Zacarías 5 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 10 versitos |
1 Yo alcé de nuevo mis ojos y vi en visión un rollo volando.
2 Preguntóme él: ¿Qué ves? Respondí: Veo un rollo de veinte codos de largo y diez de ancho que vuela.
3 El entonces me dijo: Esto es la maldición que sale sobre la haz de la tierra, porque, conforme a ella, todo ladrón será arrojado de aquí; conforme a ella, todo perjuro será arrojado de aquí."
4 Yo la he desencadenado, dice Yahvé de los ejércitos, y caerá sobre la casa del ladrón y sobre la casa del que en falso jura por mi nombre, y permanecerá en medio de su casa hasta consumir maderas y piedras.
5 Apareció el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza tus ojos y mira lo que aparece.
6 Yo dije: ¿Qué es? Y él me respondió: Es un “efá” que aparece, y añadió: Es su iniquidad en toda su tierra.
7 Y vi que se alzaba una tapadera de plomo, y en medio del “efá” estaba sentada una mujer.
8 El me dijo: Ahí tienes a la iniquidad, y la echó en medio del “efá” y tapó su boca con la tapadera de plomo.
9 Yo alcé los ojos y vi aparecer dos mujeres. Soplaba el viento en sus alas, que eran como alas de cigüeña, y alzaron el “efá” entre la tierra y el cielo.
10 Yo dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Adonde llevan el “efá”? n El me respondió: A hacerle casa en la tierra de Senaar para prepararla y colocarla allí sobre su asiento2.

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Introducción a Zacarías

Times New Roman ;;;;;
Zacarías.
Introducción.

Personalidad del profeta y ambiente histórico de su ministerio.
Zacarías (en hebreo Zekariyah: Yahvé se acuerda o Se acuerda de Yahvé) es contemporáneo de Ageo, y predicó su mensaje en las mismas circunstancias históricas1. En Zac 1:1 es llamado hijo de Baraquías, hijo de Addo, mientras que en Esd 5:1 se omite el nombre de su padre y se le llama hijo de Addo 2. Algunos autores creen que el hijo de Baraquías es adición del glosista, basándose en Is 8:2 3.
En la lista sacerdotal de Neh 12:16 no aparece el nombre de Zacarías, a pesar de que los vaticinios del libro de Zacarías tienen un marcado sello levítico. Podemos considerar, pues, al profeta como perteneciente al grupo de los laicos que fomentaban la vida religiosa, y que tenían por ello relaciones estrechas con los de la clase sacerdotal.
Zacarías es contemporáneo de Ageo, y su predicación se desenvuelve en el mismo ambiente de dificultades que la de aquél. Su preocupación principal es también la de la terminación de las obras del templo, como preámbulo de la restauración mesiánica. Según las indicaciones cronológicas de sus vaticinios, Zacarías profetizó entre el 520 y el 518 a.C., cuando reinaba en Persia Darío I Histaspes (522-586), sucesor de Cambises 3. A pesar de que Zacarías tiene también la obsesión de la reedificación del templo destruido, como en Ageo, se preocupa más que éste de los valores morales, y en esto empalma con la tradición profética preexílica.

Contenido y estructura del libro.
El actual libro canónico, atribuido a Zacarías, se divide claramente en dos partes: una de tipo apocalíptico (c.1-8), visionaria, y otra narrativa, parenético-mesiánica (c.9-14). He aquí el esquema detallado, que nos da una idea clara de su contenido:

Introducción:
Exhortación a la conversión: 1:1-6. A) Restauración y salvación:
1. Ocho visiones nocturnas: 1:7-8:23.
Los caballos en el valle: 1:7-17. (Jerusalén reedificada.)
Los cuatro cuernos y los cuatro artesanos: 1:18-21(2:1-4).
(Los opresores serán destruidos.)
El ángel con la cuerda de medir: 2:1-13(2:5-7).
(Los desterrados volverán a Jerusalén y las naciones.)
El sumo sacerdote Josué: 3:1-10.
(Josué invitado a su nueva labor en el templo.)
El candelabro de oro entre los dos olivos: 4:1-14.
(El templo reedificado por Zorobabel y Josué.)
El rollo volando: 5:1-4.
(La tierra será limpiada de la injusticia.)
La mujer y el efd: 5:5-11
(La iniquidad será alejada de Palestina.)
Los cuatro carros: 6:1-8.
(Los opresores serán castigados.) Coronación del sumo sacerdote: 6:9-15. Disposición recta para la salvación: 7:1-8:23.
Juicios divinos y promesa de salvación: 9:1-14:21.
1. Juicio entre los gentiles y salvación de Israel: 9:1-11:17.
Juicio contra los gentiles vecinos: 9:1-7.
El reino mesiánico: 9,8-11:3.
Los pastores, bueno y malo: 11:4-17.
2. Salvación y glorificación de Israel: 12:1-14:21.
Liberación de Jerusalén: El Salvador, traspasado:
12:1-14.
Fuente de salvación: la purificación del pueblo: 13:1-9.
Ultima tribulación de Jerusalén y salvación mesiánica:
14:1-21.

Autenticidad.
Los críticos modernos urgen las diferencias conceptuales y literarias de la primera y segunda parte. Y, sobre todo, las alusiones de tipo histórico de ambas partes parecen reflejar distintas épocas de composición. Así, distinguen por lo menos dos autores en la actual compilación de vaticinios del libro de Zacarías; y, como en el caso del libro de Isaías, hablan del Proto-Zacarías, Deutero-Zacarías y aun Trito-Zacarías. En efecto, en la segunda parte del libro de Zacarías (c.9-14) hay ausencia total de indicaciones cronológicas, que abundan en la primera parte.
Además, tampoco aparece el nombre del profeta, sino que parece obra de un autor anónimo que cultiva el género antológico, es decir, que para expresar sus ideas se inspira en autores profetices anteriores al destierro babilónico. Se mencionan naciones y pueblos que en la época de Zacarías no tenían relieve histórico, como Asiría4, los jebuseos5, los filisteos6. Asimismo, las expresiones Efraím, la casa de Jacob1, parecen referirse al desaparecido reino del norte en 721 a.C. Se alude al terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá 8, que tuvo lugar hacia el 750 a.C. Por otra parte, estos autores pretenden ver alusiones a hechos de los siglos VI-IV, como la fecha del comienzo del exilio (586), el retorno bajo Zorobabel (537), la terminación del templo (515), el retorno bajo Esdras (458), la terminación de los muros de Jerusalén (444), la victoria de Alejandro Magno sobre los persas en I so (333), la dominación seléucida sobre Palestina (197-142) y la insurrección de los Macabeos (175-161).
Además, mientras en la primera parte del libro de Zacarías la obsesión del profeta es la reconstrucción del templo jerosolimitano, en la segunda no se alude a esta cuestión, ni tampoco a los pilares del judaísmo en la época de la reconstrucción del templo, como son Zorobabel y Josué, personajes en torno a los cuales giran las enseñanzas de las cisiones de la primera parte. A esta diferencia de enfoque hay que añadir el hecho de que los vaticinios de la primera parte son datados y expresamente atribuidos a Zacarías, mientras que los de la segunda parte aparecen anónimos y sin indicaciones cronológicas.
La perspectiva es diferente, y el género literario de expresión también, pues en la primera parte los vaticinios están en forma de fisiones de tipo apocalíptico - probablemente ficciones literarias y no cisiones reales - , mientras que en la segunda parte desaparece el carácter misionario oracular, que es sustituido por una exposición difuminada, con menos originalidad personal, en la que prevalece el estilo antológico o imitativo de frases y concepciones proféticas anteriores al exilio babilónico. Por todas estas razones, la mayoría de los críticos modernos distinguen diversos autores al estudiar el origen de los vaticinios del actual libro de Zacarías 9.
Frente a esta posición, muchos autores más conservadores pretenden explicar estas anomalías que acabamos de apuntar, en el supuesto de que el profeta Zacarías es el autor de las dos partes del libro de Zacarías 10. Así, creen que la diversidad de enfoque general en ambas partes se debe a la diversa época de la vida de Zacarías en que habrían sido compuestas cada una de las partes. La primera sería del profeta cuando era joven, y el problema acuciante lo constituía la reconstrucción del templo. Más tarde, cuando el templo había sido ya inaugurado y habían muerto los dos corifeos del judaismo del retorno, Zorobabel y Josué, el profeta no tiene por qué aludir a esta situación y a estos personajes.
Así, suponen que la primera parte habría sido escrita hacia el 520 a.C., mientras que la segunda sería del mismo autor, pero escrita ya cuando se cuarteaba el imperio persa - época de las derrotas de ¿alamina (480), de Platea (479) - por efecto de la sublevación de muchas satrapías, como la de Egipto. Las diferencias de estilo habría que atribuirlas, en este supuesto, a la diferencia de edad del mismo autor u. Y las menciones de Asiría, Filisteo, losjebuseos, han de explicarse como arcaísmos artificialmente buscados para empalmar con la gran literatura profética de la época preexílica. Esta explicación sería válida también para las menciones de Efraím y José como sinónimos de Israel.

Mensaje doctrinal.
Las dos ideas teológicas fundamentales del libro de Zacarías son la Providencia divina, que tiene un cuidado especial de su pueblo 12, y sobre todo de Jerusalén, capital de la nueva teocracia 13, en la reconstrucción del templo 14, y sobre las naciones 15. Como los profetas preexílieos, Zacarías urge ante todo una religión espiritualista, no meramente manifestada con ritos externos cultuales. Ante todo, la verdad, la misericordia, el juicio justo, de modo que nadie maquine el mal en su corazón 16. Con esta doctrina ético-espiritualista, Zacarías se acerca mucho ya al ideal del sermón de la Montaña.
Otra idea fundamental en el libro de Zacarías es la de la expectación mesiánica. En la primera parte del libro - centrada en torno a la persona de Zorobabel como símbolo de la reconstrucción nacional - aparece éste como tipo del Mesías, futuro redentor. En la segunda parte desaparece la figura de Zorobabel, y la mente del profeta se proyecta directamente sobre la persona del Libertador que ha de venir y sobre el triunfo de la nueva Jerusalén. El Mesías es anunciado como Rey 17, justo y victorioso, cuyo reino abarca de un mar al otro; pero al mismo tiempo pobre, cabalgando sobre un asno 18, inaugurando un reino mesiánico universal 19 en el día de Yahvé, que será de triunfo y de luz 20. Las ideas escatológicas se mezclan en la última parte del libro, y la perspectiva se alarga y difumina sin contornos.

Estilo literario.
San Jerónimo define así el estilo del libro: Obscurissimus líber Zachariae prophetae et ínter duodecim longissimus 21. El estilo es apocalíptico y visionario en gran parte del libro. Las visiones parecen un artificio literario empleado por el autor para expresar simbólicamente ideas principalmente mesiánicas. El profeta presenta a menudo con él a un ángel intérprete, según es estilo en la literatura apocalíptica22. La forma literaria de los c.9-14 es más semejante a la de los profetas anteriores al exilio. Es el estilo antológico o imitativo de los vaticinios de diversos profetas anteriores, tomando incluso locuciones concretas de éstos para reforzar su punto de vista ante el auditorio, pero sin citar expresamente la fuente de inspiración.

Texto.
Ya hemos indicado que hay diferencias de estilo y de vocabulario entre las dos partes del libro. No obstante, los hebraístas sostienen que el lenguaje de Zacarías es, en general, de calidad, comparable al de los escritos buenos pre-exílieos 23. El TM a veces es oscuro y poco seguro, de forma que no pocas veces resulta más inteligible el texto de los LXX, que frecuentemente refleja un original diferente, que no ha sido comprendido bien por el traductor griego. Como en otros escritos proféticos, algunas veces los versículos están fuera de lugar, y es necesario acudir al contexto general y al paralelismo para reconstruir la posible lección original.

Canonicidad.
El libro de Zacarías figura sin dificultad, desde los primeros tiempos, tanto en el canon judaico como en el cristiano. En el Í.Ô., este libro es citado varias veces por Cristo y los apóstoles 24.

1 El nombre de Zacarías es muy común en el A.T. La grafía de la Vulgata está calcada sobre la de los LXX, pues en hebreo es Zekaryah. - 2 En Is 8:1 se habla de Zacarías, hijo de Yerebequías, del que puede ser una variante Ba-raquías. - 3 Cf. Zac 1:1.7; 7:1. - 4 Zac 10:10. - 5 Zac_9:7. - 6 Zac 9:6. - 7 Zac 9:10.13; Zac_10:7. - 8 Zac 14:5. - 9 Hiteig y Ewald opinan que los c.g-14 son anteriores al exilio (sus alusiones a Asiría, los filisteos, los jebuseos, Efraím) y fueron incorporados al libro de Zacarías en el siglo v. Driver y Stade, Nowack, suponen más bien que estos capítulos son de la época de Alejandro Magno (s.iv); de ahí la mención de Grecia (Zac 9:13). En cambio, Kennet, Peake, Wellhau-sen y Martí sostienen que son obra de un autor del siglo u, de la época de los Macabeos. - 10 Es la opinión tradicional sostenida por Kaulen-Hoberg, Knabenbauer, Goetsberger, Cornely-Merck, Junker, Wright. Cf. van hoonacker, Les douze Petits Prophétes p.579-81. 650-62; S. bullough, Verbum Del II p.?8o; hopfl-miller-metzinger, o.c., 531. - 1l Los que sostienen la unidad de autor urgen el hecho de que frases como el ojo de Dios están en ambas partes del libro (cf. 1:6.12; 2:11; 9:15; 10:3; 12:5). - 12 Zac_8:7-8. - 13 Zac 1:14; 8:2. - 14 Zac 4:10 - 15 Zac9:5s; 12:2-6; 14:12-15. - 16 Zac 1:4; 5:3-4; 7:5-10; 8:16-19. - 17 Zac 9 9 - 18 ibid. - 19 Zac É4:3·4·9. - 20 Zac 14:1.4.6.7.13.20. - 21 San Jerónimo, Comm. in Zach., pról.: PL 25:1417 (1486). - 22 Cf. Dan7:16; 8:16; 9:21; Ap 17:15; 21:9. - 23 Cf. Van Hoonacker, o.c., p.657-6o. - 24 Mt 21:45 y Jn 12:15 citan a Zac 9:9 al hacer la entrada solemne de Jesús en el templo el domingo de Ramos; Mt 26:31 cita a Zac 13:7: percutiam pastorem et dispergentur oves gregis; Jua_19:37 cita a Zac 12:10: videbunt in quem transfuxerunt.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Zacarías 5,1-11

5. Nuevas Visiones.

Visión del rollo volando (1-4).
1 Yo alcé de nuevo mis ojos y vi en visión un rollo volando. 2 Preguntóme él: ¿Qué ves? Respondí: Veo un rollo de veinte codos de largo y diez de ancho que vuela. 3 El entonces me dijo: Esto es la maldición que sale sobre la haz de la tierra, porque, conforme a ella, todo ladrón será arrojado de aquí; conforme a ella, todo perjuro será arrojado de aquí. 4 Yo la he desencadenado, dice Yahvé de los ejércitos, y caerá sobre la casa del ladrón y sobre la casa del que en falso jura por mi nombre, y permanecerá en medio de su casa hasta consumir maderas y piedras.

La visión, como conjunto, es clara en su simbolismo. El profeta ve en los aires un rollo volando de diez metros de largo por cinco de ancho (veinte codos de largo por diez de ancho era la extensión del recinto llamado santo en el templo). El número no parece tener ningún sentido alegórico. Zacarías escogió este número según las dimensiones conocidas del santo del antiguo templo. Como sacerdote, procura sacar sus símbolos de su ambiente cultual, como antes calcó la visión del candelabro sobre el famoso candelabro del templo con siete brazos. Las dimensiones, pues, del rollo volando se dan para indicar las grandes proporciones del mismo, lo suficientes para llamar la atención. Ese rollo volando simboliza la maldición que sale sobre la tierra (v.3).
El profeta, pues, concibe a la justicia divina como planeando sobre la tierra de Palestina para descargar sus maldiciones sobre los ladrones y perjuros ! Entre los repatriados había muchos que vivían al margen de la Ley de Dios, a pesar de las pruebas pasadas. Y por eso Dios quiere purificar la tierra santa de todos los pecadores, que serán arrojados fuera. La maldición caerá sobre la casa del ladrón,. (v.4) para arruinarla totalmente, consumiendo hasta sus maderas y piedras. Será como una polilla, que todo lo consume lentamente.

La visión del
efa volando (5-11).
5 Apareció el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza tus ojos y mira lo que aparece. 6 Yo dije: ¿Qué es? Y él me respondió: Es un efá que aparece, y añadió: Es su iniquidad en toda su tierra. 7 Y vi que se alzaba una tapadera de plomo, y en medio del efá estaba sentada una mujer. 8 El me dijo: Ahí tienes a la iniquidad, y la echó en medio del efá y tapó su boca con la tapadera de plomo. 9 Yo alcé los ojos y vi aparecer dos mujeres. Soplaba el viento en sus alas, que eran como alas de cigüeña, y alzaron el efá entre la tierra y el cielo. 10 Yo dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Adonde llevan el efá? n El me respondió: A hacerle casa en la tierra de Senaar para prepararla y colocarla allí sobre su asiento2.

Nueva visión sobre la purificación del país de Yahvé. El profeta ve un efá en el aire (recipiente de áridos de unos 39 1.); en él, según la explicación del ángel, va la iniquidad, figurada en una mujer (v.7) que está acurrucada en ella. El ángel abre la tapadera de plomo para que el profeta la contemple. Como ella hace ademán de querer salir, el ángel cierra de nuevo. Después aparecen dos mujeres con alas como de cigüeña (v.9), que levantan el efá entre el cielo y la tierra y se lo llevan a la tierra de Senaar o Babilonia (v.11), donde será depositado para quedar allí de modo permanente. El simbolismo de la visión es claro, pues el mismo profeta nos da la clave para su significado. La iniquidad va a desaparecer de la tierra santa para habitar en el sitio tradicional del paganismo impuro, la Mesopotamia, de tristes recuerdos para los repatriados. La visión, pues, continúa el pensamiento de la anterior, en cuanto que se urge la pureza ideal en que va a quedar la tierra de Yahvé para que surja la nueva teocracia.

1 El texto griego dice, en vez de el ladrón será arrojado, será castigado, versión que prefiere D. Buzy (o.c., p.377)· 2 El texto hebreo es oscuro. La Bib. de Jér. traduce: para preparar un zócalo donde lo colocarán.