Miqueas 3 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 12 versitos |
1 Yo digo: Oíd, caudillos de Jacob y jueces de la casa de Israel: ¿No os toca a vosotros conocer el derecho?
2 Aborrecedores del bien y amadores del mal, arrancan la piel de sobre ellos y la carne de sobre sus huesos,
3 y luego de haberse comido la carne de mi pueblo y de haberle arrancado la piel, y haberle roto los huesos, y haberle descuartizado como carne para la olla o carne para el caldero,
4 entonces clamarán a Yahvé, pero no les oirá, pues les ocultará su rostro en aquel tiempo porque obraron perversamente.
5 Así habla Yahvé contra los profetas que descarrían a mi pueblo, que muerden con sus dientes mientras claman: “Paz,”y al que no les pone algo en la boca, le declaran la guerra santa.
6 Por eso la visión se os hará noche, y la adivinación tinieblas, y se pondrá para los profetas el sol, y el día se les oscurecerá.
7 Los videntes serán avergonzados, y confundidos los adivinos, y se cubrirán todos la barba, pues Dios no dará ya respuesta.
8 Yo, empero, estoy lleno de la fuerza del espíritu de Yahvé y de juicio y fortaleza para denunciar a Jacob sus prevaricaciones y a Israel sus pecados.
9 Oíd, pues, cabezas de la casa de Jacob y jueces de la casa de Israel, que aborrecéis el derecho y torcéis todo lo recto;"
10 que edificáis a Sión con sangre y a Jerusalén con iniquidad,
11 Sus cabezas sentencian por cohecho, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas adivinan por dinero y se apoyan sobre Yahvé, diciendo: “¿No está entre nosotros Yahvé? ¡No nos sobrevendrá la desventura!”
12 Por eso, por vosotros será Sión arada como un campo, y Jerusalén se convertirá en ruinas, y el monte del templo será un breñal.

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Introducción a Miqueas

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Miqueas.
Introducción.

El profeta.
Miqueas (en hebreo Mikah-abreviación de Mikayahu - : ¿Quién como Yahvé?) es contemporáneo de Isaías. Su nombre entra dentro de la onomástica común judaica 1. Es originario de Moreset, a unos 45 kilómetros al sudoeste de Jerusalén. Como Isaías, profetizó en los tiempos de Joatam (739-735), Acaz (735-727) y Ezequías (727-693). Puesto que Miqueas anuncia el castigo de Samaría como futuro 2, sigúese que comenzó su predicación antes del 722-21, fecha de la caída en poder de los asirios de la capital del reino septentrional. Jeremías alude a una de las profecías de Miqueas proferida en tiempo del rey Ezequías, relativa a la destrucción de Jerusalén 3.
No sabemos ninguna otra particularidad de su vida privada o profética, ni siquiera sobre sus posibles y verosímiles relaciones con su contemporáneo Isaías. Algunos autores han querido considerar a Miqueas como del grupo de discípulos de Isaías, pero no hay ningún dato concreto para suponerlo. Como Isaías, tuvo que vivir años de zozobra ante las inminentes y reiteradas invasiones de los ejércitos de Asiría; y, como enviado de Dios, tuvo que luchar contra todas las combinaciones políticas para conjurar las invasiones.

Contenido y división del libro.
Como Amos, el profeta Miqueas anuncia a sus compatriotas que el día del Señor es un día de tinieblas y no de luz; es decir, en vez de ser el día de la manifestación vengadora de Yahvé sobre los enemigos de Israel - como esperaban sus contemporáneos - , será, ante todo, -día de purificación y de prueba para el pueblo elegido. Antes de que llegaran los tiempos gloriosos del triunfo habrían de venir los de castigo merecido por tantos pecados. Podemos dividir en tres partes el libro de Miqueas:
I. Juicio divino sobre Israel y Judá: 1:1-2:13. La venida del Señor para juzgar: 1:2-7. Devastación de la tierra: 1:8-16. Contra las injusticias: 2:1-11. Salvación del resto escogido: 2,c12s.
II. Juicio contra los jefes y falsos profetas: 3:1-5:14. Crímenes de los príncipes y falsos profetas: 3:1-12. Futura gloria de la nueva Sión: 4:1-7. Castigo y rehabilitación de Jerusalén por el Mesías: 4:8-5:9. Purificación de la tierra y del pueblo: 5:9-14.
III. Confesión y restauración del pueblo reprobado: 6:1-7:20. Ingratitud del pueblo; culto externo e injusticias: 6:1-12. Justa pena: 6:13-16. Quejas del profeta contra la inmoralidad reinante: 7:1-7. Restablecimiento y exaltación de Sión: 7:8-20 3.
Por este esquema vemos que en el libro las amenazas y promesas alternan de modo regular, por lo que algunos críticos creen que esta distribución es artificial, fruto de reajustes posteriores redaccionales. El profeta empieza enfáticamente apelando a todos los pueblos y a la tierra misma para que asista al castigo de Yahvé contra Israel4. A este encuadramiento cósmico responde la elevación de Sión sobre todos los pueblos, que corren en masa para adoctrinarse en las leyes del Señor 5. Las naciones serán juzgadas por Yahvé a causa de su soberbia, para que se avergüencen de su fuerza y se acerquen, humildes, a Yahvé 6. En el libro, pues, late la idea de un juicio universal sobre todos los pueblos para encaminarlos a Yahvé.

Autenticidad.
Está bastante generalizada la opinión entre los críticos de que el libro llamado de Miqueas es obra de varios autores. En general se adjudican a Miqueas los tres primeros capítulos, porque parecen reflejar mejor el ambiente del siglo VIII. Esta serie de amenazas está conforme al estilo profetice de la época; pero las secciones de promesas (2:12-13 y 4:1-5:8) son atribuidas por estos críticos modernos a una mano posterior. En realidad, por sólo el hecho de que hable de promesas de victoria, no se sigue que no sean de Miqueas, ya que en el género profético está la costumbre de alternar amenazas con promesas, para, de un lado, invitar a una vida de penitencia, y, del otro, alentar las esperanzas de restauración en los momentos de crisis.
Tambien la sección 6:1-7 es considerada por muchos autores como obra de otro profeta, pues el tono de amenazas es menos tajante, y el estilo literario más lírico. Como no menciona a Jerusalén y se dirige a Israel, parece que el autor es del reino del norte, pues en los reproches coincide con las acusaciones de Amos y Oseas7. Como en 6:16 parece suponerse la existencia de Samaría, este fragmento sería compuesto antes del 722-21. Así, esta sección puede concebirse como un oráculo aparte que fue unido por el compilador a los fragmentos anteriores, y puede ser del mismo Miqueas, ya que es posible que en su fraseología se haya dejado influir por los escritos de Amos y de Oseas.

Texto y versiones.
El estado del TM actual está bastante deficiente, pues hay pasajes ininteligibles, y otros están desplazados de lugar. Para subsanar estas deficiencias y obscuridades es necesario buscar reconstrucciones del texto, tomando como base las versiones de los LXX, la paráfrasis aramea del Targum y las leyes de la métrica hebraica.

Mensaje doctrinal.
Miqueas en su predicación repite los lugares comunes de los mensajes profetices anteriores de Amos y de Oseas. Pero, aunque no haya originalidad en el contenido sustancial de su mensaje, la hay en el vigor de su expresión. Habla después que se han cumplido muchos vaticinios de Amos relativos al castigo de Yahvé sobre su pueblo, y por eso su lenguaje es más lacerante e incisivo. A pesar de la predicación de Amos y de Oseas, Israel continuaba confiada en que Yahvé no permitiría el desastre nacional, porque habitaba en medio de ellos8. El profeta sale al paso de esta falsa confianza, dando a entender que, si Israel ha sufrido mucho, todavía tendrá que sufrir más.
Los contemporáneos de Miqueas creían que podrían mantener buenas relaciones con Yahvé a base de manifestaciones externas de culto, con sacrificios y ofrendas. Como Amos, Oseas e Isaías, el profeta Miqueas exige una religión ante todo del corazón, una entrega sincera a Dios, cumpliendo sus preceptos. Ante todo, justicia y misericordia. Los que más han conculcado estos derechos han sido las clases dirigentes, y, en consecuencia, son los primeros responsables de la catástrofe que se avecina. Por eso, Samaría y Jerusalén, donde éstos residen, serán totalmente destruidas.
Es el primer profeta que anuncia la total destrucción de Jerusalén. Esto parecía increíble para los ciudadanos de Jerusalén, ya que allí estaba el templo, la Casa de Yahvé. En esto, el profeta ha mostrado una independencia de carácter y una valentía que será seguida después por otros, como Jeremías. Nacido en un ambiente rural, Miqueas se alza contra las clases amaneradas y corrompidas de la capital, esperando la resurrección de la nación a base de las clases sanas del campo.
Su estilo literario es vivo y dramático, con cambios bruscos de persona.

1 Cf. 1 Re 22, donde se habla de un Miqueas de Yemla. - 2 Miq 1:6. - 3 Cf. Jer 26:18, citando a Miq 3:12. 3 Es la división propuesta por H. hopfl-miller-metzinger, o.c., 517. Otros autores (entre ellos Hoonacker) prefieren hacer una división cuatripartita: a) 0.1-3: amenazas; b) 4-5' promesas; c) reproches y amenazas (6:1-7:6); d) esperanzas (7:7-20). - 4 Miq_1:21. - 5 Miq 4,is. - 6 Miq 7:165. - 7 Cf. Miq 6,ios y Am 8:5-6; Miq 6:15 y Am 5:11; Miq 6:14 y Os 4:10. - 8 Miq 3:11.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Miqueas 3,1-12

3. Los Falsos Profetas.

Acusaciones contra los abusos de la clase dirigente (1-4).
1 Yo digo: Oíd, caudillos de Jacob y jueces de la casa de Israel: ¿No os toca a vosotros conocer el derecho? 2 Aborrecedores del bien y amadores del mal, arrancan la piel de sobre ellos y la carne de sobre sus huesos, 3 y luego de haberse comido la carne de mi pueblo y de haberle arrancado la piel, y haberle roto los huesos, y haberle descuartizado como carne para la olla o carne para el caldero, 4 entonces clamarán a Yahvé, pero no les oirá, pues les ocultará su rostro en aquel tiempo porque obraron perversamente.

El profeta se levanta enérgicamente contra las injusticias sociales, como lo había hecho su predecesor Amos en Samaría, cuyo estilo aparece reflejado en estas vigorosas frases. Las imágenes son muy crudas, pero expresivas. Los jefes de Israel tratan al pueblo sencillo como a una oveja a la que arrancan su piel y aprovechan después su carne para la olla. Nada se libra a sus arbitrarias exacciones; pero, cuando llegue la hora de la angustia y el castigo, de nada les servirá el clamar a Yahvé, que los dejará a su suerte, ocultando su rostro para que no sientan su protección esperada. Yahvé no puede aprobar su conducta perversa y su falsa religión, puramente externa.

Contra los falsos profetas (5-8).
5 Así habla Yahvé contra los profetas que descarrían a mi pueblo, que muerden con sus dientes mientras claman: Paz,y al que no les pone algo en la boca, le declaran la guerra santa. 6 Por eso la visión se os hará noche, y la adivinación tinieblas, y se pondrá para los profetas el sol, y el día se les oscurecerá. 7 Los videntes serán avergonzados, y confundidos los adivinos, y se cubrirán todos la barba, pues Dios no dará ya respuesta. 8 Yo, empero, estoy lleno de la fuerza del espíritu de Yahvé y de juicio y fortaleza para denunciar a Jacob sus prevaricaciones y a Israel sus pecados.

Miqueas arremete ahora contra los que se presentaban como profetas, sin serlo realmente, ante su pueblo. En sus discursos no buscaban sino halagar, para después lucrarse de la simpatía ganada. Así, de un lado esquilman al pueblo (muerden con sus dientes, ?.6), mientras que de otro anuncian una paz que no llegará. Se prestan a toda clase de comunicaciones mientras les hagan dones (al que les pone algo en la boca); pero al que no les da nada, le declaran la guerra santa, considerándole como enemigo de Dios. Se consideran los monopolistas de la religión, y, como tales, se atreven a condenar a los que no se doblegan a sus ambiciones.
Pero Dios castigará sus abusos, y así les negará toda comunicación profética: la visión se os hará noche. (v.6); quedarán avergonzados ante el pueblo, ya que no acertarán en sus supuestos vaticinios por no proceder del mismo Dios, que es el único que conoce el futuro. Así, en signo de postración moral y de duelo, se cubrirán la barba (v.7), como tenía que hacerlo el leproso 1 cuando se encontraba con alguno. En contraposición a esta actitud humillante, Miqueas podrá ir con la cabeza erguida, porque sus predicciones resultarán veraces, pues se siente poseído del espíritu de Yahvé (v.8), y su misión es desenmascarar las prevaricaciones y pecados de Israel. Lejos de adular al pueblo anunciándole una paz ficticia, Yahvé le empuja a anunciar castigos por los pecados de Israel.

Anuncio de la destrucción de Jerusalén (9-12).
9 Oíd, pues, cabezas de la casa de Jacob y jueces de la casa de Israel, que aborrecéis el derecho y torcéis todo lo recto; 10 que edificáis a Sión con sangre y a Jerusalén con iniquidad, 11 Sus cabezas sentencian por cohecho, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas adivinan por dinero y se apoyan sobre Yahvé, diciendo: ¿No está entre nosotros Yahvé? ¡No nos sobrevendrá la desventura! 12 Por eso, por vosotros será Sión arada como un campo, y Jerusalén se convertirá en ruinas, y el monte del templo será un breñal.

Conforme a la actitud antes enunciada, Miqueas proclama la inminencia del castigo sobre las clases dirigentes, responsables de todas las injusticias sociales. Los jueces, los profetas y los sacerdotes ejercen su ministerio por puro lucro, y con ello no hacen sino dar pie para los mayores crímenes, edificando a Sión con sangre y a Jerusalén en iniquidad (v.10). La ira divina vendrá devastadora y Jerusalén sufrirá la suerte de Samaría 2, siendo totalmente arrasada. Aquí nos encontramos con un caso típico de profecía conminatoria condicionada, ya que Jerusalén no fue destruida por los asirios, como lo fue Samaría.
En tiempos de Jeremías, los ancianos de la ciudad tratan de salvar la vida del profeta alegando que también Miqueas anunció la destrucción de Jerusalén y que, gracias a la penitencia del rey Ezequías y del pueblo, no se cumplió el terrible castigo 3. De hecho, Jerusalén será destruida en el 586 a.C. por las tropas de Nabucodonosor, pero parece que el anuncio de Miqueas se refería a una invasión asiría, aunque el vaticinio era condicionado, es decir, en el supuesto de que Jerusalén no se arrepintiera de sus pecados.

1 Cf. Lev_13:45; Eze_24:17.22. 2 Cf. Miq_1:6. 3 Cf. Jer_26:185.