1Re 22,35-36

Aquel día el combate se prolongó y el rey hubo de ser sostenido en pie en su carro frente a los arameos, hasta que murió al atardecer; la sangre de la herida corría por el fondo del carro. Al caer el sol corrió un grito por el campamento: «Cada uno a su ciudad, cada uno a su herencia.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_22:17

NOTAS

22:36 «Herencia» y «¡El rey ha muerto!», griego; «tierra» y «Y el rey murió», hebr.
I Reyes 22, 36

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