Numeros  28 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 31 versitos |
1 Yahvé habló a Moisés, diciendo:
2 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuidad de presentarme a sus tiempos mis ofrendas, mis alimentos, sacrificios de combustión, de olor suave para mí.
3 Diles: He aquí el sacrificio de combustión que ofreceréis a Yahvé: Cada día dos corderos primales, sin defecto, como holocausto perpetuo.
4 Ofreceréis uno de los corderos a la mañana y el otro entre dos luces,
5 y por oblación un décimo de “efá” de flor de harina amasada con un cuarto de “hin” de aceite de olivas molidas.
6 Es el holocausto perpetuo que se ofrecía en el monte Sinaí, de olor suave, sacrificio de combustión a Yahvé.
7 La libación será de un cuarto de “hin” por cada cordero, y la libación de vino la harás en lugar santo.
8 El segundo cordero lo ofrecerás entre dos luces, con una ofrenda y una libación como para el de la mañana; es sacrificio de combustión de suave olor a Yahvé.”
9 El día del sábado, dos corderos primales sin defecto, y como oblación, dos décimas de flor de harina amasada con aceite, y su libación”
10 Es el holocausto del sábado, para cada sábado, a más de holocausto perpetuo, y su libación,
11 Al comienzo de vuestros meses ofreceréis como holocausto a Yahvé dos novillos, un carnero y siete corderos primales sin defecto;"
12 y como oblación por cada novillo, tres décimas de flor de harina amasada con aceite; por el carnero, dos décimas de flor de harina amasada con aceite;"
13 y por cada uno de los corderos, una décima de flor de harina amasada con aceite. Es holocausto de agradable olor, sacrificio de combustión a Yahvé.
14 Las libaciones serán de un medio “hin” de virio, para un novillo; de un tercio de “hin,” para un carnero, y de un cuarto de “hin,” para un cordero. Este es el holocausto del comienzo del mes, para cada uno de los meses del año."
15 Se ofrecerá a Yahvé un macho cabrío en sacrificio por el pecado, a más del holocausto perpetuo y su oblación.
16 El mes primero, a los catorce días del mes, será la Pascua de Yahvé.
17 El día quince de ese mes será día de fiesta. Se comerá durante siete días pan ácimo.
18 El primero habrá asamblea santa, y no haréis ningún trabajo servil.
19 Ofreceréis en sacrificio de combustión un holocausto a Yahvé, de dos novillos, un carnero y siete corderos primales sin defecto;"
20 y como oblación, flor de harina amasada con aceite, tres décimas por novillo, dos por carnero
21 y una por cada una de los siete corderos.
22 Ofreceréis también un macho cabrío en sacrificio por el pecado, para expiaros,
23 y lo ofreceréis a más del holocausto de la mañana, el holocausto perpetuo.
24 Ofreceréis estos sacrificios cada día durante siete días; es el alimento consumido por el fuego, de olor agradable a Yahvé; y los ofreceréis sin perjuicio del holocausto perpetuo y de su libación."
25 El séptimo día tendréis asamblea santa y no haréis en él trabajo servil alguno.
26 Además, el día de las Primicias, en que presentaréis a Yahvé una oblación de lo nuevo, y en vuestra fiesta de las Semanas, tendréis asamblea santa y no haréis trabajo servil alguno.
27 Ofreceréis, como holocausto de olor suave a Yahvé, dos novillos, un carnero y siete corderos primales;"
28 y como oblación, flor de harina amasada con aceite, tres décimas por cada novillo, dos por el carnero
29 y una por cada uno de los siete corderos.
30 Ofreceréis un macho cabrío para expiaros.
31 Esto sin perjuicio del holocausto perpetuo y de la oblación, eligiendo las víctimas sin defecto y añadiendo las libaciones ordinarias.”

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Introducción a Numeros 

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Números.

Introducción.
El cuarto libro del Pentateuco lleva entre los hebreos el título de wayedabber (y dijo), que son las palabras con que empieza el TM1. Sin embargo, en las modernas Biblias hebraicas se le llama Benidbar (en el desierto), que es la quinta palabra hebrea del TM. Los LXX le pusieron un nombre alusivo al censo con que comienza el libro, traducido por la Vg Numeri, y así pasó a las lenguas modernas.

Contenido y División.
El título Números no da idea del contenido del libro, ya que el empadronamiento de las tribus sólo comprende algunos capítulos. Por eso es más significativo el título de las Biblias hebraicas actuales: En el desierto, ya que relata las incidencias de la azarosa marcha desde el Sinaí a Cades y después desde esta localidad (donde permanecieron los israelitas treinta y ocho años) hasta las estepas de Moab, frente a la tierra prometida. El libro es una miscelánea en la que se intercalan hechos históricos y leyes, no siendo fácil establecer una división lógica y clara. Podemos establecer una división atendiendo a los distintos escenarios geográficos: a) en el Sinaí (1:1-10:10); b) en el desierto de Cadesbarne (10:11-22:1); c) en las estepas de Moab, frente al Jordán (22:2-36:13). La duración de estas diversas etapas es muy desigual: diecinueve días en la primera, treinta y ocho años en la segunda y cinco meses para la tercera.
En la primera parte se acaba la organización del pueblo y del tabernáculo, según el plan comenzado en Éxodo. Al censo de las doce tribus, que nos da la cifra de 603.550 hombres de guerra, sigue el de los levitas destinados al servicio del santuario, 22.000 varones, contados desde un mes para arriba. El segundo empadronamiento, referido en el c.26, nos da la misma cifra. El pueblo es concebido como un ejército ordenado que se mueve con sus enseñas y jefes. La segunda sección comprende la fatigosa marcha hacia Cades, al sur de Bersabé. Los israelitas habían tomado esta dirección con ánimo de penetrar por el sur de Canaán, pero la cobardía les hizo desistir, y Dios los castigó a permanecer toda una generación en las estepas de Cades, donde no faltan algunos oasis. Después de treinta y ocho años de estancia se dirigieron hacia Edom; pero, al negárseles el paso, tuvieron que bajar hasta el golfo de Elán (Akaba) y subir por la frontera oriental de Edom y Moab hasta internarse frente al Jordán en las cercanías de Jericó. En la última parte se narran las victorias sobre los amorreos y los vaticinios de Balaam, la distribución de la Jordania septentrional entre Rubén, Gad y parte de Manasés.
En cada sección hay un grupo legislativo que interrumpe el hilo de la narración histórica. En general son leyes que apenas dicen relación con el contexto histórico, y son como suplementos a otras dadas anteriormente2, aunque hay algunas nuevas3.

Composición del Libro.
Aunque el libro tiene cierta unidad por el marco geográfico en que se encuadran los hechos y las leyes, sin embargo no existe unidad literaria. No hay ligazón entre los hechos y las partes legislativas, y los mismos hechos aparecen sin contornos cronológicos precisos, siendo a veces difícil señalar la prioridad entre ellos. Por todo esto, nos encontramos con el hecho de la complejidad de documentos utilizados por el último redactor. Encontramos relatos duplicados paralelos. También las secciones legislativas aparecen algunas veces duplicadas4. Supuesta esta composición, encontramos en Números tradiciones diversas que arrancan de la época del desierto y otras más recientes que llegarían a los tiempos de Esdras. Como en los otros libros, debemos admitir un núcleo primitivo histórico-legislativo de la época mosaica y un desarrollo posterior en los tiempos de la monarquía y aun después del exilio.

Historicidad de los Relatos.
Prescindiendo de las idealizaciones sobre el número de los israelitas, su organización y sobre otros hechos en conjunto, podemos decir que los hechos revelan la época del desierto y la geografía de la estepa. Las alusiones al hecho de que Moisés registró por escrito los lugares donde acampaban los israelitas nos dan una pista para entender cómo se han podido conservar los recuerdos de la vida del desierto5. Las incidencias del desierto, las impaciencias del pueblo, su nostalgia de los manjares característicos de Egipto6, encajan bien en la época mosaica. La lucha de Moisés contra las ingratitudes e inconstancia del pueblo es perfectamente verosímil en su cargo de jefe responsable de la marcha por el desierto, prometiéndoles una tierra feraz que no acababan de alcanzar. La prolongación de la estancia fue una gran prueba para la fe de Moisés y para su fortaleza excepcional. Moisés lo era todo: un rey, un legislador, un sacerdote y un profeta,7 y este carácter particular del gobierno de Moisés queda patente en relatos de Números8. Con su fuerte personalidad logró dominar a unas tribus recalcitrantes compuestas por gentes de dura cerviz.

Doctrina Religiosa.
a) Monoteísmo. Yahvé es el Señor que guía a Israel y vence a los enemigos. La victoria sobre los reyes amorreos es una prueba de la protección divina sobre su pueblo. Los oráculos de Balaam son una prueba del poder de Yahvé sobre los mismos gentiles, que terminan por reconocer su gloria. Israel es su hijo, y Yahvé le guía en su marcha hacia la tierra prometida9. Su santidad debe ser respetada; por eso el campamento de los israelitas debe ser convenientemente repartido, de forma que junto al tabernáculo estén sólo los levitas y sacerdotes. Las leyes de pureza deben ser cuidadosamente guardadas por el pueblo para entrar en relaciones con la divinidad.
b) Culto. Se da gran importancia a las regulaciones cultuales, para garantizar la santidad exigida al pueblo antes de acercarse a su Dios. Se destacan los privilegios de la clase sacerdotal (rebelión y castigo de Coré, Datan y Abirón). Se menciona al sumo sacerdote10, se indican los derechos de los sacerdotes y de los levitas11, que son sus auxiliares. Se enumeran los sacrificios diversos, y entre ellos el cotidiano o perpetuo, que no es mencionado en el Levítico12. Es propio de Números la fiesta de la Neomenia o luna nueva.13 Es un eco de la vida nómada del desierto, aunque no aparece en legislaciones anteriores. Es propia de este libro la oblación de harina y aceite en los sacrificios14, como se hacía en Babilonia15. Como hemos indicado, la legislación mosaica no es una creación totalmente original, sino que en muchos casos es una adaptación de ritos ancestrales de las tribus, conforme a la ley de la condescendencia de Dios con su pueblo para llevarle poco a poco a través de ritos externos, algunos comunes con las religiones paganas, a una forma superior de culto16.

1 Cf. San Jerónimo, Praef. in libros Sam. et Mal: PL 28,552. 2 Cf. Núm 5:5-8 y Lev 6:1-7; Núm 9:6-14 y Ex 12; Núm_15:1-15 y Lev c. 1-5. 3 Núm 6:1-21. 4 Las fiestas (Núm c.28-29 y Éxo_23:14-29 ; Lev 13; Dt 16); oblaciones ( Núm_15:1-16 ; c.18-19 y Lev c. 1-7.22; 17-30); funciones de los levitas (Núm c.3-4 y 18); sacrificios ( Núm_15:22-31 y Lev 4:13-35); ciudades de refugio ( Núm_35:9-34 y Dt 19:1-13). 5 Cf 33:1-2. 6 11.S. 7 Filón, De vita Mosis III 23. 8 Núm 12:1-15; 16:12-15. 9 Núm 10:33; 10:35; 21:14. 10 Núm 35:25-28; 32. 11 Núm 3:10; 4:11-16; 18:5-7; 5:5-10; 6:19-20; 15:20-21; 18:8-19. 12 Pero aparece en Ex 29:38-42. 13 Núm 28:11-15. 14 Num 15:1-16; 0:28-29. En Lev 2 Se Habla De Estas Oblaciones, Pero Separadas De Los Sacrificios. 15 Cf. F. Martin, Textes religieux assyiriens et babyloniens (1903) p.XVIII-XIX.243.253. 16 Sobre la condescendencia o synkatabasis de Dios en el A.T., véase H. Pinard De La Boullaye, Les inflltrations paíennes dans l'ancienne Loi, d'aprés les Peres et l'Église: Rech. de Se. Reí. (1919) p.199-200. En los Santos Padres: San Justino, Dialog. n.Í8.23: PG 6, 516.520-521.525; San Ireneo, Cont. haer. IV 14,3: PG 7,1011; Tertuliano, Ad. More, II 18: PL 2,306; Orígenes, In Num. hom. 17 n.1: PG 12,703; San Jerónimo, In Ez. VI 20: PL 25,194; Epist. 73,3: PL 22,678; Tomás de Aquino, 1-2 q.102 3.3.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Numeros  28,1-31

28. Fiestas, Sacrificios y Oblaciones.
E n muchos pasajes hemos visto ya ordenaciones diversas sobre las fiestas que se celebrarán en Israel1. La comparación de semejantes ordenaciones nos ofrece una prueba evidente de un hecho muy natural: el desarrollo progresivo de semejantes fiestas y ritos. En estos dos capítulos, en que la serie de fiestas es más completa, se fija sobre todo la forma litúrgica de celebrarlas en el santuario. Si ahora buscamos las razones de estas fiestas, hallaremos que son varias. Supuesta la creencia en Dios o en los dioses, se sigue la necesidad de rendirles culto. Otra razón de las fiestas está en la necesidad que siente el hombre del descanso de su trabajo y de romper la monotonía de la vida cotidiana. Así son las fiestas días de vacaciones. Una razón más religiosa radica en la necesidad de consagrar a Dios una parte del tiempo de la vida que El nos otorga. En el sacrificio y en las ofrendas se consagra a Dios una parte de los bienes que el hombre recibe de El; por las fiestas le consagra una parte del tiempo, que también es don suyo. Es el principio que rige en el precepto sabático. Se manda descansar el día séptimo, porque Dios lo bendijo y santificó; es decir, lo reservó para sí en su honor2. Una cuarta razón de las fiestas es más mística y se acerca más al Evangelio. Dice Cristo que es necesario orar continuamente, en todo tiempo3. No se ha de entender esto en sentido material, sino que debemos vivir habitualmente con el espíritu levantado a Dios. Para adquirir y fomentar ese hábito de oración es preciso practicar ésta con frecuencia. Ahora bien, las fiestas son aptas para una más íntima comunicación con Dios. Las impresiones que dejan en el ánimo estas solemnidades contribuyen a que el hombre viva habitualmente con el corazón más levantado hacia El. Esto, por lo que toca al individuo. Pero el sacerdote cumple él un ministerio público en nombre de su pueblo y a favor del mismo, rindiendo el culto que le es debido y suplicando por las necesidades del pueblo. Todas estas razones están en la base de la legislación mosaica, y reiteradamente se declaran.

El Sacrificio Cotidiano (1-8).
1Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Cuidad de presentarme a sus tiempos mis ofrendas, mis alimentos, sacrificios de combustión, de olor suave para mí. 3Diles: He aquí el sacrificio de combustión que ofreceréis a Yahvé: Cada día dos corderos primales, sin defecto, como holocausto perpetuo. 4Ofreceréis uno de los corderos a la mañana y el otro entre dos luces, 5y por oblación un décimo de efá de flor de harina amasada con un cuarto de hin de aceite de olivas molidas. 6Es el holocausto perpetuo que se ofrecía en el monte Sinaí, de olor suave, sacrificio de combustión a Yahvé. 7La libación será de un cuarto de hin por cada cordero, y la libación de vino la harás en lugar santo. 8El segundo cordero lo ofrecerás entre dos luces, con una ofrenda y una libación como para el de la mañana; es sacrificio de combustión de suave olor a Yahvé.

Las ordenaciones litúrgicas están puestas siempre en boca de Dios, según el procedimiento literario legislativo propio de una concepción teocrática de la sociedad. Yahvé llama al sacrificio su alimento o pan (lejem); a las ofrendas se las llama qorban (lit. lo que se acerca al altar), y es el término genérico del Levítico y Números en la parte del documento para designar la simple ofrenda de sacrificios de todo género4. La expresión mi alimento... de olor suave para mí (v.2) es antropomórfica y tiene su origen en las concepciones antiguas de que los sacrificios eran alimento de la divinidad5. En la mentalidad espiritualista del legislador hebreo no cabe esta concepción tomada al pie de la letra, pero designa la satisfacción con que Yahvé recibía los sacrificios. Pero éstos tenían que ser de combustión, o pasados por el fuego, para que le fueran agradables. Exigía la destrucción total o parcial de las víctimas u ofrendas, para que el fiel mostrara su desprendimiento y generosidad hacia El. En Gen_8:21 se dice que Dios aspiró el suave olor del sacrificio de Noé. Es una concepción primitivista religiosa, que refleja la aceptación de los sacrificios por parte de la divinidad6.
El sacrificio cotidiano o perpetuo consistirá en dos corderos primales sin defecto, que se ofrecerán uno por la mañana y otro por la tarde, acompañados de la oblación de harina y aceite7. El fuego consumiendo la víctima era un signo ininterrumpido de adoración a Yahvé8. Era un sacrificio holocausto, es decir, en el que se quemaba la víctima totalmente en el altar, excepto la piel, que quedaba para los sacerdotes. El sacrificio debe ir acompañado de la oblación o minjah, u ofrenda de productos vegetales que son comestibles para el hombre. Debe ser de flor de harina amasada con aceite (estas tortas eran corrientes en los cultos asirios, egipcios, griegos y romanos). La cantidad: un décimo de efá de flor de harina (unos 3:60 1.) y un cuarto de hin (1:60 1.) de aceite.
El v.6, en que se alude al holocausto del Sinaí, es considerado generalmente como glosa9, porque interrumpe el contexto.
Se completaba con una libación de vino (un cuarto de hin: 1:60-1.), como se hacía en otros pueblos semitas, como los fenicios y cananeos10.

Sacrificios del Sábado y del Primero del Mes (9-15).
9El día del sábado, dos corderos primales sin defecto, y como oblación, dos décimas de flor de harina amasada con aceite, y su libación 10Es el holocausto del sábado, para cada sábado, a más de holocausto perpetuo, y su libación, 11Al comienzo de vuestros meses ofreceréis como holocausto a Yahvé dos novillos, un carnero y siete corderos primales sin defecto; 12y como oblación por cada novillo, tres décimas de flor de harina amasada con aceite; por el carnero, dos décimas de flor de harina amasada con aceite; 13y por cada uno de los corderos, una décima de flor de harina amasada con aceite. Es holocausto de agradable olor, sacrificio de combustión a Yahvé. 14Las libaciones serán de un medio hin de virio, para un novillo; de un tercio de hin, para un carnero, y de un cuarto de hin, para un cordero. Este es el holocausto del comienzo del mes, para cada uno de los meses del año. 15Se ofrecerá a Yahvé un macho cabrío en sacrificio por el pecado, a más del holocausto perpetuo y su oblación.

El sábado, día santo y signo de la alianza de Yahvé con su pueblo, debían añadir al cotidiano, o sacrificio perpetuo, el de otros dos corderos primales con su correspondiente oblación de dos décimas de flor de harina. Esta prescripción no aparece en las legislaciones anteriores, y no es mencionada antes del exilio, y por eso no pocos autores creen que es de imposición reciente.
La aparición de la luna nueva señalaba el principio del mes. Era la neomenia, que debía ser recordada con sacrificios especiales: dos novillos, un carnero y siete corderos primales, cada uno con su correspondiente oblación de flor de harina, aceite y libación de vino. Además, un macho cabrío en expiación por los pecados del pueblo. También estos sacrificios son una ordenación nueva. Según Núm 10, al principio de mes se debían hacer sonar las trompetas. En el catálogo de fiestas de Lev 13 no se mencionan, pero aparecen en tiempos de la monarquía11. No se mencionan en el código de la alianza ni en Dt y Lev. La fiesta de la nueva luna era corriente en Asiria, Egipto y entre los nómadas12, y se concibe que haya sido adaptada a la religión monoteísta israelita, imponiendo el sacrificio expiatorio para poner al pueblo como nación en estado de pureza legal13. La determinación de la nueva luna debía hacerse por cálculos empíricos14.

Los Sacrificios en la Fiesta de los ácimos o Pascua (16-25).
16El mes primero, a los catorce días del mes, será la Pascua de Yahvé. 17El día quince de ese mes será día de fiesta. Se comerá durante siete días pan ácimo. 18El primero habrá asamblea santa, y no haréis ningún trabajo servil. 19Ofreceréis en sacrificio de combustión un holocausto a Yahvé, de dos novillos, un carnero y siete corderos primales sin defecto; 20y como oblación, flor de harina amasada con aceite, tres décimas por novillo, dos por carnero 21y una por cada una de los siete corderos. 22Ofreceréis también un macho cabrío en sacrificio por el pecado, para expiaros, 23y lo ofreceréis a más del holocausto de la mañana, el holocausto perpetuo. 24Ofreceréis estos sacrificios cada día durante siete días; es el alimento consumido por el fuego, de olor agradable a Yahvé; y los ofreceréis sin perjuicio del holocausto perpetuo y de su libación. 25El séptimo día tendréis asamblea santa y no haréis en él trabajo servil alguno.

Después de la celebración de la Pascua en el 14 del primer mes o Nisán (marzo-abril), desde el día 15 y durante siete días se comería pan sin levadura, y se sacrificarían cada día las víctimas prescritas para la neomenia, además de las del holocausto perpetuo15.

Sacrificios en la Fiesta de las Primicias o Pentecostés (26-31).
26Además, el día de las Primicias, en que presentaréis a Yahvé una oblación de lo nuevo, y en vuestra fiesta de las Semanas, tendréis asamblea santa y no haréis trabajo servil alguno. 27Ofreceréis, como holocausto de olor suave a Yahvé, dos novillos, un carnero y siete corderos primales; 28y como oblación, flor de harina amasada con aceite, tres décimas por cada novillo, dos por el carnero 29y una por cada uno de los siete corderos. 30Ofreceréis un macho cabrío para expiaros. 31Esto sin perjuicio del holocausto perpetuo y de la oblación, eligiendo las víctimas sin defecto y añadiendo las libaciones ordinarias.

En Lev_23:15-22 se habla de la fiesta de las Semanas, y aquí se llama de las Primicias, porque se ofrecían las primeras espigas de trigo; por eso se denomina también fiesta de la recolección16. Se presentaban dos panes con levadura y se hacían los mismos sacrificios que en la neomenia, además del perpetuo o cotidiano17.

1 Cf. Exo_12:1s; 23.14; Lev 23; Dt 16. 2 Exo_21:8. 3 Luc_18:1. 4 Cf. Eze_20:18; Eze_40:43; Neh_10:35; Neh_13:31. 5 Cf. Lev_3:6-16. 6 Al final del diluvio babilónico se dice que los dioses aspiraban el olor de los sacrificios de Utnapistim como moscas. Véase Dhorme, Choix des textes assyro-babyloniens 115. 7 Cf. Exo_29:38-42. 8 Cf. Neh_10:33-34. 9 Cf. Exo_29:38-42. 10 Véase Vincent, Canaan... 180; RB (1923) 271; (1928) 126. 11 Cf. 1Sa_20:5; 2Re_4:23; Amo_8:5; Ose_2:13. 12 Véase M. J. Lagrange, études sur les reügíons sémitiques 127; P. dhorme, La religión assyro-babylonienne 78; id., Choix des textes... 374. 13 Véase DB IV 1588-91: Neomenie 14 Véase en la Misná, trat. Ros-hasaná. 15 Véase Exo_12:15-20; Exo_13:3-8; Exo_23:15; Exo_23:18; Exo_34:18; Exo_34:25; Lev_23:5-8; Deu_16:1-8. 16 Exo_23:16; fiesta de las semanas: Lev_23:15-22; Exo_34:22; Deu_16:10. 17 En Lev_23:18 : un novillo, dos carneros, siete corderos.