Zacarías 14 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 21 versitos |
1 He aquí que llega el día para Yahvé, y en medio de ti se repartirán tus despojos.
2 Porque yo reuniré a todas las gentes en batalla contra Jerusalén, y será tomada la ciudad, y saqueadas las casas, y violadas las mujeres, y la mitad de la ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será exterminado.
3 Luego se pondrá en campaña Yahvé, y combatirá a estas naciones como se combate el día de la batalla.
4 Afirmaránse aquel día sus pies sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al lado del levante, y el monte de los Olivos se partirá por medio, de levante a poniente, como un gran valle, y la mitad del monte se echará al norte, y la otra mitad al mediodía,
5 y huiréis por el valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta donde os salvaré. Huiréis como huísteis cuando el terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá, y vendrá entonces Yahvé, mi Dios, y con El todos sus santos.
6 En aquel día no se extinguirá el brillo de las piedras preciosas.
7 Será único ese día, conocido de Yahvé. No habrá día y noche; de tarde habrá luz."
8 En ese día manarán de Jerusalén aguas vivas, la mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el occidental, lo mismo en verano que en invierno.
9 Y reinará Yahvé sobre la tierra toda, y Yahvé será único, y único su nombre.
10 La tierra toda se convertirá en llano desde Guebá hasta Rimmón del sur, y Jerusalén será enaltecida y habitada en su lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la antigua puerta, hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Jananel hasta los lagares del rey.
11 Y morarán en ella, y ya nunca más será anatema, y morarán en seguridad.
12 He aquí la plaga con que herirá Yahvé a todos los pueblos que combatieron a Jerusalén: sus carnes se corromperán mientras estén en pie; se consumirán en sus cuencas los ojos, y su lengua se les deshará en la boca."
13 Habrá aquel día gran perturbación entre ellos y tomará cada uno de la mano a su vecino y le dará a éste la suya.
14 Judá luchará en Jerusalén y se reunirán allí las riquezas de todas las gentes, oro, plata, vestidos en grandísima abundancia.
15 Parecida a ésta será la plaga que herirá a los caballos, mulos, camellos y asnos, y a todas las bestias que hubiere en aquellos campos.
16 Todos cuantos quedaren de las gentes que vinieron contra Jerusalén subirán cada año a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los Tabernáculos.
17 Y aquellos que de las gentes no vengan a Jerusalén a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, no vendrá sobre ellos la lluvia.
18 Si la gente de Egipto no sube y no viene, sobre ella se abatirá la plaga con que herirá Yahvé a las gentes que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos.
19 Tal será la expiación de Egipto y la expiación de todas las gentes que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos.
20 En aquellos días escribirán en sartenes y ollas: “Consagrado a Yahvé,” y las ollas de la casa de Yahvé serán corno vasos de aspersión delante del altar de los sacrificios.
21 Toda olla en Judá y en Jerusalén será consagrada a Yahvé de los ejércitos, y cuantos sacrifiquen vendrán, las tornarán y cocerán en ellas, y no habrá aquel día más mercader en la casa de Yahvé de los ejércitos.

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Introducción a Zacarías

Times New Roman ;;;;;
Zacarías.
Introducción.

Personalidad del profeta y ambiente histórico de su ministerio.
Zacarías (en hebreo Zekariyah: Yahvé se acuerda o Se acuerda de Yahvé) es contemporáneo de Ageo, y predicó su mensaje en las mismas circunstancias históricas1. En Zac 1:1 es llamado hijo de Baraquías, hijo de Addo, mientras que en Esd 5:1 se omite el nombre de su padre y se le llama hijo de Addo 2. Algunos autores creen que el hijo de Baraquías es adición del glosista, basándose en Is 8:2 3.
En la lista sacerdotal de Neh 12:16 no aparece el nombre de Zacarías, a pesar de que los vaticinios del libro de Zacarías tienen un marcado sello levítico. Podemos considerar, pues, al profeta como perteneciente al grupo de los laicos que fomentaban la vida religiosa, y que tenían por ello relaciones estrechas con los de la clase sacerdotal.
Zacarías es contemporáneo de Ageo, y su predicación se desenvuelve en el mismo ambiente de dificultades que la de aquél. Su preocupación principal es también la de la terminación de las obras del templo, como preámbulo de la restauración mesiánica. Según las indicaciones cronológicas de sus vaticinios, Zacarías profetizó entre el 520 y el 518 a.C., cuando reinaba en Persia Darío I Histaspes (522-586), sucesor de Cambises 3. A pesar de que Zacarías tiene también la obsesión de la reedificación del templo destruido, como en Ageo, se preocupa más que éste de los valores morales, y en esto empalma con la tradición profética preexílica.

Contenido y estructura del libro.
El actual libro canónico, atribuido a Zacarías, se divide claramente en dos partes: una de tipo apocalíptico (c.1-8), visionaria, y otra narrativa, parenético-mesiánica (c.9-14). He aquí el esquema detallado, que nos da una idea clara de su contenido:

Introducción:
Exhortación a la conversión: 1:1-6. A) Restauración y salvación:
1. Ocho visiones nocturnas: 1:7-8:23.
Los caballos en el valle: 1:7-17. (Jerusalén reedificada.)
Los cuatro cuernos y los cuatro artesanos: 1:18-21(2:1-4).
(Los opresores serán destruidos.)
El ángel con la cuerda de medir: 2:1-13(2:5-7).
(Los desterrados volverán a Jerusalén y las naciones.)
El sumo sacerdote Josué: 3:1-10.
(Josué invitado a su nueva labor en el templo.)
El candelabro de oro entre los dos olivos: 4:1-14.
(El templo reedificado por Zorobabel y Josué.)
El rollo volando: 5:1-4.
(La tierra será limpiada de la injusticia.)
La mujer y el efd: 5:5-11
(La iniquidad será alejada de Palestina.)
Los cuatro carros: 6:1-8.
(Los opresores serán castigados.) Coronación del sumo sacerdote: 6:9-15. Disposición recta para la salvación: 7:1-8:23.
Juicios divinos y promesa de salvación: 9:1-14:21.
1. Juicio entre los gentiles y salvación de Israel: 9:1-11:17.
Juicio contra los gentiles vecinos: 9:1-7.
El reino mesiánico: 9,8-11:3.
Los pastores, bueno y malo: 11:4-17.
2. Salvación y glorificación de Israel: 12:1-14:21.
Liberación de Jerusalén: El Salvador, traspasado:
12:1-14.
Fuente de salvación: la purificación del pueblo: 13:1-9.
Ultima tribulación de Jerusalén y salvación mesiánica:
14:1-21.

Autenticidad.
Los críticos modernos urgen las diferencias conceptuales y literarias de la primera y segunda parte. Y, sobre todo, las alusiones de tipo histórico de ambas partes parecen reflejar distintas épocas de composición. Así, distinguen por lo menos dos autores en la actual compilación de vaticinios del libro de Zacarías; y, como en el caso del libro de Isaías, hablan del Proto-Zacarías, Deutero-Zacarías y aun Trito-Zacarías. En efecto, en la segunda parte del libro de Zacarías (c.9-14) hay ausencia total de indicaciones cronológicas, que abundan en la primera parte.
Además, tampoco aparece el nombre del profeta, sino que parece obra de un autor anónimo que cultiva el género antológico, es decir, que para expresar sus ideas se inspira en autores profetices anteriores al destierro babilónico. Se mencionan naciones y pueblos que en la época de Zacarías no tenían relieve histórico, como Asiría4, los jebuseos5, los filisteos6. Asimismo, las expresiones Efraím, la casa de Jacob1, parecen referirse al desaparecido reino del norte en 721 a.C. Se alude al terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá 8, que tuvo lugar hacia el 750 a.C. Por otra parte, estos autores pretenden ver alusiones a hechos de los siglos VI-IV, como la fecha del comienzo del exilio (586), el retorno bajo Zorobabel (537), la terminación del templo (515), el retorno bajo Esdras (458), la terminación de los muros de Jerusalén (444), la victoria de Alejandro Magno sobre los persas en I so (333), la dominación seléucida sobre Palestina (197-142) y la insurrección de los Macabeos (175-161).
Además, mientras en la primera parte del libro de Zacarías la obsesión del profeta es la reconstrucción del templo jerosolimitano, en la segunda no se alude a esta cuestión, ni tampoco a los pilares del judaísmo en la época de la reconstrucción del templo, como son Zorobabel y Josué, personajes en torno a los cuales giran las enseñanzas de las cisiones de la primera parte. A esta diferencia de enfoque hay que añadir el hecho de que los vaticinios de la primera parte son datados y expresamente atribuidos a Zacarías, mientras que los de la segunda parte aparecen anónimos y sin indicaciones cronológicas.
La perspectiva es diferente, y el género literario de expresión también, pues en la primera parte los vaticinios están en forma de fisiones de tipo apocalíptico - probablemente ficciones literarias y no cisiones reales - , mientras que en la segunda parte desaparece el carácter misionario oracular, que es sustituido por una exposición difuminada, con menos originalidad personal, en la que prevalece el estilo antológico o imitativo de frases y concepciones proféticas anteriores al exilio babilónico. Por todas estas razones, la mayoría de los críticos modernos distinguen diversos autores al estudiar el origen de los vaticinios del actual libro de Zacarías 9.
Frente a esta posición, muchos autores más conservadores pretenden explicar estas anomalías que acabamos de apuntar, en el supuesto de que el profeta Zacarías es el autor de las dos partes del libro de Zacarías 10. Así, creen que la diversidad de enfoque general en ambas partes se debe a la diversa época de la vida de Zacarías en que habrían sido compuestas cada una de las partes. La primera sería del profeta cuando era joven, y el problema acuciante lo constituía la reconstrucción del templo. Más tarde, cuando el templo había sido ya inaugurado y habían muerto los dos corifeos del judaismo del retorno, Zorobabel y Josué, el profeta no tiene por qué aludir a esta situación y a estos personajes.
Así, suponen que la primera parte habría sido escrita hacia el 520 a.C., mientras que la segunda sería del mismo autor, pero escrita ya cuando se cuarteaba el imperio persa - época de las derrotas de ¿alamina (480), de Platea (479) - por efecto de la sublevación de muchas satrapías, como la de Egipto. Las diferencias de estilo habría que atribuirlas, en este supuesto, a la diferencia de edad del mismo autor u. Y las menciones de Asiría, Filisteo, losjebuseos, han de explicarse como arcaísmos artificialmente buscados para empalmar con la gran literatura profética de la época preexílica. Esta explicación sería válida también para las menciones de Efraím y José como sinónimos de Israel.

Mensaje doctrinal.
Las dos ideas teológicas fundamentales del libro de Zacarías son la Providencia divina, que tiene un cuidado especial de su pueblo 12, y sobre todo de Jerusalén, capital de la nueva teocracia 13, en la reconstrucción del templo 14, y sobre las naciones 15. Como los profetas preexílieos, Zacarías urge ante todo una religión espiritualista, no meramente manifestada con ritos externos cultuales. Ante todo, la verdad, la misericordia, el juicio justo, de modo que nadie maquine el mal en su corazón 16. Con esta doctrina ético-espiritualista, Zacarías se acerca mucho ya al ideal del sermón de la Montaña.
Otra idea fundamental en el libro de Zacarías es la de la expectación mesiánica. En la primera parte del libro - centrada en torno a la persona de Zorobabel como símbolo de la reconstrucción nacional - aparece éste como tipo del Mesías, futuro redentor. En la segunda parte desaparece la figura de Zorobabel, y la mente del profeta se proyecta directamente sobre la persona del Libertador que ha de venir y sobre el triunfo de la nueva Jerusalén. El Mesías es anunciado como Rey 17, justo y victorioso, cuyo reino abarca de un mar al otro; pero al mismo tiempo pobre, cabalgando sobre un asno 18, inaugurando un reino mesiánico universal 19 en el día de Yahvé, que será de triunfo y de luz 20. Las ideas escatológicas se mezclan en la última parte del libro, y la perspectiva se alarga y difumina sin contornos.

Estilo literario.
San Jerónimo define así el estilo del libro: Obscurissimus líber Zachariae prophetae et ínter duodecim longissimus 21. El estilo es apocalíptico y visionario en gran parte del libro. Las visiones parecen un artificio literario empleado por el autor para expresar simbólicamente ideas principalmente mesiánicas. El profeta presenta a menudo con él a un ángel intérprete, según es estilo en la literatura apocalíptica22. La forma literaria de los c.9-14 es más semejante a la de los profetas anteriores al exilio. Es el estilo antológico o imitativo de los vaticinios de diversos profetas anteriores, tomando incluso locuciones concretas de éstos para reforzar su punto de vista ante el auditorio, pero sin citar expresamente la fuente de inspiración.

Texto.
Ya hemos indicado que hay diferencias de estilo y de vocabulario entre las dos partes del libro. No obstante, los hebraístas sostienen que el lenguaje de Zacarías es, en general, de calidad, comparable al de los escritos buenos pre-exílieos 23. El TM a veces es oscuro y poco seguro, de forma que no pocas veces resulta más inteligible el texto de los LXX, que frecuentemente refleja un original diferente, que no ha sido comprendido bien por el traductor griego. Como en otros escritos proféticos, algunas veces los versículos están fuera de lugar, y es necesario acudir al contexto general y al paralelismo para reconstruir la posible lección original.

Canonicidad.
El libro de Zacarías figura sin dificultad, desde los primeros tiempos, tanto en el canon judaico como en el cristiano. En el Í.Ô., este libro es citado varias veces por Cristo y los apóstoles 24.

1 El nombre de Zacarías es muy común en el A.T. La grafía de la Vulgata está calcada sobre la de los LXX, pues en hebreo es Zekaryah. - 2 En Is 8:1 se habla de Zacarías, hijo de Yerebequías, del que puede ser una variante Ba-raquías. - 3 Cf. Zac 1:1.7; 7:1. - 4 Zac 10:10. - 5 Zac_9:7. - 6 Zac 9:6. - 7 Zac 9:10.13; Zac_10:7. - 8 Zac 14:5. - 9 Hiteig y Ewald opinan que los c.g-14 son anteriores al exilio (sus alusiones a Asiría, los filisteos, los jebuseos, Efraím) y fueron incorporados al libro de Zacarías en el siglo v. Driver y Stade, Nowack, suponen más bien que estos capítulos son de la época de Alejandro Magno (s.iv); de ahí la mención de Grecia (Zac 9:13). En cambio, Kennet, Peake, Wellhau-sen y Martí sostienen que son obra de un autor del siglo u, de la época de los Macabeos. - 10 Es la opinión tradicional sostenida por Kaulen-Hoberg, Knabenbauer, Goetsberger, Cornely-Merck, Junker, Wright. Cf. van hoonacker, Les douze Petits Prophétes p.579-81. 650-62; S. bullough, Verbum Del II p.?8o; hopfl-miller-metzinger, o.c., 531. - 1l Los que sostienen la unidad de autor urgen el hecho de que frases como el ojo de Dios están en ambas partes del libro (cf. 1:6.12; 2:11; 9:15; 10:3; 12:5). - 12 Zac_8:7-8. - 13 Zac 1:14; 8:2. - 14 Zac 4:10 - 15 Zac9:5s; 12:2-6; 14:12-15. - 16 Zac 1:4; 5:3-4; 7:5-10; 8:16-19. - 17 Zac 9 9 - 18 ibid. - 19 Zac É4:3·4·9. - 20 Zac 14:1.4.6.7.13.20. - 21 San Jerónimo, Comm. in Zach., pról.: PL 25:1417 (1486). - 22 Cf. Dan7:16; 8:16; 9:21; Ap 17:15; 21:9. - 23 Cf. Van Hoonacker, o.c., p.657-6o. - 24 Mt 21:45 y Jn 12:15 citan a Zac 9:9 al hacer la entrada solemne de Jesús en el templo el domingo de Ramos; Mt 26:31 cita a Zac 13:7: percutiam pastorem et dispergentur oves gregis; Jua_19:37 cita a Zac 12:10: videbunt in quem transfuxerunt.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Zacarías 14,1-21

14. La Nueva Gloria de Jerusalén.

Juicio de las gentes (1-5).
1 He aquí que llega el día para Yahvé, y en medio de ti se repartirán tus despojos. 2 Porque yo reuniré a todas las gentes en batalla contra Jerusalén, y será tomada la ciudad, y saqueadas las casas, y violadas las mujeres, y la mitad de la ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será exterminado. 3 Luego se pondrá en campaña Yahvé, y combatirá a estas naciones como se combate el día de la batalla. 4 Afirmaránse aquel día sus pies sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al lado del levante, y el monte de los Olivos se partirá por medio, de levante a poniente, como un gran valle, y la mitad del monte se echará al norte, y la otra mitad al mediodía, 5 y huiréis por el valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta donde os salvaré 6. Huiréis como huísteis cuando el terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá, y vendrá entonces Yahvé, mi Dios, y con El todos sus santos.

La descripción es apocalíptica y escatológica. El profeta presenta a Jerusalén rodeada de las naciones gentiles que van a dar el ultimo asalto a su fortaleza. Hay un momento en que parece que el triunfo de los asaltantes está asegurado, pues entran en la ciudad y la entregan al saqueo; pero Dios se reserva un resto de salvación, que será liberado mediante la intervención prodigiosa personal de Yahvé, que aparece majestuoso sobre el monte de los Olivos (v.4). A su presencia, éste se hiende y da paso a los fugitivos, que serán recogidos por Yahvé. El fragmento tiene muchas analogías con la descripción de la batalla contra Gog de Ez 38, del que parece depender 2.
El carácter apocalíptico de la perícopa nos obliga a no insistir sobre los detalles de la descripción, que es fruto de una imaginación desbordada. El profeta quiere anunciar una gran prueba para Judá, que terminará con la manifestación victoriosa de Yahvé con sus santos, o ángeles de su servicio.

La transformación de Judá (6-11).
6 En aquel día no se extinguirá el brillo de las piedras preciosas 3. 7 Será único ese día, conocido de Yahvé. No habrá día y noche; de tarde habrá luz. 8 En ese día manarán de Jerusalén aguas vivas, la mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el occidental, lo mismo en verano que en invierno. 9 Y reinará Yahvé sobre la tierra toda, y Yahvé será único, y único su nombre. 10 La tierra toda se convertirá en llano desde Guebá hasta Rimmón del sur, y Jerusalén será enaltecida y habitada en su lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la antigua puerta, hasta la puerta del ángulo, y desde la torre de Jananel hasta los lagares del rey. 11Y morarán en ella, y ya nunca más será anatema, y morarán en seguridad.

La descripción de la nueva Jerusalén es deslumbradora, conforme a los cánones de la literatura apocalíptica. Una gran luz dominará la Ciudad Santa, de forma que las piedras preciosas darán un brillo perpetuo. No habrá noche (v.7), y desaparecerá toda esterilidad, porque de Jerusalén manarán aguas vivas, e.d., no estancadas, regando en todo tiempo la parte oriental y occidental del país (v.8). Este cuadro maravilloso parece una adaptación de la descripción de Ezequiel, que habla de un río que parte hacia el mar Muerto, regando el desierto de Judá4. Aquí el autor extiende el torrente de agua a la zona del mar Muerto (mar oriental) y del Mediterráneo (mar occidental).
Sobre este territorio paradisíaco reinará sólo Yahvé, sin compartir su imperio con ningún otro dios (v.9); y hasta la atormentada geografía montañosa de Judá se transformará, convirtiéndose en llano desde Guebá hasta Rimmón del sur5. Son los límites del reino de Judá: desde la frontera de Benjamín hasta el Negueb. Y los límites de Jerusalén comprenderán desde la puerta de Benjamín 6, al norte del templo, hasta la puerta del ángulo 7, que se supone al occidente de la ciudad; junto al segundo muro y desde la torre de Jananel, al noroeste del actual Haram, o explanada de la mezquita de Ornar, hasta los lagares del rey, que se suponen al sur, donde estaban los jardines reales, en la confluencia del Cedrón y el Er-Rabbaby. De aquí se infiere que el área señalada por el profeta es tan amplia como la de la ciudad amurallada actual, si bien extendiéndose un poco más hacia el sur y menos al norte. En esta Ciudad Santa reinará la paz y nunca será ya más objeto de anatema (v.11) 8.

La derrota de las naciones (12-15).
12 He aquí la plaga con que herirá Yahvé a todos los pueblos que combatieron a Jerusalén: sus carnes se corromperán mientras estén en pie; se consumirán en sus cuencas los ojos, y su lengua se les deshará en la boca. 13 Habrá aquel día gran perturbación entre ellos y tomará cada uno de la mano a su vecino y le dará a éste la suya. 14 Judá luchará en Jerusalén 9 y se reunirán allí las riquezas de todas las gentes, oro, plata, vestidos en grandísima abundancia. 15 Parecida a ésta será la plaga que herirá a los caballos, mulos, camellos y asnos, y a todas las bestias que hubiere en aquellos campos.

Después de anunciar la paz que remará en Jerusalén una vez conseguida la victoria, el profeta detalla la destrucción de los enemigos que se reunieron para atacar a Jerusalén. La hecatombe será general, pues tanto los hombres como los animales perecerán y quedará un inmenso botín para los judíos vencedores. El cuadro belicista está dentro de las descripciones apocalípticas de los últimos profetas. Es el juicio sobre las naciones antes de la inauguración de la era mesiánica.
La descripción parece que está calcada en la destrucción del ejército de Gog, según Ez c.38-39. El gran profeta del exilio, como primer autor apocalíptico, fue fuente de inspiración para los autores apocalípticos posteriores. En este mosaico de fragmentos apocalípticos del libro de Zacarías encontramos, como ya hemos visto, mucha dependencia de Ezequiel.

Jerusalén, santuario universal (16-21).
16 Todos cuantos quedaren de las gentes que vinieron contra Jerusalén subirán cada año a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 17 Y aquellos que de las gentes no vengan a Jerusalén a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, no vendrá sobre ellos la lluvia. 18 Si la gente de Egipto no sube y no viene, sobre ella se abatirá la plaga con que herirá Yahvé a las gentes que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 19 Tal será la expiación de Egipto y la expiación de todas las gentes que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 20 En aquellos días escribirán en sartenes y ollas 10: Consagrado a Yahvé, y las ollas de la casa de Yahvé serán corno vasos de aspersión delante del altar de los sacrificios. 21 Toda olla en Judá y en Jerusalén será consagrada a Yahvé de los ejércitos, y cuantos sacrifiquen vendrán, las tornarán y cocerán en ellas, y no habrá aquel día más mercader en la casa de Yahvé de los ejércitos.

Después de declarar el triunfo aplastante de Yahvé sobre el ejército de las naciones coligadas contra Jerusalén, el profeta deja abierta la puerta del universalismo religioso a todos los pueblos. Jerusalén será el centro religioso del orbe, y todas las gentes deberán reunirse en la Ciudad Santa en la fiesta de los Tabernáculos (en septiembre-octubre) (v.16), en que se daba gracias a Dios por los frutos y se pedía agua saludable para la futura siembra. El que no vaya a Jerusalén en esta festividad, se verá privado de esta agua bienhechora, incluso el mismo Egipto, cuyos campos y cosechas no viven de la lluvia, sino de las inundaciones periódicas del Nilo (v.18). Egipto era el granero de Oriente, y cuando fallaban las cosechas por falta de lluvias, los pueblos circunvecinos, como los cananeos, tenían que ir al país de los faraones a comprar el trigo a cualquier precio. De ello estaban orgullosos los egipcios.
Pero el profeta dice que en los nuevos tiempos de nada les servirá su río, pues, si no van a Jerusalén, se verán privados de la cosecha como los demás pueblos (v.18). Todos los pueblos deben congregarse en Jerusalén para la gran festividad de los Tabernáculos, a implorar la lluvia ofreciendo sacrificios; y para ello podrán utilizar las sartenes y ollas de uso común, a falta de las consagradas a Yahvé en el templo, porque todas aquel día llevarán la inscripción: Consagrado a Yahvé (v.20). Todas las ollas de las casas de Judá y de Jerusalén serían válidas en esta ocasión, y los peregrinos no tendrían necesidad de alquilar los servicios de los mercaderes que en el templo ofrecían los instrumentos necesarios para los sacrificios (v.21).

1 La palabra hebrea que traducimos por os salvaré ('asal) es considerada por algunos expositores como localidad geográfica. Así la Bib. de Jér. 2 Cf. Miq_1:4; Nah_1:5. 3 Así según Hoonacker, conformándose con el TM. Otros autores prefieren basarse en los LXX y traducir: no habrá frío ni helada (Bib. de Jér.), 4 Cf. Eze_47:12. 5 Guebá es la actual Dgeba, en el wady Suweinit, frente a Mikmas, a unos 11 kilómetros al norte de-Jerusalén. Rimmón del sur o del Negueb es probablemente el actual L/mm er-Rammamim, a unos 17 kilómetros al nordeste de Berseba. Cf. Neh_11:29; Jos_15:32; Jos_15:19, Jos_15:7; 1Sa_14:5; 1Re_15:22. 6 Quizá sea la misma Puerta de las Ovejas de Neh_12:39. 7 Cf. 2Re_14:13; 2Cr_25:23; 2Cr_26:9; Jer_31:38. La descripción parece ser de este a oeste y de norte a sur. 8 Cf. Jer_33:16; Eze_34:27. 9 El TM y los LXX traducen: y Judá luchará en Jerusalén. 10 Así según la reconstrucción de Hoonacker. El TM dice campanillas de caballos. Así la Bib. de Jér. Los LXX: freno de caballos.