2Ma 12,43-46

Después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la resurrección. Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas, si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ma_7:9+
II Macabeos 12, 44

NOTAS

12:45 El texto actual, tal como nos ha sido transmitido por el griego y la mayor parte de las versiones, representa una armonización del texto primitivo con las dos glosas que lo han recargado (una, saducea, ver Mat_22:23; la otra, farisea). Este texto se nos ha conservado en el ms principal de la Vet. Lat.: «porque esperaba que los que habían caído resucitarían (es superfluo y vano orar por los muertos), considerando que para los que se han dormido con piedad está reservada una estupenda recompensa (santo y saludable pensamiento)».
II Macabeos 12, 45

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