1Re 3,9-12
“
Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal. Cierto, ¿quién podrá hacer justicia a este pueblo tuyo tan grande?» Agradó al Señor esta súplica de Salomón. Entonces le dijo Dios: «Por haber pedido esto y no una vida larga o riquezas para ti ni tampoco la vida de tus enemigos, sino inteligencia para atender a la justicia, obraré según tu palabra: te concedo un corazón sabio e inteligente, como no ha habido antes de ti ni surgirá otro igual después de ti. ”