1Ma 1,38-42

Por ellos los habitantes de Jerusalén huyeron;
vino a ser ella habitación de extraños,
extraña para los que en ella nacieron,
pues sus hijos la abandonaron.
Quedó su santuario desolado como un desierto,
sus fiestas convertidas en duelo,
sus sábados en irrisión,
su honor en desprecio.
A medida de su gloria creció su deshonor,
su grandeza se volvió aflicción.

Establecimiento de cultos paganos.
El rey publicó un edicto en todo su reino ordenando que todos formaran un único pueblo y abandonara cada uno sus peculiares costumbres. Los paganos acataron todos el edicto real

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