1Re 21,1-24
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4. LA VIÑA DE NABOT
Nabot se niega a ceder su viña.
Tras estos sucesos ocurrió que Nabot, de Yizreel, tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaría. Ajab habló a Nabot diciendo: «Dame tu viña para que pueda tener un huerto ajardinado, pues está pegando a mi casa; yo te daré a cambio una viña mejor, o si te parece bien te daré su precio en plata.» Respondió Nabot a Ajab: «Que Yahvé me libre de cederte la herencia de mis padres.»
Ajab y Jezabel.
Ajab se fue a su casa triste e irritado por la respuesta que le diera Nabot de Yizreel: «No te cederé la heredad de mis padres»; se postró en su lecho, volvió la cara y no comió alimento alguno. Jezabel, su mujer, se le acercó y le dijo: «¿Qué pasa que estás entristecido y no comes alimento alguno?» Él le respondió: «Hablé con Nabot de Yizreel y le propuse: “Dame tu viña por su valor en plata, o, si lo prefieres, te daré otra viña a cambio”, y me respondió: “No te cederé mi viña.”» Jezabel, su mujer, le replicó: «¡Ya es hora de que ejerzas el poder regio en Israel! Álzate, come y se te alegrará el ánimo. Yo me encargo de darte la viña de Nabot de Yizreel.»
Asesinato de Nabot.
Escribió cartas con el nombre de Ajab y las selló con su sello, y las envió a los ancianos y notables que vivían junto a Nabot. En las cartas escribió lo siguiente: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot al frente de la asamblea. Sentad frente a él a dos hombres hijos del diablo, que testifiquen contra él diciendo: “Tú has maldecido a Dios y al rey”.Entonces lo sacaréis fuera y lo lapidaréis hasta que muera.»
Los hombres de la ciudad, los ancianos y notables que vivían junto a Nabot en su ciudad, hicieron tal como Jezabel les ordenó según lo escrito en las cartas que les había remitido. Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot al frente de la asamblea. Llegaron los dos hombres hijos del diablo, se sentaron frente a él y testificaron contra él diciendo: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey». Lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron a pedradas hasta que murió. Enviaron a decir a Jezabel: «Nabot ha sido lapidado y ha muerto.» En cuanto Jezabel oyó que Nabot había sido lapidado y muerto, dijo a Ajab: «Álzate y toma posesión de la viña de Nabot, el de Yizreel, que se negó a dártela por su valor en plata, pues Nabot ya no está vivo, ha muerto.» Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot, el de Yizreel, para tomar posesión de ella.
Elías fulmina la condenación divina.
La palabra de Yahvé llegó entonces a Elías tesbita diciendo: «Álzate, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que está en Samaría. Se encuentra ahora en la viña de Nabot, a donde ha bajado para tomar posesión de ella. Le hablarás diciendo: Así habla Yahvé: ¿Has asesinado y pretendes tomar posesión? Por esto, así habla Yahvé: En el mismo lugar donde los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán los perros también tu propia sangre.» Ajab dijo a Elías: «Así que has dado conmigo, enemigo mío.» Respondió: «He dado contigo. Por haberte vendido, haciendo el mal a los ojos de Yahvé, yo mismo voy a traer sobre ti el desastre. Barreré tu descendencia y exterminaré todo varón de Ajab, libre o esclavo en Israel. Dispondré de tu casa como de la de Jeroboán, hijo de Nebat, y de la de Basá, hijo de Ajías, por la irritación que me has producido y por haber hecho pecar a Israel. También contra Jezabel ha hablado Yahvé diciendo: “Los perros devorarán a Jezabel en el campo de Yizreel.” A los de Ajab que mueran en la ciudad los devorarán los perros y a los que mueran en el campo los devorarán las aves del cielo.»
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4. LA VIÑA DE NABOT
Nabot se niega a ceder su viña.
Tras estos sucesos ocurrió que Nabot, de Yizreel, tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaría. Ajab habló a Nabot diciendo: «Dame tu viña para que pueda tener un huerto ajardinado, pues está pegando a mi casa; yo te daré a cambio una viña mejor, o si te parece bien te daré su precio en plata.» Respondió Nabot a Ajab: «Que Yahvé me libre de cederte la herencia de mis padres.»
Ajab y Jezabel.
Ajab se fue a su casa triste e irritado por la respuesta que le diera Nabot de Yizreel: «No te cederé la heredad de mis padres»; se postró en su lecho, volvió la cara y no comió alimento alguno. Jezabel, su mujer, se le acercó y le dijo: «¿Qué pasa que estás entristecido y no comes alimento alguno?» Él le respondió: «Hablé con Nabot de Yizreel y le propuse: “Dame tu viña por su valor en plata, o, si lo prefieres, te daré otra viña a cambio”, y me respondió: “No te cederé mi viña.”» Jezabel, su mujer, le replicó: «¡Ya es hora de que ejerzas el poder regio en Israel! Álzate, come y se te alegrará el ánimo. Yo me encargo de darte la viña de Nabot de Yizreel.»
Asesinato de Nabot.
Escribió cartas con el nombre de Ajab y las selló con su sello, y las envió a los ancianos y notables que vivían junto a Nabot. En las cartas escribió lo siguiente: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot al frente de la asamblea. Sentad frente a él a dos hombres hijos del diablo, que testifiquen contra él diciendo: “Tú has maldecido a Dios y al rey”.Entonces lo sacaréis fuera y lo lapidaréis hasta que muera.»
Los hombres de la ciudad, los ancianos y notables que vivían junto a Nabot en su ciudad, hicieron tal como Jezabel les ordenó según lo escrito en las cartas que les había remitido. Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot al frente de la asamblea. Llegaron los dos hombres hijos del diablo, se sentaron frente a él y testificaron contra él diciendo: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey». Lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron a pedradas hasta que murió. Enviaron a decir a Jezabel: «Nabot ha sido lapidado y ha muerto.» En cuanto Jezabel oyó que Nabot había sido lapidado y muerto, dijo a Ajab: «Álzate y toma posesión de la viña de Nabot, el de Yizreel, que se negó a dártela por su valor en plata, pues Nabot ya no está vivo, ha muerto.» Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot, el de Yizreel, para tomar posesión de ella.
Elías fulmina la condenación divina.
La palabra de Yahvé llegó entonces a Elías tesbita diciendo: «Álzate, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que está en Samaría. Se encuentra ahora en la viña de Nabot, a donde ha bajado para tomar posesión de ella. Le hablarás diciendo: Así habla Yahvé: ¿Has asesinado y pretendes tomar posesión? Por esto, así habla Yahvé: En el mismo lugar donde los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán los perros también tu propia sangre.» Ajab dijo a Elías: «Así que has dado conmigo, enemigo mío.» Respondió: «He dado contigo. Por haberte vendido, haciendo el mal a los ojos de Yahvé, yo mismo voy a traer sobre ti el desastre. Barreré tu descendencia y exterminaré todo varón de Ajab, libre o esclavo en Israel. Dispondré de tu casa como de la de Jeroboán, hijo de Nebat, y de la de Basá, hijo de Ajías, por la irritación que me has producido y por haber hecho pecar a Israel. También contra Jezabel ha hablado Yahvé diciendo: “Los perros devorarán a Jezabel en el campo de Yizreel.” A los de Ajab que mueran en la ciudad los devorarán los perros y a los que mueran en el campo los devorarán las aves del cielo.»
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