Miqueas 5 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 15 versitos |
1 (14) Ahora rodéate de muros, Bet-Gader. Nos cercan, hieren con la clava las mandíbulas las tribus de Israel
2 (1) Pero tú, Belén de Efratá, pequeño entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes serán de antiguo, de días de muy remota antigüedad.
3 (2) Por eso los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá,y el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.
4 (3) Y se afirmará y apacentará con la fortaleza de Yahvé y con la majestad del nombre de Yahvé, su Dios, y morarán tranquilamente, porque entonces será grande hasta los confines de la tierra.
5 (4) Y así será la paz: cuando invada Asur nuestra tierra para hollar nuestros palacios, suscitaremos contra él siete pastores y ocho príncipes,
6 (5) y regirán la tierra de Asur con la espada, la tierra de Nemrod con la espada desnuda. El nos librará de Asur cuando venga contra nuestra tierra para hollar nuestras fronteras.
7 (6) Y el resto de Jacob será en medio de numerosos pueblos como rocío de Yahvé, como lluvia sobre la hierba, que no tiene que esperar de nadie ni necesita nada de los hijos de los hombres.
8 (7) Será el resto de Jacob entre las naciones, en medio de numerosos pueblos, como león en medio de las “bestias de la selva, como cachorro de león en medio de rebaño de ovejas, que pasa, pisa y desgarra (la presa), sin que haya quien (se la) arranque.
9 (8) Se alzará tu mano sobre tus enemigos, y todos tus contrarios serán exterminados.
10 (9) Y sucederá en aquel día — oráculo de Yahvé — que quitaré de en medio de ti tus caballos, y destruiré tus carros,
11 (10) y abatiré las ciudades de tu tierra, y arrasaré todas tus fortalezas.
12 (11) Y te quitaré de las manos tus hechicerías y no habrá más agüeros en ti.
13 (12) Y destruiré tus esculturas y tus cipos de en medio de ti, y nunca más te prosternarás ante la obra de tus manos.
14 (13) Y arrancaré de en medio de ti tus “asneras,” y destruiré tus ciudades,
15 (14) y haré con ira y furor venganza en las gentes que no quisieron escuchar.

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Introducción a Miqueas

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Miqueas.
Introducción.

El profeta.
Miqueas (en hebreo Mikah-abreviación de Mikayahu - : ¿Quién como Yahvé?) es contemporáneo de Isaías. Su nombre entra dentro de la onomástica común judaica 1. Es originario de Moreset, a unos 45 kilómetros al sudoeste de Jerusalén. Como Isaías, profetizó en los tiempos de Joatam (739-735), Acaz (735-727) y Ezequías (727-693). Puesto que Miqueas anuncia el castigo de Samaría como futuro 2, sigúese que comenzó su predicación antes del 722-21, fecha de la caída en poder de los asirios de la capital del reino septentrional. Jeremías alude a una de las profecías de Miqueas proferida en tiempo del rey Ezequías, relativa a la destrucción de Jerusalén 3.
No sabemos ninguna otra particularidad de su vida privada o profética, ni siquiera sobre sus posibles y verosímiles relaciones con su contemporáneo Isaías. Algunos autores han querido considerar a Miqueas como del grupo de discípulos de Isaías, pero no hay ningún dato concreto para suponerlo. Como Isaías, tuvo que vivir años de zozobra ante las inminentes y reiteradas invasiones de los ejércitos de Asiría; y, como enviado de Dios, tuvo que luchar contra todas las combinaciones políticas para conjurar las invasiones.

Contenido y división del libro.
Como Amos, el profeta Miqueas anuncia a sus compatriotas que el día del Señor es un día de tinieblas y no de luz; es decir, en vez de ser el día de la manifestación vengadora de Yahvé sobre los enemigos de Israel - como esperaban sus contemporáneos - , será, ante todo, -día de purificación y de prueba para el pueblo elegido. Antes de que llegaran los tiempos gloriosos del triunfo habrían de venir los de castigo merecido por tantos pecados. Podemos dividir en tres partes el libro de Miqueas:
I. Juicio divino sobre Israel y Judá: 1:1-2:13. La venida del Señor para juzgar: 1:2-7. Devastación de la tierra: 1:8-16. Contra las injusticias: 2:1-11. Salvación del resto escogido: 2,c12s.
II. Juicio contra los jefes y falsos profetas: 3:1-5:14. Crímenes de los príncipes y falsos profetas: 3:1-12. Futura gloria de la nueva Sión: 4:1-7. Castigo y rehabilitación de Jerusalén por el Mesías: 4:8-5:9. Purificación de la tierra y del pueblo: 5:9-14.
III. Confesión y restauración del pueblo reprobado: 6:1-7:20. Ingratitud del pueblo; culto externo e injusticias: 6:1-12. Justa pena: 6:13-16. Quejas del profeta contra la inmoralidad reinante: 7:1-7. Restablecimiento y exaltación de Sión: 7:8-20 3.
Por este esquema vemos que en el libro las amenazas y promesas alternan de modo regular, por lo que algunos críticos creen que esta distribución es artificial, fruto de reajustes posteriores redaccionales. El profeta empieza enfáticamente apelando a todos los pueblos y a la tierra misma para que asista al castigo de Yahvé contra Israel4. A este encuadramiento cósmico responde la elevación de Sión sobre todos los pueblos, que corren en masa para adoctrinarse en las leyes del Señor 5. Las naciones serán juzgadas por Yahvé a causa de su soberbia, para que se avergüencen de su fuerza y se acerquen, humildes, a Yahvé 6. En el libro, pues, late la idea de un juicio universal sobre todos los pueblos para encaminarlos a Yahvé.

Autenticidad.
Está bastante generalizada la opinión entre los críticos de que el libro llamado de Miqueas es obra de varios autores. En general se adjudican a Miqueas los tres primeros capítulos, porque parecen reflejar mejor el ambiente del siglo VIII. Esta serie de amenazas está conforme al estilo profetice de la época; pero las secciones de promesas (2:12-13 y 4:1-5:8) son atribuidas por estos críticos modernos a una mano posterior. En realidad, por sólo el hecho de que hable de promesas de victoria, no se sigue que no sean de Miqueas, ya que en el género profético está la costumbre de alternar amenazas con promesas, para, de un lado, invitar a una vida de penitencia, y, del otro, alentar las esperanzas de restauración en los momentos de crisis.
Tambien la sección 6:1-7 es considerada por muchos autores como obra de otro profeta, pues el tono de amenazas es menos tajante, y el estilo literario más lírico. Como no menciona a Jerusalén y se dirige a Israel, parece que el autor es del reino del norte, pues en los reproches coincide con las acusaciones de Amos y Oseas7. Como en 6:16 parece suponerse la existencia de Samaría, este fragmento sería compuesto antes del 722-21. Así, esta sección puede concebirse como un oráculo aparte que fue unido por el compilador a los fragmentos anteriores, y puede ser del mismo Miqueas, ya que es posible que en su fraseología se haya dejado influir por los escritos de Amos y de Oseas.

Texto y versiones.
El estado del TM actual está bastante deficiente, pues hay pasajes ininteligibles, y otros están desplazados de lugar. Para subsanar estas deficiencias y obscuridades es necesario buscar reconstrucciones del texto, tomando como base las versiones de los LXX, la paráfrasis aramea del Targum y las leyes de la métrica hebraica.

Mensaje doctrinal.
Miqueas en su predicación repite los lugares comunes de los mensajes profetices anteriores de Amos y de Oseas. Pero, aunque no haya originalidad en el contenido sustancial de su mensaje, la hay en el vigor de su expresión. Habla después que se han cumplido muchos vaticinios de Amos relativos al castigo de Yahvé sobre su pueblo, y por eso su lenguaje es más lacerante e incisivo. A pesar de la predicación de Amos y de Oseas, Israel continuaba confiada en que Yahvé no permitiría el desastre nacional, porque habitaba en medio de ellos8. El profeta sale al paso de esta falsa confianza, dando a entender que, si Israel ha sufrido mucho, todavía tendrá que sufrir más.
Los contemporáneos de Miqueas creían que podrían mantener buenas relaciones con Yahvé a base de manifestaciones externas de culto, con sacrificios y ofrendas. Como Amos, Oseas e Isaías, el profeta Miqueas exige una religión ante todo del corazón, una entrega sincera a Dios, cumpliendo sus preceptos. Ante todo, justicia y misericordia. Los que más han conculcado estos derechos han sido las clases dirigentes, y, en consecuencia, son los primeros responsables de la catástrofe que se avecina. Por eso, Samaría y Jerusalén, donde éstos residen, serán totalmente destruidas.
Es el primer profeta que anuncia la total destrucción de Jerusalén. Esto parecía increíble para los ciudadanos de Jerusalén, ya que allí estaba el templo, la Casa de Yahvé. En esto, el profeta ha mostrado una independencia de carácter y una valentía que será seguida después por otros, como Jeremías. Nacido en un ambiente rural, Miqueas se alza contra las clases amaneradas y corrompidas de la capital, esperando la resurrección de la nación a base de las clases sanas del campo.
Su estilo literario es vivo y dramático, con cambios bruscos de persona.

1 Cf. 1 Re 22, donde se habla de un Miqueas de Yemla. - 2 Miq 1:6. - 3 Cf. Jer 26:18, citando a Miq 3:12. 3 Es la división propuesta por H. hopfl-miller-metzinger, o.c., 517. Otros autores (entre ellos Hoonacker) prefieren hacer una división cuatripartita: a) 0.1-3: amenazas; b) 4-5' promesas; c) reproches y amenazas (6:1-7:6); d) esperanzas (7:7-20). - 4 Miq_1:21. - 5 Miq 4,is. - 6 Miq 7:165. - 7 Cf. Miq 6,ios y Am 8:5-6; Miq 6:15 y Am 5:11; Miq 6:14 y Os 4:10. - 8 Miq 3:11.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Miqueas 5,1-15

5. El Rey Vencedor.

El Salvador de Israel, nacido en Belén (1-6).
1 (14) Ahora rodéate de muros, Bet-Gader. Nos cercan, hieren con la clava las mandíbulas las tribus de Israel 2 (1) Pero tú, Belén de Efratá, pequeño entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes serán de antiguo, de días de muy remota antigüedad. 3 (2) Por eso los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá,y el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. 4 (3) Y se afirmará y apacentará con la fortaleza de Yahvé y con la majestad del nombre de Yahvé, su Dios, y morarán tranquilamente, porque entonces será grande hasta los confines de la tierra. 5 (4)Y así será la paz 2: cuando invada Asur nuestra tierra para hollar nuestros palacios, suscitaremos contra él siete pastores y ocho príncipes3, 6 (5) y regirán la tierra de Asur con la espada, la tierra de Nemrod con la espada desnuda. El nos librará de Asur cuando venga contra nuestra tierra para hollar nuestras fronteras.

El v.1 de la Vulgata es el v..14 del c.4 en el TM. El profeta parece contraponer dos situaciones: una de crisis, en que se halla Judá, y otra de liberación por efecto de un misterioso Libertador. El profeta quiere hacer un juego de palabras con el verbo hebreo, que traducimos por rodéate de muros, y así escoge Bet-Gader, localidad de Judá que será como el símbolo de la nación en peligro. Judá no debe desfallecer al verse rodeada de enemigos, sino que debe resistir, porque al fin saldrá victorioso. La crisis es momentánea, pues las tribus de Israel, ahora humilladas, volverán a recuperar su antiguo esplendor, porque Yahvé hará surgir un líder victorioso que será el libertador de sus compatriotas, el cual será oriundo de este reino de Judá ahora en peligro de desaparecer.
En efecto, de una de las localidades más modestas saldrá el que señoreará en Israel (v.2/1). Ese lugar, que ahora es considerado como pequeño entre los clanes de Judá, lleva el nombre de Belén Efrata o de los efrateos. Los habitantes de Belén procedían de Efratá, en la tribu de Benjamín, al norte de Jerusalén. De ahí que el profeta puntualice Belén de Efratá, sin duda para distinguirlo de otro Belén que estaba en el norte en la tribu de Zabulón4. Belén aparece aquí en paralelo con Bet-Gader, simbolizando al reino de Judá. De hecho sabemos que los habitantes de ambas localidades tenían un mismo antepasado, Caleb 5.
Se comprende así bien por qué escogió el profeta a Bet-Gader para simbolizar al reino de Judá en peligro, contraponiéndolo a la gloria inmensa que había de surgir de otra localidad de Judá, Belén de Efratá, la patria del que señoreará en Israel, que no es otro que el Mesías, como veremos después. Los rabinos judíos dijeron a Herodes, cuando fueron consultados, que Belén sería la patria del Mesías, citando el texto de Miqueas. San Mateo lo cita ad sensum, dando por cumplida la profecía, y así aparentemente parece en contradicción con el texto de Miqueas, pero en el fondo significa lo mismo. En Mat_2:6 se dice: Y tú, Belén, de ningún modo eres pequeña entre los príncipes de Judá. El evangelista se pone en la perspectiva de la profecía ya cumplida, y así, al citar el texto, constata que Belén ha dejado de ser pequeña para ser muy gloriosa. Miqueas, en cambio, contrapone la situación modesta de Belén en su tiempo (eres pequeña entre los clanes de Judá), pero llegará un día en que será muy grande, por el gran personaje que ha de nacer en ella. Es interesante esta confrontación de textos para ver cómo los autores del N.T. citan el A.T. libremente ad sensum, sin preocupaciones literalistas exegéticas.
La nueva dignidad de Belén consistirá, pues, en ser la patria del gran personaje que habría de señorear en Israel, al que se le considera perteneciente a una familia de antiguo y glorioso linaje: cuyos orígenes serán de antiguo, de días de muy remota antigüedad (v.2/1). La Vg traduce a diebus aeternitatis, y, conforme a esta versión, los exegetas y teólogos antiguos veían en esta frase una alusión al origen divino del Mesías. Sin embargo, la palabra hebrea O'olam, que la Vg traduce por aeternitatis, tiene un sentido amplio en hebreo y generalmente significa un largo lapso de tiempo. En concreto, el profeta con su frase cuyos orígenes son de antiguo parece aludir a la dinastía gloriosa de David, procedente de Belén 6.
Isaías habla de un retoño de Isaí (padre de David), que será el Niño misterioso que tendrá sobre sus hombros la soberanía, y se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, príncipe de la paz, para dilatar el imperio y para una paz ilimitada, sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y consolidarlo en el derecho y la justicia desde ahora para siempre jamás 7. Es el mejor comentario a la expresión señoreará en Israel del texto de Miqueas, profeta contemporáneo de Isaías.
En el v.3/2 encontramos un nuevo paralelo con la profecía de Isaías sobre el Emmanuel. Miqueas, después de anunciar la situación privilegiada de que gozará Belén como lugar de nacimiento del que señoreará en Israel, alude de nuevo a la triste situación en que ahora se encuentra el reino de Judá, sometido a un ataque enemigo: Por eso los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá (v.3/2). El castigo a que entregará Yahvé a su pueblo, anunciado en 4:14, durará poco tiempo, hasta que una mujer misteriosa dé a luz a un Niño también misterioso, que el profeta parece relacionar con el que señoreará en Israel del v.2. En este supuesto, vemos aquí un perfecto paralelo con la virgen o doncella que va a dar a luz un niño admirable, que ha de ser el Salvador de Judá frente a los asirios 8. Las dos profecías se completan y explicitan mutuamente.
En la profecía de Miqueas, además de insinuarse que la aparición del que señoreará en Israel señalará la salvación de Judá de sus enemigos asirios, se indica expresamente que con él tendrá lugar el restablecimiento del pueblo israelita en su integridad primordial: el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel (v.3/2). La frase parece aludir a la reincoporación de los hermanos cismáticos del reino de Samaría al reino de Judá.
Sobre este reino, con inclusión de todas las tribus israelitas, se afirmará el que ha de ser Dominador en Israel, el cual gozará de la protección especial de Yahvé. Su dominio, con la fortaleza de Yahvé, se extenderá hasta los confines de la tierra (v.4/3). Con esta frase, el profeta recalca la perspectiva mesiánica del vaticinio. Toda la tierra está sometida a ese que señoreará en Israel, que no parece ser otro que el hijo de la que ha de dar a luz. Bajo su égida, los subditos morarán tranquilamente, sin temores a enemigos invasores, porque le protegerá la fortaleza de Yahvé. Es el paralelo de principe de la paz del vaticinio de Isaías 9.
La frase del v.5/4, y asi será la paz: cuando invada Asur nuestra tierra para hollar a nuestros palacios, suscitaremos contra él siete pastores y ocho príncipes, y regirán la tierra de Asur con la espada, la tierra de Nemrod con la espada desnuda, es considerada por no pocos autores como glosa explicativa de la expresión siguiente: El nos librará de Asur cuando venga contra nuestra tierra para hollar nuestras fronteras (v.6/5) 10. Asur aquí aparece como tipo de los enemigos de Israel, que han de ser vencidos por el que señoreará en Israel 11. Los profetas, al describir la victoria del Mesías sobre los enemigos del pueblo elegido, presentan como enemigo concreto al que constituía el peligro inmediato para Judá e Israel en su tiempo.
Las perspectivas proféticas se superponen, y el juicio profético cabalga sobre la realidad histórica concreta de los tiempos del profeta. Por eso Miqueas presenta al futuro Mesías venciendo a Asur cuando venga contra nuestra tierra. En los c.1-3 la invasión asiría se presentaba como inminente y se exhortaba a la defensa; ahora la perspectiva se alarga, y se supone que vendrá otro gran ataque contra Judá de parte del enemigo tradicional, Asina; pero este pueblo invasor será derrotado por un personaje misterioso que gozará de la fortaleza de Yahvé.
El glosista, que habla de siete pastores y ocho principes que se opondrán al invasor, piensa en los numerosos jefes 12 con que contará Judá para cuando llegue el momento crítico del ataque. Su victoria será tan completa, que no sólo el país de Judá se verá libre, sino que hasta la misma tierra de Asur o país de Nemrod 13 caerá bajo la férula de los jefes salvadores de Judá. Esta intervención de los siete pastores y ocho principes, o caudillos militares de la glosa, parece minimizar el papel que jugará en la victoria sobre los asirios el que señoreará en Israel, la gran figura excepcional nacida en Belén.
La crítica racionalista supone que los c.4-5 del libro de Miqueas son de tiempo posterior al exilio 14. El anuncio de la cautividad de Babilonia Deu_4:10 puede explicarse teológicamente suponiendo que Miqueas, por especial revelación divina, vio de antemano un hecho que habría de cumplirse siglo y medio más tarde. Pero también Babilonia puede aquí ser sinónimo de Mesopotamia; por otra parte, sabemos que el rey asirio Sargón II (721-705 a.C.) llevó a muchos de sus cautivos hasta la misma Babilonia.
El optimismo que se refleja en estos c.4-7 puede explicarse en un tiempo en que los habitantes de Judá, bajo Ezequías, emprendieron el camino de retorno a Yahvé impresionados por las amenazas de Miqueas 15. De momento, el peligro asirio se alejó después de conquistada Samaría por Sargón (721 a.C.); luego el nuevo rey tuvo que hacer frente a dificultades políticas y militares en la zona de Babilonia, y por ello tuvo que interrumpir sus campañas en la costa siró-fenicio-palestina. Podemos suponer en este lapso de tiempo la composición de estos vaticinios de salud de Miqueas.
La tradición judaica y cristiana ha visto siempre en este fragmento Deu_5:1-6 un claro vaticinio mesiánico. Los rabinos judíos, consultados por Heredes, dicen claramente que el Mesías debe nacer en Belén, porque así lo ha anunciado Miqueas 16. Y los interlocutores judíos dicen que Jesús de Nazaret no puede ser el Mesías, porque dice la Escritura que del linaje de David y de la aldea de Belén, de donde era David, había de venir el Mesías17. Esta creencia aparece también en el Talmud 18.
La tradición cristiana es unánime desde el principio en reconocer el carácter mesiánico del texto de Miqueas 19. Este misterioso Dominador en Israel que salva a su pueblo de los asirios y reúne a los dispersos del pueblo elegido para establecer un dominio hasta los confines de la tierra, no es otro que el Emmanuel de las profecías de Isaías, contemporáneo de Miqueas; y la mujer que ha de dar a luz no es sino la virgen de Isa_7:14, que da a luz un Niño misterioso adornado de cualidades excepcionales y vencedor del invasor asirio 20.

Israel, señor de las naciones (7/6-9/8).
7 (6) Y el resto de Jacob será en medio de numerosos pueblos como rocío de Yahvé, como lluvia sobre la hierba, que no tiene que esperar de nadie ni necesita nada de los hijos de los hombres. 8 (7) Será el resto de Jacob entre las naciones, en medio de numerosos pueblos, como león en medio de las bestias de la selva, como cachorro de león en medio de rebaño de ovejas, que pasa, pisa y desgarra (la presa), sin que haya quien (se la) arranque. 9 (8) Se alzará tu mano sobre tus enemigos, y todos tus contrarios serán exterminados.

Después del triunfo sobre los enemigos se anuncia la prosperidad de Israel entre los pueblos. El pueblo elegido será como un rocío de Yahvé, que hace brotar la hierba sin concurso del hombre: no tiene que esperar de nadie. (v.7/6). Israel vivirá de la fortaleza que le dé Yahvé y prosperará como la hierba que ha recibido el rocío bienhechor. El pueblo elegido será dotado de un vigor especial entre los pueblos y será temido como león en medio de las bestias de la selva, como cachorro en medio de un rebaño de ovejas (v.8/7). El triunfo sobre sus enemigos será como el animal señor de la selva, que pasa, pisa y desgarra sin que nada se oponga a su poder. Las expresiones son duras, conforme a la mentalidad de revancha del A.T. El profeta quiere hacer ver a sus oyentes que Israel triunfará totalmente de sus enemigos y se convertirá en señor de las naciones: Se alzará tu mano sobre tus enemigos, y todos tus contrarios serán exterminados (v.9/8).

La paz religiosa de los tiempos mesiánicos (10/9-14).
10 (9) Y sucederá en aquel día oráculo de Yahvé que quitaré de en medio de ti tus caballos, y destruiré tus carros, 11 (10) y abatiré las ciudades de tu tierra, y arrasaré todas tus fortalezas. 12 (11) Y te quitaré de las manos tus hechicerías y no habrá más agüeros en ti. 13 (12) Y destruiré tus esculturas y tus cipos de en medio de ti, y nunca más te prosternarás ante la obra de tus manos. 14 (13) Y arrancaré de en medio de ti tus asneras, y destruiré tus ciudades, 15 (14) y haré con ira y furor venganza en las gentes que no quisieron escuchar.

Con la victoria militar vendrá el triunfo de la religión en toda su pureza. Una vez vencidos los enemigos de Israel, éste no tendrá necesidad ya de sus caballos y carros de guerra. La paz será total. Yahvé mismo se encargará de desmontar las fortalezas y ciudades fortificadas (v.11/10). En el orden religioso, las prácticas quedarán libres de todas las hechicerías y agüeros, que eran la lacra de la religión popular, contaminada con los usos cananeos. Todo vestigio de idolatría desaparecerá: los cipos o masseboh (piedras o postes verticales, que constituían el elemento de culto esencial en el templo cananeo al aire libre) desaparecerán21.
Y las asheras o bosques artificiales, en los que se daba culto a la fuerza generadora de la naturaleza (simbolizada en Astarté), serán arrancadas, quedando sólo el culto puro a Yahvé en su templo 22. La idolatría era el vicio capital de los israelitas anteriores al destierro. Los profetas lucharon contra todas las prácticas idolátricas como base de un retorno de los corazones a Yahvé. En los tiempos mesiánicos desaparecerán todos los vestigios politeístas; con ello Israel podrá presentarse como señor de todas las naciones, y los pueblos que no quieran aceptarle como soberano, sufrirán la ira y venganza de Yahvé, protector del pueblo elegido.

1 Esta traducción está hecha a base de la reconstrucción propuesta por Hoonacker. El texto es oscuro. Bet-Gader significa casa del vallado), o lugar fortificado. El TM lee: hija de ladrón, como traduce la Vulgata. La Bib. de Jér.: ¡Ahora fortifícate, Fortaleza! Han establecido un cerco sobre nosotros. A golpes de vara golpean la mejilla del juez de Israel. 2 El TM dice literalmente: y éste será la paz. Así traducen la Bib. de Jér. y Cantera. Nuestra traducción es la de Hoonacker y Ceuppens. 3 Bib. de Jér.: ocho jefes de hombres. 4 Cf. Jos_19:15. Los habitantes de Belén son llamados efrateos en Rut_1:2; 1 Sam 17; 12 y en Jos_15:19 (LXX). 5 Cf. 1 Grón 2:50-51. 6 Bien Parece en el á· ô· como localidad sin importancia en muchos lugares: Jos_15:59 (LXX); Esd_2:21; Neh_7:26. Así, en Flavio Josefo es llamado ÷ùñßïí, ï vülorrio (Ant. Jud. 5:2.5). 7 Isa_9:6. 8 Cf. Isa_7:14. 9 Cf. Isa_9:6. 10 Cf. Hoonacker, O.C., p.39I. 11 Es el mismo caso que el Emmanuel de Isa_8:8-9. 12 La expresión siete pastores y ocho príncipes para indicar multitud es paralela a la de tres y cuatro. de Amo_1:3. 13 Nemrod (probablemente el Gilgamés de la literatura mesopotámica, robustus venatpr coram Domino) aparece como antepasado de los reinos de Senaar o Mesopotamia (cf. Gén_10:8-9). 14 Así B. Stade y K. Martí. 15 Cf. Jer_26:18-19. 16 Cf. Mat_2:5. 17 Cf. Jua_7:41-42. 18 Cf. Talmud, tr. Pesajim y Ned fol51 c-.1arim fol.39 c.2. 19 Cf. San Justino, Dial, cum Tryph. 78: PG 6:658; Tertuliano, Adv. lud. c.12: PL 2:673; Eusebio, Demonstr. Evang. 2:4:51: PG 22:107; Cirilo Jer., Catech. n, de Filio unigénito n.2o: PG 33:715; Crisóstomo, Homil in diem Natalem n.2: PG 56:389. 20 Además de los comentarios generales citados para el estudio del profeta Miqueas, véanse los estudios particulares sobre el tema siguientes: W. E. barnes, ? messianic Pro-phecy Mich: 4:8-5:6: The Expositor (1904) p.376s; E. Tobac, Commentaeire de Michée V 3: Et tu Bethlehem-Ephrata: Vie Diocesaine (Malinas 1909) 130-133; S. Protin, La Vierge mere chez Michée V 2: Revue Augustin., 15 (1910) 589-592; E. Kónig, Die messian. Weissagungen: Der Herrscher aus Bethlehem, Micha 5:1 (Stuttgart 1923) 191-201; L. Den-Nefeld, Messianisme: DTC 10 (1921) 1444-1446; J. chaine, L'introduction a la lecture des Prophétes (París 1932) 79-84; F. Ceuppens, De prophetiis messianicis in Antiquo Testamento (Roma 1935) 339-357; K. Smyth, Verbum Dei II p.745s (Barcelona 1956). 21 Sobre los masseboth o estelas, objeto de culto, véase Ose_3:4; Ose_10:12. 22 Sobre los ashera véase Deu_16:21; 1Re_14:23; 2Re_17:10. Cf. Lagrange, Etudes sur les religions sémitiques 2.a ed. (1905) p.102s; H. Vincent, Canaan d'aprés l'exploration recente (1907) p.i41s.