Dan 1,3-20

El rey ordenó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, escoger entre los israelitas de estirpe real o de la nobleza algunos jóvenes sin defecto físico, bien parecidos, expertos en sabiduría, cultos e inteligentes, aptos para servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles la lengua y la literatura de los caldeos. El rey les asignó una ración diaria de la comida del rey y del vino de su mesa. Deberían ser educados durante tres años, al cabo de los cuales entrarían al servicio del rey. Entre ellos se encontraban los judíos Daniel, Ananías, Misael y Azarías. El jefe de los eunucos les puso nombres nuevos, llamando a Daniel Baltasar, a Ananías Sidrac, a Misael Misac y Azarías Abdénago. Daniel decidió no contaminarse con la comida del rey y el vino de su mesa y pidió al jefe de los eunucos autorización para no contaminarse. Dios concedió a Daniel el favor y la compasión del jefe de los eunucos. Y éste dijo a Daniel: «Temo al rey, mi señor, quien os ha asignado vuestra comida y vuestra bebida, y si encuentra vuestros semblantes más desmejorados que los de vuestros compañeros, expondréis mi cabeza ante él.» Entonces Daniel dijo al guardián que el jefe de los eunucos había asignado a Daniel, Ananías, Misael y Azarías: «Por favor, pon a prueba a tus siervos durante diez días: que nos den legumbres para comer y agua para beber; luego compara nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen los alimentos del rey y actúa con nosotros según los resultados.» Él aceptó la propuesta y los puso a prueba durante diez días. Al cabo de los diez días tenían mejor aspecto y estaban más fuertes que todos los jóvenes que comían los alimentos del rey. Desde entonces el guardián retiró sus raciones de comida y de vino y les dio legumbres. Dios concedió a estos cuatro jóvenes un conocimiento profundo en toda clase de literatura y sabiduría. Daniel además sabía interpretar visiones y sueños. Al cabo del tiempo fijado por el rey para su presentación, el jefe de los eunucos los llevó ante Nabucodonosor. El rey conversó con ellos, y entre todos no encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, por lo que pasaron al servicio del rey. Y en todas las cuestiones de sabiduría e inteligencia que les consultaba el rey, los encontró diez veces más competentes que todos los magos y adivinos de todo su reino.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

1:4 En las cortes orientales, se formaba desde la infancia a los que se destinaba a la carrera de «letras»: escribas, traductores, cronistas, sabios y adivinos de toda clase. No se trataba, pues, de formar pajes.
Daniel  1, 4

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Re_25:29-30
Daniel  1, 5

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jdt_12:2

NOTAS

1:7 Es probable que el copista haya deformado deliberadamente el nombre pagano de Abed Nebó «siervo de Nabú» (el nombre de este dios se encuentra en el de Nabucodonosor). -Ver el mismo tratamiento del nombre de Baal en apellidos como Isbaal, Meribaal, convertidos en Isboset, Mefiboset, 2Sa_2:8; 2Sa_4:4.
Daniel  1, 7

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_39:4; Gén_39:21; Est_2:9

NOTAS

1:8 En la época de la helenización forzosa, bajo Antíoco Epífanes, quebrantar las prohibiciones de la Ley relativas a los alimentos equivalía a la apostasía, ver 2Ma 6:18—7:42.
Daniel  1, 8

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_2:10
Daniel  1, 11

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_41:12
Daniel  1, 17

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_10:3-4
Daniel  1, 19

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