Zacarías 11 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 17 versitos |
1 ¡Abre, Líbano, tus puertas, que el fuego devora tus cedros
2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque han sido abatidos los poderosos. ¡Gemid, encinas de Basan, porque es destruido el bosque impenetrable!
3 ¡Oyense lamentos de pastores por la ruina de sus riquezas! Oyense rugidos de leones por la ruina de la gloria del Jordán!
4 Así dice Yahvé, mi Dios: Apacienta las ovejas para el matadero,
5 las que matan los compradores impunemente, mientras sus vendedores dicen: ¡Bendito sea Yahvé, que me ha enriquecido ! sin que los pastores tengan piedad de ellas;"
6 porque no tendré yo piedad de los moradores de la tierra, dice Yahvé, porque yo mismo entregaré a las gentes, cada uno en manos de su pastor y en las manos de su rey, y éstos devastarán la tierra, y yo no la libraré de sus manos.
7 Hícerrie, pues, pastor del rebaño de la matanza para los compradores del rebaño, y tomé dos cayados, dando al uno por nombre “benevolencia” y al otro “unión” y me puse a apacentar el rebaño.
8 En un mes hice desaparecer a tres pastores. Entonces tomé aversión del rebaño, el cual se hastió de mí,
9 y dije: No os apacentaré ya más; la que muera, que muera; la que se pierda, que se pierda, y las que queden, que se coman unas a otras."
10 Tomé luego mi cayado “benevolencia” y lo rompí, para deshacer el pacto que había concertado con todos los pueblos,
11 y quedó deshecho en ese día, y los mercaderes de ovejas que me observaban conocieron que aquello era cosa de Yahvé.
12 Yo les dije: Si queréis, dadme mi salario, y, si no, dejadlo; y me pesaron mi salario, treinta monedas de plata."
13 Y Yahvé me dijo: Tira al tesoro el rumboso precio en que te han apreciado. Y tomando las treinta monedas de plata, las tiré en la casa de Yahvé al tesoro.
14 Rompí luego el otro cayado, “unión,” para romper la hermandad entre Judá e Israel.
15 Y Yahvé me dijo: Hazte también el pastor insensato,
16 pues he aquí que voy a suscitar un pastor en la tierra que no se cuidará de que desaparezcan, y no buscará a las descarriadas, ni curará a las heridas, ni alimentará a las fuertes, pero se comerá las gordas y les arrancará las uñas.
17 ¡Ay del pastor inútil, que abandona el rebaño! (Descargará) la espada sobre su brazo derecho, se secará del todo su brazo y quedará ciego totalmente su ojo derecho.

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Introducción a Zacarías

Times New Roman ;;;;;
Zacarías.
Introducción.

Personalidad del profeta y ambiente histórico de su ministerio.
Zacarías (en hebreo Zekariyah: Yahvé se acuerda o Se acuerda de Yahvé) es contemporáneo de Ageo, y predicó su mensaje en las mismas circunstancias históricas1. En Zac 1:1 es llamado hijo de Baraquías, hijo de Addo, mientras que en Esd 5:1 se omite el nombre de su padre y se le llama hijo de Addo 2. Algunos autores creen que el hijo de Baraquías es adición del glosista, basándose en Is 8:2 3.
En la lista sacerdotal de Neh 12:16 no aparece el nombre de Zacarías, a pesar de que los vaticinios del libro de Zacarías tienen un marcado sello levítico. Podemos considerar, pues, al profeta como perteneciente al grupo de los laicos que fomentaban la vida religiosa, y que tenían por ello relaciones estrechas con los de la clase sacerdotal.
Zacarías es contemporáneo de Ageo, y su predicación se desenvuelve en el mismo ambiente de dificultades que la de aquél. Su preocupación principal es también la de la terminación de las obras del templo, como preámbulo de la restauración mesiánica. Según las indicaciones cronológicas de sus vaticinios, Zacarías profetizó entre el 520 y el 518 a.C., cuando reinaba en Persia Darío I Histaspes (522-586), sucesor de Cambises 3. A pesar de que Zacarías tiene también la obsesión de la reedificación del templo destruido, como en Ageo, se preocupa más que éste de los valores morales, y en esto empalma con la tradición profética preexílica.

Contenido y estructura del libro.
El actual libro canónico, atribuido a Zacarías, se divide claramente en dos partes: una de tipo apocalíptico (c.1-8), visionaria, y otra narrativa, parenético-mesiánica (c.9-14). He aquí el esquema detallado, que nos da una idea clara de su contenido:

Introducción:
Exhortación a la conversión: 1:1-6. A) Restauración y salvación:
1. Ocho visiones nocturnas: 1:7-8:23.
Los caballos en el valle: 1:7-17. (Jerusalén reedificada.)
Los cuatro cuernos y los cuatro artesanos: 1:18-21(2:1-4).
(Los opresores serán destruidos.)
El ángel con la cuerda de medir: 2:1-13(2:5-7).
(Los desterrados volverán a Jerusalén y las naciones.)
El sumo sacerdote Josué: 3:1-10.
(Josué invitado a su nueva labor en el templo.)
El candelabro de oro entre los dos olivos: 4:1-14.
(El templo reedificado por Zorobabel y Josué.)
El rollo volando: 5:1-4.
(La tierra será limpiada de la injusticia.)
La mujer y el efd: 5:5-11
(La iniquidad será alejada de Palestina.)
Los cuatro carros: 6:1-8.
(Los opresores serán castigados.) Coronación del sumo sacerdote: 6:9-15. Disposición recta para la salvación: 7:1-8:23.
Juicios divinos y promesa de salvación: 9:1-14:21.
1. Juicio entre los gentiles y salvación de Israel: 9:1-11:17.
Juicio contra los gentiles vecinos: 9:1-7.
El reino mesiánico: 9,8-11:3.
Los pastores, bueno y malo: 11:4-17.
2. Salvación y glorificación de Israel: 12:1-14:21.
Liberación de Jerusalén: El Salvador, traspasado:
12:1-14.
Fuente de salvación: la purificación del pueblo: 13:1-9.
Ultima tribulación de Jerusalén y salvación mesiánica:
14:1-21.

Autenticidad.
Los críticos modernos urgen las diferencias conceptuales y literarias de la primera y segunda parte. Y, sobre todo, las alusiones de tipo histórico de ambas partes parecen reflejar distintas épocas de composición. Así, distinguen por lo menos dos autores en la actual compilación de vaticinios del libro de Zacarías; y, como en el caso del libro de Isaías, hablan del Proto-Zacarías, Deutero-Zacarías y aun Trito-Zacarías. En efecto, en la segunda parte del libro de Zacarías (c.9-14) hay ausencia total de indicaciones cronológicas, que abundan en la primera parte.
Además, tampoco aparece el nombre del profeta, sino que parece obra de un autor anónimo que cultiva el género antológico, es decir, que para expresar sus ideas se inspira en autores profetices anteriores al destierro babilónico. Se mencionan naciones y pueblos que en la época de Zacarías no tenían relieve histórico, como Asiría4, los jebuseos5, los filisteos6. Asimismo, las expresiones Efraím, la casa de Jacob1, parecen referirse al desaparecido reino del norte en 721 a.C. Se alude al terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá 8, que tuvo lugar hacia el 750 a.C. Por otra parte, estos autores pretenden ver alusiones a hechos de los siglos VI-IV, como la fecha del comienzo del exilio (586), el retorno bajo Zorobabel (537), la terminación del templo (515), el retorno bajo Esdras (458), la terminación de los muros de Jerusalén (444), la victoria de Alejandro Magno sobre los persas en I so (333), la dominación seléucida sobre Palestina (197-142) y la insurrección de los Macabeos (175-161).
Además, mientras en la primera parte del libro de Zacarías la obsesión del profeta es la reconstrucción del templo jerosolimitano, en la segunda no se alude a esta cuestión, ni tampoco a los pilares del judaísmo en la época de la reconstrucción del templo, como son Zorobabel y Josué, personajes en torno a los cuales giran las enseñanzas de las cisiones de la primera parte. A esta diferencia de enfoque hay que añadir el hecho de que los vaticinios de la primera parte son datados y expresamente atribuidos a Zacarías, mientras que los de la segunda parte aparecen anónimos y sin indicaciones cronológicas.
La perspectiva es diferente, y el género literario de expresión también, pues en la primera parte los vaticinios están en forma de fisiones de tipo apocalíptico - probablemente ficciones literarias y no cisiones reales - , mientras que en la segunda parte desaparece el carácter misionario oracular, que es sustituido por una exposición difuminada, con menos originalidad personal, en la que prevalece el estilo antológico o imitativo de frases y concepciones proféticas anteriores al exilio babilónico. Por todas estas razones, la mayoría de los críticos modernos distinguen diversos autores al estudiar el origen de los vaticinios del actual libro de Zacarías 9.
Frente a esta posición, muchos autores más conservadores pretenden explicar estas anomalías que acabamos de apuntar, en el supuesto de que el profeta Zacarías es el autor de las dos partes del libro de Zacarías 10. Así, creen que la diversidad de enfoque general en ambas partes se debe a la diversa época de la vida de Zacarías en que habrían sido compuestas cada una de las partes. La primera sería del profeta cuando era joven, y el problema acuciante lo constituía la reconstrucción del templo. Más tarde, cuando el templo había sido ya inaugurado y habían muerto los dos corifeos del judaismo del retorno, Zorobabel y Josué, el profeta no tiene por qué aludir a esta situación y a estos personajes.
Así, suponen que la primera parte habría sido escrita hacia el 520 a.C., mientras que la segunda sería del mismo autor, pero escrita ya cuando se cuarteaba el imperio persa - época de las derrotas de ¿alamina (480), de Platea (479) - por efecto de la sublevación de muchas satrapías, como la de Egipto. Las diferencias de estilo habría que atribuirlas, en este supuesto, a la diferencia de edad del mismo autor u. Y las menciones de Asiría, Filisteo, losjebuseos, han de explicarse como arcaísmos artificialmente buscados para empalmar con la gran literatura profética de la época preexílica. Esta explicación sería válida también para las menciones de Efraím y José como sinónimos de Israel.

Mensaje doctrinal.
Las dos ideas teológicas fundamentales del libro de Zacarías son la Providencia divina, que tiene un cuidado especial de su pueblo 12, y sobre todo de Jerusalén, capital de la nueva teocracia 13, en la reconstrucción del templo 14, y sobre las naciones 15. Como los profetas preexílieos, Zacarías urge ante todo una religión espiritualista, no meramente manifestada con ritos externos cultuales. Ante todo, la verdad, la misericordia, el juicio justo, de modo que nadie maquine el mal en su corazón 16. Con esta doctrina ético-espiritualista, Zacarías se acerca mucho ya al ideal del sermón de la Montaña.
Otra idea fundamental en el libro de Zacarías es la de la expectación mesiánica. En la primera parte del libro - centrada en torno a la persona de Zorobabel como símbolo de la reconstrucción nacional - aparece éste como tipo del Mesías, futuro redentor. En la segunda parte desaparece la figura de Zorobabel, y la mente del profeta se proyecta directamente sobre la persona del Libertador que ha de venir y sobre el triunfo de la nueva Jerusalén. El Mesías es anunciado como Rey 17, justo y victorioso, cuyo reino abarca de un mar al otro; pero al mismo tiempo pobre, cabalgando sobre un asno 18, inaugurando un reino mesiánico universal 19 en el día de Yahvé, que será de triunfo y de luz 20. Las ideas escatológicas se mezclan en la última parte del libro, y la perspectiva se alarga y difumina sin contornos.

Estilo literario.
San Jerónimo define así el estilo del libro: Obscurissimus líber Zachariae prophetae et ínter duodecim longissimus 21. El estilo es apocalíptico y visionario en gran parte del libro. Las visiones parecen un artificio literario empleado por el autor para expresar simbólicamente ideas principalmente mesiánicas. El profeta presenta a menudo con él a un ángel intérprete, según es estilo en la literatura apocalíptica22. La forma literaria de los c.9-14 es más semejante a la de los profetas anteriores al exilio. Es el estilo antológico o imitativo de los vaticinios de diversos profetas anteriores, tomando incluso locuciones concretas de éstos para reforzar su punto de vista ante el auditorio, pero sin citar expresamente la fuente de inspiración.

Texto.
Ya hemos indicado que hay diferencias de estilo y de vocabulario entre las dos partes del libro. No obstante, los hebraístas sostienen que el lenguaje de Zacarías es, en general, de calidad, comparable al de los escritos buenos pre-exílieos 23. El TM a veces es oscuro y poco seguro, de forma que no pocas veces resulta más inteligible el texto de los LXX, que frecuentemente refleja un original diferente, que no ha sido comprendido bien por el traductor griego. Como en otros escritos proféticos, algunas veces los versículos están fuera de lugar, y es necesario acudir al contexto general y al paralelismo para reconstruir la posible lección original.

Canonicidad.
El libro de Zacarías figura sin dificultad, desde los primeros tiempos, tanto en el canon judaico como en el cristiano. En el Í.Ô., este libro es citado varias veces por Cristo y los apóstoles 24.

1 El nombre de Zacarías es muy común en el A.T. La grafía de la Vulgata está calcada sobre la de los LXX, pues en hebreo es Zekaryah. - 2 En Is 8:1 se habla de Zacarías, hijo de Yerebequías, del que puede ser una variante Ba-raquías. - 3 Cf. Zac 1:1.7; 7:1. - 4 Zac 10:10. - 5 Zac_9:7. - 6 Zac 9:6. - 7 Zac 9:10.13; Zac_10:7. - 8 Zac 14:5. - 9 Hiteig y Ewald opinan que los c.g-14 son anteriores al exilio (sus alusiones a Asiría, los filisteos, los jebuseos, Efraím) y fueron incorporados al libro de Zacarías en el siglo v. Driver y Stade, Nowack, suponen más bien que estos capítulos son de la época de Alejandro Magno (s.iv); de ahí la mención de Grecia (Zac 9:13). En cambio, Kennet, Peake, Wellhau-sen y Martí sostienen que son obra de un autor del siglo u, de la época de los Macabeos. - 10 Es la opinión tradicional sostenida por Kaulen-Hoberg, Knabenbauer, Goetsberger, Cornely-Merck, Junker, Wright. Cf. van hoonacker, Les douze Petits Prophétes p.579-81. 650-62; S. bullough, Verbum Del II p.?8o; hopfl-miller-metzinger, o.c., 531. - 1l Los que sostienen la unidad de autor urgen el hecho de que frases como el ojo de Dios están en ambas partes del libro (cf. 1:6.12; 2:11; 9:15; 10:3; 12:5). - 12 Zac_8:7-8. - 13 Zac 1:14; 8:2. - 14 Zac 4:10 - 15 Zac9:5s; 12:2-6; 14:12-15. - 16 Zac 1:4; 5:3-4; 7:5-10; 8:16-19. - 17 Zac 9 9 - 18 ibid. - 19 Zac É4:3·4·9. - 20 Zac 14:1.4.6.7.13.20. - 21 San Jerónimo, Comm. in Zach., pról.: PL 25:1417 (1486). - 22 Cf. Dan7:16; 8:16; 9:21; Ap 17:15; 21:9. - 23 Cf. Van Hoonacker, o.c., p.657-6o. - 24 Mt 21:45 y Jn 12:15 citan a Zac 9:9 al hacer la entrada solemne de Jesús en el templo el domingo de Ramos; Mt 26:31 cita a Zac 13:7: percutiam pastorem et dispergentur oves gregis; Jua_19:37 cita a Zac 12:10: videbunt in quem transfuxerunt.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Zacarías 11,1-17

11. Anuncios de Castigo.

El juicio vengador de Yahvé sobre las naciones paganas (1-3).
1 ¡Abre, Líbano, tus puertas, que el fuego devora tus cedros 2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque han sido abatidos los poderosos. ¡Gemid, encinas de Basan, porque es destruido el bosque impenetrable! 3¡Oyense lamentos de pastores por la ruina de sus riquezas! Oyense rugidos de leones por la ruina de la gloria del Jordán!

La ruina de los grandes imperios es dramatizada de modo solemne en este bellísimo oráculo punitivo. Ha llegado la hora del castigo divino sobre los opresores que parecían omnipotentes. El Líbano es símbolo de las grandes potencias x enemigas de Israel, porque con sus majestuosos cedros parecía simbolizar el orgullo y la insolencia entre los demás árboles modestos (pequeñas naciones). Ahora el profeta, en nombre de Yahvé, invita al llanto al Líbano, porque el fuego va a hacer presa de su colosal bosque. El mismo ciprés (hermano menor del cedro) debe sentirse amenazado al ver al rey de la selva (el cedro) caer abatido.
Las encinas de Basan (símbolo también de la robustez) deben sentirse amenazadas por el incendio que se va a declarar en el Líbano: Gemid, porque es destruido el bosque impenetrable (v.2). La ruina es general, y hasta la gloria del Jordán (v.3), la frondosidad exuberante que rodea al Jordán, sentirá el paso de la mano vengadora efe Yahvé. Como consecuencia, los pastores entonan lamentos desoladores al ver perdidas sus praderías, fuente de sus riquezas. Y hasta los leones que viven en la tupida maleza del Jordán (gloria del Jordán) lanzarán rugidos desesperados al perder sus habituales guaridas 2.
Con todos estos símbolos (cedros del Líbano, encinas de Basan y leones del Jordán) parece que el autor quiere dar a entender la ruina de las naciones enemigas de Israel. No obstante, algunos autores prefieren ver en este fragmento una alusión al castigo que espera a los dirigentes responsables de la ruina de Judá, los pastores y machos,Cabríos a que se alude en 10:3 3.

La alegoría del profeta pastor (4-14).
4 Así dice Yahvé, mi Dios: Apacienta las ovejas para el matadero, 5 las que matan los compradores impunemente, mientras sus vendedores dicen: ¡Bendito sea Yahvé, que me ha enriquecido ! sin que los pastores tengan piedad de ellas; 6 porque no tendré yo piedad de los moradores de la tierra, dice Yahvé, porque yo mismo entregaré a las gentes, cada uno en manos de su pastor y en las manos de su rey, y éstos devastarán la tierra, y yo no la libraré de sus manos. 7 Hícerrie, pues, pastor del rebaño de la matanza para los compradores del rebaño, y tomé dos cayados, dando al uno por nombre benevolencia y al otro unión y me puse a apacentar el rebaño. 8 En un mes hice desaparecer a tres pastores. Entonces tomé aversión del rebaño, el cual se hastió de mí, 9 y dije: No os apacentaré ya más; la que muera, que muera; la que se pierda, que se pierda, y las que queden, que se coman unas a otras. 10 Tomé luego mi cayado benevolencia y lo rompí, para deshacer el pacto que había concertado con todos los pueblos, 11 y quedó deshecho en ese día, y los mercaderes de ovejas que me observaban conocieron que aquello era cosa de Yahvé. 12 Yo les dije: Si queréis, dadme mi salario, y, si no, dejadlo; y me pesaron mi salario, treinta monedas de plata. 13 Y Yahvé me dijo: Tira al tesoro el rumboso precio en que te han apreciado. Y tomando las treinta monedas de plata, las tiré en la casa de Yahvé al tesoro 4. 14 Rompí luego el otro cayado, unión, para romper la hermandad entre Judá e Israel.

Esta profecía ha sido calificada por algún autor como la más enigmática del A.T. El profeta debe hacer el papel de buen pastort representando a Yahvé; pero, en realidad, su misión, en vez de ser de benevolencia, es de justicia. El pueblo israelita es comparado a un rebaño destinado al matadero, sin que nadie tenga piedad de él: los compradores matan sus ovejas impunemente; los vendedores se alegran de su ganancia, y los mismos pastores no sienten compasión por ellas (v.4-5). El profeta debe presentarse como pastor de este rebaño destinado al matadero.
Yahvé entregará a las gentes del país en manos de pastores y reyes, que los tratarán como reses destinadas al degüello, sin compasión alguna (v.6). Y Yahvé no les prestará auxilio: no los libraré de sus manos. El profeta, como emisario de Yahvé, se presenta como el pastor del rebaño de la matanza (es decir, del pueblo judío, destinado al sacrificio). Como pastor, tomó dos cayados 5, que con sus nombres simbolizan la misión de benevolencia hacia las ovejas y de unión entre ellas que debiera en principio mantener. Yahvé le había establecido para ser pastor cuidadoso de su rebaño, que debe mantener unido; pero las circunstancias exigen que su misión de benevolencia y unión sea cambiada en una misión justiciera de castigo, como a continuación se indica.
El v. 8 es sumamente enigmático y ha sido muy diversamente interpretado. Los tres pastores que desaparecen en un mes en virtud de la intervención del pastor-profeta, representante de Dios, al castigar a su pueblo, parecen ser los dirigentes indignos de Judá en general. El número tres sería, pues, meramente simbólico. Quizá el hagiógrafo, al redactar esta profecía, haya pensado en la narración de Jer_22:6s, donde se habla de pastores que serán aventados a la cautividad. Justamente en este capítulo de Jeremías aparecen los símiles del Líbano, Galaad y Basan 6 para designar a la clase directora, responsable de la catástrofe de Judá.
Por otra parte, se habla en este mismo capítulo de tres reyes de Judá que serán castigados por Yahvé: Joacaz, deportado a Egipto, donde morirá; Joaquim, que no tendrá sepultura real, y Jeconias, que será llevado en cautividad. Zacarías, pues, bien pudo calcar su profecía sobre la de Jeremías, de cuyo profeta depende frecuentemente en la formulación de sus oráculos7. En ese caso, los tres pastores serían, pues, los dirigentes depravados de Judá, que no se preocupan de su grey y venden sus ovejas para el matadero. El término de un mes dado para la desaparición de los pastores hay que tomarlo también simbólicamente por un breve lapso de tiempo 8.
Por la mala conducta, el profeta-pastor, representante de Yahvé, sintió aversión hacia el rebaño, y a su vez el rebaño se desentendió de su verdadero Pastor (v.8b). Consecuencia de ello es que el profeta-pastor abandona el cuidado de su grey, dejándola a su suerte: la que muera, que muera. (v.8), alusión a la ruina de Judá, que culminó en la cautividad babilónica. El autor está trabajando con datos históricos, adaptándolos a la situación presente. El profeta-pastor, que tenía por misión apacentar normalmente a su grey con los cayados de la benevolencia y de la unión para protegerla, los rompió (v.10), renunciando así a su misión de pastor, guardián, y convertirse en juez castigador de su grey.
Como profeta-pastor, debía atraer a sus ovejas (Judá e Israel) a Dios con la benevolencia y la unión o conciliación; pero ante la falta de correspondencia de los componentes de su grey, tan cuidadosamente guardada, se desentiende de ella y la abandona a su suerte, rompiendo el pacto sellado con los pueblos o naciones gentiles, en el que había concertado que 110 atacaran a Judá. Desde entonces el pastor se comporta como un mercenario, que pone en venta sus ovejas, diciendo a los mercaderes: si queréis, dadme mi salario, y si no, dejadlo (v.12). Es de notar el tono displicente del pastor-profeta. Sólo le interesa liquidar de cualquier modo para verse libre del oficio de pastor de su rebaño. Las deja a cualquier precio, sin apelar a estipulaciones anteriores.
Los mercaderes le dan lo equivalente al precio de un esclavo: treinta monedas de plata (v.12) 9. El evangelista San Mateo ve en este número una semejanza con las treinta piezas de plata, o siclos, por los que Judas vendió a Jesús, y ve en ello el cumplimiento de una antigua profecía, que cita libremente juntamente con otra de Jeremías, al que atribuye todo el vaticinio 10. El texto es clásico para ver la libertad con que los autores del í. Ô. argumentan al aducir textos del A.T. En nuestro caso, la relación entre el texto de Zacarías y el del Evangelio puede establecerse apelando al sentido típico o al acomodaticio, que utiliza muchas veces San Mateo n. El evangelista relaciona el campo del alfarero, comprado con las treinta piezas de plata de Judas, con lo que se dice en Zac_11:13 : Tira al alfarero (según el TM) el rumboso precio en que te han apreciado. Es una mera relación de semejanza, basada en el nombre de alfarero, que en realidad en el contexto de Zacarías aparece totalmente extraño.
Creemos que debe adoptarse la lectura de tesoro, que encaja mejor con la casa de Yahvé del v.15b. El templo era también el depósito del peculio público y de los individuos en los tiempos posexílicos. En la frase de Yahvé al pastor-profeta hay un deje de ironía: Tira al tesoro (de la casa de Yahvé) el rumboso precio en que te han apreciado. La labor del pastor ha sido pagada con el bajo precio de un esclavo (treinta monedas de plata). No merece, pues, que conserve esa exigua e insultante cantidad, y, por tanto, debe entregarla al erario público. Naturalmente, todo esto es simbólico, y significa la ingratitud del pueblo israelita para con su pastor-profeta, que hacía las veces de su Dios.
Israel no ha querido ser gobernado con el cayado de la benevolencia, y lo será con el de la justicia. Por otra parte, la consecuencia de su defección de Yahvé ha sido la separación de las doce tribus en dos reinos, Israel y Judá. El pastor-profeta, para indicar esta separación, rompió su cayado llamado unión (v.14). Con esto se quiere decir contundentemente que Yahvé se desentiende de su pueblo como Pastor.

El pastor insensato (15-17).
15 Y Yahvé me dijo: Hazte también el pastor insensato, 16 pues he aquí que voy a suscitar un pastor en la tierra que no se cuidará de que desaparezcan, y no buscará a las descarriadas, ni curará a las heridas, ni alimentará a las fuertes, pero se comerá las gordas y les arrancará las uñas. 17 ¡Ay del pastor inútil, que abandona el rebaño! (Descargará) la espada sobre su brazo derecho, se secará del todo su brazo y quedará ciego totalmente su ojo derecho.

Como antes el profeta tuvo que hacer de pastor que quiso gobernar su grey con benevolencia y unión, pero al fin tuvo que abandonarla a la justicia y a la ruina por culpa de sus ovejas, así ahora el profeta debe encarnar simbólicamente al pastor insensato, que no se cuidará de sus ovejas, sino que se aprovechará de ellas, matando las más gordas.
¿Quién es este pastor insensato? Como para la identificación de los tres pastores que desaparecen Deu_11:8, también aquí se proponen diversos nombres históricos. Se ha propuesto algún jefe político infiel de los tiempos posexílicos, y parece que en su descripción el profeta dependiente de Jeremías utilizó como modelo la figura histórica del desgraciado rey Sedecías (598-586 a.C.), el cual llevó una política suicida al enfrentarse con Babilonia. Al entrar los caldeos en Jerusalén huyó cobardemente, y fue apresado por las tropas de Nabucodonosor y trasladado al cuartel general de Ribla, donde le sacaron los ojos a presencia del conquistador babilonio. El v.17 puede ser una alusión a este lastimoso hecho.

1 Cf. Isa_10:333; Ez c.31. 2 La expresión orguíío o gloria del Jordán para significar la maleza espesa sus riberas aparece en Jer_12:5; Jer_12:44, Jer_12:191 50.44- 3 Así Hoonacker, o.c., p.671. Supone que estos v.i-3 son la respuesta a 9:16b ; selvática de 10.2-3ab. 4 Tesoro, según el Siríaco y Targum, seguido por la Bib. de Jér. Los LXX: al horno. La palabra hebrea yoser (alfarero) del TM es semejante a Oser (tesoro), 5 La sugerencia de los dos cayados puede depender de los dos bastones de Eze_37:15. 6 Cf. Jer_22:6.20. 7 En Jer_22:9 se habla también de la ruptura del pacto como en Zac_11:10. 8 S. Bullough resume así las distintas identificaciones propuestas para los misteriosos tres pastores: Se propone para antes de 722 a Zacarías, Sellum y Menajem (2 Re 15); para antes de 286, a Joaquim, Joaquín (Jeconías) y Sedecías, o a Joacaz (Sellum), Joaquim y Je-conías (2 Re 23-24; Jer 22). Para la época persa, tres sumos sacerdotes desconocidos (Driver); para el período macabeo, Jasón, Menelao y Lisfmaco (2 Mac 4), o los hijos de Tobías, o bien los satélites de Simón el benjaminita que lucharon contra Onías (2 Mac 3) (Kennett). Otros sugieren tres potencias extranjeras, tales como los asirios, los babilonios, los persas, o bien los persas, los griegos y los romanos, o bien tres reyes opresores, como los seléucidas Antío-co IV Epífancs, Antíoco Eupator y Demetrio I (Wright). Cf. Verbum Dei II n.5510. 9 Cf. Exo_21:32. Son treinta siclos, equivalentes a unos 20 dólares. 10 Cf. Mat_27:8 : Y tomaron treinta piezas de plata, el precio en que fue tasado aquel a quien pusieron precio los hijos de Israel, y las dieron por el campo del Alfarero, como el Señor me lo había ordenado. 11 Cf.