Dan 5,5-6

De repente aparecieron unos dedos de mano humana que se pusieron a escribir frente al candelabro, en la cal del muro del palacio real, y el rey vio el trozo de mano que escribía. Entonces el rey palideció, se le turbó la mente, se le aflojaron las articulaciones de las caderas y le entrechocaron las rodillas.

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