Bar 4,9-29

Cuando ella vio caer sobre vosotros
el castigo de Dios, dijo:
Escuchad, vecinas de Sión,
Dios me ha enviado una gran pena.
He visto el destierro que el Eterno atrajo
sobre mis hijos y mis hijas.
Yo los había criado con gozo
y los he despedido con lágrimas de duelo.
Que nadie se regodee conmigo,
una viuda abandonada de tantos.
He quedado desierta por los pecados de mis hijos,
porque se apartaron de la Ley de Dios,
desconocieron sus decretos,
no siguieron el camino de sus mandamientos,
ni tomaron la senda de su enseñanza recta.
¡Que vengan las vecinas de Sión!
Acordaos del destierro que el Eterno atrajo
sobre mis hijos y mis hijas.
Él hizo venir sobre ellos a un pueblo remoto,
un pueblo despiadado y de lengua extraña,
que no respetaba a los ancianos,
ni se apiadaba de los niños,
que arrebató a la viuda sus hijos queridos
y la dejó sola y privada de sus hijas.
Y yo ¿cómo podría ayudaros?
El que atrajo sobre vosotros las desgracias
os librará del poder de vuestros enemigos.
Marchad, hijos, marchad,
que a mí me han dejado sola.
Me he quitado el vestido de paz,
y me he puesto el sayal de plañidera
para gritar al Eterno mientras viva.
Ánimo, hijos, clamad a Dios,
que él os librará de la tiranía y del poder de vuestros enemigos.
Yo esperé del Eterno vuestra salvación
y el Santo me ha llenado la alegría,
pues muy pronto el Eterno, vuestro Salvador,
tendrá misericordia de vosotros.
Os despedí con lágrimas de duelo,
pero Dios os devolverá a mí para siempre
con felicidad y alegría.
Como las vecinas de Sión han contemplado hasta hoy vuestro destierro,
así contemplarán muy pronto la salvación
que Dios os concederá con gran gloria y el esplendor del Eterno.
Hijos, soportad con paciencia
el castigo que Dios os ha enviado.
Tu enemigo te ha perseguido,
pero pronto verás su ruina
y podrás poner el pie sobre su cuello.
Mis hijos tiernos han recorrido duros caminos,
arrebatados como rebaño robado por el enemigo.
¡Ánimo, hijos, clamad a Dios!,
pues el que os mandó esto se acordará de vosotros.
Ya que entonces decidisteis alejaros de Dios,
convertíos y buscadlo con mucho mayor empeño.
Pues el que os envió estas desgracias
os enviará la alegría eterna de vuestra salvación.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lam_1:1-2
Baruc 4, 12

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_5:15; Jer_6:22-23; Deu_28:49-50
Baruc 4, 15

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_31:12; Jer_31:13
Baruc 4, 23

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_60:1-3
Baruc 4, 24

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_51:23
Baruc 4, 25

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lam_2:22; Lam_4:5
Baruc 4, 26

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_40:1
Baruc 4, 27

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