1Sa 28,6-25

Consultó Saúl a Yahvé, pero Yahvé no le respondió ni por sueños ni por los urim ni por los profetas. Dijo Saúl a sus servidores: «Buscadme una nigromante para que vaya a consultarla.» Dijéronle sus servidores: «Aquí mismo, en Endor, hay una nigromante.»
Se disfrazó Saúl poniéndose otras ropas y fue con dos de sus hombres; llegó donde la mujer de noche y dijo: «Adivíname por un muerto y evócame al que yo te diga.» La mujer le respondió: «Bien sabes lo que hizo Saúl, que suprimió de esta tierra a los nigromantes y adivinos.¿Por qué tiendes un lazo a mi vida para hacerme morir?» Saúl juró por Yahvé diciendo: «¡Vive Yahvé! Ningún castigo te vendrá por este hecho.» La mujer dijo: «¿A quién debo invocar para ti?» Respondió: «Evócame a Samuel.»
Vio entonces la mujer a Samuel y lanzó un gran grito. Dijo la mujer a Saúl: «¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!» El rey le dijo: «No temas, pero ¿qué has visto?» La mujer respondió a Saúl: «Veo un espectro que sube de la tierra.» Saúl le preguntó: «¿Qué aspecto tiene?» Ella respondió: «Es un hombre anciano que sube envuelto en su manto.» Comprendió Saúl que era Samuel y cayendo rostro en tierra se postró.
Samuel dijo a Saúl: «¿Por qué me perturbas evocándome?» Respondió Saúl:
«Estoy en grande angustia; los filisteos mueven guerra contra mí, Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni en sueños. Te he llamado para que me indiques lo que debo hacer.» Dijo Samuel: «¿Para qué me consultas si Yahvé se ha separado de ti y se ha convertido en tu enemigo? Yahvé ha cumplido lo que dijo por mi boca: ha arrancado Yahvé el reino de tu mano y se lo ha dado a otro, a David, porque no oíste la voz de Yahvé y no llevaste a cabo la indignación de su ira contra Amalec. Por eso te trata hoy Yahvé de esta manera. Y contigo entregará Yahvé también a todo Israel en manos de los filisteos. Mañana tú y tus hijos estaréis conmigo. Yahvé ha entregado también el ejército de Israel en manos de los filisteos.»
Al instante Saúl cayó en tierra cuan largo era. Estaba aterrado por las palabras de Samuel: se hallaba, además, sin fuerzas, porque no había comido nada en todo el día y toda la noche. Acercóse la mujer donde Saúl, y viendo que estaba tan conturbado, le dijo: «Tu sierva ha escuchado tu voz y he puesto mi vida en peligro por obedecer las órdenes que me diste. Escucha, pues, tú también la voz de tu sierva y permíteme que te sirva un bocado de pan para que comas y tengas fuerzas para ponerte en camino.» Saúl se negó diciendo: «No quiero comer.» Pero sus servidores, a una con la mujer, le insistieron hasta que accedió. Se levantó del suelo y se sentó en el diván. Tenía la mujer en casa un ternero cebado y se apresuró a degollarlo. Tomó harina, la amasó y coció unos ázimos. Lo sirvió a Saúl y a sus servidores. Lo comieron, se levantaron y se marcharon aquella misma noche.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_14:41+; Éxo_33:7+
I Samuel 28, 6

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_14:2
I Samuel 28, 8

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_46:20
I Samuel 28, 11

NOTAS

28:12 La mujer conoce las relaciones que Samuel ha tenido con Saúl. Si, con gran espanto por su parte, el difunto profeta se aparece, es que el consultante es el rey de Israel.
I Samuel 28, 12

NOTAS

28:13 (a) En hebreo un elohim, un ser sobrehumano, ver Gén_3:5; Sal_8:6 [Sal_8:5]. El término sólo aquí se aplica a los muertos.

28:13 (b) Sube del Seol, la morada subterránea de los muertos, ver Núm_16:13+.
I Samuel 28, 13

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_15:27-28
I Samuel 28, 16

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_31:2-6

NOTAS

28:19 En el Seol, morada común de todos los muertos, buenos y malos, ver Núm_16:33+.
I Samuel 28, 19

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