Miqueas 2 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 13 versitos |
1 Ay de los que en sus lechos maquinan la iniquidad para ejecutarla al amanecer, porque tienen en sus manos el poder!
2 Codician campos, y los roban; casas, y se apoderan de ellas; y hacen violencia al dueño y a su casa, al hombre y a su heredad."
3 Por tanto, así dice Yahvé: He aquí que yo estoy maquinando contra esta estirpe un mal del que no podréis librar vuestros cuellos, y no andaréis ya erguidos, porque es el tiempo de la desventura.
4 En aquel día se compondrá una sátira sobre vosotros y se cantará una elegía, diciendo: “Hemos sido destruidos por completo. ¡Se ha mudado la suerte de mi pueblo! ¡Cómo arrebata para no devolver y reparte nuestros campos!
5 Ya no tendrás quien por suertes distribuya lotes en la comunidad de Yahvé.
6 ¡No vaticinéis! ¡No vaticinen respecto de esto! ¡El oprobio no (nos) alcanzará!
7 No se dice la casa de Jacob: “¿Se ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras?” ¿Mis palabras no están plenas de bondad para los que caminan en rectitud?
8 Pero vosotros ayudáis al enemigo contra mi pueblo. Delante de Salmanasar arrebatáis el botín de guerra a los que confiados van su camino.
9 Arrojáis a las mujeres de mi pueblo de su querido hogar y arrebatáis para siempre de sus hijos mi gloria.
10 Levantaos y echad a andar, que no es tiempo de holganza. Por su inmundicia será atormentado con horrible tormento.
11 No profetiza falsamente el hombre inspirado. Yo te profetizo el vino y la bebida embriagadora de que rebosa este pueblo.
12 Yo te reuniré, Jacob, todo entero; yo reuniré los restos de Israel, yo los congregaré corno ovejas en el aprisco, corno rebaño en medio del pastizal, y, llenos de espanto, huirán ante el desastre."
13 Irá delante de ellos el que rompe la marcha; irrumpirán y traspasarán la puerta y saldrán por ella, y delante de ellos marchará su rey, y a su cabeza Yahvé."

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Introducción a Miqueas

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Miqueas.
Introducción.

El profeta.
Miqueas (en hebreo Mikah-abreviación de Mikayahu - : ¿Quién como Yahvé?) es contemporáneo de Isaías. Su nombre entra dentro de la onomástica común judaica 1. Es originario de Moreset, a unos 45 kilómetros al sudoeste de Jerusalén. Como Isaías, profetizó en los tiempos de Joatam (739-735), Acaz (735-727) y Ezequías (727-693). Puesto que Miqueas anuncia el castigo de Samaría como futuro 2, sigúese que comenzó su predicación antes del 722-21, fecha de la caída en poder de los asirios de la capital del reino septentrional. Jeremías alude a una de las profecías de Miqueas proferida en tiempo del rey Ezequías, relativa a la destrucción de Jerusalén 3.
No sabemos ninguna otra particularidad de su vida privada o profética, ni siquiera sobre sus posibles y verosímiles relaciones con su contemporáneo Isaías. Algunos autores han querido considerar a Miqueas como del grupo de discípulos de Isaías, pero no hay ningún dato concreto para suponerlo. Como Isaías, tuvo que vivir años de zozobra ante las inminentes y reiteradas invasiones de los ejércitos de Asiría; y, como enviado de Dios, tuvo que luchar contra todas las combinaciones políticas para conjurar las invasiones.

Contenido y división del libro.
Como Amos, el profeta Miqueas anuncia a sus compatriotas que el día del Señor es un día de tinieblas y no de luz; es decir, en vez de ser el día de la manifestación vengadora de Yahvé sobre los enemigos de Israel - como esperaban sus contemporáneos - , será, ante todo, -día de purificación y de prueba para el pueblo elegido. Antes de que llegaran los tiempos gloriosos del triunfo habrían de venir los de castigo merecido por tantos pecados. Podemos dividir en tres partes el libro de Miqueas:
I. Juicio divino sobre Israel y Judá: 1:1-2:13. La venida del Señor para juzgar: 1:2-7. Devastación de la tierra: 1:8-16. Contra las injusticias: 2:1-11. Salvación del resto escogido: 2,c12s.
II. Juicio contra los jefes y falsos profetas: 3:1-5:14. Crímenes de los príncipes y falsos profetas: 3:1-12. Futura gloria de la nueva Sión: 4:1-7. Castigo y rehabilitación de Jerusalén por el Mesías: 4:8-5:9. Purificación de la tierra y del pueblo: 5:9-14.
III. Confesión y restauración del pueblo reprobado: 6:1-7:20. Ingratitud del pueblo; culto externo e injusticias: 6:1-12. Justa pena: 6:13-16. Quejas del profeta contra la inmoralidad reinante: 7:1-7. Restablecimiento y exaltación de Sión: 7:8-20 3.
Por este esquema vemos que en el libro las amenazas y promesas alternan de modo regular, por lo que algunos críticos creen que esta distribución es artificial, fruto de reajustes posteriores redaccionales. El profeta empieza enfáticamente apelando a todos los pueblos y a la tierra misma para que asista al castigo de Yahvé contra Israel4. A este encuadramiento cósmico responde la elevación de Sión sobre todos los pueblos, que corren en masa para adoctrinarse en las leyes del Señor 5. Las naciones serán juzgadas por Yahvé a causa de su soberbia, para que se avergüencen de su fuerza y se acerquen, humildes, a Yahvé 6. En el libro, pues, late la idea de un juicio universal sobre todos los pueblos para encaminarlos a Yahvé.

Autenticidad.
Está bastante generalizada la opinión entre los críticos de que el libro llamado de Miqueas es obra de varios autores. En general se adjudican a Miqueas los tres primeros capítulos, porque parecen reflejar mejor el ambiente del siglo VIII. Esta serie de amenazas está conforme al estilo profetice de la época; pero las secciones de promesas (2:12-13 y 4:1-5:8) son atribuidas por estos críticos modernos a una mano posterior. En realidad, por sólo el hecho de que hable de promesas de victoria, no se sigue que no sean de Miqueas, ya que en el género profético está la costumbre de alternar amenazas con promesas, para, de un lado, invitar a una vida de penitencia, y, del otro, alentar las esperanzas de restauración en los momentos de crisis.
Tambien la sección 6:1-7 es considerada por muchos autores como obra de otro profeta, pues el tono de amenazas es menos tajante, y el estilo literario más lírico. Como no menciona a Jerusalén y se dirige a Israel, parece que el autor es del reino del norte, pues en los reproches coincide con las acusaciones de Amos y Oseas7. Como en 6:16 parece suponerse la existencia de Samaría, este fragmento sería compuesto antes del 722-21. Así, esta sección puede concebirse como un oráculo aparte que fue unido por el compilador a los fragmentos anteriores, y puede ser del mismo Miqueas, ya que es posible que en su fraseología se haya dejado influir por los escritos de Amos y de Oseas.

Texto y versiones.
El estado del TM actual está bastante deficiente, pues hay pasajes ininteligibles, y otros están desplazados de lugar. Para subsanar estas deficiencias y obscuridades es necesario buscar reconstrucciones del texto, tomando como base las versiones de los LXX, la paráfrasis aramea del Targum y las leyes de la métrica hebraica.

Mensaje doctrinal.
Miqueas en su predicación repite los lugares comunes de los mensajes profetices anteriores de Amos y de Oseas. Pero, aunque no haya originalidad en el contenido sustancial de su mensaje, la hay en el vigor de su expresión. Habla después que se han cumplido muchos vaticinios de Amos relativos al castigo de Yahvé sobre su pueblo, y por eso su lenguaje es más lacerante e incisivo. A pesar de la predicación de Amos y de Oseas, Israel continuaba confiada en que Yahvé no permitiría el desastre nacional, porque habitaba en medio de ellos8. El profeta sale al paso de esta falsa confianza, dando a entender que, si Israel ha sufrido mucho, todavía tendrá que sufrir más.
Los contemporáneos de Miqueas creían que podrían mantener buenas relaciones con Yahvé a base de manifestaciones externas de culto, con sacrificios y ofrendas. Como Amos, Oseas e Isaías, el profeta Miqueas exige una religión ante todo del corazón, una entrega sincera a Dios, cumpliendo sus preceptos. Ante todo, justicia y misericordia. Los que más han conculcado estos derechos han sido las clases dirigentes, y, en consecuencia, son los primeros responsables de la catástrofe que se avecina. Por eso, Samaría y Jerusalén, donde éstos residen, serán totalmente destruidas.
Es el primer profeta que anuncia la total destrucción de Jerusalén. Esto parecía increíble para los ciudadanos de Jerusalén, ya que allí estaba el templo, la Casa de Yahvé. En esto, el profeta ha mostrado una independencia de carácter y una valentía que será seguida después por otros, como Jeremías. Nacido en un ambiente rural, Miqueas se alza contra las clases amaneradas y corrompidas de la capital, esperando la resurrección de la nación a base de las clases sanas del campo.
Su estilo literario es vivo y dramático, con cambios bruscos de persona.

1 Cf. 1 Re 22, donde se habla de un Miqueas de Yemla. - 2 Miq 1:6. - 3 Cf. Jer 26:18, citando a Miq 3:12. 3 Es la división propuesta por H. hopfl-miller-metzinger, o.c., 517. Otros autores (entre ellos Hoonacker) prefieren hacer una división cuatripartita: a) 0.1-3: amenazas; b) 4-5' promesas; c) reproches y amenazas (6:1-7:6); d) esperanzas (7:7-20). - 4 Miq_1:21. - 5 Miq 4,is. - 6 Miq 7:165. - 7 Cf. Miq 6,ios y Am 8:5-6; Miq 6:15 y Am 5:11; Miq 6:14 y Os 4:10. - 8 Miq 3:11.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Miqueas 2,1-13

2. Anuncios de castigo.

Invectivas contra los ricos desaprensivos (1-5).
1 Ay de los que en sus lechos maquinan la iniquidad para ejecutarla al amanecer, porque tienen en sus manos el poder! 2 Codician campos, y los roban; casas, y se apoderan de ellas; y hacen violencia al dueño y a su casa, al hombre y a su heredad. 3 Por tanto, así dice Yahvé: He aquí que yo estoy maquinando contra esta estirpe un mal del que no podréis librar vuestros cuellos, y no andaréis ya erguidos, porque es el tiempo de la desventura. 4 En aquel día se compondrá una sátira sobre vosotros y se cantará una elegía, diciendo: Hemos sido destruidos por completo. ¡Se ha mudado la suerte de mi pueblo! ¡Cómo arrebata para no devolver y reparte nuestros campos! 5 Ya no tendrás quien por suertes distribuya lotes en la comunidad de Yahvé.

Como su antecesor Amos, el profeta Miqueas se levanta contra los abusos de las clases pudientes. El castigo que Yahvé va a enviar está justificado, porque están conculcadas las elementales normas de convivencia social. Los adinerados no piensan sino en maquinar la iniquidad para ponerla por obra cuanto antes (al amanecer), oprimiendo a las clases débiles de la sociedad. Nada llena su codicia: campos, casas, heredades. (v.2).
Pero Yahvé no se duerme, y también El está maquinando un mal contra esa estirpe inicua. Vendrá la invasión asiría, y entonces los pudientes de Israel no volverán a andar erguidos y altaneros (v.3), porque van a ser humillados por la desventura, en la que perderán todas sus posesiones. Es la hora de la prueba, en que tendrán que oír la sátira irónica: Hemos sido destruidos. Se ha mudado la suerte de mi pueblo (v.6). La prosperidad de Israel era sólo aparente, y ahora es el invasor el que arrebata para no devolver, y reparte sus campos, tan codiciados. Ya no habrá quien distribuya los lotes por suertes al modo tradicional (v.5).

La hora de la justicia vindicativa de Dios (6-11).
6 ¡No vaticinéis! ¡No vaticinen respecto de esto! ¡El oprobio no (nos) alcanzará! 2 7 No se dice la casa de Jacob: ¿Se ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras? 3¿Mis palabras no están plenas de bondad para los que caminan en rectitud? 8 Pero vosotros ayudáis al enemigo contra mi pueblo. Delante de Salmanasar arrebatáis el botín de guerra a los que confiados van su camino. 9Arrojáis a las mujeres de mi pueblo de su querido hogar y arrebatáis para siempre de sus hijos mi gloria. 10 Levantaos y echad a andar, que no es tiempo de holganza. Por su inmundicia será atormentado con horrible tormento. 11 No profetiza falsamente el hombre inspirado. Yo te profetizo el vino y la bebida embriagadora de que rebosa este pueblo.

Miqueas hace frente a los falsos vaticinios de los profetas mendaces que anuncian prosperidades al pueblo: ¡No vaticinéis.! Se creían al abrigo de toda adversidad política: el oprobio no nos alcanzara (v.6). Muchos autores creen, sin embargo, que el profeta trae aquí las protestas del pueblo contra los anuncios tristes proclamados por Miqueas: ¡No vaticinen.! El oprobio no nos alcanzara, y, en ese caso, parece lógica la ilación del pensamiento del í.7: ¿Se ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras? El pueblo judío se creía al abrigo de toda catástrofe nacional, confiando en la tradicional protección de Yahvé. La historia mostraba que su Dios había sido muy paciente con las pasadas generaciones; no iba, pues, a cambiar ahora de proceder.
Más bien el texto parece sugerir que el auditorio de Miqueas está consternado ante sus amenazas, y se pregunta si Yahvé no ha cambiado de conducta, pues en tiempos anteriores había ayudado y perdonado a su pueblo conforme a su paciencia, pero ahora sí son verdad las amenazas de Miqueas: ¿Se ha acortado la paciencia de Yahvé? ¿Dónde están sus obras o manifestaciones de perdón otorgadas anteriormente? El profeta proclama que Yahvé no ha cambiado en su proceder, sino que da a cada uno conforme a su conducta moral: ¿Mis palabras no están plenas de bondad para los que caminan en rectitud? Es bueno para los que siguen las sendas del bien.
Las amenazas proclamadas por el profeta son consecuencia de sus pecados, que reclaman justicia. Las clases dirigentes expolian al pueblo, y en ello no hacen sino adelantarse al despojo que va a realizar Salmanasar con su ejército; en esto son auxiliares del conquistador asirio: Ayudáis al enemigo contra mi pueblo. Delante de Salmanasar arrebatáis el botín de guerra a los que confiados van su camino (v.8)4, es decir, al pueblo sencillo, que camina confiadamente, sin dobleces en la vida y sin esperar que los magnates se aprovechen de su posición para expoliarlos. Esta conducta contribuirá a que Yahvé envíe el terrible castigo al invasor asirio, que llevará cautivos a los israelitas: Arrojáis a las mujeres de mi pueblo de su querido hogar (v.9), y, con ello, sus hijos serán privados de la gloria de Yahvé, pues no podrán considerarse hijos de Israel en su patria, con el privilegio de asistir a los cultos del Dios nacional. Yahvé había prometido su protección y bendición a su pueblo, pero ahora llega el castigo por sus pecados, y las próximas generaciones se sentirán huérfanas de su Dios, lo que constituía su gloria.
El castigo es tan inminente, que el profeta invita a sus oyentes pecadores a ponerse en marcha hacia el exilio antes de que llegue de hecho: Levantaos y echad a andar. (v.10). Toda la tierra de Israel está contaminada con la inmundicia del pecado, que va a ser castigado con horrible tormento5. Por ello, el profeta hace una llamada a sus corazones: él es profeta y, como tal, no profetiza falsamente 6. No puede ocurrir que uno que esté inspirado de Dios pueda anunciar algo falso, y, por tanto, deben atender a la profecía de Miqueas que anuncia el despliegue de la ira divina: yo te profetizo el vino y la bebida embriagadora de que rebosa este pueblo. Supone el profeta que Yahvé va a dar a beber del cáliz embriagador de su ira 7. Es la hora de su justicia punitiva. Nadie puede librarse de ella, a menos que se cambie de vida. Estas profecías conminatorias son siempre condicionadas.

La intervención salvadora de Yahvé (12-13).
12 Yo te reuniré, Jacob, todo entero; yo reuniré los restos de Israel, yo los congregaré corno ovejas en el aprisco, corno rebaño en medio del pastizal, y, llenos de espanto, huirán ante el desastre8. 13 Irá delante de ellos el que rompe la marcha; irrumpirán y traspasarán la puerta y saldrán por ella, y delante de ellos marchará su rey, y a su cabeza Yahvé.

Estos versos han sido diversamente interpretados. Muchos autores ven aquí un anuncio del retorno glorioso del exilio, con Yahvé a la cabeza. Quizá sea mejor considerarlos como continuación de la amenaza anterior. El profeta acaba de conminarlos para que se lancen a la huida antes de que llegue la catástrofe. Ahora parece anunciarles que el mismo Yahvé les ayudará a abrirse paso en la huida. Yahvé los va a reunir como un rebaño en su aprisco para emprender la huida todos juntos bajo su protección. Probablemente la frase es irónica: Yahvé siempre los había congregado para salvarlos, pero ahora es para mandarlos al destierro, si bien en ello hay un sentido de salvación, pues es el único modo de librarse de la muerte.
El profeta describe a Israel como un rebaño que va tras el macho cabrío: ira delante de ellos el que rompe la marcha (v.13); es el rey o jefe político, que debe abrir la marcha en la huida. La frase y a su cabeza Yahvé es considerada por muchos autores como glosa. Pero bien puede ser de Miqueas, que, para anunciar la inminencia de la catástrofe, presenta a Yahvé ayudando a su pueblo a salvarse en su trágica huida.
Como dijimos antes, este fragmento es considerado por muchos como el anuncio del retorno glorioso del exilio, al estilo de Isa_52:12. Así, Condamin cree que debe colocarse después Deu_4:7.

1 Así según un ligero cambio propuesto por Hoonacker. Cantera: Como es arrebatada de mí (la porción de mi pueblo). Entre los apóstatas nuestros campos son repartidos. 2 Así según la Bib. de Jér. . ~ 3 La Bib. de Jér.: ¿La casa de Jacob será maldita? ¿Yahvé ha perdido la paciencia? ¿Es éste su modo de obrar? 4 La traducción es según la reconstrucción de Hoonacker. El verso es oscuro. La Bible de Jérusalen: Vosotros os levantáis como enemigos contra mi pueblo. Al que es irreprochable le quitáis el manto; a quien se cree en seguridad le infligís desastres de guerra. 5 La última parte es traducida por la Bib. de ér,: Por causa de nada conseguís con extorsiones una prenda aplastante. 6 Verso oscuro. Cantera: Si yo fuera un hombre que corriese tras el viento y mintiera falsedades, yo te predicaría de vino e hidromiel, y ése sería el profeta adecuado para este pueblo. La traducción de la Bib. de Jér. es parecida a ésta. Según ella, el sentido sería que el profeta apropiado para Israel sería el que halagara sus pasiones y caprichos. 7 Cf. Isa_14:14; Isa_29:95; Jer_25:16.27; Jer_49:12; Hab_2:16; Zac_12:2. 8 Así según la reconstrucción plausible de Hoonacker. El TM parece decir: producirán gran tumulto por la gente. La Bibíe de Jér. propone esta lectura corregida: No tendrán temor de nadie.