Tito 1 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 16 versitos |
1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y al conocimiento de la verdad, que se ajusta a la piedad,
2 en la esperanza de la vida eterna, que prometió desde los tiempos eternos el Dios que no miente,
3 y que en el tiempo prefijado manifestó su palabra por la predicación a mí confiada según el mandato de nuestro Salvador, Dios:
4 a Tito, hijo mío verdadero según la fe común, la gracia y la paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador.
5 Te dejé en Creta para que acabases de ordenar lo que faltaba y constituyeses por las ciudades presbíteros en la forma que te ordené.
6 Que sean irreprochables, maridos de una sola mujer, cuyos hijos sean fieles, que no estén tachados de liviandad o desobediencia.
7 Porque es preciso que el obispo sea inculpable, como administrador de Dios; no soberbio, ni iracundo, ni dado al vino, ni pendenciero, ni codicioso de torpes ganancias,"
8 sino hospitalario, amador de los buenos, modesto, justo, santo, continente,
9 guardador de la palabra fiel; que se ajuste a la doctrina, de suerte que pueda exhortar con doctrina sana y argüir a los contradictores."
10 Porque hay muchos, indisciplinados, charlatanes, embaucadores, sobre todo los de la circuncisión,
11 a los cuales es preciso tapar la boca, que revuelven del todo las casas, enseñando lo que no deben, llevados del deseo de torpe ganancia.
12 Bien dijo uno de ellos, su propio profeta: “Los cretenses, siempre embusteros, bestias malas y glotones,”
13 Verdadero es tal testimonio. Por tanto, repréndelos severamente, para que se mantengan sanos en la fe,
14 que no den oídos a las fábulas judaicas y a los preceptos de los hombres que reniegan de la verdad.
15 Todo es limpio para los limpios, mas para los impuros y para los infieles nada hay puro, porque su mente y su conciencia están contaminadas.
16 Alardean de conocer a Dios, pero con las obras le niegan, abominables, rebeldes e incapaces de toda obra buena.

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Introducción a Tito

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Epístola a Tito.

Introducción.

Breve Biografía de Tito.
Aunque el libro de los Hechos no menciona nunca a Tito, su nombre aparece doce veces en las epístolas paulinas: 2 Cor 2:13; 7:6.13.14; 8:6.16.23; 12:18; Gal 2:1.3; 2 Tim 4:18; Tit 1:4. Gracias a estos datos podemos reconstruir, aunque imperfectamente, su biografía.
Aparece por primera vez en la historia durante la asamblea o concilio de Jerusalén, en compañía de Pablo (cf. Gal 2:1-3). Expresamente se dice ahí (Gal 2:3) que era de origen gentil. Probablemente pertenecía a la comunidad de Antioquía, formando parte del grupo de fieles que, por encargo de aquella iglesia, acompañaron a Pablo y Bernabé en su viaje a Jerusalén (cf. Act 15:2). Nada volvemos a saber ya de él hasta el tercer viaje apostólico de Pablo, cuando éste, primero desde Efeso (cf. 2 Cor 2:13; 7:6-14) y luego desde Macedonia (cf. 2 Cor 8:16), le envía a Corinto con misiones delicadas. No consta que estuviera con Pablo en Roma durante su cautividad. Pero vemos que, al final ya de la vida del Apóstol, éste le deja encargado de la iglesia de Creta (cf. Tit 1:5), y que poco después le manda ir a verse con él en Nicópolis (cf. Tit 3:12), desde donde probablemente lo envió con alguna misión a Dalmacia (cf. 2 Tim 4:10). La tradición eclesiástica, ya desde Eusebio 358, le ha considerado como el primer obispo de Creta. El Martirologio romano celebra su fiesta, de obispo confesor, el 26 de enero.

Ocasión de la carta.
La ocasión de esta carta de Pablo es la misma, salvo las diferencias de lugares y personas, que motivó la carta primera a Timoteo: dar instrucciones a Tito en orden al buen gobierno de los fieles.
La fecha de composición es también prácticamente la misma, sin que podamos precisar cuál de las dos cartas ha sido escrita primero y cuál después. Como a Timoteo le dejó al frente de la iglesia de Efeso (cf. 1 Tim 1:3), así a Tito le dejó al frente de la de Creta: para que acabases de ordenar lo que faltaba y constituyeses por las ciudades presbíteros (Tit 1:5). Se trata, evidentemente, de tiempos posteriores a la primera cautividad romana, pues anteriormente no parece que esa isla hubiera sido evangelizada por Pablo. De hecho, Lucas nada dice en los Hechos, silencio que sería difícil de explicar, dada la minuciosidad con que nos cuenta los viajes del Apóstol. Además, cuando el Apóstol iba preso camino de Roma y la nave se detiene brevemente en Creta (cf. Act 27:7-13), no hay indicio alguno de que hubiese cristianos por esos lugares, sino que nos son presentados como totalmente nuevos.
La carta estaría escrita por Pablo desde Grecia, o quizá desde Macedonia, ordenando a Tito que vaya a encontrarse con él en Nicópolis, donde piensa pasar el invierno (cf. Tit 3:12).

Estructura o plan general.
La carta es breve y con un argumento totalmente afín al de la primera a Timoteo: resistir a la propaganda de doctrinas malsanas, organizar las iglesias, custodiar intacto el depósito de la fe.
Damos a continuación el esquema:
Introducción:
Saludo epistolar (1:1-4).
Cuerpo de la carta: Instrucciones varias a Tito (1:5-3:11).
1) Selección de presbíteros dignos y lucha contra los falsos doctores (1:5-16).
2) Deberes propios de cada estado (2:1-15).
3) Deberes generales del cristiano (3:1-11).
Epílogo:
Noticias varias (3:12-14) y saludos (3:15).

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Tito 1,1-16

Saludo epistolar, 1:1-4.
1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y al conocimiento de la verdad, que se ajusta a la piedad, 2 en la esperanza de la vida eterna, que prometió desde los tiempos eternos el Dios que no miente, 3 y que en el tiempo prefijado manifestó su palabra por la predicación a mí confiada según el mandato de nuestro Salvador, Dios: 4 a Tito, hijo mío verdadero según la fe común, la gracia y la paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador.

El saludo de esta carta es más amplio que de ordinario y tiene cierto parecido con el de la carta a los Romanos. Parece que San Pablo, al extenderse de este modo en el saludo, trata de destacar ya desde un principio su autoridad, y, consiguientemente, la de Tito su enviado, a fin de impresionar más a los falsos doctores de Creta.
El título de siervo de Dios (v.1) solamente es empleado por San Pablo en esta ocasión; de ordinario se llama siervo de Jesucristo (cf. Rom_1:1; Flp_1:1). En el fondo, viene a ser lo mismo, recalcando su total consagración a Dios, hasta en lo más profundo de su existencia. La expresión conforme (???? ) a la fe. y al conocimiento de la verdad indica la finalidad del apostolado de Pablo y no es sino la ampliación de su título de apóstol: conseguir que los escogidos de Dios (cf. Efe_1:4) lleguen a la fe y al conocimiento de la verdad (cf. Rom_1:5; Rom_10:14-15). Esta verdad, añade, no es una verdad meramente especulativa, sino que está ordenada a la piedad, es decir, a hacer que los hombres den a Dios el culto debido, viviendo según su voluntad (cf. 1Ti_2:2-4). Y aun sigue más adelante el Apóstol: esa consecución de la fe y de la verdad no son sino medios en orden a conseguir la vida eterna, que Dios nos tenía prometida desde toda la eternidad, pero cuya promesa ha sido manifestada ahora por medio del Evangelio, del que Pablo es heraldo (v.2-3; cf. 2Ti_1:9-11). Esta esperanza escatológica del cristiano (v.2) es algo que Pablo recalca constantemente (cf. 1Te_1:10; Rom_8:24; Col_1:5; 2Co_4:17; Efe_1:18).
El apelativo de hijo verdadero, que Pablo aplica a Tito (v.4), lo empleó ya también respecto de Timoteo (cf. 1Ti_1:2). Las demás expresiones del v.4, augurándole gracia y paz, son las normales en sus cartas (cf. Rom_1:7).

Selección de presbíteros dignos,Rom_1:5-9.
5 Te dejé en Creta para que acabases de ordenar lo que faltaba y constituyeses por las ciudades presbíteros en la forma que te ordené. 6 Que sean irreprochables, maridos de una sola mujer, cuyos hijos sean fieles, que no estén tachados de liviandad o desobediencia. 7 Porque es preciso que el obispo sea inculpable, como administrador de Dios; no soberbio, ni iracundo, ni dado al vino, ni pendenciero, ni codicioso de torpes ganancias, 8 sino hospitalario, amador de los buenos, modesto, justo, santo, continente, 9 guardador de la palabra fiel; que se ajuste a la doctrina, de suerte que pueda exhortar con doctrina sana y argüir a los contradictores.

En su viaje por Oriente, después de haber sido liberado de la cautividad romana, Pablo evangelizó la isla de Creta. Su permanencia en la isla debió de ser bastante breve, solicitado por atenciones pastorales en otras regiones, dejando a Tito encargado de acabar de ordenar lo que faltaba y de constituir por las ciudades presbíteros (v.5).
Estos presbíteros eran los que habían de llevar de modo inmediato y directo el peso pastoral de las comunidades; de ahí la insistencia de Pablo a Tito en que se haga una cuidadosa selección (v.6-9). Las condiciones exigidas son casi idénticas a las señaladas en 1Ti_3:2-7, hablando del obispo. Entre las que faltan está la de no neófito (cf. 1Ti_3:6), sin duda porque lo que era posible en Efeso no lo era en Creta, cuya cristiandad acababa de fundarse. Es de notar que el término presbítero del v.5 queda sustituido por el de obispo en el v.7. Y es que ambos términos eran entonces sinónimos, como ya explicamos ampliamente en la introducción a i Tim; únicamente que el de obispo (lit. = inspector) describía la función mejor que el de presbítero (lit. = anciano). Algo así como hoy los términos párroco y pastor de almas.

Lucha contra los falsos doctores,1Ti_1:10-16.
10 Porque hay muchos, indisciplinados, charlatanes, embaucadores, sobre todo los de la circuncisión, J1 a los cuales es preciso tapar la boca, que revuelven del todo las casas, enseñando lo que no deben, llevados del deseo de torpe ganancia. 12 Bien dijo uno de ellos, su propio profeta: Los cretenses, siempre embusteros, bestias malas y glotones, 13 Verdadero es tal testimonio. Por tanto, repréndelos severamente, para que se mantengan sanos en la fe, 14 que no den oídos a las fábulas judaicas y a los preceptos de los hombres que reniegan de la verdad. 15 Todo es limpio para los limpios, mas para los impuros y para los infieles nada hay puro, porque su mente y su conciencia están contaminadas. 16 Alardean de conocer a Dios, pero con las obras le niegan, abominables, rebeldes e incapaces de toda obra buena.

Entre las condiciones exigidas a los presbíteros está, de modo muy principal, el que posean sana doctrina, de modo que puedan combatir debidamente los errores (cf. v.9). Esto da pie al Apóstol para hablar de los falsos doctores (v.10-16). Parece que no predicaban públicamente, sino que iban de casa en casa propalando sus doctrinas (v.11; cf. 2 Tim 3:6).
Estos falsos doctores, que, en gran parte al menos, eran de origen judío (cf. v.10), son de las mismas tendencias que los de Efeso, aludidos en las cartas a Timoteo (cf. 1Ti_1:3-7; 1Ti_1:4-3; 1Ti_6:3-5; 1Ti_6:2 Tim 2:14-18; 3:1-9).
De los falsos doctores pasa Pablo a los cretenses en general (v. 12), alegando una cita del poeta cretense Epiménides (siglo vi a. C.), por cierto no muy honorífica para sus compatriotas. San Pablo añade que Epiménides dijo mucha verdad (v.13a); de ahí que no tenga reparo en llamarle profeta (v.12a), aunque es obvio que sólo sea en sentido muy amplio y por cierta afinidad con los auténticos profetas 359. Extraña un poco que Pablo hable tan duramente de los cretenses, pues se trata de una carta que había de ser leída en la comunidad. Pero no hay que olvidar que es una cita, y cita de un cretense, y a Pablo le convenía hacer resaltar el peligro de los falsos doctores, sin andar con fórmulas diplomáticas. La recomendación a Tito es de que proceda con firmeza contra los cretenses a fin de preservar la fe (v.13-14). En los v. 15-16 San Pablo alude de nuevo a los falsos doctores, fustigando dos cosas: el que traten de distinguir entre alimentos puros e impuros (cf. Col_2:21-22; 1Ti_4:3) y el que alardeen de piedad y lleven luego una conducta indigna (cf. Col_2:23; 2Ti_3:5).