Baruc 1 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 22 versitos |
1 Discurso del libro escrito por Baruc, hijo de Nerías, hijo de Maasías, hijo de Sedecías, hijo de Asadlas, hijo de Helcías, en Babilonia.
2 El año quinto, el día séptimo del mes quinto, al tiempo en que los caldeos tomaron Jerusalén y la incendiaron,
3 leyó Baruc los discursos de este libro a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a todo el pueblo que venía a oír la lectura del libro,
4 y a los magnates, y a los hijos de los reyes, y a los ancianos, y, en fin, a todo el pueblo, desde el pequeño hasta el grande, a todos los que habitaban en Babilonia a orillas del río Sud.
5 Lloraron y ayunaron ante el Señor,
6 y recogiendo dinero según las posibilidades de cada uno,
7 lo enviaron a Jerusalén, a Joaquim, hijo de Helcías, hijo de Safan, sacerdote, y a los demás sacerdotes y a todo el pueblo que se hallaba con ellos en Jerusalén
8 cuando tomó los utensilios de la casa del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos al país de Judá, el día diez de Siván; los vasos de plata que había hecho Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá,"
9 después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, trasladó a Jerusalén a Jeconías y a los príncipes, y a los prisioneros, y a los magnates, y al pueblo de la tierra, y los llevó de Jerusalén a Babilonia,
10 y dijeron: Ahí os enviamos dinero para que con él compréis holocaustos y víctimas por el pecado, e incienso para que hagáis las oblaciones y las ofrezcáis en el altar del Señor, nuestro Dios,
11 y oréis por la vida de Nabucodonosor, rey de Babilonia; y por la vida de Baltasar, su hijo, para que sean sus días sobre la tierra como los días del cielo,"
12 y nos dé el Señor fortaleza e ilumine nuestros ojos, y vivamos bajo la sombra de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y bajo la sombra de Baltasar, su hijo, y les sirvamos por muchos días y hallemos gracia en su presencia.
13 Orad por nosotros al Señor, nuestro Dios, porque hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios, y la cólera del Señor y su furor no se apartó de nosotros hasta el presente.
14 Leeréis este libro que os enviamos para que lo deis a conocer en la casa del Señor en el día de fiesta y en los días oportunos.
15 Diréis: Del Señor, Dios nuestro, es la justicia; nuestra la confusión y el sonrojo, corno se muestra hoy en todo varón de Judá y en los moradores de Jerusalén,"
16 y en nuestros reyes y en nuestros príncipes, en nuestros sacerdotes y en nuestros profetas y en nuestros padres,
17 porque pecamos en presencia del Señor
18 y no le obedecimos ni escuchamos la voz del Señor, nuestro Dios, ni caminamos por los preceptos del Señor, que dio en nuestra presencia.
19 Desde el día en que sacó a nuestros padres de la tierra de Egipto hasta hoy, hemos sido rebeldes al Señor, nuestro Dios, y nada hicimos por oír su voz.
20 Y así se apegó a nosotros el infortunio y la maldición que el Señor intimó por Moisés, su siervo, al tiempo que sacó a nuestros padres de Egipto para darnos la tierra que mana leche y miel, como aparece en este día.
21 No escuchamos la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que nos envió,
22 y nos fuimos cada uno según el pensamiento de su mal corazón, sirviendo a los dioses extraños y cometiendo maldades a los ojos del Señor, Dios nuestro.

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Introducción a Baruc

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Âaruc.
Introducción.

Personalidad del autor.
Baruc (en heb. Baruj: Bendito), el inseparable compañero y secretario de Jeremías 1, parece que pertenecía a la nobleza de Jerusalén 2. Hacia el 604 a.C. aparece ya como secretario del profeta 3, y más tarde coopera con éste en la compra del campo de Anatot4. Después de la caída de Jerusalén (586) y de la muerte del gobernador Godolías, fue conducido con su maestro Jeremías a Egipto5. Hacia el 582 aparece en Babilonia con un mensaje de esperanza a los exilados, sin duda enviado por el propio Jeremías6. En 581 aparece de nuevo en Jerusalén para traer parte de los vasos sagrados y llevar una colecta de dinero a los judíos que habían quedado en Palestina; y les leyó su libro en la fiesta de los Tabernáculos.

Contenido y estructura del libro.
Según la Vg, el llamado libro de Baruc tiene dos partes: los c.1-5, del propio Baruc, y el c.6, que contiene una epístola de Jeremías. Ambas partes aparecen claramente separadas en los LXX. El libro propiamente atribuido a Baruc suele ser dividido en cuatro partes:

1. Introducción histórica (1:3-14): Lectura del libro ante los exilados. Colecta de dinero y transmisión de ésta a los habitantes de Jerusalén.
2.Confesión y plegaria de los judíos exilados (1:15-3:8).
3.Panegírico de la sabiduría (3:9-4:4).
4.Triple exhortación (4:5-5:9): a la fidelidad a la Ley, a la paciencia y a la esperanza.

Lengua y lugar en el canon.
Sólo poseemos el texto griego del libro de Baruc, y por ello ha sido considerado como deuterocanónico. Las versiones Vetus latina (actual de la Vg, pues San Jerónimo no hizo traducción especial) 7 y las siríacas Peshitta y hexaplar están hechas sobre el texto griego. No obstante, es común entre los autores el suponer la existencia de un texto hebraico primitivo del que se deriva la traducción de los LXX 8, pues se encuentran muchos hebraísmos e incluso confusión de palabras parecidas hebreas por el traductor 9. Recientemente se ha discutido el origen hebraico del fragmento 3:9-5:9 y del c.6 10, porque reflejan un griego sumamente clasicista.

Autenticidad.
La opinión tradicional es que este libro es de Baruc, secretario de Jeremías, como reza el título del mismo: Palabras que escribió Baruc, hijo de Nerías., en el año quinto. después que los caldeos tomaron Jerusalén y la incendiaron. 11 Dadas las múltiples alusiones al libro de Jeremías, el libro de Baruc y la Epístola de Jeremías se citaban con el nombre de Jeremías en los primeros siglos 12, y ésta es la razón de que Baruc falte en la enumeración de muchos catálogos canónicos.
Sin embargo, los comentaristas modernos difícilmente reconocen la paternidad literaria del secretario de Jeremías a este opúsculo que lleva el nombre de Baruc. Las razones son, sobre todo, de índole histórica: la introducción histórica (1:1-14) parece totalmente artificial y llena de inexactitudes históricas difícilmente comprensibles en un autor que viviera en Babilonia en los primeros años del exilio. Así, no es fácil que el rey Jeconías - encarcelado - asistiera a la lectura del libro de Baruc 13. También parece extraño lo que se dice del retorno de los vasos sagrados llevados por Nabu-codonosor 14, y el ruego a los judíos que están en Palestina para que oren por Nabucodonosor 15 y por su hijo Baltasar (que fue hijo de Nabónides, último rey de Babilonia). Además, se dice que el sumo sacerdote de Jerusalén era Joaquim, cuando sabemos por 1 Par 6:15 (5:41) que el sumo sacerdote era Josedec, que estaba en Babilonia y no en Palestina.
Es rara también la suposición de que sobre las ruinas humeantes del templo continuaran los sacrificios normalmente, cuando sabemos que el altar de los sacrificios fue reedificado después de la repatriación 16. Por otra parte, se sugiere que Bar 1:15-2:18 depende de Dan 9:4-19, que es de la época macabea (166-165 a.C.).
A esta argumentación contestan los mantenedores de la tesis tradicional que se puede suponer que el rey Jeconías gozara de una libertad relativa, y así es concebible que escuchara la lectura de Baruc. Por otra parte, el sacerdote Joaquim puede considerarse como un representante de Josedec en Palestina. Respecto de los sacrificios en las ruinas del templo, sabemos por Jer 41:5 que se continuaban ofreciendo sacrificios en el lugar del templo después de su destrucción. En cuanto a la mención de Baltasar como hijo de Nabucodonosor, dicen estos autores que bien pudiera ser un hijo desconocido de éste, aparte de su heredero Evil-Marduk. Respecto de la supuesta dependencia de Bar 1:15-2:18 de Dan 9:4-19, pueden invertirse los términos, ya que en Daniel el fragmento parece desplazado del contexto, de forma que probablemente es una adición posterior. La semejanza de Bar 5:5-9 y el salmo de Salomón 11:2-7 puede mejor explicarse suponiendo que éste depende de aquél. Por otra parte, Bar 1:15-3:8 y 3:9-5:9 tienen gran afinidad con textos del libro de Jeremías17, si bien Bar 4:36-5:9 tiene analogías con el Deutero-Isaías.
Los que niegan a Baruc, secretario de Jeremías, la paternidad literaria de este libro, suelen proponer como época de composición del mismo la de la dominación persa seléucida, y así explican la ausencia de este escrito en el canon judaico. Algunos autores más radicales dan como fecha de composición la que sigue a la destrucción de Jerusalén por Tito (70 a.C.), porque, fuera de la catástrofe del 586, no ha habido otra destrucción del templo de Jerusalén hasta la definitiva por las tropas romanas. Entre los católicos no faltan quienes sostengan que parte del libro de Baruc es posterior al contemporáneo de Jeremías. Así, P. Heinisch supone que Bar 3:9-4:4 es posterior al exilio, mientras que 4:5-5:9 sería de fines del destierro 18. A. M. Dubarle coloca la composición de 3:9-4:4 en la mitad del siglo IV a.C. 19.

Canonicidad.
El libro de Baruc no figura en el canon judaico; sin embargo, hay indicios de que formó parte de él por algún tiempo, pues además de haberlo traducido los LXX, Teodoción - que sólo tradujo los libros canónicos judaicos - lo vertió al griego. Por otra parte, Baruc aparece en las antiguas listas judaicas con el título de Jeremías con Baruc, Lamentaciones y la Epístola. 20 Además, sabemos por ciertos testimonios cristianos primitivos que Baruc era leído en las sinagogas 21. En la tradición cristiana es común la aceptación de Baruc como canónico e inspirado 22. Sólo en el siglo IV hay dudas transitorias sobre su canonicidad, debidas a la posición de San Jerónimo. A pesar de la opinión adversa de éste, la Iglesia lo recibió en el canon entre los deuterocanónicos.

1 Cf. Jer 36:26. - 2 Su hermano Serayas tenía un alto cargo en la corte del rey Sedéelas (cf. Jer 51:59). - 3 Cf. Jer 46:4. - 4 Cf. Jer 32:12s. - 5 Cf. Jer 43:6s. - 6 Según Fl. Josefo, Nabucodonosor llevó a Jeremías y a Baruc a Babilonia después de tomar Egipto (cf. Antiq. 10,9.7). - 7 Así dice en el prólogo al Com. a Jer.: Libellum autem Baruch qui vulgo editioni Sep-tuaginta copulatur, nec habetur apud hebraeos, et pseudoepigrafon Epístola leremiae nequáquam censui disserendam (PL 24:680 706). - 8 Prueba de la existencia del texto hebraico primitivo es que Orígenes en el texto de Bar pone asteriscos y obelos, como en los demás libros. En la versión siro-hexaplar se dice a propósito de 1:17 y 2:3: esto no está en el hebreo. Además, en esta versión a veces se ponen las variantes de Teodoción, el cual sólo tradujo libros del hebreo o arameo. Admiten un original hebraico para todo el libro de Bar, entre otros, Kónig, Condamin, Harwell, Goets-berger, Whitehouse, Charles. - 9 Así, en 1:10 se confunde man (maná) con minjah (oblación); en 1:22, el verbo 'abad se traduce por obrar en vez de servir a dioses extranjeros; en 2:25 se vocaliza dabar (palabra) en vez de deber (peste). Véase H. Hopfl-Miller-Metzinger, Introd. spec. in V.T. p.457 (Roma 1945). - 10 Dudan de la autenticidad de este fragmento E. Schürer, The Jewish People 2.3.191. 195; Y J· T. Marshall (Hasting, Dict. ofthe Bible II 578). - 11 Bar 1:1. - 12 San Agustín: Hoc testimonium (Bar 3:36-38) quídam non leremiae, sed scribae eius attribuerunt, qui vocatur Baruch, sed leremiae celebratius habetur. - 13 Bar 1:3. 15 Bar 1:11. i Bar i,8s. 16 Cf. Esd 3:2. - 17 Cf. Kalt, Zur Echtheitsfrage von Baruch I-III 8. Citado por L. Dennefeld, o.c., ñ·437· - 18 Cf. P. Heinisch, Zur Entstehung des Buches Baruch: Theologie und Glaube, 20 (1928) 696-710. - 19 Cf. A. M. Dubarle, Les Sages d'Israel p.i32. - 20 Swete, Intr. 203-10. Citado por Saydon, o.c., p.548. - 21 Asi lo afirman las Constitutiones Apostolorum 5:20: PG 1:896. - 22 Cf. Orígenes, In Ex. hom.7:2: PG 12:342; San Atanasio, Ep. fest. 39: PG 26:1177. San Cirilo De Jerusalén, Catech. 4:35: PG 33:5po: leremiae cum Baruch, Lamentationi; bus et Epístola unus líber; Conc. Laodicenum, hacia el 360 p. C. (cf. EB 9); Atenág., Legat. pro christ. 9: PG 6:908.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Baruc 1,1-22Times New Roman ;;

1. Colecta por el Templo de Jerusalen. Confesión.

Título y lectura del libro (1-4).
1 Discurso del libro escrito por Baruc, hijo de Nerías, hijo de Maasías, hijo de Sedecías, hijo de Asadlas, hijo de Helcías, en Babilonia. 2 El año quinto, el día séptimo del mes quinto, al tiempo en que los caldeos tomaron Jerusalén y la incendiaron, 3 leyó Baruc los discursos de este libro a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a todo el pueblo que venía a oír la lectura del libro, 4 y a los magnates, y a los hijos de los reyes, y a los ancianos, y, en fin, a todo el pueblo, desde el pequeño hasta el grande, a todos los que habitaban en Babilonia a orillas del río Sud.

En la presentación de Baruc se nos da la misma genealogía que hemos encontrado en Jer_32:12, con la adición de Sedecías, Asadlas y Helcías. No se da a Baruc el título de profeta, como tampoco en el libro de Jeremías. La lectura de este escrito de Baruc tuvo lugar en el año quinto, día séptimo del mes quinto (v.2). Pero no da el punto de partida para computar esta fecha. Muchos creen que ese año quinto es a partir de la toma de Jerusalén en 586, de modo que la lectura habría tenido lugar en el año 581-580 a.C. Es lo más probable. Entonces la frase al tiempo en que los caldeos tomaron Jerusalén (v.2) habría que entenderla en el sentido de después que los caldeos tomaron Jerusalén l. El libro es leído a los deportados de Babilonia, entre los que está el rey Jeconías, hijo de Joaquim, que después de tres meses de reinado fue llevado cautivo en la primera deportación del 598, sucediéndole en el trono su tío Sedecías 2. Conocemos hoy día, por las inscripciones cuneiformes, el trato que se le daba en la corte de Nabucodonosor 3. Fue puesto en libertad vigilada por el sucesor de Nabucodonosor, Evil-Marduk4.

Colecta por el templo (5-14).
5 Lloraron y ayunaron ante el Señor, 6 y recogiendo dinero según las posibilidades de cada uno, 7 lo enviaron a Jerusalén, a Joaquim, hijo de Helcías, hijo de Safan, sacerdote, y a los demás sacerdotes y a todo el pueblo que se hallaba con ellos en Jerusalén 8 cuando tomó los utensilios de la casa del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos al país de Judá, el día diez de Siván; los vasos de plata que había hecho Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, 9 después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, trasladó a Jerusalén a Jeconías y a los príncipes, y a los prisioneros, y a los magnates, y al pueblo de la tierra, y los llevó de Jerusalén a Babilonia, 10 y dijeron: Ahí os enviamos dinero para que con él compréis holocaustos y víctimas por el pecado, e incienso para que hagáis las oblaciones y las ofrezcáis en el altar del Señor, nuestro Dios, u y oréis por la vida de Nabucodonosor, rey de Babilonia; y por la vida de Baltasar, su hijo, para que sean sus días sobre la tierra como los días del cielo, 12 y nos dé el Señor fortaleza e ilumine nuestros ojos, y vivamos bajo la sombra de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y bajo la sombra de Baltasar, su hijo, y les sirvamos por muchos días y hallemos gracia en su presencia. 13 Orad por nosotros al Señor, nuestro Dios, porque hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios, y la cólera del Señor y su furor no se apartó de nosotros hasta el presente. 14 Leeréis este libro que os enviamos para que lo deis a conocer en la casa del Señor en el día de fiesta y en los días oportunos.

La reacción de los oyentes ante la lectura de los discursos de Baruc fue un completo éxito desde el punto de vista religioso: un sentimiento de compunción y de expiación fue la característica de aquella reunión de desterrados de Babilonia, que se concretó en una colecta pecuniaria en favor del templo de Jerusalén. No conocemos al sacerdote Joaquim, pero debe de ser el que circunstancial -mente estaba al frente del templo de Jerusalén. El texto no dice que fuera sumo sacerdote. Según 1Cr_6:15, el sumo sacerdote estaba en el exilio. En Jdt_15:8 aparece un sumo sacerdote Joaquim, sin especificar más su genealogía 5. La frase cuando tomó los utensilios del templo, parece tener por sujeto a Baruc, que debió de transportar algunos de los vasos sagrados robados por las tropas de Nabucodonosor 6. El mes de Sivan corresponde a nuestro mayo-junio. Los deportados debieron de entregar a Baruc también una carta en la que explicaban el destino que debían dar a la colecta.
Podemos suponer que los judíos que quedaron en Jerusalén después de su destrucción tratarían de reorganizar el culto en un altar provisional sobre las ruinas del antiguo templo, que permanecía como lugar sagrado para todos. Así, en la carta se habla de holocaustos y ofrendas en el altar del Señor (v.10). La petición de oraciones por Nabucodonosor, rey de Babilonia (v.11) parece responder a la recomendación de Jer_29:7 en su carta a los exilados: Laborad por el bien de la ciudad a que os he desterrado y rogad por ella a Yahvé, pues su bien será vuestro bien. Los exilados, después de la prueba, reconocían a Yahvé como causante principal de la catástrofe, y Nabucodonosor su instrumento. Todo ha sucedido por sus pecados. Y ahora lo mejor era mantener buenas relaciones con la autoridad suprema babilónica si habían de aspirar algún día a conseguir la plena rehabilitación nacional.
No es fácil explicar la asociación de Baltasar a Nabucodonosor como hijo. No sabemos que Nabucodonosor haya tenido un hijo llamado Baltasar, y, por otra parte, el Baltasar que conocemos como último rey de Babilonia no es hijo de Nabucodonosor, sino de Nabónides. En el libro de Daniel7 se dice también que era hijo de Nabucodonosor. No faltan autores que supongan que la mención aquí de Baltasar hijo de Nabucodonosor sea una adición posterior, basada en el libro de Daniel 8. Los exilados reconocen, por otra parte, sus pecados, y suplican a los de Jerusalén que oren por ellos en el templo de Yahvé (v.13). Y piden que lean este libro, es decir, 1:15-3:8, como confesión pública de los pecados de ellos. No se especifica la fiesta en que debe leerse, pero quizá sea la de los Tabernáculos, en septiembre-octubre, que era la fiesta por excelencia 9. Los días oportunos parecen ser los días de asamblea o congregación del pueblo.

Confesión de los pecados (15-22).
15 Diréis: Del Señor, Dios nuestro, es la justicia; nuestra la confusión y el sonrojo, corno se muestra hoy en todo varón de Judá y en los moradores de Jerusalén, 16y en nuestros reyes y en nuestros príncipes, en nuestros sacerdotes y en nuestros profetas y en nuestros padres, 17porque pecamos en presencia del Señor 18y no le obedecimos ni escuchamos la voz del Señor, nuestro Dios, ni caminamos por los preceptos del Señor, que dio en nuestra presencia. 19Desde el día en que sacó a nuestros padres de la tierra de Egipto hasta hoy, hemos sido rebeldes al Señor, nuestro Dios, y nada hicimos por oír su voz. 20Y así se apegó a nosotros el infortunio y la maldición que el Señor intimó por Moisés, su siervo, al tiempo que sacó a nuestros padres de Egipto para darnos la tierra que mana leche y miel, como aparece en este día. 21No escuchamos la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que nos envió, 22y nos fuimos cada uno según el pensamiento de su mal corazón, sirviendo a los dioses extraños y cometiendo maldades a los ojos del Señor, Dios nuestro.

Las semejanzas entre esta oración y la de Daniel10 son sorprendentes. Parece que hay dependencia casi literal entre ambas. Y también tiene muchas afinidades con Dan_9:4-9. El esquema de la oración es trivial y sin originalidad alguna. Se afirma la justicia de Dios, manifestada en el castigo enviado sobre ellos, merecido por sus muchos pecados. Toda la sociedad judía es responsable ante Dios por la catástrofe, ya que todos pecaron: reyes, príncipes, sacerdotes, profetas y varones en general. El pecado principal consiste en la desobediencia al Señor, haciendo caso omiso de las amenazas intimadas por medio de Moisés en Deu_28:155 11.

1 Otros autores prefieren leer, en vez de año quinto, mes quinto del mismo año en que fue tomada Jerusalén. - 2 Cf. 2Re_24:8; Jer_22:24-30. - 3 Cf. A. Âåá, Konig Jojachin in Keilschrifttexten: Bi 23 (1942) 78-82. - 4 Cf. 2Re_25:27-30; Jer_52:31-34. - 5 Cuando la destrucción de Jerusalén, el sumo sacerdote era Serayas (Jer_52:24). - 6 Cf. 2Re_24:13; ? - 7 Cf. Dan_5:2; Dan_11:13; Dan_18:22. - 8 Cf. W. Stoderl, Zur Echtheitsfrage von Bar. 1:3-8 (Münster 1922) 21s. Citado por. Saydon en Verbum Dei II 550. - 9 Cf. 1Re_8:2; 1Re_12:32. - 10 Cf. Dan_9:11-17. - 11 Cf. Lev_26:14-39; Jer 11:2s.