Numeros  21 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 35 versitos |
1 El cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Negueb, al oír que venía Israel por el camino de Atarim, los atacó y tomó prisioneros.
2 Hizo entonces Israel voto a Yahvé, diciendo: “Si entregas a este pueblo en mis manos, yo destruiré sus ciudades.”
3 Oyó Yahvé la voz de Israel, y le entregó el cananeo, a quien dio al anatema, destruyéndolos a ellos y a sus ciudades, por lo cual fue llamado aquel lugar Jormá.
4 Partiéronse del monte Hor en dirección al mar Rojo, rodeando la tierra de Edom; y el pueblo, impaciente,"
5 murmuraba por el camino contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Por qué nos habéis sacado de Egipto a morir en este desierto? No hay pan ni agua y estamos ya cansados de un tan ligero manjar como éste.”
6 Mandó entonces Yahvé contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murió mucha gente de Israel.
7 El pueblo fue entonces a Moisés y le dijo: “Hemos pecado murmurando contra Yahvé y contra ti; pide a Yahvé que aleje de nosotros las serpientes.” Moisés intercedió por el pueblo,"
8 y Yahvé dijo a Moisés: “Hazte una serpiente de bronce y ponía sobre un asta, y cuantos mordidos la miren, sanarán.”
9 Hizo, pues, Moisés una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; y cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se curaba."
10 Partiéronse los hijos de Israel y acamparon en Obot;"
11 y partidos de Obot, acamparon junto a lye-Abarim, en el desierto que hay frente a Moab, al oriente.
12 Partidos de allí, acamparon junto al torrente Zared;"
13 y partidos de allí, acamparon a la otra orilla del Amón, en el desierto, que proviene del confín de los amorreos, pues el Amón es confín de Moab, entre Moab y los amorreos.
14 Por eso se decía en el libro de las “Guerras de Yahvé”: “Contra Vaheb en Sufá, contra el torrente de Amón”
15 las angosturas del torrente que se extiende hacia la y se apoya en los confines de Moab.” (región de Ar)
16 De allí vinieron a Beer; es el pozo a que se refería Yahvé cuando dijo a Moisés: “Reúne al pueblo y yo le daré agua.”
17 Entonces cantó Israel este canto: “Mana, pozo; cantadle."
18 Pozo cavado por los príncipes, alumbrado por los nobles del pueblo con sus cetros, con sus bastones.”
19 (TEXTO OMITIDO)
20 (TEXTO OMITIDO)
21 Israel mandó embajadores a Seón, rey amorreo, para decirle:
22 “Déjanos pasar por tu territorio; no iremos ni por los campos ni por las viñas, ni beberemos el agua de tus pozos; iremos por el camino real hasta salir de tus fronteras.”
23 Seón se negó a dejar pasar a Israel por su territorio, y, reuniendo a toda su gente, salió al encuentro de Israel en el desierto y le dio la batalla en Yahsa.
24 Israel le derrotó al filo de la espada, y se apoderó de su tierra desde el Amón hasta el Yaboq, hasta los hijos de Amón, pues Yahsa era frontera de los amonitas.
25 Conquistó Israel todas estas ciudades, y habitó en las ciudades de los amorreos, en Hesebón y en todas las ciudades que de ella dependen,
26 pues Hesebón era la residencia de Seón, rey de los amorreos, que había hecho antes la guerra al rey de Moab, y se había apoderado de toda su tierra hasta el Amón.
27 Por eso cantaban los trovadores: “Id a Hesebón, edificad y fortificad la ciudad de Seón.
28 Fuego ha salido de Hesebón, llama de la ciudad de que devoró las ciudades de Moab [Seón; y consumió las alturas del Amón."
29 ¡Ay de ti, Moab! Has perecido, pueblo de Gamos; fueron dados a la fuga tus hijos, y sus hijas por cautivas del rey de los amorreos."
30 Pero al rey de los amorreos, Seón, le han arrebatado el noval desde Hesebón hasta Dibón. Y sus mujeres, humilladas, hasta tener que encender el fuego en Mádaba.”]
31 Así habitó Israel en la tierra de los amorreos.
32 Mandó Moisés reconocer a Yazer, y se apoderaron de las ciudades que de ella dependían, expulsando de ellas a los amorreos que allí habitaban;"
33 y volviéndose, subieron camino de Basan, saliéndoles al encuentro Og, rey de Basan, con todo su pueblo para la batalla en Edray.
34 Yahvé dijo a Moisés: “No le temas, que a tus manos te lo entregaré, a él, a su pueblo y toda su tierra, y harás con él lo que hiciste de Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón.”
35 Y le derrotaron a él y toda su gente, hasta no dejar ni uno, y se apoderaron de su tierra.

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Introducción a Numeros 

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Números.

Introducción.
El cuarto libro del Pentateuco lleva entre los hebreos el título de wayedabber (y dijo), que son las palabras con que empieza el TM1. Sin embargo, en las modernas Biblias hebraicas se le llama Benidbar (en el desierto), que es la quinta palabra hebrea del TM. Los LXX le pusieron un nombre alusivo al censo con que comienza el libro, traducido por la Vg Numeri, y así pasó a las lenguas modernas.

Contenido y División.
El título Números no da idea del contenido del libro, ya que el empadronamiento de las tribus sólo comprende algunos capítulos. Por eso es más significativo el título de las Biblias hebraicas actuales: En el desierto, ya que relata las incidencias de la azarosa marcha desde el Sinaí a Cades y después desde esta localidad (donde permanecieron los israelitas treinta y ocho años) hasta las estepas de Moab, frente a la tierra prometida. El libro es una miscelánea en la que se intercalan hechos históricos y leyes, no siendo fácil establecer una división lógica y clara. Podemos establecer una división atendiendo a los distintos escenarios geográficos: a) en el Sinaí (1:1-10:10); b) en el desierto de Cadesbarne (10:11-22:1); c) en las estepas de Moab, frente al Jordán (22:2-36:13). La duración de estas diversas etapas es muy desigual: diecinueve días en la primera, treinta y ocho años en la segunda y cinco meses para la tercera.
En la primera parte se acaba la organización del pueblo y del tabernáculo, según el plan comenzado en Éxodo. Al censo de las doce tribus, que nos da la cifra de 603.550 hombres de guerra, sigue el de los levitas destinados al servicio del santuario, 22.000 varones, contados desde un mes para arriba. El segundo empadronamiento, referido en el c.26, nos da la misma cifra. El pueblo es concebido como un ejército ordenado que se mueve con sus enseñas y jefes. La segunda sección comprende la fatigosa marcha hacia Cades, al sur de Bersabé. Los israelitas habían tomado esta dirección con ánimo de penetrar por el sur de Canaán, pero la cobardía les hizo desistir, y Dios los castigó a permanecer toda una generación en las estepas de Cades, donde no faltan algunos oasis. Después de treinta y ocho años de estancia se dirigieron hacia Edom; pero, al negárseles el paso, tuvieron que bajar hasta el golfo de Elán (Akaba) y subir por la frontera oriental de Edom y Moab hasta internarse frente al Jordán en las cercanías de Jericó. En la última parte se narran las victorias sobre los amorreos y los vaticinios de Balaam, la distribución de la Jordania septentrional entre Rubén, Gad y parte de Manasés.
En cada sección hay un grupo legislativo que interrumpe el hilo de la narración histórica. En general son leyes que apenas dicen relación con el contexto histórico, y son como suplementos a otras dadas anteriormente2, aunque hay algunas nuevas3.

Composición del Libro.
Aunque el libro tiene cierta unidad por el marco geográfico en que se encuadran los hechos y las leyes, sin embargo no existe unidad literaria. No hay ligazón entre los hechos y las partes legislativas, y los mismos hechos aparecen sin contornos cronológicos precisos, siendo a veces difícil señalar la prioridad entre ellos. Por todo esto, nos encontramos con el hecho de la complejidad de documentos utilizados por el último redactor. Encontramos relatos duplicados paralelos. También las secciones legislativas aparecen algunas veces duplicadas4. Supuesta esta composición, encontramos en Números tradiciones diversas que arrancan de la época del desierto y otras más recientes que llegarían a los tiempos de Esdras. Como en los otros libros, debemos admitir un núcleo primitivo histórico-legislativo de la época mosaica y un desarrollo posterior en los tiempos de la monarquía y aun después del exilio.

Historicidad de los Relatos.
Prescindiendo de las idealizaciones sobre el número de los israelitas, su organización y sobre otros hechos en conjunto, podemos decir que los hechos revelan la época del desierto y la geografía de la estepa. Las alusiones al hecho de que Moisés registró por escrito los lugares donde acampaban los israelitas nos dan una pista para entender cómo se han podido conservar los recuerdos de la vida del desierto5. Las incidencias del desierto, las impaciencias del pueblo, su nostalgia de los manjares característicos de Egipto6, encajan bien en la época mosaica. La lucha de Moisés contra las ingratitudes e inconstancia del pueblo es perfectamente verosímil en su cargo de jefe responsable de la marcha por el desierto, prometiéndoles una tierra feraz que no acababan de alcanzar. La prolongación de la estancia fue una gran prueba para la fe de Moisés y para su fortaleza excepcional. Moisés lo era todo: un rey, un legislador, un sacerdote y un profeta,7 y este carácter particular del gobierno de Moisés queda patente en relatos de Números8. Con su fuerte personalidad logró dominar a unas tribus recalcitrantes compuestas por gentes de dura cerviz.

Doctrina Religiosa.
a) Monoteísmo. Yahvé es el Señor que guía a Israel y vence a los enemigos. La victoria sobre los reyes amorreos es una prueba de la protección divina sobre su pueblo. Los oráculos de Balaam son una prueba del poder de Yahvé sobre los mismos gentiles, que terminan por reconocer su gloria. Israel es su hijo, y Yahvé le guía en su marcha hacia la tierra prometida9. Su santidad debe ser respetada; por eso el campamento de los israelitas debe ser convenientemente repartido, de forma que junto al tabernáculo estén sólo los levitas y sacerdotes. Las leyes de pureza deben ser cuidadosamente guardadas por el pueblo para entrar en relaciones con la divinidad.
b) Culto. Se da gran importancia a las regulaciones cultuales, para garantizar la santidad exigida al pueblo antes de acercarse a su Dios. Se destacan los privilegios de la clase sacerdotal (rebelión y castigo de Coré, Datan y Abirón). Se menciona al sumo sacerdote10, se indican los derechos de los sacerdotes y de los levitas11, que son sus auxiliares. Se enumeran los sacrificios diversos, y entre ellos el cotidiano o perpetuo, que no es mencionado en el Levítico12. Es propio de Números la fiesta de la Neomenia o luna nueva.13 Es un eco de la vida nómada del desierto, aunque no aparece en legislaciones anteriores. Es propia de este libro la oblación de harina y aceite en los sacrificios14, como se hacía en Babilonia15. Como hemos indicado, la legislación mosaica no es una creación totalmente original, sino que en muchos casos es una adaptación de ritos ancestrales de las tribus, conforme a la ley de la condescendencia de Dios con su pueblo para llevarle poco a poco a través de ritos externos, algunos comunes con las religiones paganas, a una forma superior de culto16.

1 Cf. San Jerónimo, Praef. in libros Sam. et Mal: PL 28,552. 2 Cf. Núm 5:5-8 y Lev 6:1-7; Núm 9:6-14 y Ex 12; Núm_15:1-15 y Lev c. 1-5. 3 Núm 6:1-21. 4 Las fiestas (Núm c.28-29 y Éxo_23:14-29 ; Lev 13; Dt 16); oblaciones ( Núm_15:1-16 ; c.18-19 y Lev c. 1-7.22; 17-30); funciones de los levitas (Núm c.3-4 y 18); sacrificios ( Núm_15:22-31 y Lev 4:13-35); ciudades de refugio ( Núm_35:9-34 y Dt 19:1-13). 5 Cf 33:1-2. 6 11.S. 7 Filón, De vita Mosis III 23. 8 Núm 12:1-15; 16:12-15. 9 Núm 10:33; 10:35; 21:14. 10 Núm 35:25-28; 32. 11 Núm 3:10; 4:11-16; 18:5-7; 5:5-10; 6:19-20; 15:20-21; 18:8-19. 12 Pero aparece en Ex 29:38-42. 13 Núm 28:11-15. 14 Num 15:1-16; 0:28-29. En Lev 2 Se Habla De Estas Oblaciones, Pero Separadas De Los Sacrificios. 15 Cf. F. Martin, Textes religieux assyiriens et babyloniens (1903) p.XVIII-XIX.243.253. 16 Sobre la condescendencia o synkatabasis de Dios en el A.T., véase H. Pinard De La Boullaye, Les inflltrations paíennes dans l'ancienne Loi, d'aprés les Peres et l'Église: Rech. de Se. Reí. (1919) p.199-200. En los Santos Padres: San Justino, Dialog. n.Í8.23: PG 6, 516.520-521.525; San Ireneo, Cont. haer. IV 14,3: PG 7,1011; Tertuliano, Ad. More, II 18: PL 2,306; Orígenes, In Num. hom. 17 n.1: PG 12,703; San Jerónimo, In Ez. VI 20: PL 25,194; Epist. 73,3: PL 22,678; Tomás de Aquino, 1-2 q.102 3.3.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Numeros  21,1-35

21. Camino de Moab.
S igue la narración con una serie de incidentes, algunos de ellos, como la victoria sobre los cananeos, desplazados de su contexto histórico; pero, en conjunto, los hechos resultan perfectameni verosímiles en la azarosa marcha de los israelitas hacia la tierra de Canaán.

Victoria Sobre el Rey de Arad (1-3).
1El cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Negueb, al oír que venía Israel por el camino de Atarim, los atacó y tomó prisioneros. 2Hizo entonces Israel voto a Yahvé, diciendo: Si entregas a este pueblo en mis manos, yo destruiré sus ciudades. 3Oyó Yahvé la voz de Israel, y le entregó el cananeo, a quien dio al anatema, destruyéndolos a ellos y a sus ciudades, por lo cual fue llamado aquel lugar Jormá.

Este relato está, sin duda, fuera de lugar. Generalmente, los críticos creen que se trata de un incidente posterior que tuvo lugar cuando las tribus israelitas entraron a sangre y fuego en Canaán. En Jue_1:17 se dice que las tribus de Judá y Simeón conquistaron una ciudad al sur del Negueb, llamada Safat, a la que cambiaron el nombre en Jormá, o condenada al anatema (jérem). Quizá se trate del mismo hecho, y el hagiógrafo haya trasladado esta victoria al tiempo de Moisés para deshacer el mal efecto de la derrota que los israelitas sufrieron en Jormá al querer atacar a Canaán por el sur1. Israel, vencido en alguna escaramuza por el rey cananeo de Arad en el Negueb2, en el camino de Atarim, que debía de ser la ruta caravanera3 que iba de Cades al Negueb, se rehizo y volvió a la lucha, haciendo voto a Yahvé de entregar al anatema o destrucción,(jérem) las ciudades conquistadas si obtenía la victoria. Según las leyes de la guerra entonces vigentes, el vencedor se creía dueño de las vidas y haciendas de los vencidos. Por eso se apropiaba los .Henes y reducía a esclavitud a las personas que hubieran quedado con vida. Con este voto, Israel renuncia a esas ventajas dé la guerra, y consagra a su Dios por la destrucción los bienes conquistados, haciendo de ello un don a su Dios. Era la ley del jérem o anatema, costumbre bárbara seguida por Israel y tomada del ambiente histórico, dándola un supuesto sentido religioso. En la inscripción del rey de Moab, Mesa, leemos: Y Camós (dios de Moab) me dijo;
Ve y toma a Nebo contra Israel. Y partí de noche y la combatí desde la aurora hasta el mediodía y la tomé. Y los maté a todos: siete mil hombres, jóvenes, mujeres y doncellas y esclavas, porque yo había hecho el jérem a Astor-Camós.4 No podemos decir, pues, que esta ley sea privativa de Israel, sino que es una de tantas costumbres bárbaras de los antiguos, practicada también por Israel5.

La Serpiente de Bronce (4-9).
4Partiéronse del monte Hor en dirección al mar Rojo, rodeando la tierra de Edom; y el pueblo, impaciente, 5murmuraba por el camino contra Dios y contra Moisés, diciendo: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto a morir en este desierto? No hay pan ni agua y estamos ya cansados de un tan ligero manjar como éste. 6Mandó entonces Yahvé contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murió mucha gente de Israel. 7El pueblo fue entonces a Moisés y le dijo: Hemos pecado murmurando contra Yahvé y contra ti; pide a Yahvé que aleje de nosotros las serpientes. Moisés intercedió por el pueblo, 8y Yahvé dijo a Moisés: Hazte una serpiente de bronce y ponía sobre un asta, y cuantos mordidos la miren, sanarán. 9Hizo, pues, Moisés una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; y cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se curaba.

Israel partió del monte Hor, en que dejó enterrado a Aarón, en dirección sudeste, hacia el mar Rojo. El camino que sigue es el del Araba, o sea, la prolongación del valle del Jordán y del mar Muerto, que va a terminar al golfo elanítico o de Akabah. Es terreno mísero e inhóspito y sin agua. Y no es de maravillar que el pueblo, fatigado, protestase, según era costumbre en todas las contrariedades, añorando la abundancia de Egipto y despreciando el maná, ligero manjar (v.6), ? de poco valor nutritivo6. Dios, en castigo, les envió serpientes venenosas, lit. quemadores, por las fiebres altas que producían sus picaduras, que no son raras por la estepa. Reconociendo en ello un castigo, los israelitas piden a Moisés que les libre de esta plaga. Por orden divina hace una serpiente de bronce7, y la levanta en un palo, para que los israelitas al verla consigan la curación. Se ha querido ver en este relato un vestigio de la ofiolatría, o culto a las serpientes entre los orientales. En Gezer se ha encontrado una serpiente metálica; en Susa y en Babilonia se han descubierto diversos amuletos en forma de serpiente. Y en las minas de cobre de Fuñón (cerca del lugar donde tuvo lugar el incidente bíblico) se han encontrado láminas metálicas en forma de serpiente, preparadas sin duda para usos supersticiosos. De aquí se ha querido deducir que el hagiógrafo asocia estos restos metálicos de aquella región con un milagro de Moisés relacionado con las mordeduras de las serpientes. Desde luego que el hagiógrafo no atribuye un valor mágico a la serpiente de bronce levantada por Moisés, sino que ve en ella un símbolo del poder curativo de Dios. La serpiente siempre ha sido relacionada con la medicina, porque a ella se atribuían determinadas virtudes curativas. El autor del libro de la Sabiduría hace la exégesis del pasaje bíblico: La serpiente era un símbolo de salvación que otorgaba la salud, no por la virtud de la figura que tenían bajo sus ojos, sino por Aquel que es el Salvador de todos.8 Los israelitas, en tiempo de Ezequías, daban culto a una serpiente de bronce llamada Nejustan (de nejóset, bronce), y la consideraban como la utilizada por Moisés para curar a los israelitas. El piadoso rey la hizo despedazar para evitar los abusos idolátricos9. Jesucristo alude al hecho del desierto, y ve en la serpiente levantada por Moisés un tipo de su elevación en la cruz: Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en El tenga la vida eterna.10 Los Santos Padres han desarrollado este simbolismo manifiesto en el poder curativo de la serpiente y de Cristo en la cruz. En todo caso, Moisés, al levantar la serpiente, no creía emplear un procedimiento mágico para curar, sino destacar y simbolizar la omnipotencia divina, que curaba a los israelitas. A nuestra mentalidad resulta extraña la elección de este símbolo, pero debemos trasladarnos a la mentalidad oriental de los antiguos israelitas para comprenderlo, como tenemos que ser comprensivos con otros ritos extraños del Antiguo Testamento.

Itinerario a Través de Edom (10-20).
10Partiéronse los hijos de Israel y acamparon en Obot; 11y partidos de Obot, acamparon junto a lye-Abarim, en el desierto que hay frente a Moab, al oriente. 12Partidos de allí, acamparon junto al torrente Zared; 13y partidos de allí, acamparon a la otra orilla del Amón, en el desierto, que proviene del confín de los amorreos, pues el Amón es confín de Moab, entre Moab y los amorreos. 14Por eso se decía en el libro de las Guerras de Yahvé:

Contra Vaheb en Sufá, contra el torrente de Amón
15las angosturas del torrente que se extiende hacia la
y se apoya en los confines de Moab.
(región de Ar)

16De allí vinieron a Beer; es el pozo a que se refería Yahvé cuando dijo a Moisés: Reúne al pueblo y yo le daré agua. 17Entonces cantó Israel este canto:
Mana, pozo; cantadle.
18Pozo cavado por los príncipes,
alumbrado por los nobles del pueblo
con sus cetros, con sus bastones.


Del desierto fueron a Matana;
19de Matana a Najaliel, de Najaliel a Bamot, 20de Bamot al valle que hay en los llanos de Moab, a la cima del Fasga, que domina el desierto.

Continuando su camino por el Araba, Israel llegó a Asiongaber (golfo de Elán), para volver luego hacia el norte, siguiendo la frontera oriental de Edom y Moab, hasta el Amón, que separaba el reino de Moab del amor reo Seón. El itinerario es incompleto, y hay que llenar el vacío con textos de Deu_10:7 y Núm 33. La primera estación, Obot, es difícil de identificar; pero se propone un lugar al este de Edom11. lye-Abarim significa ruinas de Abarim, y se la ha querido identificar con jhbet-Ai, el áßá del mapa de Mádaba12. El torrente Zared es identificado con Wady el-Hesa, al sudeste del mar Muerto13. El Amón es identificado comúnmente con Seil el-Mogib, que tiene un lecho profundo, y así señala el límite septentrional de Moab14. El texto cita a continuación un relato épico del libro Guerras de Yahvé, en el que se cantaban las gestas de Yahvé en favor de su pueblo, y quizá sea el mismo libro llamado Libro del Justo, también de carácter épico, citado en otros lugares15. Las localidades de Vaheb y Sufá son desconocidas; en cambio, Ar debe de ser Ar-Moab, la antigua capital del país16. La nueva estación de Beer, que significa pozo, debe de aludir a un alumbramiento inesperado de agua, debido a la ínter vención milagrosa de Yahvé (v.1 6). Con este motivo, un poeta, en el momento solemne en que los jefes de las tribus descubrían con sus bastones el pozo recién abierto y tapado para la inauguración solemne, declaraba la pertenencia del pozo a una tribu: pozo cavado por los príncipes, alumbrado por los nobles del pueblo con sus cetros, con sus bastones (v.18). En la poesía beduina popular son frecuentes estos cantos cuando se inaugura un pozo: ¡Brota, corre a borbotones agua...! Es el paralelo del ¡Mana, pozo! del v.17b17. Matana y Najaliel son localidades no identificadas. Bamot puede ser el Bet Bamot de la estela de Mesa18. Los llanos de Moab es la meseta moabítica al norte del Amón. La cima de Fasga es identificada con Ras es-Siaga, a cuatro kilómetros del monte Nebo19, y domina el desierto o yesimon, región al pie del Fasga, cuyo nombre puede rastrearse quizá en el Sueimeh (Jirbet) actual20.

Victoria Sobre los Amorreos (21-35).
21Israel mandó embajadores a Seón, rey amorreo, para decirle: 22Déjanos pasar por tu territorio; no iremos ni por los campos ni por las viñas, ni beberemos el agua de tus pozos; iremos por el camino real hasta salir de tus fronteras. 23Seón se negó a dejar pasar a Israel por su territorio, y, reuniendo a toda su gente, salió al encuentro de Israel en el desierto y le dio la batalla en Yahsa. 24Israel le derrotó al filo de la espada, y se apoderó de su tierra desde el Amón hasta el Yaboq, hasta los hijos de Amón, pues Yahsa era frontera de los amonitas. 25Conquistó Israel todas estas ciudades, y habitó en las ciudades de los amorreos, en Hesebón y en todas las ciudades que de ella dependen, 26pues Hesebón era la residencia de Seón, rey de los amorreos, que había hecho antes la guerra al rey de Moab, y se había apoderado de toda su tierra hasta el Amón. 27Por eso cantaban los trovadores:

Id a Hesebón, edificad y fortificad la ciudad de Seón.
28Fuego ha salido de Hesebón, llama de la ciudad de
que devoró las ciudades de Moab
[Seón; y consumió las alturas del Amón.
29¡Ay de ti, Moab! Has perecido, pueblo de Gamos;
fueron dados a la fuga tus hijos,
y sus hijas por cautivas del rey de los amorreos.
30Pero al rey de los amorreos, Seón,
le han arrebatado el noval desde Hesebón hasta Dibón.
Y sus mujeres, humilladas, hasta tener que encender el fuego en Mádaba.
]

31Así habitó Israel en la tierra de los amorreos. 32Mandó Moisés reconocer a Yazer, y se apoderaron de las ciudades que de ella dependían, expulsando de ellas a los amorreos que allí habitaban; 33y volviéndose, subieron camino de Basan, saliéndoles al encuentro Og, rey de Basan, con todo su pueblo para la batalla en Edray. 34Yahvé dijo a Moisés: No le temas, que a tus manos te lo entregaré, a él, a su pueblo y toda su tierra, y harás con él lo que hiciste de Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón. 35Y le derrotaron a él y toda su gente, hasta no dejar ni uno, y se apoderaron de su tierra.

Llegados a la meseta de Moab, Moisés envió mensajeros para pedir paso por el territorio del rey amorreo, Seón (v.21). La denominación de amorreo es bastante genérica21, y designa una población semítica occidental que estaba extendida por Palestina, Siria y Transjordania. El rey amorreo niega el paso, y sale al encuentro de los israelitas, los cuales le vencen en Yahsa, la Yahas de la estela de Mesa, situada entre Mádaba y Dibón, al nordeste del mar Muerto. Los hebreos conquistaron todo el país moabita desde el Amón hasta el torrente Yaboq (Wady ez-Zerqa), al nordeste del Jordán septentrional, línea fronteriza con el reino de Og, rey de Basan, dividiendo en dos partes el territorio de Galaad. Era también línea fronteriza con el reino de Amón, que primitivamente comprendía el territorio desde el Amón al Yaboq, pero que había sido rechazado al oriente por los amorreos22. Yazer es identificada con la actual Sar, al sur de Aman. Hesebón es la actual Hesban. El redactor inserta aquí un antiguo canto de guerra que era cantado por los trovadores o mesalim, especie de poetas que en forma sentenciosa y gnómica se dedicaban a exaltar las gestas de las tribus23. No se sabe si el canto es de origen israelita o amorreo. Es un canto irónico contra los vencidos de la ciudad destruida de Ar-Moab por el rey amorreo Seón. Puede ser un canto israelita en el que se recuerda a Moab su antigua derrota a manos de Seón, que, a su vez, fue vencido por los hebreos24. Así entendido el poema, parece una invitación a los israelitas a reedificar Hesebón, destruida por ellos, porque de Hesebón partió el fuego devorador de Moab, enemigo tradicional de Israel (v.27). Caraos, dios nacional de los moabitas, ha abandonado a su pueblo (v.29). Sus hijas cautivas pueden ser las mujeres moabitas, o las ciudades dependientes de la capital Ar-Moab (v.28).
El v.30 es muy oscuro, y las versiones muy diversas. El TM dice: Nosotros los hemos atravesado de flechas, Hesebón ha perecido hasta Dibón, y nosotros los hemos devastado hasta Nofaj, que está, junto a Mádaba. Los LXX: Y su raza perecerá, Hesebón hasta Dibón. Y las mujeres aún encienden el fuego sobre Moab. Lagrange propone, corrigiendo el TM: Y nosotros les atravesamos con flechas desde Hesebón hasta Dibón. Y los devastaremos mientras el fuego haya devorado a Mádaba.25 La Vg: Su yugo ha perecido desde Hesebón hasta Dibón; han llegado fatigados a Nofé y hasta Mádaba.26 Dibán está a cinco kilómetros al norte del Amón, y en esa localidad se encontró la estela de Mesa, rey de Moab, en 1868, actualmente en el museo de Londres. Mádaba es mencionada también en esta estela, y está a ocho kilómetros de Hesebón27.
Continuando hacia el norte, los israelitas tuvieron que hacer frente al rey de Basan, Og, que reinaba desde el Yaboq hasta el Hermón. Es la Batanea de la época romana (del arameo Batan)28. Según Deu_3:11, Og era descendiente de los gigantes o refaim. El choque tuvo lugar en Edray, la actual Edreaat o Derat, al sudeste de Genesaret. La victoria fue de los israelitas, y la ciudad condenada al anatema, matando a todos sus habitantes29. La victoria sobre Seón, rey de Hesebón, y sobre Og, rey de Basan, fue cantada en la épica popular, y sus ecos aparecen en muchos salmos30. Con estas conquistas, Israel, a quien había prometido Dios la tierra de Canaán, limitada al oriente por el Jordán y mar Muerto, empieza a adueñarse de estas regiones orientales, en las que vendrán a instalarse las tribus de Rubén, Gad y Manasés.

1 Véase com. a Núm_14:45. 2 Existe hoy un Tell Arad a 30 kilómetros'al sur de Hebrón. 3 La Vg. y Sir. traducen exploratorum viam, leyendo tarim en vez de atarim. 4 Véase G. Jean, Le Milieu Biblique II 419. 5 Véase com. a Lev_27:28, y A. Fernández: Bi 5 (1924) 3-5. 6 Cf. Núm_11:6. 7 En heb. hay juego de palabras entre najas (serpiente) y nejoset (bronce). 8 Sab_16:6-7. 9 2Re_18:4. 10 Jua_3:14s. 11 Cf. RB(1800) 286. 12 Cf. ibid., 287. 13 Abel, Géog. I 489. 14 Cf. Dt 2: Núm_24:36; Jos_11:2; Jue_11:13. Véase Abel, o.c., I 178-179.487-89. 15 Cf. Jos_10:13; 2Sa_1:18. 16 Cf. Núm_22:36. 17 Citado por H. Gressmann, Mose und seine Zeit 349. 18 Hay otro Bamot-Baal citado en Núm_22:41; Jos_13:17. 19 Cf. Abel, Géog. 1380. 20 Cf. Mallon: Bi (1929) 218-220. 21 Cf. Núm_13:20 y com. 22 Cf. Deu_2:20; Jue_11:13. En el Yaboq tuvo lugar la lucha del ángel con Jacob (Gen_32:22-31). 23 Cf. Isa_14:4; Hab_2:6. 24 Véase M. J. Lagrange: RB (1899) 548. 25 Ibid., 552. 26 La Bib. de Jérusalem: Hesebón ha destruido a los niños hasta Dibón, a las mujeres hasta Nofah, a los hombres hasta Medaba. Cantera: de Sijón, rey amorreo, muerte les tenemos dado con saetas, y Jesbón hasta Dibón ya ganada. Hasta Nofaj devastamos, que está próxima a Medeba. Clamer: Los hemos herido con saetas; perdida Hesebón hasta Dibón; hemos devastado hasta Nofé, con el fuego hasta Mádaba. 27 Véase RB (1897) 165-184.450-458. 28 Cf. Abel, Géog. I 275. 29 Deu_2:34-35. 30 Sal_135:1; Sal_136:19.