1Co 2,1-5

Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios, pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado. Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no se apoyaban en persuasivos discursos de sabiduría, sino en la demostración del Espíritu y de su poder para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Co_11:6

NOTAS

2:1 Var.: «el testimonio de Dios».
I Corintios 2, 1

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gál_3:1; Gál_6:14
I Corintios 2, 2

NOTAS

2:3 Expresión bíblica estereotipada, ver 2Co_7:15; Efe_6:5; Flp_2:12; ver Sal_2:11.
I Corintios 2, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Co_12:12; Hch_1:8+

NOTAS

2:4 Alusión a los milagros y a la efusión del Espíritu que acompañaron a la predicación de Pablo (ver 1Co_1:5 y 2Co_12:12).
I Corintios 2, 4

NOTAS

2:5 Los discursos de la sabiduría humana son persuasivos por sí mismos (v. 4). Producen en los oyentes una adhesión puramente humana (v. 5). Esto es lo que Pablo rechaza. Su palabra es ciertamente una demostración (v. 4), porque manifiesta la acción del Espíritu; pero exige una adhesión de un orden distinto: del Espíritu.
I Corintios 2, 5

Patrocinio