“
Ahí tienes a Semeí, hijo de Guerá, el benjaminita de Bajurín, que me lanzó atroces maldiciones el día en que yo iba a Majanáin; pero bajó a mi encuentro al Jordán y entonces le juré por Yahvé: “No te mataré a espada”. ”
2:8 La maldición de Semeí pesará sobre los descendientes de David, porque la maldición (como la bendición) es eficaz. Para anularla, hay que volverla contra su autor (1Re_2:44-45). A David se lo ha impedido su juramento, pero éste no obliga a Salomón.