1Ma 4,42-59

Luego eligió sacerdotes irreprochables, celosos de la Ley, que purificaron el Lugar Santo y llevaron las piedras de la contaminación a un lugar inmundo.
Deliberaron sobre lo que había de hacerse con el altar de los holocaustos que estaba profanado. Con buen criterio, acordaron demolerlo para evitarse un oprobio, dado que los paganos lo habían contaminado. Lo demolieron, pues, y depositaron sus piedras en el monte del templo, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuesta sobre ellas. Tomaron luego piedras sin labrar, como prescribía la Ley, y construyeron un nuevo altar como el anterior. Repararon el Lugar Santo y el interior del templo y santificaron los atrios. Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del templo el candelabro, el altar del incienso y la mesa. Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las lámparas del candelabro, que lucieron en el templo. Pusieron panes sobre la mesa, colgaron las cortinas y dieron fin a la obra que habían emprendido.
El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al romper el día y ofrecieron sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido un sacrificio conforme a la Ley. Precisamente fue inaugurado el altar con cánticos, cítaras, liras y címbalos, en el mismo tiempo y el mismo día en que los paganos lo habían profanado. El pueblo entero se postró rostro en tierra y adoró y bendijo al Cielo que los había conducido al triunfo. Durante ocho días celebraron la dedicación del altar y ofrecieron con alegría holocaustos y el sacrificio de comunión y acción de gracias. Adornaron la fachada del templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas y les pusieron puertas. Hubo grandísima alegría en el pueblo, y el ultraje inferido por los paganos quedó borrado. Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, decidió que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con alborozo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

4:43 La palabra griega traduce sin duda al hebr. siqqus, empleado frecuentemente para designar a los ídolos (los «monstruos abominables», ver Deu_29:16 [Deu_29:17]; Jer_4:1; Jer_7:30; etc.; Eze_5:11; Eze_7:20; Eze_11:18, etc.), y aquí se refiere al altar idolátrico, ver 1Ma_1:54.
I Macabeos 4, 43

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_8:64+
I Macabeos 4, 44

NOTAS

4:46 El libro vuelve a menudo sobre esta interrupción de la profecía, ver 1Ma_9:27; 1Ma_14:41; ver ya Sal_74:9; Sal_77:9 [Sal_77:8]; Lam_2:9; Eze_7:26.
I Macabeos 4, 46

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_20:25
I Macabeos 4, 47

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_25:31-39; Éxo_30:1-10; Éxo_25:23-30
I Macabeos 4, 49

NOTAS

4:52 Diciembre del 164, tercer aniversario del primer sacrificio ofrecido a Zeus, ver 1Ma_1:59.
I Macabeos 4, 52

NOTAS

4:59 Esta fiesta de la Dedicación, Janukká en hebreo, es una de las más recientes del calendario de Israel, ver Éxo_23:14+. Se cantaba en ella el Hallel (Sal 113-118), se llevaban ramos verdes y palmas. Estas semejanzas con la fiesta de las Tiendas se subrayan en 2Ma_1:9+; 2Ma_10:6. Por lo demás, el templo de Salomón se había inaugurado en la fiesta de las Tiendas, 1Re_8:2, 1Re_8:62-66. También se encendían lámparas, que pronto dieron a la fiesta su otro nombre de «fiesta de las luminarias». Estas lámparas, símbolo de la Ley, colocadas en los vanos de cada casa, aseguraron la conservación y la popularidad de la fiesta después de la destrucción del templo. Tiene gran importancia en 2 M; ver las dos cartas preliminares y 2Ma_10:1-8. Se la menciona en Jua_10:22.
I Macabeos 4, 59

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