Judith 2 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 28 versitos |
1 El año dieciocho, el veintidós del primer mes, se corrió en el palacio de Nabucodonosor, rey de los asirios, que iba a tomar venganza de toda la tierra, como lo había dicho.
2 Llamó a todos sus oficiales y a todos sus grandes, y confirió con ellos sus se cretos planes, resolviendo poner en ejecución toda la maldad que había proferido su boca contra la tierra.
3 Fueron de parecer que se destruyese a cuantos no se sometieran a los decretos del rey.
4 Terminado el consejo, llamó Nabucodonosor, rey de los asirios, a Holofernes, general de su ejército, que era el segundo después de él. Y le dijo:
5 Esto ordena el rey grande, el señor de toda la tierra: En saliendo de mi presencia, tornarás contigo hombres que confíen en sus fuerzas; de infantes, hasta ciento veinte mil y caballos con sus jinetes, doce mil;"
6 e invadirás toda la tierra de occidente por haber desobedecido la orden de mi boca.
7 Les intimarás que me preparen la tierra y el agua, porque en mi furor saldré contra ellos y cubriré toda la haz de la tierra con los pies de mis soldados, y la entregaré al saqueo;"
8 y sus heridos llenarán los barrancos y los torrentes, y el río se desbordará lleno de sus muertos;"
9 y conduciré sus cautivos hasta los extremos confines de la tierra.
10 Empezarás por ocupar todo su territorio, y si no se te rinden, me los reservas para el día del castigo.
11 Mas para los rebeldes no haya perdón; sean entregados a la muerte y al saqueo toda su tierra."
12 Por mi vida y por la fuerza de mi imperio, que cuanto dije lo ejecutaré por mi mano.
13 No dejes de cumplir ni una palabra de tu señor, antes las ejecutarás exactamente según te lo ordeno y sin dilación.”
14 Partió Holofernes de la presencia de su señor y tomó consigo a todos los magnates, generales y capitanes del ejército asirio;"
15 pasó revista a las tropas escogidas para la guerra, según le había ordenado su señor, hasta ciento veinte mil infantes y doce mil arqueros a caballo,
16 y los ordenó como se ordenan las muchedumbres guerreras.
17 Tomó, además, carnellos, asnos y mulos, para la impedimenta, en cantidad muy grande; ovejas, bueyes y cabras"
18 para su aprovisionamiento, y vituallas en cantidad para toda la gente, y asimismo mucho oro y plata del tesoro del rey.
19 Luego se puso en marcha con todo su ejército; y, adelantándose al rey Nabucodonosor, cubrió toda la haz de la tierra, hacia el occidente, con sus carros, jinetes e infantes escogidos;"
20 y una abigarrada muchedumbre como la langosta, incontable como el polvo de la tierra, que se les agregó.
21 Partieron de Nínive, caminando durante tres días por la llanura de Bectelet, y asentó su campamento desde Bectelet hasta carca de la montaña, a la derecha de la Cilicia superior.
22 Y tomó todo su ejército, sus infantes, sus jinetes y sus carros; partió de allí en dirección a la montaña."
23 Rompió por Put y Lut, devastó a los hijos de Rarses y a los de Ismael, que habitan los linderos del desierto hacia el mediodía de los Quelos.
24 Pasó el Eufrates y, atravesando la Mesopotamia, tomó por asalto todas las ciudades fuertes del torrente Abrona hasta el mar.
25 Se apoderó de todo el territorio de Cilicia, derrotando a cuantos se le opusieron, llegó hasta los confines de Jafet por la parte del mediodía, enfrente de la Arabia.
26 Cercó a todos los hijos de Madián, dio al fuego sus tiendas y saqueó sus apriscos.
27 Descendió luego a la planicie de Damasco en los días de la recolección del trigo, incendió todos los campos, destruyó sus rebaños y vacadas, saqueó sus ciudades, asoló sus campiñas e hirió toda su juventud al filo de la espada.
28 Temor y temblor se apoderó de toda la costa, de los moradores de Sidón y de Tiro y de los habitantes del Sur, de Ocina, de Jamnia. Los habitantes de Azoto y Ascalón se llenaron asimismo de miedo.

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Introducción a Judith

Times New Roman ;;;

Judit
Introducción.

División del libro y texto.
Dos partes cabe distinguir en el libro: 1) Antecedentes al asedio de Betulia (c.1-6). 2) Victoria del pueblo judío (c.7-16).
El texto hebreo o arameo, en que fue escrito originariamente el libro, se perdió desde muy antiguo. Orígenes no lo conoció y San Jerónimo afirma que revisó la antigua versión latina basándose en un ejemplar escrito en arameo.
El texto griego se ha conservado en tres formas principales: 1) la de las unciales  A S; 2) forma peculiar de los códices 19 y 108; 3) texto del manuscrito 58 (Vaticano Reginense), del que dependen los textos de la Vetus Latina y Pesitta. Los manuscritos 19 y 108 representan el texto de Luciano, y en ellos se inspiran la versión aramea y la Vulgata. San Jerónimo, a instancias de sus amigos, tradujo el libro precipitadamente, fijándose más en el sentido que en la letra del texto. Quiso él acabar con la multiplicidad viciosa de manuscritos - no dice si eran griegos - y pone en latín lo que encontró en un texto aramaico. Huic (ludit) unam lucubratiuncu-lam dedi, magis sensum e sensu, quam ex verbo verbum transfe-rens. Multorum codicum varietatem vitiosissimam amputavi; solum ea, quae intelligentia integra in verbis Ghaldaeis invenire po-tui, Latinis expressi (Trae, ad Jdt: PL 29:39). Se sospecha que el texto aramaico utilizado por San Jerónimo era más una paráfrasis de estilo targúmico que una simple versión del texto hebreo primitivo.
Se conocen tres textos hebraicos de Judit con carácter midrástico, que de ninguna manera pueden identificarse con el texto hebreo primitivo. Dos de ellos fueron publicados por A. Yellineck 1, y el tercero por M. Gaster 2. Este último coloca la historia de Judit en la época del sitio de Jerusalén por Seleuco, no mencionándose a Nabucodonosor ni Holofernes 3. El texto de nuestro comentario se ajusta al texto griego publicado en la edición que hizo Sixto V del texto de los LXX, teniendo asimismo a la vista el texto editado por A. Rahlfs 4.

Autor y fecha de composición.
Llámase libro de Judit por ser ella la protagonista, no por haberlo escrito. No podemos determinar quién fue su autor ni fijar la fecha de su composición. Se ha dicho que su autor lo fue también del libro del Eclesiástico5, lo que nos confirma todavía más en nuestra impresión de que el libro fue escrito en tiempos posteriores al destierro. Las razones que se aducen para una fecha anterior a la cautividad carecen de valor 6. Grintz fija la data de la composición en el período persa. Dos testimonios explícitos tenemos en el libro que hablan de la cautividad como de un acontecimiento histórico: 4:2-3; 5:19. Por consiguiente, se excluye toda fecha de composición anterior a Darío.
En el libro se vislumbran no pocos elementos persas. En efecto, la frase que se aplica a Nabucodonosor de gran rey, señor de toda la tierra, es el título que se daba a los reyes persas. La invocación de Dios como Dios del cielo es peculiar de los persas (Esd 5:6; papiros de Elefantina); el ejército invasor era persa (16:10); Holofernes y Bagoas son nombres de origen persa. Las armas que utiliza el ejército (akinakés, 13:6; 16:9) tienen el mismo origen, así como la expresión preparar la tierra y el agua (2:7).
Pero el mismo examen revela la presencia de elementos helenísticos. Alejandro fue el primer monarca que se arrogó, aun en vida, honores divinos. Su ejemplo fue seguido por los seléucidas, especialmente por Antíoco Epifanes, que mandó colocar en el templo de Jerusalén la estatua de Júpiter Olímpico y grabar en sus monedas las palabras Antíoco Rey Dios Epifanes Nicéforo. Una costumbre helenista es la de adornarse con coronas de laurel (3:7; 15:13)·.
La importancia que se da a las observancias legales, más minuciosas que en la Ley misma (10:5); la devoción hacia Jerusalén, al templo y al sacerdocio; la moda de los arcaísmos, sugieren la época de Ben Sirach (180 a.C.) o la de los Macabeos. Estos indicios, unidos a las analogías que presentan con los apócrifos, jubileos y Salmos de Salomón, pueden situar al autor y la fecha de composición del libro hacia el año 70. Aventurando todavía una hipótesis, cabe conjeturar que el autor escribió su libro a instancia de los fariseos, deseosos de glorificar con el seudónimo de Judit a su bienhechora, la reina y viuda Alejandra (76-67 a.C.). Que el autor escribió su libro en Palestina, está fuera de duda.

Finalidad del libro.
El autor del libro de Judit se propuso una finalidad concreta al escribirlo. Quien lo lea de corrida y superficialmente creerá que su autor no tuvo otro empeño que el de narrar una serie de hechos históricos. Pero detrás de esta corteza histórica se perfila claramente una idea religiosa directriz, que acaso ocupa el primer plano en la mente del autor sagrado, conducente a demostrar la providencia y fidelidad divinas hacia su pueblo escogido. Dios sometió a Israel al crisol de la prueba (8:27) con el fin de tantear hasta dónde llegaba su fidelidad. Permitió que éste se encontrara al borde del abismo, pero intervino en el momento crítico y lo salvó.

¿Judit libro histórico?
Hemos dicho que bajo la corteza histórica se vislumbra en el libro el desarrollo de una tesis religiosa. Pero cabe preguntar: ¿Tiene solidez esta corteza o más bien es una pantalla de que se sirvió el autor como de medio apto para proponer una enseñanza religiosa? En otras palabras: Los hechos que figuran en el libro, ¿corresponden en todo o en parte a una realidad objetiva o deben considerarse como ficción creada por el autor? Estas preguntas no están lanzadas al azar, sino que las sugieren las múltiples antinomias históricas y geográficas del libro. Sabido es que las dificultades de por sí no son suficientes para que dudemos inmediatamente de la historicidad de un libro bíblico, que aparentemente se presenta como tal; pero son un toque de atención que obliga al exegeta a un examen más detenido del texto.
Las dificultades históricas de mayor relieve del libro de Judit son las siguientes: 1) De Nabucodonosor, que reinó en Babilonia desde 604 hasta 562, se dice que era rey de los asirios. 2) Se afirma que el mencionado monarca reinó en Nínive, capital de Asiría, que fue destruida el año 612 por la acción combinada de Nabopolasar y Ciaxares. 3) Dícese (1:5) que Nabucodonosor combatió y derrotó a Arfacsad, rey de los medos. 4) Por el texto se deduce que en los días de la invasión de Holofernes no había rey en Israel; un sumo sacerdote, Joaquín, asistido por un consejo de ancianos, ejercía el poder supremo. 5) Hacía poco que los judíos habían subido de la cautividad de Babilonia y habían edificado el templo (538-458). 6) El general en jefe del ejército de Nabucodonosor es llamado Holofernes, nombre de origen persa, no babilónico; dígase lo mismo del nombre del eunuco Bagoas. ¿Cómo pudo Nabucodonosor reinar sobre Nínive, destruida antes de subir él al trono? ¿Por qué se llama rey de los asirios, cuando en realidad lo fue de Babilonia? ¿Cómo pudo combatir a Arfacsad, monarca que no figura en el catálogo de los reyes medos y persas? Sabido es que Nabucodonosor destruyó a Jerusalén y al templo, enviando a los judíos a la cautividad de Babilonia; ahora bien, ¿cómo puede armonizarse esta noticia con la de que habían los judíos reedificado la ciudad y el templo y de que habían subido hacía poco del cautiverio? ¿Cómo se explica que un rey de Babilonia reine sobre los asirios, en Nínive, y tenga como generalísimo de su ejército a un persa?
A estas dificultades de orden histórico se juntan otras de carácter geográfico y topográfico. El libro de Judit, escribe De Vaux, demuestra una arrogante indiferencia por la historia y la geografía. El itinerario del ejército de Holofernes (2:21-28) es un desafío a la geografía. Ante las dificultades mencionadas, y teniendo en cuenta los modos de decir y narrar empleados por el autor sagrado, pierde terreno la sentencia tradicional, que admitía la historicidad total del libro, y cobran actualidad las opiniones de los partidarios de una exégesis más libre y más ajustada a lo que realmente quiso decir y expresar el autor.
El pensamiento actual sobre el género literario de Judit lo resume Lefévre en estos términos: Solamente pueden darse dos hipótesis: o los hechos se ocultan cuidadosamente por el empleo de seudónimos, o el autor escribe, con una finalidad didáctica, una historia ficticia, utilizando para ello elementos sacados de épocas muy distintas7. Existe una corriente entre los exegetas que tratan de encajar dentro de un marco histórico determinado los hechos y el ambiente general que se supone en el texto. A este fin se han hecho tentativas para identificar al personaje que se esconde bajo el nombre de Nabucodonosor. Se han barajado más de quince nombres, que abarcan un período de unos mil años, desde Adadnirari III (787 a.C.) hasta Adriano (138 d. C.) 8.
Puede ser que, al utilizar el autor sagrado el nombre de Nabucodonosor, quisiera reunir en él los rasgos más salientes de todos y cada uno de los antiguos monarcas orientales y griegos, cuyo distintivo era el orgullo, la impiedad, la ambición y el odio hacia Yahvé y a su pueblo elegido. Para el autor, Nabucodonosor es una figura sintética, ejemplar, simbólica y apocalíptica. Es el adversario poderoso e impío del pueblo de Israel. Es un monarca que sobrevive a sí mismo, ya que ataca a Israel incluso en los tiempos posteriores a la cautividad. Es un personaje de todos los tiempos y de ninguno en particular. No es nombre concreto; es una fuerza, una idea encarnada. Es el orgullo personificado, es Satanás (Stein-Mann, 24). Aquior, lo mismo que Nabucodonosor, tiene en el texto función de tipo (Cazelles).
En cuanto al personaje central, Judit, se identifica en 16:4 con la nación judía. Según De Vaux, Judit, palabra que significa la judia, representa el partido de Dios, identificado con el de la nación 9. Es probable que Judit no sea otra que Jael de Jue 4:5, transformada, primeramente por los de Elefantina y últimamente por los judíos de Leontópolis, en la heroína que conocemos con el nombre de Judit. 10
Como escribimos en otro lugar n terminamos este apartado diciendo que con datos extraídos de la historia de la lucha secular de los pueblos paganos contra Israel compuso el autor sagrado una narración, en la que hechos sucedidos en diversos períodos históricos forman unidad por razón de la identidad de fines que les atribuye. Se barajan nombres, reales o fingidos, de personajes, con preferencia de tiempos antiguos. Según el P. Guillet, una de las leyes del género apocalíptico es la de sintetizar la historia en visiones globales 12. Son muchos actualmente los que clasifican a Judit entre la literatura apocalíptica. Lo que ésta proclama con lenguaje pro-fético, lo dice nuestro autor empleando el estilo simple de un relato 13.

Valor doctrinal de Judit.
Es un libro fundamentalmente religioso. La tesis central del mismo se plantea en 5:20-21. Especial providencia de Dios por el pueblo de Israel mientras éste le sea fiel, no solamente rechazando la idolatría, sino evitando aun las más leves transgresiones legales. Puede permitir Dios que le sobrevengan grandes calamidades, pero aun entonces debe Israel esperar en Dios, que permite estos males para probar su fidelidad, no para castigarle.
El pecado es el gran enemigo de la alianza. El mayor de todos es la idolatría; pero también otras faltas menos graves debilitan los lazos de la alianza. Quienes juzgan las acciones de Judit con un enfoque moderno, le achacan varios pecados: mentira, seducción, acción voluntaria de ponerse en peligro próximo de pecar, asesinato de Holofernes, utilización de medios ilícitos para lograr un bien. Pero no es el de Judit un libro de casos de conciencia, ni aun de edificación, sino más bien un tratado teológico. Ningún pecado le recrimina el autor sagrado, que ve en ella un instrumento débil del que se sirve Dios para castigar a los enemigos de su pueblo. Por el hecho de que su pureza salió ilesa de las provocaciones de Holofernes, a quien decapitó, algunos teólogos consideran a Judit como figura de la Inmaculada Concepción. A María se aplican las palabras de 15:9.

Canonicidad.
Se clasifica entre los siete libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento. Según Orígenes 14 y San Jerónimo 15, los judíos leían el libro. Muchos Padres de los siglos n y ni consideran el libro como parte integrante de la Biblia 16. Por dudar de su canonicidad, San Jerónimo no puso mucho esmero en su traducción o revisión de un texto aramaico. Pero el mismo santo Doctor cambió de parecer (Epist. 65: PL 12:623; 25:1394) al verse libre de los prejuicios rabínicos. Afirma San Jerónimo que el concilio de Nicea in numero sanctarum scripturarum computasse al libro de Judit (PL 39,39) 17·

1 Beth ha-Midrasch (Leipzig 1853),
2 An Unknown Hebrew versión of the history of Judith: Proceedings of the Society oí d blical Archaeology, 16 (1893-94) 156-163.
3 C. Meyer, Zur Entstehungsgeschichte des Buches Judith: B 3 (1922) I93-2O3·,
4 Stuttgart 1952. Sobre la cuestión textual véase A. M. dubarle, Les textes diverse Uvre de Judith: VT 8 (1958) 344-373·
5 A. Jansen, Der verschollene Verfasser des Buches Judith: Theologie und Glaube, 4 U912) 269-277.
6 B. Mariahi, Introductio in libros sacros Veteris Testamenti (Roma 1958) 277-278,
7 Introduction a la Bible I (1957) 1747.
8 Véase Soubigou, Miller; G. Brunner, Der Nabuchodonosor des Buches judith (Berlín 1959).
9 Bible de Jérusalem (1956) 493-494.
10 J. Edgar Bruns, The genealogy of Judith: The Catholic Bibljcal Quarterly, 18 (1956) Ú9-22; Judith orjael: ibid., 16 (1954) 12-14.
11 Verdad y Vida, U.
12 Thémes Bibliques (París 1951) 137-38-
13 Lefévre, Judith: DBS 1319; arnaldich, l.c., 99-100.
14 Epist. ad lulianurri Africanwn 13: PG 11:80.
15 Praefatio in Libr. ludith: PL 29:3?
16 Clemente De Alejandría, Strom. 2:17: PG 8:969; orígenes, De oratione i32: PG 11:452.
17 Véase A. M. Dubarle, La mentían de Judith dans la littérature ancienne, Juíve et cnn~ tienne: RB 66 (1959) 514-549·


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Judith 2,1-28;;

Consejo de oficiales en palacio (2:1-3).
1 El año dieciocho, el veintidós del primer mes, se corrió en el palacio de Nabucodonosor, rey de los asirios, que iba a tomar venganza de toda la tierra, como lo había dicho. 2 Llamó a todos sus oficiales y a todos sus grandes, y confirió con ellos sus se cretos planes, resolviendo poner en ejecución toda la maldad que había proferido su boca contra la tierra. 3 Fueron de parecer que se destruyese a cuantos no se sometieran a los decretos del rey.

Herido en su amor propio, planea Nabucodonosor un ejemplar castigo de las naciones rebeldes a su llamamiento. Corría el año dieciocho de su reinado, el veintidós del mes de Nisán, es decir, a principios de abril, tiempo en que los reyes suelen ponerse en campaña (2Sa_11:1), cuando en el palacio del rey se bosquejó el plan de ataque. Según Jer_32:1; Jer_52:29, el año dieciocho del Nabucodonosor histórico coincide con la fecha en que el mencionado rey se apoderó de Jerusalén (año 587). El autor ha querido asociar la memoria del año más triste para los judíos con el desquite por manos de Judit; el sacrilegio de Nabucodonosor señala el comienzo de su caída.

Holofernes, generalísimo del ejército (Jer_2:4).

4 Terminado el consejo, llamó Nabucodonosor, rey de los asirios, a Holofernes, general de su ejército, que era el segundo después de él.

Un rey de Babilonia que reina sobre los asirios en la ciudad de Nínive tiene a un persa como generalísimo de sus tropas. Que el nombre de Holofernes sea de origen persa, lo prueban tanto su terminación como la analogía con otros nombres de la misma procedencia, como Artafernes, Datafernes. ¿Qué personaje se esconde bajo este nombre que recuerda el mugido de un buey en una caverna? (Claudel). Según Eusebio1, con ocasión de la campaña contra Egipto, Artajerjes III Oco deportó a Hircania, a orillas del mar Caspio, a muchos judíos. En esta misma campaña 2 destruyó y conquistó Jericó, lugar en donde se habían congregado los levantiscos judíos, hecho que tuvo lugar hacia el año 351. Según Diodoro Sículo (31:Jer_19:2-3), un cierto Holofernes, hermano del rey de Capadocia, Ariarates, combatió al lado de Artajerjes contra los egipcios. El mismo Diodoro (16:Jer_47:4) menciona al muy influyente eunuco Bagoas (Jer_12:11; Jer_13:3; Jer_14:14). Aunque el nombre de Bagoas era muy común 3 entre los eunucos y aunque el nombre de Holofernes se halla en otras partes, es, sin embargo, muy casual que se hable de los dos en una misma narración. La mención de éste y del eunuco Bagoas, ¿basta para identificar a Holofernes con Artajerjes III? ¿No es diametralmente opuesto el papel de Holofernes en la obra de Diodoro y el que juega en el libro de Judit? Aquél regresa victorioso a Persia, seguido de una caravana de judíos, camino del destierro; éste cae muerto por la acción de una mujer israelita. Concluyamos diciendo que el hagiógrafo ha escogido el nombre de Holofernes con el fin de asociarlo al de otros enemigos de los judíos.

Holofernes recibe consignas del rey (Jer_2:5-14).
Y le dijo: 5 Esto ordena el rey grande, el señor de toda la tierra: En saliendo de mi presencia, tornarás contigo hombres que confíen en sus fuerzas; de infantes, hasta ciento veinte mil y caballos con sus jinetes, doce mil; 6 e invadirás toda la tierra de occidente por haber desobedecido la orden de mi boca. 7 Les intimarás que me preparen la tierra y el agua, porque en mi furor saldré contra ellos y cubriré toda la haz de la tierra con los pies de mis soldados, y la entregaré al saqueo; 8 y sus heridos llenarán los barrancos y los torrentes, y el río se desbordará lleno de sus muertos; 9 y conduciré sus cautivos hasta los extremos confines de la tierra. 10 Empezarás por ocupar todo su territorio, y si no se te rinden, me los reservas para el día del castigo. 11 Mas para los rebeldes no haya perdón; sean entregados a la muerte y al saqueo toda su tierra. 12 Por mi vida y por la fuerza de mi imperio, que cuanto dije lo ejecutaré por mi mano. 13 No dejes de cumplir ni una palabra de tu señor, antes las ejecutarás exactamente según te lo ordeno y sin dilación.

El gran rey es una expresión que usaban los reyes de Asiría (2Re_18:19; Isa_36:4) y de Persia (Est_13:1; Est_16:1). Yahvé es el único que puede ostentar el título de rey de toda la tierra (Miq_4:13; Zac_4:14; Sal_47:3; Jer_32:27). Los reyes de Asiría se llamaban a sí mismos reyes de las cuatro regiones. El autor sagrado ha puesto en boca del monarca una oratoria más ambiciosa con el fin de poner de relieve su soberbia, que le llevó a arrogarse un título propio de la divinidad. Al paso de Holofernes y de su ejército seguirá la visita real, que acabará por aniquilar a los pueblos que no se rindieron. La frase preparar la tierra y el agua se halla en los documentos persas4 para significar que las naciones, en señal de sumisión, debían poner a disposición del vencedor todo cuanto necesitara para el traslado y mantenimiento de las tropas durante su permanencia en ellas. La orden es formal: que tu ojo no perdone a ninguno (Deu_7:16; Eze_20:17). En confirmación de sus palabras jura Nabucodonosor por su vida y por su imperio (1Re_17:12; 1Re_18:10; 2Re_2:2-4-6; Isa_49:18) que ejecutará cuanto dijo. En opinión de Scholz, sólo Dios emplea esta fórmula de juramento (Num_14:21-28); los hombres juran por Dios vivo (Jue_8:19). De ello se infiere que Nabucodonosor se atribuye un poder sobrehumano.

Movilización general (Jue_2:14-18).
14 Partió Holofernes de la presencia de su señor y tomó consigo a todos los magnates, generales y capitanes del ejército asirio; 15 pasó revista a las tropas escogidas para la guerra, según le había ordenado su señor, hasta ciento veinte mil infantes y doce mil arqueros a caballo, 16 y los ordenó como se ordenan las muchedumbres guerreras. 17 Tomó, además, carnellos, asnos y mulos, para la impedimenta, en cantidad muy grande; ovejas, bueyes y cabras 18 para su aprovisionamiento, y vituallas en cantidad para toda la gente, y asimismo mucho oro y plata del tesoro del rey.

A Holofernes, el segundo después del rey (Jue_2:4), que no asistió al consejo secreto de sus servidores y magnates (Jue_2:2), le fue confiado el reclutamiento y la puesta en marcha de un poderoso ejército. Pasó revista a sus tropas escogidas, infantes y arqueros a caballo (2Cr_14:7; 2Cr_17:17; 1Sa_31:3; 1Re_22:34; Jer_4:29; Jer_6:23) y los organizó militarmente. Aparte de este ejército escogido, reunió gran cantidad de bestias de carga y animales para el servicio de la tropa.

Un ejército en marcha (Jer_2:19-21).
19 Luego se puso en marcha con todo su ejército; y, adelantándose al rey Nabucodonosor, cubrió toda la haz de la tierra, hacia el occidente, con sus carros, jinetes e infantes escogidos; 20 y una abigarrada muchedumbre como la langosta, incontable como el polvo de la tierra, que se les agregó. 21 Partieron de Nínive, caminando durante tres días por la llanura de Bectelet, y asentó su campamento desde Bectelet hasta carca de la montaña, a la derecha de la Cilicia superior.

Se complace el autor sagrado en ponderar la potencia del ejército de Holofernes, tanto por su calidad como por el número. Del texto parece desprenderse que el ejército de Holofernes estaba encargado de marchar en vanguardia con el fin de someter las naciones que Nabucodonosor debía ocupar. Esta muchedumbre se compara, por su gran número, a la invasión de langosta proveniente del desierto o al polvo de la tierra (Jos_11:4; Jue_7:12). El autor sagrado junta nombres del abigarrado mosaico de nacionalidades situadas al norte de Palestina y pasea por ellas el rulo del ejército de Nabucodonosor con el fin de presentar al monarca como señor y dueño de todo el mundo conocido, enfrentándolo con el diminuto pueblo de Betulia.

Luchas en el Asia Menor (Jue_2:22-23).
22 Y tomó todo su ejército, sus infantes, sus jinetes y sus carros; partió de allí en dirección a la montaña. 23 Rompió por Put y Lut, devastó a los hijos de Rarses y a los de Ismael, que habitan los linderos del desierto hacia el mediodía de los Quelos.

El v.23 es una verdadera cruz para los intérpretes. A menudo se mencionan juntos en el Antiguo Testamento los nombres de Put y Lut (Jer_46:9; Eze_27:10; Eze_30:5). ¿En dónde localizar ambos pueblos? Según Stummer, Put es un pueblo de África (Gen 10,6; 1Cr_1:8; Jer_46:9; Eze_27:10; Eze_30:5; Eze_30:38, Eze_30:5; Neh_3:9); Lut puede ser, o bien Lidia (Gen 10,22), o un pueblo norteafricano (Gen_10:13; Gen_10:1 Grón 1:11, etc.). En Isa_66:19, los dos nombres se asocian a Javán, Tarsis y a las islas lejanas, que no han oído hablar nunca de mi nombre (Yahvé), de lo cual se infiere que su localización debe buscarse en el extremo occidental del Asia Menor. Sin embargo, la predilección del autor por la antigüedad hace sospechar que al mencionar Put y Lut tuvo en la mente los textos de Gen_10:6-13-22.

Combates en Mesopotamia (Gen_2:24-26).
24 Pasó el Eufrates y, atravesando la Mesopotamia, tomó por asalto todas las ciudades fuertes del torrente Abrona hasta el mar. 25 Se apoderó de todo el territorio de Cilicia, derrotando a cuantos se le opusieron, llegó hasta los confines de Jafet por la parte del mediodía, enfrente de la Arabia. 26 Cercó a todos los hijos de Madián, dio al fuego sus tiendas y saqueó sus apriscos.

Con el fin de solucionar la dificultad del regreso del ejército a su punto de partida, cambian algunos comentaristas el orden actual por el siguiente: v.21-26. Con ello se obtiene un desplazamiento de Holofernes más en consonancia con los datos geográficos de que disponemos hoy. Del v.23 se desprende que, una vez dominadas las naciones del Asia Menor y ya en territorio de Siria, pronto para descender a Palestina, torció Holofernes hacia el este con el fin de someter las tribus nómadas acampadas entre Palmira y el Eufrates. En el v.24, el ejército de Holofernes cruza de nuevo el río y presenta batalla a los pueblos situados entre los ríos Eufrates y Tigris. En la primera campaña, Holofernes siguió la ribera del Eufrates; en esta segunda ataca Cilicia y lleva sus tropas hacia los confines del norte (Eze_38:6). Según Gen_10:1-2, los hijos de Jafet se establecieron en la orilla meridional del mar Negro, en los alrededores de los lagos Van y Urmia y junto a las riberas del Caspio. No se ha explicado todavía satisfactoriamente la presencia en el texto de la palabra Arabia; la mayoría de los autores la consideran como glosa.

Por tierras de Siria y Fenicia (Gen_2:27-28).
27 Descendió luego a la planicie de Damasco en los días de la recolección del trigo, incendió todos los campos, destruyó sus rebaños y vacadas, saqueó sus ciudades, asoló sus campiñas e hirió toda su juventud al filo de la espada. 28 Temor y temblor se apoderó de toda la costa, de los moradores de Sidón y de Tiro y de los habitantes del Sur, de Ocina, de Jamnia. Los habitantes de Azoto y Ascalón se llenaron asimismo de miedo.

Holofernes desciende de los confines del norte a la llanura en los días de la siega del trigo, a fines de abril y principios de mayo (Gen_30:14). Como en el v.1 se dice que el consejo se tuvo hacia primeros de abril, asombra la rapidez de las campañas del ejército de Holofernes. La ciudad de Damasco se halla situada en la fructífera y bien regada llanura de Guta (2Re_5:12; Jer_49:25), en un lugar por donde pasa la gran ruta caravanera que une Egipto con Mesopotamía. Existía la bárbara costumbre de incendiar las mieses (Jue_15:4-8) para sumergir a los pueblos en la indigencia. Llama la atención este comportamiento de Holofernes en relación con la noticia de la Vulgata, según la cual contaba él con el trigo de Siria para su ejército (Jue_2:9 : frumentum ex omni Syria in transitu suo paran constituit). Es muy probable que el autor haya imputado a Holofernes la conducta que solían seguir otros conquistadores. En el v.20 se habla de una incontable muchedumbre que se agregó a las fuerzas de choque, engrosando continuamente el ejército con el alistamiento de guerreros de los pueblos conquistados. A medida que las tropas se acercan a Palestina se intensifican los actos conducentes a sembrar el pánico y el terror entre los pueblos. Ante ello, los pueblos prefieren pactar antes que lanzarse a un combate en el que llevarían las de perder.