Efe 5,25-27

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Col_3:19; 1Pe_3:7; Efe_5:2; Tit_2:14; Tit_3:5-7; Rom_6:4+; Eze_16:9; Col_1:22; 2Co_11:2; Apo_19:7-8; Apo_21:2, Apo_21:9-11
Efesios  5, 25

NOTAS

5:26 El bautismo exige, para su plenitud, el acompañamiento de la proclamación de la palabra, concretada en la evangelización del ministro y la profesión de fe del bautizado, Efe_1:13; ver Mar_16:15; Hch_2:38 +; Rom_6:4 +; 1Pe_1:23 +.
Efesios  5, 26

NOTAS

5:27 Según las costumbres del antiguo Oriente, la novia, después de bañada y adornada, era presentada a su prometido por los invitados a la boda. En el caso místico de la Iglesia, Cristo es quien lava a su prometida de toda mancha con el baño del bautismo (nótese la mención expresa de una fórmula bautismal) para presentársela a sí mismo, ver 2Co_11:2.
Efesios  5, 27

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