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Ôïbit
Introducción.
Título del libro.
Se lo dan sus dos protagonistas. En los LXX, el padre es llamado Tobit, Tobeit; en la V. Latina, Tobis; al hijo se llama Tobías En los manuscritos de Qumrán, donde se han encontrado fragmentos del libro, al padre se le conoce por Twby, y al hijo por Twbyh (Bíblica, 34 [1953] 417)·
Texto original.
No se admite ya que el libro fuera originariamente escrito en griego. Su autor utilizó una de las dos lenguas, hebraica o aramaica. Los muchos semitismos que esmaltan el libro, tienden a probarlo hasta la saciedad. El texto hebreo no fue conocido por Orígenes l ni por San Jerónimo 2, pero se hallaron tres fragmentos de él en la gruta cuarta de Qumrán, dos en arameo y uno en hebreo 3. Estos hallazgos no resuelven definitivamente la cuestión de si la lengua original del libro fue la aramaica o la hebrea.
Traducciones griegas.
Se presentan bajo tres formas:
1) Representada por los códices  y A. Los dos reproducen el mismo tipo de texto, pero el último es una revisión del primero. Este texto es llamado también vulgar, y se encuentra en todos los manuscritos de la misma familia. Se caracteriza por su sobriedad. Se reproduce, con pocos cambios, en la edición Sixtina, de donde tradujeron Nácar-Colunga.
2) Su mejor representante es el códice Sinaítico. Faltan en él las secciones 4:7-19; 13:8-11. Su nota especial está en presentar un texto más amplio que el anterior, con tendencia parafrástica. En la edición Bover-Üantera se toma como base el texto B, al que se le han acoplado de un modo orgánico las adiciones de S (encerradas entre corchetes) y las de la Vulgata (en letras cursivas).
3) Existe un tercer grupo de códices griegos minúsculos que a veces siguen a  y en otras se apartan de él. Son los principales: Cód.44:107:609. Se trata de una revisión del texto vulgar4. Resumiendo, el texto griego de Tobías ofrece la nota característica de presentarse bajo dos formas fundamentales: una corta y otra larga. Modernamente las simpatías van por esta última.
Versión Vetus Latina.
Fundamentalmente se acerca al texto amplio de Sin.; pero existen grandes diferencias entre los códices de esta versión. En general, puede decirse que la Vetus Latina ocupa un lugar intermedio entre la corriente breve y la amplia, lo que deja presumir que el traductor tuvo ante su vista ejemplares griegos representantes de ¡as dos corrientes, decidiéndose por una o por otra según juzgaba conveniente.
Vulgata.
A instancia de Cromacio de Aquileya y de Heliodoro de Altino tradujo San Jerónimo, en una noche, el libro de Tobit, que le dictaba en hebreo un rabino que tenía ante su vista un texto arameo. Parece que San Jerónimo conoció la Vetus Latina. Su versión no es sensum e sensu, sino libre (PL 29:23).
Textos semíticos.
Se perdió el original aramaico traducido por San Jerónimo, conservándose, en cambio, otros más recientes, entre los cuales citamos el ArN, descubierto y publicado por Neubauer5, que se cita en el comentario con las siglas ArN. Es un texto más amplio que el de B; carece de los capítulos 13-14; en los primeros, al igual que la Vulgata, usa la tercera persona en vez de la primera. Afín a éste cabe mencionar el texto de Münster=HM, publicado por Sebastián Münster (Basilea 1542). Tampoco tiene los dos últimos capítulos. Otros textos hebraicos, el de P. Fagius y M. Gaster (traducciones de un ejemplar griego), no tienen gran importancia. Cabe mencionar, en cambio, la versión siríaca publicada por lagarde 6, notable en la primera parte del libro.
Autor.
No existe una tradición judío-cristiana acerca del autor del libro, ni en el texto se encuentran indicios suficientes para individualizarlo. Se hace hincapié en las secciones del libro en que se usa la primera persona en la narración (1:1-6), y en el testimonio de 12:20, para decir que Tobit y su hijo escribieron su historia. Pero a ello cabe responder que se ignora cuál fue la forma literaria original de los primeros capítulos de la obra, y en segundo lugar, que no manda el ángel a padre e hijo que escriban toda la historia, sino que divulguen lo que él ha hecho con ellos. La forma actual del libro se debe a un judío que vivió después de la cautividad.
Fecha de composición.
El autor escribe después de la cautividad. Considera como un o antiguo la destrucción de Nínive (14:6-16); los capítulos 13-14 Suponen la destrucción de Judá, de Jerusalén y de su templo. A estas razones cabe añadir su parecido con la literatura sapiencial: estilo didáctico y parenético, fórmulas de oración y terminólos que aparecen en los libros de la Sabiduría y Eclesiástico. La do * trina sobre la retribución revela un avance sobre la retribución puramente material. Por otra parte, su composición no puede rebajarse hasta el último período de los Macabeos, por no aparecer en sus páginas ninguna de las preocupaciones político-religiosas de entonces, ya internas, ya externas. Pudo escribir el libro un judío de la diáspora, quizá de Egipto, hacia los siglos IV-III o un poco más tarde. Caldos admite que los últimos retoques se hicieron en el siglo II antes de Cristo; según Schumpp, fue compuesto el libro entre los siglos III-II; antes del siglo II, dice Clamer; antes de la rebelión macabaica, añade Lods.
¿Tobit libro histórico?
En apariencia, sí; a priori debe retenerse como tal; que no lo sea en todo o en parte, debe probarse. Los exegetas pueden y deben determinar el género literario del libro.
Los que la sostienen invocan la tradición; el aspecto externo, con sus indicaciones históricas, geográficas, genealógicas, etc.; la narración en primera persona en los primeros capítulos, fin del libro, etc. A ello se oponen las dificultades de orden histórico, los milagros y hechos insólitos, la dependencia del libro de la leyenda de Ahikar.
Se tiende a considerar el libro como novela didáctica con fondo histórico. En él se atiende más a la doctrina que al hecho histórico. Su finalidad es probar que también en el exilio, fuera de Palestina, se puede servir a Yahvé. Dios somete a prueba a los justos y recompensa profusamente a los que la soportan. Pone de relieve la práctica de las obras de misericordia. El autor se inspira en su composición en los relatos del Génesis, sobre todo en la embajada de Eliezer (Gen c.24). Como el Génesis, es Tobías un libro de bendiciones, de oraciones, de cánticos de acción de gracias. En el desarrollo del libro se anotan incongruencias que un autor deseoso de escribir una historia objetivamente verdadera trata de eliminar. En fin, la disposición del libro sugiere que el autor ha utilizado y embellecido una tradición, escrita u oral, de un episodio sucedido en tiempos de la deportación a Asiria. El exegeta no está hoy en trance de discernir en cada caso lo que pertenece al núcleo histórico.
La Leyenda de Ahikar.
Se ha relacionado el libro con diversas piezas literarias de la antigüedad: La esposa desgraciada 10, El muerto agradecido 11, El justo que sufre 12; pero, sobre todo, tiene el libro analogías con la Leyenda de Ahikar.
La Leyenda de Ahikar es muy antigua; un fragmento ha sido encontrado entre los papiros árameos de Elefantina, siglo í antes de Cristo. Bajo diversas formas, se ha conservado en siríaco, armenio, árabe (adaptación en Las mil y una noches) y en griego (en la Vida de Esopo). Los autores se dividieron desde el principio en dos bandos: los que negaban a la leyenda todo fundamento histórico y los que lo defendían. La no historicidad de la leyenda no prueba la no historicidad de Tobit, y viceversa. La discusión sigue todavía sobre su origen, pagano o judío; autor, lengua original, lugar de composición, etc. En cuanto a sus relaciones con el libro de Tobit, prevalece hoy la opinión de que Ahikar es anterior, máxime después del hallazgo de fragmentos en Elefantina, que, según algunos, son transcripción de un texto del siglo VI antes de Cristo 13.
Terminamos diciendo que entre ambos libros hay mezcla de elemento narrativo y didáctico, prevaleciendo el primero en Tobit y el segundo en Ahikar. Esto nos lleva a la conclusión, dice Vaccari, de que ambos libros pertenecen al mismo género literario de novela moral con fondo histórico 14, cuyo juicio comparten la casi totalidad de autores católicos actuales. El carisma inspirativo es compatible con el uso de fuentes en cuyo manejo el autor sagrado fue ayudado por el soplo de la divina inspiración, que le hacía inmune de todo error al escoger y elegir sus fuentes de información 15.
Doctrina religiosa.
Como hemos dicho, el libro tiene una finalidad preferentemente didáctica. En el libro se contienen doctrinas preciosas acerca de Dios, de los ángeles y demonología. Enseña además cómo debe vivir el justo para agradar a Dios.
El fin religioso primario del libro es poner de manifiesto la providencia de Dios para los que le sirven. Pueden los justos experimentar temporalmente grandes calamidades, psíquicas y materiales; pero Dios les devolverá, tarde o temprano, el bienestar, ya que las desgracias son solamente pruebas que les manda Dios para acrisolar su virtud. La providencia de Dios se manifiesta sobre Tobit, el varón que caminó por las sendas de la verdad y de la justicia todos los días de su vida (1:3), sobre su familia. Dios escucha la oración de Tobit y de Sara y acude prontamente en su auxilio enviándoles un ángel, que llevará el bienestar y la alegría a las dos familias.
Mención especial merece la doctrina del libro sobre la angelo-logia. Para poner término a los males de Tobit y Sara, mandó Dios a Rafael para que los curara (12:14). En el viaje señaló al joven Tobías la virtud de la hiél y del hígado; aquélla era remedio eficaz contra la enfermedad de los ojos que padecía su padre; el hígado y el corazón del pez, puestos sobre las brasas, tendrían la virtud de paralizar a Asmodeo, el maligno demonio. Finalmente, Rafael se presenta a Tobit como ángel mediador, que le asistía cuando enterraba a los muertos. Uno de sus oficios era presentar el mne-mosynon (Act 10:4; Apoc 8:3) de sus oraciones delante de la gloria del Señor. Es la primera vez que se habla en el Antiguo Testamento de la categoría especial de los siete ángeles; en el Apocalipsis (8:2) se mencionan de nuevo. El nombre de tres consta en la Biblia: Miguel (Dan 10:13-21; 12:1; Tes 4:16; Jue 9; Apoc 12:7), Gabriel (Dan 8:16; 9:21; Lc 1:19) y Rafael (Tob 3:17; 12:15); los de los otros provienen del libro IV de Esdras y de Henoc 16.
Hemos hablado de que una de las misiones de Rafael era la de paralizar a Asmodeo (3:17). En la antigüedad 17 se hacían fumigaciones provocando olores nauseabundos para ahuyentar a los demonios. Esto mismo hizo Tobías por indicación del ángel. En su parte esencial vemos que la acción del Asmodeo conviene al papel de Satanás. Como en el Nuevo Testamento, se confirma la realidad de los espíritus demoníacos, enemigos de Dios y de los hombres, cuya acción nefasta, sin embargo, está bajo el control de la Providencia divina 18.
Canonicidad.
Falta el libro en el canon judío de Palestina. Las dudas existentes en el judaismo contra la inspiración del mismo determinaron el poco respeto de los traductores por el texto original, de donde se ha originado gran variedad en la tradición textual. San Jerónimo, influido por ambientes rabínicos, lo consideró como un libro edificante (PL 29:23-24). En la literatura patrística se encuentran infinidad de citas y alusiones al libro de Tobit (Priero, Clamer).
1 Epist. ad Afric.: PG u,8o.
2 Praef. in Tobit: PL 29:23.
3 J. M. Milik, Dieci Anni di scoperte nel deserto di Giudá (Turín 1957 23. ·>
4 A. Rahlfs, Verzeichnis der Griechische Handschriften des A. Testamentes (Berlín I9H>
5 ThcBook of Tobit. A Chaldee text (Oxford 1878).
6 Libri Veteris Testamenti apocryphi syriace (Leipzig 1861),
7 Documentos Bíblicos (Madrid 1955) 265-266,
8 Bíblica, 27 (1946) 140.
9 La índole literaria del libro de Tobit: Sefarad, 7 (i947) 381-382.
10 Neubauer, Le Midrasch Tanhwna: Revue des Études Juives, 8 (1886) 224-238.
11 Sieger, Das Buch Tobías und das Marchen vom dankbaren Toten: Katholik, 29 (1904)
12 Revue Biblique, 59 (1952) 239-250.
13 F. ñau, Histoire et sagesse d'Ahikar, l'Assyrien (París 1909).
14 La Sacra Bibbia 233.
15 Humani generis: Documentos Bíblicos, 601.
16 J. Bonsirven, Judaísme Palestinien (París 1935) 234-235.
17 F. Lexa, La magie dans l'Egypte antigüe I (París 1925) 104.
18 R. Pautrel-m. Lefévre, Trois textes de Tobie sur Raphaél: Recherches de Science Religieusc (Mélanges Lebreton) 39 (1951) 115-124; M. Lefévre, Ange oubéte?: (Desclée de Brouwer 1948) 13-27. En uno y otro trabajo se encuentra una discreta bii grafía.
Tobías 4,1-21;;
Acción Benéfica de Rafael en Favor de Tobit y Sara (c.4-11).
Consejos del padre al hijo (4:1).
1 En aquel día se acordó Tobit de la suma que tenía en poder de Gabael, en Ragúes de Media.
Por aquel tiempo se acordó Tobit de la cantidad de plata que había dejado en depósito a Gabael, en Ragúes de Media. Este recuerdo, suscitado por la penuria económica en que se encontraba, y el presentimiento de su muerte próxima sirven de tránsito de la primera a la segunda parte del libro. Tobit quiere que su hijo sepa de la cantidad depositada en Ragúes y se haga con ella, a ser posible antes de su muerte.
Deberes de Tobías para con sus padres (4:2-4).
2 Y se dijo: Yo me he pedido la muerte; ¿por qué, pues, no llamar a Tobías, mi hijo, y comunicárselo antes de morir? 3 Llamóle y le dijo: Si muero, hijo mío, me darás sepultura y te guardarás de menospreciar a tu madre; hónrala siempre todos los días de tu vida, obra según su beneplácito y no le causes tristeza. 4 Acuérdate, hijo, de los muchos trabajos que ella pasó por ti cuanto te llevaba en su seno; cuando muera, dale sepultura a mi lado, en el mismo sepulcro.
Obsesionado por el pensamiento de la muerte, Tobit recuerda a su hijo el más santo de los deberes que tiene para con su padre: darle honrosa sepultura al morir. Tal era el deseo que todo buen israelita manifestaba a su hijo en el trance de la muerte (Gen_49:29; Gen_50:24). Otro de los deberes que le inculca es el respeto y reverencia hacia su madre (Exo_20:12; Pro_23:22; Ecl_3:5), que al morir debía enterrar a su lado (Gen_25:10).
Deberes para con Dios (Gen_4:5-6).
5 Acuérdate, hijo, siempre del Señor, nuestro Dios, y guárdate de pecar; observa sus preceptos. Practica la justicia todos los días de tu vida y no sigas los caminos de la iniquidad. 6 Porque, siguiendo la verdad, serás feliz en todas tus obras, como todos los que practican la justicia.
Estos se resumen en una frase: Acuérdate siempre del Señor, nuestro Dios, lo que equivale a tenerle presente en la mente (Gen_1:13; Deu_8:19; Ece 12:1; Sab_15:3).
Deberes para con el prójimo (Sab_4:7-11).
7 Según tus facultades, haz limosna y no se te vayan los ojos tras lo que des. No apartes el rostro de ningún pobre, y Dios no los apartará de ti. 8 Si abundares en bienes, haz de ello limosna, y si éstos fueren escasos, según sea tu escasez, no temas hacerla. 9 Con esto atesoras un depósito para el día de la necesidad, 10 pues la limosna libra de la muerte y preserva de caer en las tinieblas, 11y es un buen regalo la limosna en la presencia del Altísimo para todos los que la hacen.
Tobit inculca particularmente a su hijo la práctica de la limosna, que ha constituido la nota característica de toda su vida (Sab_1:3, Sab_1:16; 2:Sab_2:14; Sab_12:8). La limosna, según el texto, libra de la muerte y del sepulcro, expresiones estas últimas que deben tomarse en sentido sinónimo (Sab_12:9; Sab_14:10-11; Prov 10,2; Sab_11:4; Dan_4:24). Caer en las tinieblas equivale a otra expresión bíblica: Bajar al sepulcro o al sheoh (Dan_14:10; Sal_88:13; Ece 11:8; Job_10:21).
Continencia (Job_4:12).
12 Guárdate, hijo, de toda fornicación, y ante todo toma esposa del linaje de tus padres; no tomes mujer extranjera que no sea del linaje de tu padre, que hijos somos de profetas, Noé Abraham, Isaac y Jacob, nuestros antiguos padres. Recuerda, hijo, que éstos tomaron mujeres de entre sus hermanos, y fueron bendecidos en hijos, y heredó su descendencia la tierra.
Recomienda Tobit a su hijo que huya de toda fornicación (por-neia), es decir, de todo contacto ilícito con una mujer que no fuera la suya. No se unirá en matrimonio con una mujer extranjera (Exo_34:15-16; Deu_7:1-4; Esdr 9:1-10; Neh_13:25; Mal_2:11). Conforme el ejemplo de sus padres, buscará por esposa a una mujer de su mismo linaje y descendencia (Mal_1:9; Mal_3:17; Mal_6:12; Mal_7:10-12-13).
Amor a los hermanos (Mal_4:13).
13 Y ahora, hijo mío, ama a tus hermanos.
El amor a los individuos de la misma tribu y linaje le preservará de caer en la tentación de unirse en matrimonio con mujeres extranjeras.
Justicia.
14 Y no te ensoberbezcas en tu corazón ni desprecies a los hijos e hijas de tu pueblo, rehusando tomar de ellas mujer, porque en el orgullo está la perdición y el desorden, y en la ruindad la penuria y el hambre, pues la madre del hambre es la ruindad. No retengas una noche el salario de un obrero que trabajare para ti; entrégaselo luego. Si sirvieres a Dios, El te recompensará. Atiende, hijo, a todas tus obras y muéstrate prudente en tu conversación.
Como consecuencia del amor hacia los hermanos, debía Tobías entregar cuanto antes el salario convenido al que trabajara por él (Lev_19:13), y si el obrero fuera pobre, antes de la puesta del sol (Deu_24:15).
Moderación (Deu_4:15).
15 Lo que no quieras para ti no lo hagas a nadie. No bebas vino hasta embriagarte, no vaya contigo la embriaguez.
En unión con los deberes de caridad para con el prójimo, recomienda Tobit a su hijo el uso moderado del vino, ya que los excesos en el beber dan lugar a discordias entre hombres y familias.
Obras de misericordia (Deu_4:16-17).
16 Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Todo cuanto te sobrare dalo en limosnas, y no se te vayan los ojos tras lo que dieres. 17 Pon tu pan y tu vino en los funerales de los justos y no comas ni bebas con los pecadores.
Volviendo sobre el tema de la limosna, insiste Tobit en el deber de proveer a las necesidades de los que tienen hambre y no tienen con qué cubrirse. Lo sobrante de los bienes de fortuna de que dispone pertenece en cierta manera al pobre, a quien debe entregárselo alegremente. Recomienda asimismo a su hijo mantenerse fiel a la costumbre de ofrecer a las familias israelitas que están de luto panes (el pan de consolación) o cualquier otro alimento (Jer_16:7; Exo_24:17; Eci 7:33) para el banquete funerario. No se daba el banquete con ánimo de que sirviera de alimento al difunto en su largo viaje hacia el más allá, sino para consuelo de los familiares (2Ma_12:39). Este pan llamábase pañis dolorum, pan de dolores, y el vino, calix consolationis, cáliz de consuelo (Jer_16:7; Ose_9:4; Eze_24:17; Pro_31:6; Eci 7:37). Esta costumbre pasó a los primitivos cristianos, los cuales celebraban banquetes funerarios junto a las tumbas; costumbre que en parte subsiste todavía en nuestros días.
Prudencia (4:18-20).
18 Sigue el consejo de los prudentes y no desprecies ningún buen consejo. 19 En todo tiempo bendice al Señor Dios, y pídele que tus caminos sean rectos y todas tus sendas y consejos vayan bien encaminados; porque no es del hombre el consejo; sólo el Señor es quien da todos los bienes, y a quien quiere le humilla según su voluntad. Acuérdate, pues, hijo mío, de mis preceptos, y no se borren de tu corazón. 20 Has de saber también que tengo diez talentos en poder de Gabael, hijo de Gabrías, en Ragúes de Media. 21 No temas, hijo; somos pobres, pero rico serás si temes a Dios y te apartas de todo pecado y haces lo que le es grato.
Desconfiar de sí mismo y confiarse al consejo de una persona sabia y prudente es una norma repetida en los libros sapienciales (Pro_12:15; Pro_3:10-16; Pro_27:9; Eci 32:24). Pero no es del hombre el consejo, sino de Dios de quien procede en último término (Pro_3:5; Eci 39:10). En la Leyenda de Ahikar se leen consejos muy semejantes, y a veces idénticos, a los que Tobit dicta a su hijo. Al fin de su discurso Tobit pone en conocimiento de su hijo la existencia de diez talentos de plata que consignó en depósito a Gabael, de los cuales podía él disponer.