Malaquías 1 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 14 versitos |
1 Oráculo. Palabra de Yahvé a Israel por medio de Malaquías:
2 Yo os he amado, dice Yahvé, 1 y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿Esaú no es hermano de Jacob? oráculo de Yahvé; sin embargo, he amado a Jacob"
3 y he detestado a Esaú, y he hecho de sus montañas campo de devastación,y de su heredad, pastizales de desierto.
4 Y si Edom dijere: Hemos sido aplastados, pero reconstruiremos las ruinas, así dice Yahvé de los ejércitos: Ellos reconstruirán, pero yo destruiré. Y los llamarán “tierra de impiedad” y “pueblo contra el que se irritó para siempre Yahvé.”
5 Vuestros ojos lo verán y diréis: Grande es Yahvé más allá del territorio de Israel.
6 El hijo honra a su padre y el siervo terne a su señor,Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honra Si yo soy Señor, ¿dónde está mi temor? dice Yahvé de los ejércitos a vosotros, sacerdotes, que despreciáis mi nombre. Decís: ¿En qué menospreciamos tu nombre?
7 Ofrecéis en mi altar pan inmundo y decís: ¿En qué le hemos hecho inmundo?En decir: la mesa de Yahvé es despreciable.
8 Y ofrecer en sacrificio lo ciego, ¿no es malo? y ofrecer lo cojo o lo enfermo, ¿no es malo? Anda, haz presente de ello a tu gobernador, a ver si se complace en él y le será grato,dice Yahvé de los ejércitos.
9 Buscad, pues, el favor de Dios para que os sea propicio (por vuestra mano es hecho esto). ¿Os concederá benevolencia? dice Yahvé de los ejércitos.
10 ¡Oh si alguno de vosotros cerrara las puertas y no encendierais en vano el fuego de mi altar! No tengo en vosotros complacencia alguna, dice Yahvé de los ejércitos; no me son gratas las ofrendas de vuestras manos."
11 Porque desde el fondo del sol hasta el ocaso es grande mi nombre entre las gentes, y en todo lugar ha de ofrecerse a mi nombre un sacrificio humeante y una oblación pura, pues grande es mi nombre entre las gentes, dice Yahvé de los ejércitos.
12 Pero vosotros lo profanáis, diciendo: La mesa dé Yahvé es inmunda, y despreciables sus alimentos.
13 Y aun decís: ¡Oh qué fastidio! y lo despreciáis, dice Yahvé de los ejércitos, y ofrecéis lo robado, lo tomo, lo enfermo; lo presentáis como ofrenda. ¿Voy a complacerme yo aceptándolo de vuestras manos?"
14 ¡Maldito el fraudulento, que, teniendo en el rebaño machos y habiendo hecho un voto, sacrifica a Dios lo estropeado! Porque yo soy Rey grande, dice Yahvé de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las gentes.

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Introducción a Malaquías

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Malaquías.
Introducción.

Nombre y personalidad del profeta.
Malaquías (en hebreo Mal'aki: Mi mensajero, o transcribiendo con los LXX: Malaquías: Mal'akiyyah: Ángel de Yahvé) l es el nombre que la tradición da al último profeta escritor del A.T. Sin embargo, son muchos los autores que creen que Malaquías es un seudónimo (mi enviado) adoptado por un escritor anónimo en relación con el mi enviado o mi ángel de 3:1. San Jerónimo adopta la opinión de los judíos de su tiempo de que el autor de estos vaticinios fue el propio Esdras 2. De hecho, en la paráfrasis aramea del Pseudo-Jonatán aparece el nombre de Esdras intercalado en el v.1; y los LXX, en vez de transcribir el nombre propio de Malaquias, traducen de su mensajero. En el Talmud babilónico, el libro es atribuido a Mardoqueo 3.

Contenido y estructura del libro.
El tema general es el amor de Yahvé hacia Israel, que no es correspondido por los judíos. El profeta les presenta la gran protección de Yahvé para con su pueblo en la historia y la ingratitud de los israelitas para con El. En concreto, los sacerdotes son los que menos corresponden a esta calidad de elegidos de Dios, y procuran ofrecer en el templo lo peor de sus bienes y ganados. Por ello, Yahvé sustituirá estos actos de culto impuros por una oblación inmaculada en todo el orbe. Por otra parte, Yahvé enviará un juicio purificador para consumir a los pecadores. Podemos dividir el libro en dos partes:

1. Castigo de los pecados: 1:1-2:16.
Amor de Yahvé para con Israel: 1:2-5.
Recriminación a los sacerdotes por sus sacrificios mezquinos:
1:6-14.
Pena de los sacerdotes: 2:1-9. Recriminación al pueblo por sus pecados: 2:10-16.
2. Juicio divino: 2:17-3:24(4:6).
Anuncio del juicio: 2:17-3:5. Exhortación a la conversión: 3:6-12. y Venganza de Dios dando a cada uno según sus méritos: 3:13-21(4.3)·
Elias, precursor del juicio: 3:22-24(4:4-6).

La sección 3:22-24 del TM, correspondiente al 4:4-6 de los LXX y Vg 4, es considerada como un apéndice que no encaja en el esquema general del libro. El desarrollo del tema está en forma de diálogo, distribuido en seis discursos. El esquema es el siguiente: Dios o su profeta lanza una afirmación, a la que corresponden objeciones de parte del auditorio (sacerdotes o pueblo); después viene la defensa de la misma, hecha por Dios con reproches y amenazas.

Fecha de composición.
Podemos situar con bastante aproximación la composición del libro dentro del siglo v, porque aquí encontramos una serie de indicaciones sobre el estado de la vida social de la época que coinciden con la situación reflejada en los libros de Esdras y Nehemías. Así, se supone que el templo ya está edificado (fue inaugurado en 515 a.C.) 5; que Judá está sometida a un sátrapa o pejah 6; que los matrimonios mixtos están a la orden del día7, y que existen muchos abusos sociales de toda índole. Por todas estas indicaciones podemos colegir que el libro de Malaquías ha sido redactado a mediados del siglo V, cuando el primitivo fervor religioso de los repatriados se había entibiado y el culto era atendido sin graneles ilusiones religiosas, pues se ofrecían los dones más mezquinos 8.

Autenticidad.
No hay grandes dificultades sobre la unidad literaria del libro. Como antes hemos indicado, algunos autores creen que 3:22-24, por su carácter de apéndice, es una adición del compilador posterior. También ha suscitado dudas la autenticidad de 1:11-14 y 2:2; pero las razones para considerar estas secciones como glosas son muy subjetivas. Algunos autores han rebajado la época de composición del libro hasta los tiempos de los Macabeos 9; pero, en general, los comentaristas ponderados suponen que el libro es sustancialmente de un autor del siglo V a.C.

Texto y estilo.
El texto del libro de Malaquías está, en general, bastante bien conservado, lo que no quiere decir que no existan algunas lecciones oscuras e ininteligibles, y aun divergencias entre el TM y los LXX. El estilo es, como antes hemos indicado, en diálogo y en prosa, aunque ésta incluye secciones con manifiestos paralelismos de miembros y metro poético.

Mensaje doctrinal.
El profeta tiene que enfrentarse con una sociedad desilusionada que en gran parte ha perdido la fe en su Dios. Las condiciones de vida son tan miserables y en tan poca consonancia con las brillantes descripciones de los profetas preexílicos, que el desánimo y la indiferencia religiosa cundía por doquier. Yahvé parecía injusto con su pueblo elegido, ya que seguía sometido al extranjero; por otra parte, la sequía aumentaba la miseria general. El profeta sale al paso de estas cavilaciones, y proclama muy alto que premia la virtud 10 y castiga el pecado n; Yahvé ha tenido una particular providencia de Israel, pues en vez de castigarle por sus pecados hasta el exterminio, como hizo con Hedor 12, le ha perdonado. En realidad, Dios es como un padre 13, y es grande aun más allá de su territorio.14
Una característica de Malaquías es su interés por la vida del culto. Los profetas anteriores al destierro habían urgido sólo el cumplimiento de los deberes ético-sociales y la entrega del corazón a Dios, pero se desentendían, en general, de los problemas del culto, que concernían a los sacerdotes. Malaquías, en cambio, es celosísimo del esplendor del culto, como homenaje a Yahvé. Por eso recalca la obligación que todos tienen de contribuir con sus ofrendas y diezmos al sostenimiento del culto 15.
En tiempo de Darío I (521-486), el Estado persa proveía a las necesidades de culto; pero esta situación parece ya ha cambiado en tiempos de Malaquías, y el culto debe ser sostenido por los contribuyentes judíos. Naturalmente, el profeta no sólo urge la necesidad del cumplimiento del ritual externo del templo, sino que reclama también, como condición para agradar a Dios, la religión pura, basada en evitar toda clase de pecados, particularmente el adulterio, la magia y la opresión de los débiles 16. En esto empalma el profeta con los grandes profetas preexílicos. Como Esdras y Nehemías, se opone a los matrimonios con mujeres paganas 17.
Los sacerdotes deben dar ejemplo de vida pura e incontaminada y mostrar celo por los actos de culto 18. Precisamente porque no cumplen sus obligaciones sacrificiales, Yahvé va a inaugurar un nuevo culto que no va a estar vinculado al templo de Jerusalén, y se le ofrecerá una ofrenda pura desde el orto del sol al ocaso. Puesto que las ofrendas de los sacerdotes de Jerusalén eran tan mezquinas que no serían aceptadas por el gobernador persa 19, Dios se va a procurar otras más puras en toda la redondez de la tierra; Yahvé rechaza los sacrificios judíos: No tengo en vosotros complacencia alguna, dice Yahvé de los ejércitos; no recibiré ninguno de vuestras manos. 20
En su sustitución, Dios acepta las ofrendas puras hechas por el mundo gentil. La tradición cristiana ha visto en este anuncio el sacrificio de la Eucaristía, ofrecido por sacerdotes que no pertenecen al linaje levítico de Aarón, sino que en toda la redondez de la tierra levantan la Hostia pura e inmaculada, de la que los sacrificios del templo de Jerusalén eran su figura, y, por tanto, éstos habrían de perder su razón de ser al aparecer la Víctima por excelencia, Cristo en la cruz 21.

Canonicidad.
El libro de Malaquías ha sido admitido en el canon judaico y cristiano desde el principio y es reconocido como libro inspirado en los autores del Í. Ô. Jesucristo cita a Mal 3:1 (Mt 11:10). San Pablo cita en Rom 9:13 a Mal 1:2s. Como último de los profetas, selló toda la serie de los vaticinios, anunciando un nuevo orden de cosas cultual, y anunció el juicio que ha de preceder al advenimiento del Mesías, anunciado por el nuevo Elias, el Precursor, el Bautista 22: Haced penitencia, porque se acerca el reino de los cielos. 23

1 En 2 Sam 25:44 aparece un tal Paití, que es abreviación de Paltiel (2 Sam 3:15). - 2 San Jerónimo, Comm. in Mal. pról.: PL 25:15415.1569 (1617); Targum de Jonatán in Mal. 1:1. - 3 Cf. Talmud babilónico, Megillah 153. - 4 Los LXX y la Vulgata dividen el 0.3 del TM en dos partes; la última de las dos comenzaría en 3:19. - 5 Mal 1:10; 3:1.10. - 6 Mal 1:8. - 7 Mal 2:10-16; cf. Neh 5:1-3; 6:17-19; 13:7s. - 8 Mal 1:6-8.12-13; 2:17; 3:7-10.14- - 9 Es la opinión de Winckler, Spoer, Holtzmann. - 10 Mal 2:5; 3:10-1 2; 4:2. - 11 Mal 2:3; 4:1. - 12 Mal 1:3. - 13 Mal 3:17. - 14 Mal 1:5.11.14. - 15 Mal 1:6; 3:8.10. - 16 Mal 3:5 - 17 Mal 2:11 - 18 Mal 2:7; 11:7 - 19 Mal 1:8 - 20 Mal 1.10 - 21 Cf. Didaché 14:3; San Justino, Dial, cum Triph. 41: PG 6:564; San Ireneo, Adv. haer. 4:17:5: PG 7:10235; San Cipriano, Test. adv. lud. 1:16: PL 4:687 (715); San Agustín, De civ. Dei 18:35:3: PL 41:594. - 22 Cf. Mal 3:1-4-19-21 (4:1-3). - 23 Mt 3:2.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Malaquías 1,1-14

1. El Amor de Dios a Su Pueblo.

Oráculo contra Edom (1-5).
1 Oráculo. Palabra de Yahvé a Israel por medio de Malaquías: 2 Yo os he amado, dice Yahvé, 1 y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿Esaú no es hermano de Jacob? oráculo de Yahvé; sin embargo, he amado a Jacob 3y he detestado a Esaú, y he hecho de sus montañas campo de devastación,y de su heredad, pastizales de desierto. 4Y si Edom dijere: Hemos sido aplastados, pero reconstruiremos las ruinas, así dice Yahvé de los ejércitos: Ellos reconstruirán, pero yo destruiré. Y los llamarán tierra de impiedad y pueblo contra el que se irritó para siempre Yahvé. 5 Vuestros ojos lo verán y diréis: Grande es Yahvé más allá del territorio de Israel.

En el epígrafe inicial no se dice nada sobre la vida y marco histórico de Malaquías. Incluso su mismo nombre, que significa ángel de Yahvé, puede ser un seudónimo en consonancia con su calidad de mensajero de Dios a su pueblo1. Muchos comentaristas modernos suponen que el primer verso es obra de un redactor posterior, y el nombre de Malaquías provendría, según ellos, de lo que se dice en 3:1: enviaré a mi ángel (en hebreo Mal'akí). Los LXX traducen el v.1: palabra del Señor a Israel por mano de su ángel. En todo caso, no se dice nada de su persona, y, por tanto, bien puede ser un nombre simbólico inventado por un redactor posterior que no conociera al autor de estos oráculos.
Antes de centrar su atención contra los sacerdotes indignos, el profeta quiere declarar solemnemente que Yahvé ha amado de un modo particular a Israel, y prueba de ello es que ha enviado la devastación y la ruina sobre su enemigo tradicional, Esaú o Edom. Con ocasión de la destrucción de Jerusalén en 586 a.C. por los caldeos, los habitantes de Edom se ensañaron con los judíos vencidos, uniéndose a los vencedores. Con ello, la tradicional enemistad de los dos pueblos llegó al paroxismo.
De ahí que ahora el profeta, que habla un siglo después de la gran catástrofe, presente como un signo de amor particular para con el pueblo elegido la devastación de Edom. El profeta Abdías se hace eco de una destrucción masiva del país edomita, llevada a cabo probablemente por las tribus árabes que en el siglo í invadieron su territorio, estableciéndose allí de modo permanente y creando el reino nabateo.
Según la Biblia, Esaú (Edom) y Jacob eran hermanos uterinos, que estuvieron siempre en lucha 2, preludio y símbolo de las hostilidades que los pueblos israelita y edomita habían de mantener a través de la historia. Yahvé tuvo predilección por el hermano menor, Jacob, mientras que detestó a Esaú, en. el sentido de que antepuso aquél a éste. El mismo territorio en que Esaú tuvo que establecerse parece estar bajo una maldición divina, porque sus montañas son el símbolo de la devastación aun en su contextura geográfica (v.3). Pero, además, en virtud de una invasión enemiga promovida por Yahvé, su heredad se ha convertido en pastizales del desierto.
Y es inútil que los edomitas quieran reconstruir sus ruinas, porque Yahvé se encargará de enviar de nuevo la devastación (v.4). En efecto, los edomitas fueron suplantados en su territorio por los nabateos, que crearon una brillante civilización al contacto con la cultura helénica. Los edomitas tuvieron que correrse hacia el occidente y penetrar en el territorio meridional de Judá para poder subsistir. En 125 a.C. fueron sometidos por Juan Hircano y obligados a circuncidarse 3. Edom, pues, no volverá a recuperar su poderío antiguo, y en ello deben ver los judíos la omnipotencia de Yahvé, que se extiende aun más allá de su territorio de Judá (v.5)4.

Reprensión de los sacerdotes (6-10).
6 El hijo honra a su padre y el siervo terne a su señor,Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honra Si yo soy Señor, ¿dónde está mi temor? dice Yahvé de los ejércitos a vosotros, sacerdotes, que despreciáis mi nombre. Decís: ¿En qué menospreciamos tu nombre? 7Ofrecéis en mi altar pan inmundo y decís: ¿En qué le hemos hecho inmundo?En decir: la mesa de Yahvé es despreciable. 8 Y ofrecer en sacrificio lo ciego, ¿no es malo? y ofrecer lo cojo o lo enfermo, ¿no es malo? Anda, haz presente de ello a tu gobernador, a ver si se complace en él y le será grato,dice Yahvé de los ejércitos. 9 Buscad, pues, el favor de Dios para que os sea propicio (por vuestra mano es hecho esto). ¿Os concederá benevolencia? dice Yahvé de los ejércitos. 10¡Oh si alguno de vosotros cerrara las puertas y no encendierais en vano el fuego de mi altar! No tengo en vosotros complacencia alguna, dice Yahvé de los ejércitos; no me son gratas las ofrendas de vuestras manos.

Si Yahvé ha mostrado su especial predilección por Israel, ¿por qué no se le da el honor debido como Señor y Padre de su pueblo ? En particular, los sacerdotes, por ser la porción selecta de Israel, están llamados a dar ejemplo y a dirigir al pueblo, y son los primeros prevaricadores de la Ley, ya que ofrecen a su Dios un pan inmundo o mancillado por las malas disposiciones interiores de los oferentes, y, por otra parte, ofrecen las víctimas defectuosas, reservándose para sí las mejores. Esto es un desprecio implícito a Dios 5. Irónicamente, el profeta les invita a presentar estas dádivas al gobernador o pejah persa (v.8). Esta indicación es preciosa para encuadrar históricamente el vaticinio en la época de la dominación persa.
Después el profeta recalca que con estas disposiciones de mezquindad de corazón respecto de su Señor y Dios es inútil aspirar a conseguir su benevolencia: Buscad el favor de Dios. (v.9). Ellos son responsables de sus malas acciones (por vuestra mano es hecho esto), y por eso no es fácil que consigan su gracia: ¿os concederá benevolencia? La respuesta implícita es negativa. Un culto en tales condiciones no puede agradar a Dios, y sería preferible que cerraran las puertas del templo y no encendieran en vano el fuego del altar (v.10).
Un culto sacrilego no puede agradar a Dios, sino más bien enojarle. Las ofrendas en estas condiciones no le son gratas. Tanto las oblaciones incruentas como los sacrificios cruentos llevaban el sello del desprecio hacia Dios, y, como tales, no son aceptables. Dios, por ello, establecerá un nuevo sacrificio puro y universal que no estará vinculado a los indignos descendientes de Leví.

El sacrificio de la nueva Ley (11-14).
11 Porque desde el fondo del sol hasta el ocaso es grande mi nombre entre las gentes, y en todo lugar ha de ofrecerse a mi nombre un sacrificio humeante y una oblación pura, pues grande es mi nombre entre las gentes, dice Yahvé de los ejércitos. 12 Pero vosotros lo profanáis, diciendo: La mesa dé Yahvé es inmunda, y despreciables sus alimentos. 13 Y aun decís: ¡Oh qué fastidio! y lo despreciáis, dice Yahvé de los ejércitos, y ofrecéis lo robado, lo tomo, lo enfermo; lo presentáis como ofrenda. ¿Voy a complacerme yo aceptándolo de vuestras manos? 14¡Maldito el fraudulento, que, teniendo en el rebaño machos y habiendo hecho un voto, sacrifica a Dios lo estropeado! Porque yo soy Rey grande, dice Yahvé de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las gentes.

En contraposición a los sacrificios mezquinas ofrecidos en el templo de Jerusalén, el profeta anuncia un nuevo sacrificio humeante y una oblación pura 6 en todo el orbe, desde el fondo del sol hasta el ocaso; y ese sacrificio es calificado de oblación pura, y, como tal, agradable a Dios. La perspectiva del profeta se ensancha desmesuradamente, y un vaticinio universalista es proclamado a todos los pueblos. Se ha discutido mucho el sentido preciso de las palabras cíe Malaquías. Los comentaristas han dado diversas opiniones.
Asi, se ha propuesto que el profeta pensaba en los prosélitos judíos, que estaban extendidos por todos los lugares donde había comunidades judaicas en la diáspora. De hecho sabemos que en la época persa los judíos de la colonia militar de Elefantina, en el Alto Egipcio, tenían su templo y sus sacrificios, a pesar de la prohibición de la multiplicidad de los lugares de culto. No han faltado quienes, siguiendo a Teodoro de Mopsuestia, hayan propuesto que Malaquías se refería con sus misteriosas palabras a los sacrificios que los paganos ofrecían en todo el ámbito del orbe a sus dioses, como símbolo de sumisión al Dios supremo, que no era otro que el Yahvé de los judíos; pero es difícil suponer que Malaquías, que rechazaba como impuros los sacrificios del templo de Jerusalén, aceptara como puros los ofrecidos por los paganos de su tiempo en los templos idolátricos.
La interpretación más obvia en el contexto es suponer que el profeta piensa en un nuevo estado de cosas en los tiempos mesiánicos, pues habla de cerrar las puertas del templo y de la sustitución del sacrificio tradicional de Jerusalén por una oblación pura. En este supuesto, el vaticinio de Malaquías encuadra bien en el universalismo de otras profecías en las que se habla de la entrada de los gentiles en la comunidad judía para participar de la Ley y culto de Yahvé 7. El anuncio, pues, de Malaquías es mesiánico, ya que proclama un nuevo estado de cosas desde el punto de vista cultual. La ley de la unicidad del culto será abrogada, y un nuevo culto (el profeta no especifica el modo) se extenderá por todo el universo.
La tradición cristiana ha visto el cumplimiento de esta profecía en el sacrificio de la Eucaristía y en la adoración en espíritu y en verdad de todos los seguidores de Cristo 8.
Después de anunciar este sacrificio universalista y superior al actual del templo, el profeta vuelve a recriminar a los sacerdotes por sus mezquinos sacrificios y por la negligencia con que cumplen sus deberes rituales (aun decís: ¡Qué fastidio!).

1 Algunos autores antiguos de la época patrística citan el libro como el del ángel (cf. Tertuliano, Adi>. íud. 5; San Crisóstomo, Hom. 14 n Ep. ad Heb.). - 2 Cf. Gen_25:225. - 3 Cf. Flavio Josefo , Ant. XIII 9:1. - 4 Sobre la doctrina del dominio de Yahvé sobre otros pueblos véase Am c.i-2; 9,?s. - 5 Sobre las cualidades de las ofrendas y víctimas del sacrificio véase Lev_22:225; Deu_15:21. - 6 Los LXX traducen: en todo lugar se ofrece incienso a mi nombre y una oblación pura. - 7 Cf. Miq_4:1; Sof_3:9; Age_2:7; Zac_8:20s. e-Jua_4:24.