproches y amenazas (6:1-7:6); d) esperanzas (7:7-20). - 4 Miq_1:21. - 5 Miq 4,is. - 6 Miq 7:165. - 7 Cf. Miq 6,ios y Am 8:5-6; Miq 6:15 y Am 5:11; Miq 6:14 y Os 4:10. - 8 Miq 3:11.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Miqueas 1,1-16

1. Vaticinios contra Israel y Juda.
Yahvé va a descargar su ira sobre su pueblo elegido. Primeramente el reino del norte, simbolizado en su capital, Samaría, sufrirá las consecuencias del enojo divino. Después Jerusalén, por haber imitado la conducta perversa del reino del norte, sufrirá también la destrucción y la ruina. El estilo es solemne e impresionante, como el de Isaías.

El día de la cólera de Yahvé está próximo (1-4).
1 Palabra de Yahvé, que fue dirigida a Miqueas, de Morasti, en los días de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, lo que vio sobre Samaría y sobre Jerusalén: 2 ¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende tu tierra y cuanto en ella se contiene! Que el Señor, Yahvé, va a litigar con vosotros; el Señor, desde su santo templo. 3 Pues he aquí que Yahvé va a salir de su lugar, va a descender para caminar sobre las cumbres de la tierra, 4 y bajo él se fundirán los montes y se hendirán los valles, como al fuego se derrite la cera, como aguas que se precipitan por un despeñadero.

Miqueas es del reino de Judá, de una localidad (Morasti) que es localizada por San Jerónimo cerca de la actual Bet-Gebrin, entre Jerusalén y Gaza. En la Biblia aparece otro Miqueas hijo de Jimia. Sin duda que el compilador de los escritos de nuestro profeta quiere distinguirlo de éste al decir que era de Morasti, que los LXX interpretan en sentido étnico, no geográfico.
La época en que se desarrolló su actividad profética es bien concreta, y coincide en general con la de Isaías, es decir, en el siglo VIII a.C., bajo los reinados de Jotam (740/39 - 736/35), Acaz (736/5 - 727) y Ezequías (727 - 698/7). Al dar estos tres nombres, el compilador muestra que la actividad profética de Miqueas duró largo tiempo. Son los años en que el antiguo Oriente vivía bajo la obsesión del peligro asirio, en los tiempos de Teglatfalasar III (745-727), Salmanasar V (727-722), Sargón (722-705) y Senaquerib (705-681).
Los oráculos de Miqueas se refieren tanto al reino del norte (Samaría) como al reino del sur (Jerusalén). Enfáticamente invita el profeta a todos los pueblos a ser testigos del juicio que Yahvé va a decretar contra su pueblo. El Dios de Israel, que mora en su santo templo (de Jerusalén), tiene un litigio pendiente con su pueblo y lo quiere ventilar a las luces de todos los pueblos para escarmiento general. Ha llegado la hora de la cólera divina, pues Yahvé va a salir de su lugar (la morada de los cielos), caminando sobre las nubes o cumbres de la tierra. Como un gigante, va atravesando las cordilleras, envueltas en nubes, para hacer justicia en la tierra l. Ante su avance majestuoso se fundirán los montes y se hendirán los valles, incapaces de soportar tanta grandeza, como al fuego se derrítela cera. No podía el profeta escoger una introducción más solemne e impresionante a sus oráculos que esta descripción de la majestad de Yahvé avanzando en medio de las conmociones cósmicas de una naturaleza que se asocia a su Creador para dar a entender a los hombres su grandeza y omnipotencia, que se va a manifestar en el juicio sobre su pueblo escogido.

La ruina de Samaría y de Jerusalén (5-9).
5 Todo por la prevaricación de Jacob, todo por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la prevaricación de Jacob? ¿Acaso no es Samaría? ¿Y cuáles los excelsos de Judá? ¿Acaso no es Jerusalén? 6 Pues yo convertiré a Samaría en majano campestre, en plantaciones de viñas, y arrojaré sus piedras en el valle, y pondré al desnudo sus cimientos. 7Y todas sus esculturas serán abatidas, y todos sus salarios serán abrasados por el fuego, todos sus ídolos serán arruinados, porque son mercedes de prostitución, y en salario de prostitución se convertirán. 8 Por eso yo gimo y me lamento, y voy descalzo y desnudo, y aúllo como chacal, y gimo como avestruz. 9 Porque su desastre es irremediable y ha invadido a Judá, llegando hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.

La prevaricación de Jacob está resumida en la prevaricación de su capital, Samaría. Sin duda que el profeta alude a los cultos idolátricos y cismáticos del reino del norte. La prevaricación de Judá está resumida en sus lugares excelsos o bamot, en los que se daba culto a Yahvé, pero con fuertes infiltraciones paganas cananeas. Los profetas de Judá siempre lucharon contra estas prácticas, y de hecho la reforma de Ezequías (contemporáneo de Miqueas) tuvo por objetivo principal centralizar el culto en el templo, acabando con los cultos en los bamot, fuente de muchas idolatrías 2. Miqueas, pues, declara que el pecado específico de Judá son los bamot o lugares excelsos, sobre las colinas que rodeaban Jerusalén.
Yahvé castigará al reino del norte, simbolizado en su capital, Samaría, a la que convertirá en majano campestre (v.6), o montón de ruinas. Será totalmente derruida, y sus piedras serán lanzadas en el valle (Samaría estaba asentada sobre una elevada colina). Las esculturas de sus lugares de culto serán abatidas, y todos sus salarios o ganancias conseguidas con el culto idolátrico (mercedes de prostitución, v-7) serán pasto de las llamas, como cosas viles y despreciables.
Después de anunciar el terrible castigo sobre Samaría, el profeta se siente profundamente conmovido, entregándose al duelo más sincero: gimo., voy descalzo. (v.8). Miqueas simboliza en este duelo sin consuelo a la nación desolada 3. El aullido lúgubre de los chacales y el gemido doloroso del avestruz son un tópico literario 3*, que expresa bien el estado de ánimo triste del profeta.
En la destrucción de Samaría ve una amenaza inminente del reino de Judá (v.9). En efecto, las tropas asirías ocuparán pronto Samaría bajo Sargón II en 721 a.C.; pero en el 705 a.C. el ejército de Senaquerib pondrá sitio a Jerusalén. La amenaza, pues, afectaba a los dos reinos por igual.

La inminencia de la invasión asiría sobre Judá (10.-16)
10 No vayáis a pregonarlo en Gat ni a llorarlo en Acco 4. Revolveos en el polvo en Bet-le-Afrá. 11Os han traicionado los de Safir, las ciudades de la vergüenza 5. No salieron a campaña los habitantes de Saanán 6; la casa vecina os traicionó 7, os negó su apoyo. 12 Los habitantes de Marot esperan sacar bien, porque ha descendido de Yahvé el mal a las puertas de Jerusalén. 13 Uncid al carro los corceles, habitantes de Lakis. Es el comienzo del castigo para la hija de Sión, pues en ti se han hallado las prevaricaciones de Israel. 14 Por eso habrás de aportar la dote de Moreset-Gat; las casas de Akzib serán un engaño para los reyes de Israel. 15 Aún os traeré un poseedor, moradores de Maresá, y la gloria de Israel emigrará a Elam 8. 16Motílate y ráete por los hijos queridos, ensancha tu calvicie como la del buitre, porque fueron deportados lejos de ti.

En este fragmento se describe con estilo nervioso la inminencia de la invasión: abundan los juegos de las palabras en hebreo y son intraducibies. Muchas de las localidades son citadas sólo para hacer juegos de palabras con la idea a expresar. Así, Miqueas pide a sus compatriotas que no vayan a llorar su situación, en demanda de ayuda, a los filisteos y a los fenicios (no vayáis a pregonarlo en Gat ni a llorarlo en Acco) 9, sino que hagan públicas manifestaciones de penitencia y duelo en Bet-le-Afrá 10.
Israel se siente aislado y abandonado de sus supuestos aliados: Os han traicionado los de Safir n. El profeta parece aludir a defecciones de ciudades que estaban obligadas a defenderse mutuamente. Cuando Salmanasar V (728-21) atacó Tiro y Samaría, muchas ciudades fenicias abandonaron aquélla a su suerte 12. Quizá la frase ciudades de la vergüenza (v.11) aludan a este hecho. Tampoco los egipcios cumplieron su palabra de subir en epoyo de Israel: No salieron a campaña los habitantes de Saanán o de Soan (Tanis, en el delta egipcio). La casa vecina puede ser Fenicia en general, región fronteriza con Israel, que les traicionó y negó su apoyo. Es más, los aprovechados fenicios se han alegrado del infortunio de Israel, pues esperaban, llevados de su espíritu mercantil innato, sacar bien de la situación.
Los habitantes de Marot (v.12) parecen ser los habitantes de la ciudad fenicia Marat, entre Arad y Simyra 13. El profeta les echa en cara el haberse alegrado porque ha descendido de Yahvé el mal a las puertas de Jerusalén. Es el anuncio de la invasión asiría, que amenaza ya a la Ciudad Santa. El profeta ve tan inminente la incursión del ejército asirio sobre el reino de Judá, que invita a una de las ciudades fortificadas de éste, Lakis, situada al sudoeste de Jerusalén, a hacer los preparativos de defensa: Uncid al carro los corceles, habitantes de Lakis (v.13) 14. Es la hora del castigo de la hija de Sión, Jerusalén, porque ha imitado las prevaricaciones de Israel, el reino cismático del norte. El reino de Judá, simbolizado en Jerusalén, su capital, va a tener que ceder parte de su territorio como dote al invasor, y esta dote será Moreshet-Gat, localidad cercana a la filistea Gat. El profeta está jugando con nombres geográficos en consonancia con las ideas que quiere expresar 15.
Los reyes de Israel han confiado en sus aliados fenicios, pero las casas de Akzib serán un engaño para ellos 16. La invasión se realizará porque Yahvé lo ha determinado así: Os traeré un poseedor (conquistador), moradores de Maresa (v.15), localidad del reino de Judá, al sudoeste de Jerusalén, que también aquí simboliza a Judá, y que es nombrada para hacer juego de palabra con poseedor 17. La consecuencia de la invasión asiría será la deportación de Israel a Mesopotamia: y la gloria de Israel emigrará a Elam (v.16) 18. Por eso, el profeta invita al duelo general con las tradicionales manifestaciones externas de dolor: motílate y ráete., ensancha tu calvicie como la del buitre (v.16). Es la suerte de la nación la que está en juego; sus hijos queridos serán llevados al exilio. Ya en tiempos de Teglatfalasar III (745-727) empezó el desplazamiento de poblaciones israelitas a Mesopotamia y a las montañas contiguas de Elam. En el 721, con la caída de Samaría, la deportación de la población israelita del reino del norte al destierro fue masiva.

1 Cf. Amo_4:13. - 2 Cf. 2Re_18:4.22. - 3 Cf. Isa_20:2. 3 Cf. Job_30:29. - 4 E. TM: llorar (bacó). El paralelismo exige un lugar geográfico: Acco. - 5 El TM: en desnudez vergonzosa. Una ligera combinación de consonantes da nuestra versión, propuesta por Hoonacker. - 6 Hoonacker propone leer Sidón en vez de Saanán; pero este nombre debe de estar por Soan (Tanis). - 7 Lit. el TM: lamentación de Bet-Esel. Por razones de paralelismo hemos preferido ia corrección de Hoonacker. - 8 Lit. el TM: Adullam, que resulta extraño. Hoonacker propone Elam, lugar de deportación de los judíos. - 9 Acco, la San Juan de Acre de los cruzados, junto al actual Haifa, en la frontera con Fenicia. - 10 El profeta juega con la palabra Afra (quizá la ciudad Ofra del territorio de Manases: Jue_8:27) y la palabra hebrea Hafar (polvo): revolcaos en el polvo. - 11 Safir, que algunos han querido identificar con Sharmr de Jos_15:48 o de Jue_10:1; quizá sea la ciudad fenicia Symyra, al sur de Arad. - 12 Cf. 2Re_17:5. - 13 Algunos leen Berut (Berytus: Beyrut). - 14 Lakis era lugar de concentración de carros de combate (1Re_10:26; 2Cr_1:14; 1Re_8:6). - 15 El nombre de la localidad geográfica Moreshet juega con la palabra hebrea Me'orashah (desposada), de cuya dote se habla aquí. - 16 La localidad de Akzib juega con la palabra akzab (wady que no lleva agua, y así decepciona al caminante sediento que esperaba saciar su sed (cf. Jer_15:18). - 17 Juego de palabras entre yoresh (poseedor) y Mershah, localidad. - 18 Los que mantienen el Adullam del TM interpretan esto en el sentido de que Israel se verá obligado a llevar una vida errante como David, huyendo de Saúl en la región de Adullam (desierto de Judá).