1Sa 15,1-33


Guerra santa contra los amalecitas.
Samuel dijo a Saúl: «Yahvé me ha enviado para ungirte rey de su pueblo Israel. Escucha, pues, las palabras de Yahvé: Esto dice Yahvé Sebaot: He decidido castigar a Amalec por lo que hizo a Israel, cortándole el camino cuando subía de Egipto. Ahora, vete y castiga a Amalec, consagrándolo al anatema con todo lo que posee; no tengas compasión de él, mata hombres y mujeres, niños y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos.»
Convocó Saúl al pueblo y le pasó revista en Telán: doscientos mil infantes y diez mil hombres de Judá. Avanzó Saúl hasta la ciudad de Amalec y se emboscó en el barranco. Dijo Saúl a los quenitas: «Marchaos, apartaos de los amalecitas, no sea que os haga desaparecer con ellos, pues os portasteis con benevolencia con todos los israelitas cuando subían de Egipto»; y los quenitas se apartaron de los amalecitas.
Batió Saúl a los amalecitas desde Javilá, en dirección de Sur, frente a Egipto. Capturó vivo a Agag, rey de los amalecitas, y pasó a todo el pueblo a filo de espada en cumplimiento del anatema. Pero Saúl y la tropa perdonaron a Agag y a lo más escogido del ganado mayor y menor, las reses cebadas y los corderos y todo lo bueno. No quisieron consagrarlo al anatema. Sólo consagraron al anatema toda la hacienda vil y sin valor.

Saúl es rechazado por Yahvé.
Le fue dirigida la palabra de Dios a Samuel diciendo: «Me arrepiento de haber hecho rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha ejecutado mis órdenes.» Se conmovió Samuel y estuvo clamando a Yahvé toda la noche.
Se levantó Samuel por la mañana al encuentro de Saúl. Avisaron a Samuel: «Saúl ha ido a Carmelo, se ha erigido un monumento y después ha seguido y ha bajado a Guilgal.» Llegó Samuel donde Saúl y éste dijo: «Bendito seas de Yahvé. Ya he ejecutado la orden de Yahvé.» Pero Samuel preguntó: «¿Y qué son esos balidos que vienen a mis oídos y esos mugidos que oigo?» Respondió Saúl: «Los hemos traído de Amalec porque el pueblo ha perdonado lo mejor del ganado mayor y menor para ofrecerlo en sacrificio a Yahvé tu Dios. Cuanto a lo demás, lo hemos entregado al anatema.»
Pero Samuel dijo a Saúl: «Basta ya. Deja que te anuncie lo que Yahvé me ha revelado esta noche.» Él le dijo: «Habla.» Entonces Samuel dijo: «Aunque tú te crees pequeño, ¿no eres acaso el jefe de las tribus de Israel? Yahvé te ha ungido rey de Israel. Yahvé te ha enviado por el camino y te ha dicho: “Vete, y consagra al anatema a estos pecadores, los amalecitas, hazles la guerra hasta el exterminio”. ¿Por qué no has escuchado la voz de Yahvé? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín y has hecho lo que desagrada a Yahvé?» Saúl respondió a Samuel: «¡Yo he escuchado la voz de Yahvé! He seguido el camino por el que me envió, he traído a Agag, rey de los amalecitas, y he entregado a éstos al anatema. Del botín, el pueblo ha tomado el ganado mayor y menor, lo mejor del anatema, para sacrificarlo a Yahvé, tu Dios, en Guilgal.» Pero Samuel dijo:
«¿Acaso se complace Yahvé en los holocaustos y sacrificios
tanto como en la obediencia a la palabra de Yahvé?
Mejor es obedecer que sacrificar,
mejor la docilidad que la grasa de los carneros.
Como pecado de hechicería es la rebeldía,
crimen de terafim la contumacia.
Porque has rechazado la palabra de Yahvé, él te rechaza para que no seas rey.»

Saúl pide perdón en vano.
Saúl dijo a Samuel: «He pecado conculcando la orden de Yahvé y tus palabras, porque tuve miedo al pueblo y le escuché. Ahora, pues, perdona mi pecado, por favor, y vuelve conmigo para que adore a Yahvé.» Pero Samuel respondió a Saúl: «No iré más contigo; ya que has rechazado la palabra de Yahvé, Yahvé te ha rechazado para que no seas rey de Israel.» Y como Samuel se volviera para marcharse, le asió Saúl el extremo del manto, que se desgarró, y Samuel dijo: «Hoy te ha desgarrado Yahvé el reino de Israel y se lo ha dado a otro mejor que tú.» Pues la Gloria de Israel no miente ni se arrepiente, porque no es un hombre para arrepentirse. Saúl dijo: «He pecado, pero, con todo, te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel y vuelvas conmigo para que adore a Yahvé tu Dios.» Volvió Samuel con Saúl y éste adoró a Yahvé.

Muerte de Agag y partida de Samuel.
Después dijo Samuel: «Traedme a Agag, rey de los amalecitas». Agag se acercó a él, ligero, pues se decía: «Se ha alejado la amargura de la muerte.» Samuel dijo:
«Como tu espada ha privado a las mujeres de sus hijos,
así entre las mujeres, privada de su hijo será tu madre»,
y Samuel descuartizó a Agag ante Yahvé en Guilgal.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

15 Este capítulo desconoce la primera repulsa de Saúl, 1Sa_13:8-15, y condena solamente a Saúl, no a la institución real. Pero sí subraya la oposición, inherente a la monarquía israelita, entre la política profana y las exigencias de Yahvé, oposición que se manifiesta en la lucha entre reyes y profetas, aquí entre Saúl y Samuel; más tarde entre Ajab y Elías, Ezequías e Isaías, Sedecías y Jeremías.
I Samuel 15, 1

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_17:8-16; Deu_25:17-19
I Samuel 15, 2

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jos_6:17+
I Samuel 15, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_10:29+; Éxo_17:8+
I Samuel 15, 6

NOTAS

15:9 El anatema es la ofrenda hecha a Yahvé de todo el botín cobrado por la victoria. Pero Saúl y el pueblo incumplieron el anatema que debía alcanzar a todos los seres vivos. Ofrecer lo mejor del botín en sacrificio (1Sa_15:15) no responde a la prescripción. Saúl ha obrado sin tomar en serio la orden de Yahvé, y ése es el drama: su falta consiste en haber elegido, por complacer al pueblo, una manera distinta de honrar a Yahvé. Entre Yahvé, que le ha elegido, y el pueblo, que le ha aclamado y reconocido, Saúl ha buscado un compromiso, sin decidirse exclusivamente por Yahvé.
I Samuel 15, 9

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_6:7
I Samuel 15, 10

NOTAS

15:12 Ciudad al sur de Hebrón, ver 1Sa_25:2 s. Su emplazamiento se encuentra en la ruta de Saúl, del Négueb hacia Guilgal.
I Samuel 15, 12

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_5:21-25+; Ose_6:6

NOTAS

15:22 Samuel no condena el culto sacrificial en general. Pero lo que agrada a Yahvé es la obediencia interior, no el rito externo sin más. Practicar sólo el rito contra la voluntad de Yahvé es rendir homenaje a otro dios, es caer en la idolatría, evocada aquí por la hechicería y los terafim, idolillos a los que se confiaba la custodia de las casas y los bienes, ver Gén_31:19, Gén_31:30 s; 1Sa_19:13.
I Samuel 15, 22

NOTAS

15:23 La condena de los terafim como medio de sortilegio no aparece hasta una época tardía.
I Samuel 15, 23

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_11:11
I Samuel 15, 26

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_11:30 s; Jer_18:1+
I Samuel 15, 27

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_23:19; 1Sa_15:11
I Samuel 15, 28

NOTAS

15:29 Inciso teológico citando Núm_23:19.
I Samuel 15, 29

NOTAS

15:30 La repulsa de Saúl por parte de Yahvé no se verificará inmediatamente, y Saúl continúa ejerciendo la dignidad real. Samuel acepta confirmar la autoridad de Saúl, presentándose con él en el santuario.
I Samuel 15, 30

NOTAS

15:32 Como no se le ha aplicado el anatema, Agag cree haber escapado de la muerte.
I Samuel 15, 32

NOTAS

15:33 Samuel ejecuta lo que tendría que haber sido hecho por Saúl.
I Samuel 15, 33

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