2Ma 11,22-26

La carta del rey decía lo siguiente: «El rey Antíoco saluda a su hermano Lisias. Habiendo pasado nuestro padre donde los dioses, deseamos que los súbditos del reino vivan sin inquietudes para entregarse a sus propias ocupaciones. Teniendo oído que los judíos no están de acuerdo en adoptar las costumbres griegas, como era voluntad de mi padre, sino que prefieren seguir sus propias costumbres, y ruegan que se les permita acomodarse a sus leyes, deseosos, por tanto, de que esta nación esté tranquila, decidimos que se les restituya el templo y que puedan vivir según las costumbres de sus antepasados. Bien harás, por tanto, en enviarles emisarios que les den la mano, para que al saber nuestra determinación, se sientan confiados y se dediquen con agrado a sus propias ocupaciones.»

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

11:22 Aquí se trata de Antíoco V, ver v. siguiente, y del rescripto otorgado a los judíos después de la segunda campaña de Lisias, ver 2Ma_13:23; 1Ma_6:59.
II Macabeos 11, 22

NOTAS

11:23 Alusión a la apoteosis del soberano, que se hallaba en vigor entre los Seléucidas al igual que entre los Lágidas.
II Macabeos 11, 23

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