1Ma 3,3-9

Él dilató la gloria de su pueblo;
como gigante revistió la coraza
y se ciñó sus armas de guerra.
Se empeñó en batallas,
protegiendo al ejército con su espada,
semejante al león en sus hazañas,
como cachorro que ruge sobre su presa.
Persiguió a los impíos hasta sus rincones,
dio a las llamas a los perturbadores de su pueblo.
Por el miedo que les infundía, se apocaron los impíos,
se sobresaltaron todos los que obraban la iniquidad;
la liberación en su mano alcanzó feliz éxito.
Amargó a muchos reyes,
regocijó a Jacob con sus hazañas;
su recuerdo será eternamente bendecido.
Recorrió las ciudades de Judá,
exterminó de ellas a los impíos
y apartó de Israel la Cólera.
Su nombre llegó a los confines de la tierra
y reunió a los que estaban perdidos.

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